DE LAS DISTINTAS COSMOLOGÍAS CONCEPTUALES
[Noviembre 2009]
Por Pepe Cerdá
pepe-cerda.blogia.com
Osia es un pueblo del prepirineo oscense en el que viven ahora unas tres personas, pero que en los fines de semana y vacaciones se puebla de veraneantes, de tardo-hipíes y de algún que otro artista, como mis amigos Ignacio Mayayo y Paco Simón; algún que otro agitador cultural, como Dionisio Sánchez; y algunos más de cuyo nombre me acuerdo, pero no quiero cansarles.
Una de las tres personas que aún viven en el pueblo se llama Eduardo y hasta hace muy poco era el pastor. La comunicación entre el pastor y los tardo-hipíes ha sido siempre fluida, pero las cosmologías conceptuales de cada uno de los emisores han sido a menudo muy distintas. Pongo algunos ejemplos.
Allá por el ochenta y pocos, cuando Paco Simón se estaba haciendo la casa que tiene allí, Eduardo le preguntó:
-¿Así que tú eres Pintor?
-Sí, Eduardo.
-Pues mira a ver si tienes suerte y se te quema la casa como a ese catalán y te haces famoso...
¿Saben a quién se refería el pastor? ¡Pues ni más ni menos que a Don Salvador Dalí!, que justo aquella semana había sido noticia en el telediario porque se le había quemado el Castillo de Púbol, donde pasaba su último año de vida. ¡Y lo más bonito es que creía que la fama, ¡ a Dalí!, le había venido dada por el incendio!
Otro día, Mayayo le preguntó, mientras guardaba su rebaño:
-Oye, Eduardo... Me han dicho que conoces a todas las ovejas...
Poniendo cara de extrañeza, Eduardo le contestó:
-¿A todas...? ¡A todas no! ¡Cómo voy a conocerlas! ¡A estas mías, claro!
Eduardo no conocía, en el sentido de diferenciarlas, a todas las ovejas del mundo. A las suyas, por supuesto.
Otro día, Mayayo, paseando con unas alumnas de la Escuela de Artes de Zaragoza de muy buen ver, se encontraron con Eduardo y su rebaño. Una de ellas le preguntó:
-¿No se aburre solo todo el día? ¿Cómo no se busca un hobby?
-¿Un hobby...?
Poniendo cara de malicioso, continuó:
-¡Hola! Si alguna de vosotras quisiese y séndejará... ( se dejase)
pepe-cerda.blogia.com
Osia es un pueblo del prepirineo oscense en el que viven ahora unas tres personas, pero que en los fines de semana y vacaciones se puebla de veraneantes, de tardo-hipíes y de algún que otro artista, como mis amigos Ignacio Mayayo y Paco Simón; algún que otro agitador cultural, como Dionisio Sánchez; y algunos más de cuyo nombre me acuerdo, pero no quiero cansarles.
Una de las tres personas que aún viven en el pueblo se llama Eduardo y hasta hace muy poco era el pastor. La comunicación entre el pastor y los tardo-hipíes ha sido siempre fluida, pero las cosmologías conceptuales de cada uno de los emisores han sido a menudo muy distintas. Pongo algunos ejemplos.
Allá por el ochenta y pocos, cuando Paco Simón se estaba haciendo la casa que tiene allí, Eduardo le preguntó:
-¿Así que tú eres Pintor?
-Sí, Eduardo.
-Pues mira a ver si tienes suerte y se te quema la casa como a ese catalán y te haces famoso...
¿Saben a quién se refería el pastor? ¡Pues ni más ni menos que a Don Salvador Dalí!, que justo aquella semana había sido noticia en el telediario porque se le había quemado el Castillo de Púbol, donde pasaba su último año de vida. ¡Y lo más bonito es que creía que la fama, ¡ a Dalí!, le había venido dada por el incendio!
Otro día, Mayayo le preguntó, mientras guardaba su rebaño:
-Oye, Eduardo... Me han dicho que conoces a todas las ovejas...
Poniendo cara de extrañeza, Eduardo le contestó:
-¿A todas...? ¡A todas no! ¡Cómo voy a conocerlas! ¡A estas mías, claro!
Eduardo no conocía, en el sentido de diferenciarlas, a todas las ovejas del mundo. A las suyas, por supuesto.
Otro día, Mayayo, paseando con unas alumnas de la Escuela de Artes de Zaragoza de muy buen ver, se encontraron con Eduardo y su rebaño. Una de ellas le preguntó:
-¿No se aburre solo todo el día? ¿Cómo no se busca un hobby?
-¿Un hobby...?
Poniendo cara de malicioso, continuó:
-¡Hola! Si alguna de vosotras quisiese y séndejará... ( se dejase)