jueves, 14 de marzo de 2019

A la Juve le ha nacido una estrella

Bernardeschi en la Fiore

Francisco Javier Gómez Izquierdo

      Si en la primera tanda de octavos cayó el Madrid con estrépito, no menos llamativo ha sido el batacazo del Bayern en esta segunda por mucho que los sabios del asunto intenten convencernos, tras partido jugado claro está, de la decadencia de los dos colosos europeos. No. El aficionado no sospechaba la noche negra del Bernabéu ni tampoco ese brexit anómalo del mejor club alemán de todos los tiempos, pues a pesar de admitir que el Liverpool tiene también su historia y que en el Bayern juegan bastantes prejubilados a los que se culpa incluso desde dentro del Allianz Arena -ni siquiera Neuer es ya sagrado, antes incluso del toreo de Mané-, el 1-3 y el 1-4 no deja de ser  bochornoso y tanto en Munich como en Madrid ya afilan los bisturís cirujanos de mucho renombre.
    Los únicos castillos a los que no ha afectado el sorprendente terremoto de octavos en la Champions son los del City y el Barça que han permanecido firmes ante la amenaza más supuesta que real de dos equipos, el Lyon y el Shalke, con muchos menos argumentos de los que nos querían vender. Reconozcamos que casi menos tenía el United ante el PSG pero en el Parque de los Príncipes, sin necesidad de buscar mucho, se encuentran flores caducas y “chuchurrías” que traen mucho mal a los cimientos de una fortaleza con demasiada soberbia.
     
“Para soberbia, la de Cristiano”, dirá usted con mucha razón, pero usted y yo reconocemos que la chulería de Cristiano tiene base incontestable desde el rendimiento propio y sobre todo desde los resultados de su equipo. A mí me parece que la Juve puede ganar a cualquiera pero no me convencen ni su juego ni sus futbolistas, “fueraparte” Cristiano, ya que el trono en el que reinan Bonucci y sobre todo Chielini, sus dos centrales, me parece que se agrieta si se le juega con delanteros o medios que llegan y no con solitarios arietes a los que agarran por el talle para bailar con ellos la danza que mejor dominan. No vamos a andarnos con malas metáforas para explicar la decepcionante desaparición del Atlético en Turín. El Cholo salió a empatar en la “media parte primera” que dice Luque y a perder 1-0 en la segunda. Con la eliminatoria igualada el Cholo quiso tirar de plan B y miró en mala hora a Correa, ese angelito de escasos e irregulares minutos extraordinarios pero que en días nefastos es capaz de ponerse a asar la manteca.
      
De todos modos creo que ni el Cholo, ni Cristiano y ni siquiera Allegri, su entrenador, contaban con la inspiración de Bernardeschi, un invitado que ha maravillado más a propios que a extraños hasta el punto de ser, junto a los del Ajax, uno de los talentos más susceptible de ser subastado en la próxima temporada. Correa, el ángel lo tiene de nombre; este Bernardeschi parecía tenerlo en el rostro cuando en sus comienzos recordaba a Guti en la Fiorentina y se le acusaba de tímido e inconstante. No lo he visto casi nada esta temporada -no suele ser titular- pero el del martes no parecía el jugador que yo creía, lánguido y sobrado técnicamente, tal que el Asensio actual, sino la reencarnación de aquel Ballack inconmensurable que tanto nos deslumbró hace quince años. Hizo de complemento ideal para un asesino del área como Cristiano, al que está visto que no se le puede faltar en vano. ¡Queépartidazo el de los dos juventinos!
      
¿Qué nos queda para cuartos? Pues el juego de ataque del City con aires de trituradora, el coro juvenil del Ajax que ojalá no se acatarre, la supuesta perita en dulce que parece ser el Oporto, el orgullo inglés que mantiene a sus cuatro equipos con la determinación de conquistar Europa, la aparición estelar en la Juventus de Bernardeschi para hacer más grande aún a Cristiano... y por supuesto Messi.