viernes, 8 de marzo de 2019

Dilema cornudo



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Los analistas (¡esos analistas tenemos!) no ven del todo bien que el Estado convoque a la huelga contra el Estado, sin darse cuenta de que en el Estado de Partidos todo es mentira menos lo malo, o sea, el Estado. Ese Estado liberal cuya facción liberalia, Ciudadanos, acude a manifestarse “contra el capitalismo y el libre comercio”.

¡Es el “feminismo liberal”!

El feminismo liberal es el feminismo socialista… “y dos huevos duros”. Un “laissez faire, laissez passer” que en la guerra de sexos nos llevaría al “cornuto contento” de toda la vida.
Señor Foxá, la bebida acabará matándolo –dijo a Foxá el conde Ciano, ministro de Exteriores italiano, en una cena diplomática en Roma.

Al menos a mí no me matará Marcial Lalanda –contestó Foxá, ateniéndose a la fama de cornudo del yerno de Mussolini.
(La anécdota la recoge Cristóbal Villalobos en un nuevo libro de Foxá, “A las orillas del Ladoga”, con artículos, poemas y cartas desde Finlandia.)
A Ciano, criado con D’Annunzio y casado con Edda Mussolini, lo que más le gustaba era volar, como a Pedro Sánchez. “El porvenir ya no está en el mar y en las velas, sino en el aire y en las alas”, le dijo al Caballero Audaz, que lo entrevistó en el Gran Hotel, donde describió, sin saberlo, el estatismo que padecemos: “El Duce ha creado en Europa la forma más perfecta de democracia, porque tiene su origen en la voluntad de las grandes masas populares reunidas por un ideal común”. Mas no murió estoqueado por Marcial Lalanda, sino fusilado por su suegro. Al cabo, fue un feminista liberal “avant la lettre”: dejaba hacer, dejaba pasar. Como el vino de Jerez. De ahí el dilema cornudo del liberalismo de Estado ante la huelga estatal de hoy.
El dilema cornudo de Rivera es la “trampa saducea” de Torcuato Fernández Miranda:
No dije trampa farisaica por que no se sintiese hipócrita ningún procurador. Como los saduceos son más desconocidos, la llamé saducea.
El “feminismo liberal” viene de Quevedo (“El siglo del cuerno”).