Sampedros en Burgos
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Sabido es que no se puede pensar a la antigua y obrar a la moderna, so pena de caer en el ridículo y ser ejemplo de paradoja. He estado unos días sin interné y lejos de padecer zozobra o invadirme la angustia como dicen los nuevos joveznos que les ocurre en tal coyuntura, he llegado a pensar si no haría bien en desapuntarme del ono y volver a Moncalvillo por San Pedro porque a mí lo que me gustaba de los Sampedros de Burgos eran las mozas de Moncalvillo que venían de Igualada a las fiestas del pueblo.
De joven fui haciéndome una idea de cómo deben ser las personas y como han de comportarse, evitando compadrear, en la medida de lo posible, con advenedizos, cantamañanas, gandules... y en fin, todo ese tipo de desleales que puede contagiar hasta pudrir. En los 70 los productores eran productores, los sindicalistas eran sindicalistas y los poderosos eran poderosos. Todo era muy simple y todos estábamos en nuestro sitio.
En el siglo, escuchas a un funcionario del Estado quejarse de la patronal ante dos gintonics y un sindicalista de a tres mil leuros al mes que lleva 30 años sin aparecer por su puesto de trabajo; te enteras de que un enchufado de ayuntamiento andaluz puede llegar a cobrar 30 horas extras trabajadas una sola jornada y tal que hoy lees que uno de los jefes del comunismo se quedó antaño con el piso de su vecino en un desahucio.... y como quiera que todos los días tenemos a este baranda y a sus conmilitonas Cortés y Colau (entre las dos un Co-Co tragador) persiguiendo hasta la extenuación a los desahuciadores, uno entiende que es cierto que aprendió mal los valores que han de regir una sociedad democrática y se da cuenta de lo bestia que ha llegado a ser por culpa de una burricie no detectada a tiempo.
No es que las prácticas comunistas del señor Valderas me pillen de sorpresa, pues tengo un conocido de las Comisiones Obreras que lleva jubilado desde los cuarenta y cinco mayos que se hizo con un piso en mi bloque de la misma forma que el vicepresidente de la Junta, pero no me esperaba tanto garrulismo filibustero en quien tanto afea en otros los vicios que practica y en quien hasta se atreve a hacer leyes aprovechando el mando para multar en pellejo ajeno lo que él mismo entiende como vergonzoso delito.
Este hombre, que se dice comunista y que lleva un cortejo como de virrey, a cuyos miembros la prensa sevillí llama los valderitas, pensaba un servidor que haría asquitos a los tesoreros de la Junta, pues ¿qué cosa son los encargados de la Hacienda en cada Comunidad, sino los vigilantes de los dineros?... pero no, al vicejefe Valderas le encargan lo inútil que como dijo el sabio es peor que no hacer nada, a cambio de una paga que en realidad es a lo que aspira todo político sin estudios. Está en que el dinero público no es de nadie y menos aún de los poderosos, y uno no sabe ya qué cara poner a “los poderosos”.
Para mí, poderosos en Andalucía, donde llevo ya 25 años, siempre han sido los mismos. Dicen que el más de todos tiene nombre de rey y bigote turco y que nada más llegar a Sevilla procedente de Jaén no se movía papel sin su consentimiento. Maleni siempre ha mandado mucho en la cosa de los billetes. Aquí en Córdoba tuvo muchos pleitos con Cajasur, hasta el punto de hacerse impertinente con los suyos propios. Era muy temida no sé aún por qué, aunque siempre lo he imaginado, y dicen que Chaves estaba loco por quitarse de encima a la terrible “mandamucho”. Conocida también por lady Aviaco por los recorridos aéreos con su séquito de parientes y amigos a exóticos destinos, al parecer le ha llamado la atención una jueza por no hacer de ministra de Economía como se debe, perdiendo millones en casa de amigos y conocidos, en vez de emplearlo para enseñar al que no sabe. Como educado a la antigua, entiendo que si el dinero está mal repartido, la culpa es del que lo reparte, pero estos son tiempos extraños para los que unos cuantos no hemos estudiado.