sábado, 20 de julio de 2013

Blanco

El peinado de raya al medio de Blanco es el nivel de albañil de nuestra democracia

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Julio es el mes cesáreo.

    –El 15-M no va a tomar el Congreso, ministro. Llévese el puto helicóptero de aquí, para que los vecinos del barrio de Cortes podamos pegar ojo –tuiteó anoche Jorge Bustos, cronista parlamentario con buhardilla delante de donde estuvo el despacho de Primo de Rivera.
    
Y lleva razón: la única vez que se me metió un choro en casa fue porque lo trajo el portero.
    
¿Pero cómo me hace usted esto, Salustiano?
    
Me va a perdonar usted, pero… ¡venía tan bien vestido!
    
Vestido de perroflauta no tomas en España ni una cerveza. Para tomar el Congreso habría que ir como fueron Miguelito Maura y Azaña a tomar Gobernación para el chupinazo de la República: del bracete y con corbata.
    
Ya lo dice Sabina, que ahora se las echa de Luis Miguel (Dominguín):
    
Los hombres engañan más que las mujeres; las mujeres, mejor.
   
 No siendo Sabina, de mujeres uno sabe por lo que tiene leído en los libros y por lo que tiene visto en TV, cuyo justo medio femenino sería Ana Blanco, que ahí sigue, tan terne, dándole al “autocue” como Mariana Pineda a la bandera liberal.
    
Blanco es la peinada Penélope que teje y desteje su velo de teletipos, polvo de la información.

    El peinado de raya al medio de Blanco es el nivel de albañil de nuestra democracia.

    –¿Pa dónde cae la burbuja? –pregunta el talocha en la obra.
    
¿Para dónde cae el pelo de Blanco? –pregunta el demócrata en el sofá.
    
Alguna vez la vi en Balmoral con un martini de los que preparaba Agustín con hielo y risas de mapache, pero ella, que levantaba el meñique, no movía un pelo.
    
El fiel de nuestro bipartidismo de Pirulí es el pelo a la plancha de Ana Blanco, mitad derecha, mitad izquierda, y a alternar, que ése fue el espíritu de la Santa Transición.
    
Yo la veo como la quiromántica de esa kleksografía (o arte de los borrones de tinta: aprovechar el borrón y convertirlo en mariposa) que es el telediario.

    Pero la gente sólo quiere saber ya para dónde carga Jaime Ostos.