La flor de la deontología
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Supongan ustedes que son españoles y no se aflijan.
Ya tenemos a España donde solía: “Una rumba bailada alrededor de un jamón”, que dijera hace cien años el cubano Bobadilla.
Jamón, jamón.
Lo que se da a los leones el día de su santo, que decían en Pombo los hambrones.
Hasta Ancelotti, el don Camilo de Valdebebas, en su primer día en Madrid, se ha dejado caer por el “Txistu” (donde el jamón que le gustaba a Capello) para ordenarse caballero (levantando una ceja) de la Orden del Señorío.
Ancelotti es el Caballero de la Ceja en Ristre.
Lo siguiente será Butragueño exponiendo ante la prensa con tabas en la mesa el 4-2-3-1 de Carletto.
Pero el personaje todavía es Bárcenas, mayordomo y ecónomo de la causa liberal que un día se marchó, y a su barco le llamó “Libertad”, y en el cielo descubrió gaviotas, y pintó estelas en el mar.
Al parecer, desde Antonio Pérez (hablamos de Felipe II) no se ha visto una cosa igual, y esa máquina de regañar que es Rosa Díez ya ha dicho que lo de un mayordomo largando es la crisis más gorda de la democracia y que si Mariano Rajoy no habla ya hablará Toni Cantó.
–Pues Rubalcaba ya ha roto con el gobierno –me dice mi camarero.
Rubalcaba es un actor de carácter y verlo romper con un gobierno después de cuarenta años impresiona, aunque impresiona más la impavidez de Mariano (una impavidez casi Tony Montana) con la sierra mecánica de los sayones al cuello.
En cuanto a las anotaciones de los pagos en leuros del mayordomo y ecónomo en 2000, será el mismo birlibirloque que le costó a Dan Rather el puesto por documentar “el escaqueo de la mili de Bush” con un informe redactado con Microsoft Word… en 1972.
–¿Dónde está la deontología? –grita de pronto Vázquez, portavoz deontológico del gobierno andaluz.
“La vecina me dice que no sabe / y mi suegra tampoco desde ayer. / No son horas de que ande por las calles. / ¿Dónde se habrá metido esta mujer?”
Tenemos deontología para asar una vaca.