NACIMIENTO DE LA ESTÉTICA
La estética comenzó a reclamar su puesto con Bombita y el Gallo, y luego con Gaona y Joselito, y entonces apareció Belmonte con su manera y su estética propia, con su concepto del terreno, del ritmo y de la elegancia en el juego de la muleta y, a pesar de los que decían “que no es así” triunfó su revolución y el público no admitió ya más el mantazo anterior ni el terreno en que toreaban sus antecesores. Como la labor de un genio no la puedan igualar los que no lo son, para que los demás pudieran torear como desde entonces exigía el público, los ganaderos empezaron a fabricar otro toro, más bravo, con menos fuerza, menos cuello y, a ser posible, que embistiera sin puntear.
DI STÉFANO Y EL CORDOBÉS, 1964 / EDGAR NEVILLE
LAS TAURINAS DE ABC
EDICIONES LUCA DE TENA, 2006
Ignacio Ruiz Quintano