sábado, 27 de abril de 2013

La mariscada

Hughes
Abc

Marisco hay en todo el mundo, pero parece que la mariscada sea solamente castiza. Cuando leí en ABC lo de la mariscada en Durban me quedé perplejo porque en mi falta de mundo pensaba que las mariscadas eran como de secano y todo lo más lejos de dárselas uno en Galicia o Marbella. No pensaba uno que en Durban también pudiera haberlas. Francamente, sería de llevar la mariscada muy adentro el irse a Durban a pegarse una. Este cosmopolitismo de la mariscada de Pastrana viene a ser como la internacionalización del hecho -entre la comilona y la francachela- de pegarse una mariscada (¡la Internacional de la mariscada!). Méndez dice que se podrá demostrar que fue legítima y racional, pero nadie está diciendo que esa mariscada no lo fuera. Es imposible pegarse una mariscada irracionalmente porque la mariscada es como una comilona más degustativa. El banquete cárnico, la devoración de solomillos, por ejemplo, sí podría tener su cosa de rapto asalvajado, pero la mariscada no, y no porque en la mariscada se chupetea también el crustáceo. Toda mariscada tiene lo suyo de masticación y de chupeteo y el chupeteo es como una reflexión del paladar. Otra cosa es la legitimidad de la mariscada. Nada hay más difícil que justificar una mariscada, que yo creo que se justifica sola o con solo mirar la tristeza forense de lo que queda del crustáceo, ese destrozo rosa y traslúcido que queda al final. Justificar una mariscada es complicado y parece que se intentará desmontar su naturaleza misma. ¿Acaso puede ser mariscada si se produce en Durban? Durban nos suena a paraje africano, a crepúsculo con leones, a amor con Meryl Streep y resulta difícil imaginarse allí a nadie dándole a la langosta o chupeteando la cabeza de un langostino. Yo entiendo un poco a Méndez y un poquito más a Pastrana y puedo comprender su defensa. Lo de Durban a lo mejor es una comilona, pero para ser mariscada ha de darse en España. ¡A lo mejor eso querían! ¡Destipificar la ingesta sindical del langostino! Los dineros, a Suiza; el marisco, en Durban.

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