martes, 23 de abril de 2013

El decretazo


El socialismo andaluz procede del franquismo del biscúter

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    No tardarán en ir por tu segundo coche, pero, de entrada, van por tu segunda casa.
    
Es el decretazo andaluz, ese “voletío” progresista por el cual un simpatizante de Juan Lanzas puede poner los pies en tu mesa campera del Ikea como los puso Aznar en la mesa ranchera de Bush.
    
Ya lo dijo el Séneca:
    
La juventud no consiste en cantar el vuelo de las águilas. Consiste en estar, cada tarde, dispuesto al “voletío” del pavo real.
    
En el socialismo real: Rubalcaba y Griñán.
    
Rubalcaba es ave tan de corral que para él todo lo que vuele es águila. Pero aquí el único que puede pegar “voletíos” de pavo real (avivado por Valderas, que viene del tiro de pichón a tubo) es Griñán.
    
Y el penúltimo “volatío” de Griñán es un decretazo confiscatorio basado en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y… “a los efectos previstos en el artículo 52 de la Ley de Expropiación Forzosa, de 16 de diciembre de 1954”, año del Biscúter, obra de la catalana Autonacional, hecho de chapa de estraperlo (procedente de los bidones de soja americanos) y sin marcha atrás, como el referéndum de Mas.

    La lucha de clases entre los votantes de Valderas, que prefieren cenar a pagar la hipoteca, y los votantes de María Cospedal, que prefieren pagar la hipoteca a almorzar, la tiene resuelta Griñán con un decretazo que es un rebujito jurídico a base de Revolución Francesa a lo Mar Moreno y de franquismo social a lo Griñán.

    Mar Moreno es nuestro Jeremías Bentham: republicana, feminista y anti-imperialista convencida de la omnipotencia de la Educación, industria de la que es consejera en Andalucía, de cuyo fracaso escolar culpa… a Franco, de quien, sin embargo, toma ella la doctrina del derecho (humano) a la vivienda, y en esto disiente de Bentham, que clasificó la “Déclaration des droits de l’homme” en derechos ininteligibles, derechos falsos y derechos que son ambas cosas, todos los cuales nos dan el Estado de Derecho español.

Bicúter madrileño
La Casa estaba en la calle de Lagasca