jueves, 9 de agosto de 2012

Tita Cervera



Jorge Bustos

Admiradísima María del Carmen Rosario Soledad Freifrau von Thyssen-Bornemisza de Kászon et Impérfalva, Banda de Dama de la Orden de Isabel la Católica, Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo y Académica de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, entre otras nobiliarias dignidades con que honra Wikipedia el secreto de tu filantropía. No sé por dónde empecé a admirar a una mujer como tú, si por liarte con Johnny Hallyday o por ganar el Miss España representando a Cataluña en 1961, con toda la opresión que el franquismo echaba encima del pequeño país, como es sabido. Por Sinatra contándote chistes verdes que aún no entendías –los entenderías más adelante–, provocando que Marilyn opusiera tu ingenuidad al rijo de Frank (el Cuerpo abroncando a la Voz), o por el romance con Al Pacino al poco de estrenarse The Godfather. Por casarte ilegalmente con el bígamo Espartaco Santoni tras enviudar del intérprete de Tarzán o por coproducir un thriller con Lee van Cleef al tiempo que te destapabas para el cine de barrio. Definitivamente me postro ante la autora del braguetazo más importante de la Historia del Arte Contemporáneo, sin que dudemos por ello del impacto de flecha que en nombre de Cupido te convirtió en la quinta esposa del incalculable barón Thyssen sobre la pradera de Worcestershire.

A todo esto hablas cinco idiomas aparte del castellano, has soportado la ¿especular? maniobra nupcial que ató a tu rotundo hijo y te encadenaste a los árboles del Paseo del Prado hasta conseguir lo que nadie soñó: detener una tuneladora presupuestada por Gallardón. Aquella foto la guardo junto a la de los tanques alineados en Tiananmen. No todo ha sido gloria, por supuesto; también te han puesto una estrella en el Paseo de la Fama de Puerto Banús (sic) y te han distinguido como Malagueña del Año 2011.

Seguir leyendo: Click