lunes, 6 de agosto de 2012

Los Juegos

En lo alto de Urbión,  el Olimpo soriano, mirando a Cameros
Páramo y frío.  

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Para mí que son demasiados juegos. Demasiadas disciplinas. Muchos deportes extraños y muy amontonados. Esa chica que gana una medalla para España y de la que nada sabíamos -al menos un servidor- bajando en una canoa puede que tenga mucho mérito, pero uno no lo aprecia, la verdad.

        Los Juegos Olímpicos están hechos para lucimiento de  corredores, sobre todo de distancias cortas,... y de nadadores. Para Usaín Bolt y Michael Phelps. Para Ye Shiwen y Marlene Ottey.

         -Oiga, Marlene Ottey hace diez años que no corre y además nunca logró el  oro olímpico.

        ¿A que usted cree que la jamaicana fue campeona en Sidney o Atlanta? ¿Y a que no tiene ni idea de qué cosa es el RS:X femenino en el que aspiramos a medalla?

       Los deportes de equipo -fútbol, baloncesto, balonmano...- tienen sus campeonatos internacionales y nada es comparable con sus anuales copas de Europa. No aportan nada a los Juegos, pero los llevan por los dólares de la tele  y porque los americanos creen que las medallas olímpicas son como emparentar con príncipes. Ahí están con los mejores de la NBA dando envidia al mundo y dejándose fotografiar con los medallistas del.. pongamos tiro con arco.

       El personal mira los Juegos como mira el planear del cernícalo o la familia de cigüeñas buscando ranas. Sin pasión y con benevolencia. En verano y en chanclas. Los periódicos y la tele quieren agitarnos el espíritu, pero es tarea perdida. Nos alegramos con la chica Mireia. Incluso la queremos un poco, pero no sabremos de ella hasta la próxima Olimpiada. 

       El plato fuerte de los Juegos está en la pista de Atletismo. Allí predomina la negritud del planeta.  Jamaicanos con músculos a cincel son los amos del 100 y keniatas y etíopes famélicos tragan millas en pos de una gloria que presume de ser olímpica. Ayer, Usaín Bolt  concentró al universo ante el televisor. Hizo rugir al estadio y mandó callar a una periodista española poco ducha en el respeto a los himnos propios y ajenos. Diez segundos escasos que justifican una Olimpíada. Los segundos del atleta. El atleta. La razón de ser de los Juegos.

     Mis paisanos Abel Antón y Fermín Cacho, del que un suicida cantante cordobés dejó dicho que parecía buen muchacho, permanecerán siempre en nuestra memoria. Rafael Bergés, el nuevo entrenador del Córdoba, jugó de lateral izquierdo en el equipo de fútbol campeón en Barcelona-92.

 En Soria ni han oído hablar de él.