-Llego a casa después de una mañana indescriptible. Una cosa es hablar de grados, de termómetro, de calor, de fuego... y otra es padecer lo que estamos padeciendo. No caben descripciones porque estoy loco por apagar el ordenador y huir. Frente al Hotel Meliá, siempre a pleno sol y en el centro de Córdoba, hay un termómetro que marca algún grado más del calor que se padece en el lugar. Al chico le acaban de tuitear -como se dice ahora- esta fotografía hecha hace un rato. Como comprenderán, solo cabe la fuga de la ciudad.
F. J. G. I.
