PEATONES
-(En París) no hay aceras por las que la gente ande a salvo, todas pueden tener coche; hay que buscar el camino a tientas, y escabullirse detrás de los mojones o dentro de las tiendas, para evitar que te aplasten esas carrozas conducidas por cocheros que no cuidan de pegarse al muro. La gente que va a pie se dispersa cuando aquéllas se acercan, como paja impulsada por el viento.
CARTAS DE UN VIAJERO INGLÉS (1781-1782( / J. MOORE
Ignacio Ruiz Quintano
-(En París) no hay aceras por las que la gente ande a salvo, todas pueden tener coche; hay que buscar el camino a tientas, y escabullirse detrás de los mojones o dentro de las tiendas, para evitar que te aplasten esas carrozas conducidas por cocheros que no cuidan de pegarse al muro. La gente que va a pie se dispersa cuando aquéllas se acercan, como paja impulsada por el viento.
CARTAS DE UN VIAJERO INGLÉS (1781-1782( / J. MOORE
Ignacio Ruiz Quintano