Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El fiscal exculpa a los faisanes de colaboración con Eta. ¿Cuándo se ha visto a un faisán dándose el pico con una serpiente? ¿Esopo? ¿Iriarte? ¿Samaniego?
El periodismo global en español acabará echando las plumas del faisán sobre Mourinho, que, de paso, y con eso de que en democracia el fútbol es el modelo moral de la infancia, podría cargar con el marrón de lo que en lenguaje progresista se denomina “la calidad de la enseñanza”.
Este Mourinho parece el personaje más inteligente que ha dado el fútbol desde aquel Cruyff de finales de los ochenta, y es la china en el zapato del Régimen, que se defiende con la lógica de la psiquiatría soviética: el oasis progre es el mejor de los mundos posibles y no verlo así revela locura.
De hecho, un periódico deportivo ya ha dado el paso de llamarle “friki”, que suena a hallazgo del manual de psiquiatría de Snezhnevski, y un periodista de investigación con delirios de Doctora Melfi sostiene que Mourinho es el Míster X de la expulsión de Khedira en Valencia. ¿Por qué no de la llamada del faisán?
El periodismo creativo es propio de las sociedades de progreso, como la española, que tiene su fundamento en la Educación, cuyos custodios vienen a ser unos hombrecillos verdes que han hecho suya la defensa de la ortografía, no en los educandos, que es una batalla perdida, sino en la presidenta de Madrid, que es de derechas. ¿Qué papel tiene la hache, que es letra de lujo, en una ortografía proletaria? ¿Y las mayúsculas, símbolo de jerarquía? ¿Y las gazmoñas y sacristanescas íes latinas, denunciadas por Camba?
El periodismo creativo es ése que, cuando Mourinho pide en una rueda de prensa el sustantivo español de “compacto”, por boca de una avispada señorita, contesta:
–¡Compactez!
El modelo futbolístico de nuestra infancia es Mourinho. Si Mourinho dice “compactez”, los niños lo repiten, y luego nos hundimos en el Informe Pisa.
Para que los niños madrileños no digan “compactez”, los profesores gallegos se han sumado a la huelga de los de Madrid, y así cobra sentido la excéntrica leyenda que la Consejería de Educación ha colgado en los centros de la capital: “Instituto Bilingüe”.
Una de las cosas que más sorprendieron a George Borrow en su recorrido de vendedor de Biblias por España fue el bilingüismo de Villaseca de la Sagra, donde todo el mundo alternaba el castellano con el gallego.
–Todos saben unas cuantas palabras en gallego, aprendidas de los que bajan cada año del monte para ayudarles en la siega...
Seguir leyendo: Click