-Describió al fallecido como una «persona grande, poderosa, que siempre quería más». «Algo que yo alababa en él; tenía cuatro cosechadoras, tres tractores, cuatro pabellones y quería más», afirmó. Pero tenía un defecto: «Que me hacía la vida imposible, sobre todo desde hace 4 años»... El origen de la riña de ese día era que César, con una pala, le había colocado unos troncos en la puerta de la casa donde vivía Marcelino. Al parecer, esa fue la gota que colmó el vaso.
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