miércoles, 7 de septiembre de 2011

Correos corre a 14 metros por día

José Ramón Márquez

Ayer trajo Cristina el correo, como todas las mañanas. Papeles aburridos, como siempre, un catálogo estupendo de la exposición de Val del Omar en el Reina Sofía, que manda Almudena, y un sobre blanco de los de las invitaciones, Conqueror.

El sobre, tal y como parece por fuera, contiene una invitación. ‘La Ministra de Cultura se complace en invitarle a la celebración de la reapertura del Museo Cerralbo que tendrá lugar el martes 14 de diciembre a las 19.30 horas’. ¿Diciembre? Y a continuación: ‘Madrid, 2010’.

Nueve meses ha tardado el sobre con la invitación en recorrer los tres kilómetros y ochocientos metros de distancia que hay entre el querido Museo Cerralbo y el lugar en que he recibido su invitación. Con unos cálculos poco precisos sale una velocidad de 14 metros al día, o lo que es lo mismo 0,58 centímetros a la hora, por lo que entiendo que la misiva ni siquiera ha sido transportada por un caracol, dado que el lento gasterópodo es capaz de desarrollar velocidades mucho más altas que ésa, según veo en la wikipedia. Si llega a tardar un poco más es posible que ni siquiera la autoridad que me invita tan amablemente ostentase ya el cargo que figura en el encabezamiento.

¿Servicio de correos? ¿Incuria de la Administración? ¡Qué más da! Sin embargo, algo me inquieta: ¿dónde ha podido estar ese sobre durante todos estos meses?