Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Se hace raro en el cumpleaños de Freddie Mercury (cuco homenaje, el de Google) hablar de Cascos en Madrid, pero así de hobessiana (solitaria, brutal y breve) es la política española, cuyo leviatán es… Cascos, que primero fue la piedra (“Tu est Petrus et super hanc petram aedificabo ecclesiam meam, et tibi dabo claves regni caelorum”, etcétera) de la nueva derecha española, la que tumbó a Gonzalón, que nunca se lo ha perdonado. El proverbial fulanismo hispánico apartó a Cascos de los pastos peperos en Asturias, y fundó su propia familia, Foro Asturias, que con un lema simple, “Más Asturias, mejor España”, que todavía puede verse por las carreteras del Principado, ganó las elecciones autonómicas a peperos y socialistas. Con ese aire de Pelayo a quien no hay quien se atreva a quitarle el “campanu”, Cascos da nombre a un fenómeno popular en su tierra, donde todo el mundo lo asocia a la palabra “trabajo”. Cascos, te dicen, trabaja, y si él trabaja, hará que los demás también trabajen. Su almuerzo veraniego con Esperanza Aguirre en Gijón tuvo con las orejas tiesas a todo el partido… de Esperanza Aguirre, en cuyos predios electorales va a presentarse Cascos con su “Foro Asturias”, y nadie puede pasar por alto la fuerza de los fogones asturianos en Madrid, empezando por Casa Portal, donde Cascos ha despachado más de un “campanu”. La derecha mesetaria rabia porque sospecha que lo de Cascos beneficia a Rubalcaba, la mejor cabeza del Psoe, como dice Sabina, quizás porque se hace llamar Alfredo, que era el alias de Palmiro Togliatti en la mafia comunista de la guerra en Madrid. Pero yo creo que Rubalcaba se ha quedado de gerente de una whiskería, que diría el hermano de Juan Guerra, y ni Cascos pondrá en peligro el turno de Rajoy...
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Se hace raro en el cumpleaños de Freddie Mercury (cuco homenaje, el de Google) hablar de Cascos en Madrid, pero así de hobessiana (solitaria, brutal y breve) es la política española, cuyo leviatán es… Cascos, que primero fue la piedra (“Tu est Petrus et super hanc petram aedificabo ecclesiam meam, et tibi dabo claves regni caelorum”, etcétera) de la nueva derecha española, la que tumbó a Gonzalón, que nunca se lo ha perdonado. El proverbial fulanismo hispánico apartó a Cascos de los pastos peperos en Asturias, y fundó su propia familia, Foro Asturias, que con un lema simple, “Más Asturias, mejor España”, que todavía puede verse por las carreteras del Principado, ganó las elecciones autonómicas a peperos y socialistas. Con ese aire de Pelayo a quien no hay quien se atreva a quitarle el “campanu”, Cascos da nombre a un fenómeno popular en su tierra, donde todo el mundo lo asocia a la palabra “trabajo”. Cascos, te dicen, trabaja, y si él trabaja, hará que los demás también trabajen. Su almuerzo veraniego con Esperanza Aguirre en Gijón tuvo con las orejas tiesas a todo el partido… de Esperanza Aguirre, en cuyos predios electorales va a presentarse Cascos con su “Foro Asturias”, y nadie puede pasar por alto la fuerza de los fogones asturianos en Madrid, empezando por Casa Portal, donde Cascos ha despachado más de un “campanu”. La derecha mesetaria rabia porque sospecha que lo de Cascos beneficia a Rubalcaba, la mejor cabeza del Psoe, como dice Sabina, quizás porque se hace llamar Alfredo, que era el alias de Palmiro Togliatti en la mafia comunista de la guerra en Madrid. Pero yo creo que Rubalcaba se ha quedado de gerente de una whiskería, que diría el hermano de Juan Guerra, y ni Cascos pondrá en peligro el turno de Rajoy...
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