jueves, 28 de octubre de 2010

La vaca socrática, 58


Socialismo:
Tú tienes 2 vacas. El Estado te obliga a darle 1 a tu vecino que no tenía vacas.
Comunismo:
Tú tienes 2 vacas. El Estado te las quita y te da algo de leche.
Fascismo:
Tú tienes 2 vacas. El Estado te las quita y te vende algo de leche.
Burocracia:
Tú tienes 2 vacas. El Estado te pierde una, ordeña la otra y luego tira la leche al suelo.
Capitalismo tradicional:
Tú tienes 2 vacas. Vendes una y te compras un toro. Haces más vacas. Vendes las vacas y ganas dinero.
Capitalismo moderno:
Tú tienes 2 vacas. Vendes 3 de tus vacas a tu empresa que cotiza en bolsa mediante letras de crédito abiertas por tu cuñado en el banco. Luego ejecutas un intercambio de participación de deuda con una oferta general asociada, con lo que ya tienes las 4 vacas de vuelta, con exención de impuestos por 5 vacas. La leche que hacen tus 6 vacas es transferida mediante intermediario a una empresa con sede en las Islas Caimán que vuelve a vender los derechos de las 7 vacas a tu compañía. El informe anual afirma que tú tienes 8 vacas con opción a una más. Coges tus 9 vacas y las cortas en trocitos. Luego vendes a la gente tus 10 vacas troceadas. Curiosamente durante todo el proceso nadie parece darse cuenta de que, en realidad, tú sólo tienes 2 vacas.
Economía americana:
Tú tienes 2 vacas. Las vendes y fuerzas a una vaca de un país pobre a producir la leche de cuatro vacas. Te sorprendes cuando la vaca muere extenuada.
Economía japonesa:
Tú tienes 2 vacas. Las rediseñas a escala 1:10 y que te produzcan el doble de leche. Pero no te haces rico. Luego ruedas todo el proceso en dibujos animados. Los llamas ‘Vakimon’ e, incomprensiblemente, te haces millonario.
Economía alemana:
Tú tienes 2 vacas. Mediante un proceso de reingeniería consigues que vivan 100 años, coman una vez al mes y se ordeñen solas. Nadie cree que tenga ningún mérito.
Economía rusa:
Tú tienes 2 vacas. Cuentas y tienes 5 vacas. Vuelves a contar y te salen 257 vacas. Vuelves a contar y te salen 3 vacas. Dejas de contar vacas y abres otra botella de vodka.
Economía china:
Tú tienes 2 vacas. Tienes a 300 tíos ordeñándolas. Explicas al mundo tu increíble ratio de productividad lechera. Encarcelas a un periodista que se dispone a contar la verdad.
Economía iraquí:
Tú no tienes vacas. Nadie cree que no tengas vacas, te bombardean y te invaden el país. Tú sigues sin tener vacas y ahora te has quedado sin petróleo.
Economía suiza:
Hay 5.000.000.000 de vacas. Es obvio que tienen dueño, pero nadie parece saber quién es.
Economía francesa:
Tú tienes 2 vacas. Entonces te declaras en huelga, organizas una revuelta violenta y cortas todas las carreteras del país, porque tú lo que quieres son 3 vacas.
Economía colombiana:
Tú tienes 2 vacas. 8.000 soldados para protegerlas, 373 agentes de la DEA vigilando el proceso. Decides venderlas a los narcos para poder pagar a los soldados. Pides más vacas al congreso norteamericano que a cambio monta bases militares.
Economía neozelandesa:
Tú tienes 2 vacas. La de la izquierda te parece cada día más atractiva.
Economía argentina:
Tú tienes 20 mil vacas. Todas pertenecían a Argentina, tenías un crecimiento económico alto. Vendiste todas las vacas y te quedaste con la plata. El país se fue al carajo.
Economía israelí:
Tú tienes dos vacas. Una judía y otra palestina. Tratas de repartir el pasto para alimentarlas, pero es imposible que se entiendan. La cosa se pone fea y se genera un conflicto. Una de ellas se hace “vaca-bomba”. ¡Pum! Te quedas sin vacas
Economía inglesa:
Tú tienes dos vacas. Las dos están locas.
Economía hindú:
Tú tienes dos vacas. Las adoras.
Economía cubana:
No te preocupes; tú no tienes vacas.
Economía española:
Tú tienes 2 vacas, pero no tienes ni idea de dónde están. Pero como ya es viernes, te bajas a desayunar al bar que tienen el Marca. Si acaso, ya te pondrás a buscarlas el miércoles después del puente de San Aniceto.

(Vía Jorge Bustos)