jueves, 21 de octubre de 2010

Promesas de Rosa Joaquina

Sandokán y Doña Rosa Joaquina
"...le dije a mi chófer que era la feria y aquí estoy..."
Mayo de 2010



Francisco Javier Gómez Izquierdo


Doña Rosa prometerá su ascenso en el escalafón de la política ante el Rey con mucha parsimonia y solemnidad. Doña Rosa es muy de prometer y nada de jurar. A los pocos días de ser alcaldesa en Córdoba, y ante los trinos amorosos del socialismo de palacio sevillí, desde los micrófonos municipales prometió no abandonar la ciudad... y a Sevilla que se fue.

Mi amigo Rafael, con carné del PCE desde el 72, se pasó entonces a denigrar a "la querida compañera más valiosa" y se inició en las artes nigrománticas. Compra velas negras y reza en los cementerios. A quien quiera escucharle va diciendo de la pretérita camarada que Rosa se llama Joaquina y que en la Facultad de Derecho no asistía a clase ni Dios. Doña Rosa Joaquina declaraba la huelga y el aprobado general, en el inicio de una costumbre que se ha convertido en Ley.

La Trinidad de Córdoba se llamaba Ra-Mi-Ro por Rafael Gómez "Sandokán", el cura Miguel Castillejo y la alcaldesa Rosa Aguilar. El platero Rafael Gómez se metió a constructor; y con la venia de doña Rosa, don Miguel Castillejo daba préstamos faraónicos para, por ejemplo, levantar el estadio Nuevo Arcángel dos veces en diez años. Con más de mil expedientes abiertos al urbanismo cordobés, doña Rosa, que como la señora o señorita De la Vega no se la conocen faldas, recaló en el Urbanismo de la Junta andaluza convertida a la fe socialista... y hoy José Antonio Griñán, al que doña Rosa llama Pepe, declara que el presidente Zapatero le preguntó por ella.

-¿Para qué la quieres? Si es para Trabajo, no la dejo ir.

-No. La quiero para Medio Ambiente.

-Ah.... eso es otra cosa.

En contra de la creencia general, y como demuestra Pepe Griñán, Doña Rosa Joaquina no vale para todo. Eso sí, cuando llegue Mayo le dirá a su chófer: "... llévame a la feria".