José Ramón Márquez
Nos vamos a Granada y gracias a las indicaciones de Sergio Ariza recalamos en el Mesón Luis de la calle Pedro Antonio de Alarcón. Como es una casa honesta, la dirige el patrón, que se llama Luis y le ayuda su hijo, cuyo nombre ignoro y a quien prepara para sucederle al frente de la casa. Como es una casa honesta, cuando empiezas a pedir los alimentos es el propio patrón el que te dice que ya está bien y que no pidas más. Como es una casa honesta, los alimentos están fresquísimos y magníficamente tratados: excelentísimas quisquillas de Motril, tomate de huerta aliñado, pijotas, boquerones fresquísimos y del tamaño adecuado y, para nuestra suerte, sí que quedaban salmonetes, de roca. Pronto volveremos.