sábado, 15 de mayo de 2010

Mou, el mesías


Francisco Javier Gómez Izquierdo

Demuestra el Nuevo Testamento lo veleidosa que es la condición humana, y así, en la Crucifixión y Muerte de Jesucristo, el vulgo judío prefirió arropar a un delincuente que al mismo Dios. En aquel tiempo, las muchedumbres se enardecían ante las palabras apocalípticas de los que creían sabios... que lo eran sólo por la vestimenta, por gastar barba y por acomodar la voluntad ajena al denario imperialista.

El Madrid lleva encontrando al mesías en todos los últimos idus de junio, y al llegar la Nochebuena los velos del Bernabéu se rasgan ante las divinas palabras del As y el Marca. El público de Chamartín entra en la vorágine acusadora y derrotista de los que dicen que saben, y toman como palabra santa lo que no pasa de charlatanería de taberna. Hoy, el periodismo deportivo influyente carece de paciencia y pontifica en bermudas. Lo mismo te dice que Capello es un leñador aburrido como que Schuster es un general que pelea como si danzara. Te demoniza a Del Bosque por carecer de glamour y aplaude la llegada de un tal Queiroz, que tenía la poca vergüenza de preguntar a un jugador que de qué jugaba, justo cuando saltaba a sustituir a un compañero (léase Núñez ante el Villarreal).

El Marca ya ha encontrado al mesías del pueblo merengue y lo señala todos los días como el elegido para cosechar como merece tan buen plantío. Cree el Marca, y así se lo ha hecho creer a sus devotos, que el mejor abono saldrá del ingenio de un portugués con aspecto de niño consentido, maleducado y faltón. Lo peor de lo que no deja de ser un capricho mediático es que sale muy caro y sólo va a servir para cabrear a los que presumen de tener buen gusto. Me sorprende la falta de memoria histórica en el aficionado del Real Madrid: aquel Capello ganador al que no veían diferencia con el odiado Clemente... y ¿qué decir de Antic, al que se despidió siendo líder, por no jugar bonito? Doce millones de euros al año para que los Diarrá sean imprescindibles y la compra de Pizosgómez ó Tiagosmotta sea la tarea de Don Florentino, no encaja en lo que uno siempre ha entendido como la búsqueda de la excelencia...

Si Pellegrini hubiera tenido a Robben otro gallo estaría cantando en las estatuas de la capital... Simplemente por haberle podado al equipo sin avisar, merece otra oportunidad. El chileno hará bueno aquel refrán de las abuelas: más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.

"Badabás, Badabás...", se decía en La vida de Brian...