Francisco Javier Gómez Izquierdo
Está Córdoba llena de excursionistas y de gente del Inserso que va en manada de patio en patio, haciendo imposible el correcto disfrute de la estación, que siempre ha sido privilegio local. Los jubilados discuten y se confunden con lo que pueda pasar esta noche con el Campeonato de Liga, no teniendo claro si es más difícil el Sevilla-Barça o el Málaga-R. Madrid. Unos abueletes de Churriana dicen que el Málaga no pierde el domingo que viene contra Cristiano, y un grupo variopinto de Sonseca está convencido de la derrota del Barça en el Sánchez Pizjuán esta tarde. Nadie lo tiene claro, como tampoco entienden el lío que forman pidiendo vino a los taberneros cordobeses, que tienen fama de ser los hombres más serios del mundo. "Más serio que cantinero cordobés" dice el refranero. Uno de los toledanos, sonrosado y rebosante de salud, pide una copa de vino a un camarero en San Agustín y observa perplejo cómo su catavino (los finolis dicen catavinos en plural) solo está lleno hasta la mitad, mientras un parroquiano que se nota nativo y del barrio tiene la misma copa hasta arriba.
-Perdone -se aventura a decir el hombre de Sonseca-, ¿por qué no me llena el vaso como aquí al vecino?
-Porque usted ha pedido una copa, y Rafael, un medio -contesta seco y displicente el camarero.
Tras amena conversación, aún había clientes que, queriendo pedir medio, decían copa.
En confusión parecida andan merengues y culés. Manifiestan su confianza en la victoria de sus muchachos, pero rezan en silencio por el tropiezo rival. A un servidor le da igual quién gane la liga. Me da más igual el Madrid y le tengo fe a un mediocentro de Abadiño que se llama Iturraspe. Un amigo de los buenos estuvo en San Mamés el domingo pasado viendo perder al Athletic contra el Mallorca y me ha traído una camiseta que aún no me ha entregado del león número 26: Ander Iturraspe Derteano. Me consta que no es el mejor día para asombrar al mundo, pero voy a estar muy pendiente, por si le pone goles a Llorente...
