lunes, 5 de abril de 2010

LOS TOROS SE MUEREN

Triste, solitario y final


José Ramón Márquez


Domingo de Resurrección. En Madrid estamos los que no tenemos más remedio, para tragarnos la memez ésta que han parido de poner al pobre Luque con los seis perrillos, cuvillejos y exveraguas, que se ha traído para que le ayuden a hacer el panoli y que no se comían a nadie. Ni una vuelta al ruedo. Ni un saludo desde el tercio. No creo que a nadie esto le extrañe, porque era lo que se esperaba. ¿Quién es Luque? ¿Cuántos partidarios puede tener en Madrid? ¿Por qué ese chico con seis toros (?)? Si alguien es capaz de imaginar al mejor Luque que haya habido jamás creo que ese retrato sería, quizás, el de Luque jugándose el físico a base de llenar de susto al tendido, como hizo el famoso día de José Tomás. Creo que es lo único que él puede dar; sin embargo, él venía en plan contemporáneo a tirar líneas y a ver si le salía el pelmazo ése del maldito arte. El infeliz necesita bichos y se trajo materia artística, que ya se sabe que everybody is an artist, que lo dijo Joseph Beuys.

Pero siempre hay listos. Los cansinos esos del Centro de Asuntos Taurinos no son tan tontos como nos pensamos, que nos meten esta basura de corrida y luego la mitad se las piran, la marquesa a Sevilla a ver a su Morante, los otros a donde les dé la gana. El canis-mortis, cual solicito edecán acompañando al chino González a escape por el callejón al morir el quinto, y al sexto que lo aguante su padre. El único que se comió el marrón entero fue el duque de Gor, que no tendría el hombre nada mejor que hacer, a sus años. Bueno, ellos, lo que se dice hacer, ya le han hecho al torero la temporadilla, o acaso la obra de caridad para este año, porque al tal Luque todavía nos queda por verle en la Beneficencia, de comparsa de los finos, y dos en San Isidro o San Aniversario, yo qué sé. Vamos, como si fuese Paco Camino o El Viti, porque lo que está claro es que la afición demanda a gritos más Luque, más Luque, muchísimo más Luque, y el Consejo eso lo sabe. Resultado: doce toros en Madrid. Al que más vamos a ver este año.

Nos pasamos la tarde con el telefonillo. Lo de Sevilla, atufa. Lo de Málaga, yo qué sé. El resultado es que muchos de los de Sevilla querían estar también en Málaga, atendiendo a su corazón y algunos a su cartera, y algunos de los de Málaga querían estar también en Sevilla, pero ni los de Málaga ni los de Sevilla querían estar en Madrid. Algo, sin embargo, nos une a todos. ¿La afición? Quiá. No, señor. ¡El ganado! Juampedros a tutiplén y cuvillejos a porrillo. Eso debe ser esto de los toros, ver a tíos como castillos echando la tarde frente a cuvillejos y juampedros con la lengüecita fuera y aburriendo a las ovejas. Tauromaquia del nuevo siglo.

***

En el burladero, dos mayorales, con su sombrero y todo. ¿De qué hablarán? ¿Sabrán de toros? ¿Qué pensarán al ver en la plaza las basuras que han criado durante cuatro años? ¿Sentirán acaso vergüenza? ¿Qué les dirán a sus señoritos?

Luque vislumbrando su futuro antes de comenzar

Los mayorales de los cuvillejos y los juanpedros
intercambian información genética


En contra de los revistosos de puchero,
la afición pide palhas