F. J. Gómez Izquierdo
Entre la familia trinitaria es costumbre hacerse del Barça, pues son los colores de su cruz, azul y grana. El Cristo de Medinacelli en Madrid, el Cautivo en Málaga ó el Rescatado en Córdoba, llevan el escapulario trinitario y son harto conocidos incluso por los que no son devotos. No olvidemos que fueron trinitarios los que rescataron a Cervantes: Juan de Avila, Juan de Palacios y Bernardo Monroy.
El Rescatado de Córdoba sale después de la Dolorosa -y es caso excepcional- pues es asombroso y sobrecogedor ver los cientos de penitentes que van tras él. Sin embargo, en la parroquia trinitaria cordobesa goza de más predicamento el Esparraguero que el Rescatado, a pesar de ser considerado menos milagrero. El Esparraguero vino de México en el siglo XVII y mece su melena al viento al ritmo que marcan unos costaleros fieles a su cita todos los Jueves Santos, y como muchos de esos costaleros, amén de legión de cordobeses, son aficionados a recoger espárragos, suelen ofrecer a su Cristo unos pocos de los que cosechan.
El triunfo del Cristo de Gracia, que ése es el verdadero nombre del Esparraguero, llega cuando a la 1 de la madrugada se encierra en la plaza del Alpargate. Allí es el desafío entre saeteros. Allí se hizo famosa La Talegona y se acercaron a rivalizar los cantaores de fama. Allí se escucha la saeta como debe ser la saeta: de noche, entre faroles y desde gargantas con sentimiento. Pusieron una placa a la difunta y los nativos y los que vivimos aquí se la enseñamos a nuestras visitas las madrugadas de Viernes Santo, mientras nos disponemos a ser sorprendidos por los artistas. Todos los años pasamos de las dos, pero no hay prisa...
Ahora mismo voy para allá.
Entre la familia trinitaria es costumbre hacerse del Barça, pues son los colores de su cruz, azul y grana. El Cristo de Medinacelli en Madrid, el Cautivo en Málaga ó el Rescatado en Córdoba, llevan el escapulario trinitario y son harto conocidos incluso por los que no son devotos. No olvidemos que fueron trinitarios los que rescataron a Cervantes: Juan de Avila, Juan de Palacios y Bernardo Monroy.
El Rescatado de Córdoba sale después de la Dolorosa -y es caso excepcional- pues es asombroso y sobrecogedor ver los cientos de penitentes que van tras él. Sin embargo, en la parroquia trinitaria cordobesa goza de más predicamento el Esparraguero que el Rescatado, a pesar de ser considerado menos milagrero. El Esparraguero vino de México en el siglo XVII y mece su melena al viento al ritmo que marcan unos costaleros fieles a su cita todos los Jueves Santos, y como muchos de esos costaleros, amén de legión de cordobeses, son aficionados a recoger espárragos, suelen ofrecer a su Cristo unos pocos de los que cosechan.
El triunfo del Cristo de Gracia, que ése es el verdadero nombre del Esparraguero, llega cuando a la 1 de la madrugada se encierra en la plaza del Alpargate. Allí es el desafío entre saeteros. Allí se hizo famosa La Talegona y se acercaron a rivalizar los cantaores de fama. Allí se escucha la saeta como debe ser la saeta: de noche, entre faroles y desde gargantas con sentimiento. Pusieron una placa a la difunta y los nativos y los que vivimos aquí se la enseñamos a nuestras visitas las madrugadas de Viernes Santo, mientras nos disponemos a ser sorprendidos por los artistas. Todos los años pasamos de las dos, pero no hay prisa...
Ahora mismo voy para allá.