DOMINGO, 9 DE OCTUBRE
Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». Al verlos, les dijo:
-Id a presentaros a los sacerdotes.
Y
sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos,
viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y
se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Éste
era un samaritano. Jesús, tomó la palabra y dijo:
-¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?
.
Y le dijo:
-Levántate, vete; tu fe te ha salvado.