sábado, 10 de junio de 2023

Get The Water. Midnight Train

 

1953/ @MarilynDiary

 

MIDNIGHT TRAIN




Ullán, la rumba y el jamón


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc

Cuando los yuparras llegaron al periodismo, Ullán todavía estaba allí. «¿Tiene peso esa firma?», preguntaron los yuparras un día que Ullán se presentó con un folio inédito que había conseguido sacarle a Monterroso. Así supimos que el periodismo, como el politiqueo que lo sustenta, ya no era más que una rumba bailada alrededor de un jamón. Y Ullán recordaba, divertido, a un periodista matalón que en una exposición de Cuixart en Ámsterdam le dijo:

-¡Coño, Iríbar!

José-Miguel Ullán tenía, en efecto, algo de chopo en pleno páramo cartagenero -la calle madrileña de Emma Suárez y Lolita Garrido-, y era, en la escritura como en la conversación, inteligencia pura, alguien -al fin- sublime sin interrupción, un sentido del humor tajante, el descentrado voluntario de las norias literarias.

-Leedle una y otra vez, y si ni aun así le entendéis, estáis en evidente peligro de no entenderle -decían los actores compañeros de Shakespeare para recomendar la lectura de sus comedias.

Uno, que nunca confió en los periodistas en los que no se puede leer entre líneas, leía con perdiguero a Ullán, maestro en el arte de «devolver su confusión a las cosas». ¿No dijo Alfonso Reyes que el menor daño que puede hacerse a un poeta es decir que no se le entiende bien?

-El vecino que quiere darnos la dirección de su casa, nos dice: «Vivo en el número tantos de tal calle». Y es preciso que se exprese así, o no podremos visitarlo. Por Santa Teresa: «Vivo sin vivir en mí; / y tal alta vida espero, / que muero porque no muero

Porque la inteligencia tiende al bien, causa alguna pena esa actitud rencorosa por la que, aun en los chinchines de la necrología apresurada, no se le respeta a Ullán, el gran inteligente, la independencia: unos siguen dolidos de sus alusiones, otros no le pueden perdonar que no les aludiera para nada.

Del Poder sacó la cabeza caliente («daría todo lo que tengo por ser Yukel» -seudónimo ullaniano-, fue la imperial confidencia de González en el trasnoche de «la Bodeguiya») y los pies fríos: mesacamilla poética de un Aznar azañista en La Moncloa, con faldones muy largos, «porque así puede uno quitarse los zapatos».

-¿De qué estamos hechos, Dios mío? ¿Qué trágica broma es ésta?

Dos últimos favores me hizo mientras, sin saberlo, se despedía: guiarme hasta Pepe Cerdá y animarme a sostener esta ermita de sábado desde la que hoy animo a reunir la obra periodística de Ullán, gran señor de la enorme España cruel y hermosa donde, como decía Ruano, da gusto y asco vivir y morirse. Donde morir es ir perdiendo la costumbre de vivir. Donde vivir no es ponerse una corbata, sino que unas manos puedan estrangularnos con ella. Donde sólo descansan los muertos y, en el fondo, no les gusta.

Persona ungida de la más exigente generosidad, su muerte es otra pedrada en la memoria. Dolerá toda la vida.

 

[Publicado en Junio de 2009] 

Sábado, 10 de Junio

 

Valle de Esteban

Alicia Alonso

viernes, 9 de junio de 2023

Las derechas


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    En Madrid, el Ayuntamiento aprovecha “la Absoluta” para recortar en sus centros culturales clases de flamenco, alegando quejas vecinales con los zapateados del alumnado, y eso que Andrea Levy, el André Malraux municipal (Andrea y André son dos gotas de agua), es muy de tuitear vivas al cante. Bien mirado, si las derechas madrileñas tuvieran para la Agenda 2030 el mismo oído de tísico que manifiestan con los zapateados flamencos, Madrid sería Jauja.


    Las derechas han ganado. ¿Por qué? “Es que han votado todas las derechas”, fue la teoría de Ortega para explicar el triunfo electoral del año 33.


    –Se ha raído hasta el fondo del arca. Ya no hay más. Se ha sacado de la cama a los enfermos. Se ha extraído de las buhardillas a las ancianas. Se ha conducido hasta las urnas a las monjas vistiéndolas con falda corta y melena al viento. Quiero sólo hacer constar que ya no hay más. Y esto es decisivo para poner mesura y continencia en las ilusiones futuras de las derechas.


    Y atribuía la movilización de las derechas (“demagogia de las beatas”) a la Iglesia, el “poder romano, extranacional”, con lo cual, y “En nombre de la Nación, claridad”. Ortega, cuya frivolidad política va del “Delenda est Monarchia” al “No es esto, no es esto” en seis meses, pedía a las derechas triunfantes claridad, o sea, definición, que es lo que casi un siglo después piden a las derechas sus votantes, ayunos, los pobres, de democracia, y ahítos de lo que lo parece.


    De “la tendencia de la unanimidad a la mayoría”, y “de la mayoría (manipulada) a la unanimidad”. El destino del líder designado por Superpoder para pastorear a las derechas en la travesía del desierto que se avecina será engordar la añoranza de su predecesor, según la ley de la fatalidad que rige a las masas en los pueblos vencidos.


    –Pero un Régimen que no ha sido “traído” por nadie, nadie tiene derecho a entregarlo –se encampana Ortega–. “Amor fati!” ¡España, por una vez, agárrate bien a tu sino!

 
    De momento, quien ha cogido al sino de España por los cuernos, que en España suelen estar en los bolsillos, es Sánchez, cuya primera medida electoral ha sido detraer del erario cuatrocientos cuarenta millones (cuatro Ronaldos y medio) para “publicidad institucional”, que eso es un fondo de reptiles, y no lo de la Restauración. La publicidad, dice Santayana (a quien nunca mencionó Ortega), es el sustituto moderno del argumento: el sistema liberal, que pretendía elevar al individuo, ha envilecido a las masas. Mas las minorías encuentran siempre su camino.


    –Y las mayorías, al acostumbrarse a los proyectos que al principio les chocaban, deciden una buena mañana que tal vez no haya daño en ellos después de todo, y los siguen (¡el famoso seguidismo pepero!) como ovejas.


    En la hora de las derechas, las elites saben besar las rudas mejillas de los hijos de sus colonos. Y no se olvidan de preguntarles, con amable interés, cuándo parten para la guerra.

 

[Viernes, 2 de Junio]

Un día muy Zemmour

Zemmour


Hughes

 

Es conocida la reductio ad Hitlerum, la falacia por la que si a Hitler le gustaban los macarrones, el que los coma será nazi. Luego está la Ley de Godwin: a medida que una conversación en la red se alarga, las probabilidades de que salga Hitler a colación se aproximan a uno. Esto le pasó a Amparo Rubiales que estaba en Internet cuando llamó «nazi judío» a Bendodo. Se tiró en plancha sobre la ley. Con ella, Godwin perdió su cualidad asintótica: Rubiales no deja que las conversaciones tiendan a nada, las empieza directamente así: nazi.

Al hacerlo, dio lugar a una expresión, «nazi judío», que tenía una cualidad chisporroteante.

(...)

De todos modos, tampoco lo primero está tan claro; y si no, ahí está el caso de Eric Zemmour, que es judío pero como si no lo fuera (ha sido acusado de delito de odio). Ayer fue un día para pensar en él porque tras la dimisión de Rubiales llegó el ataque de Annecy, enunciado en la forma habitual: «Ataque con cuchillo», «un hombre con cuchillo»… No era un ataque islamista sino filoso. Terrorismo filoso. Era un sirio acuchillando bebés franceses en carrito. ¡Qué imagen demográfica! Esa imagen y la de la catedral francesa ardiendo resumen las cosas. La realidad a veces es muy populista…

(...)

Muchos desearán decirle de todo, ultra, radical o incluso nazi. Pero estarían haciendo un Rubiales y además incumplirían una ley no escrita tan científica como la de Godwin: cuanto más antipática la Casandra, más razón acaba teniendo.

 

Leer en La Gaceta de la Iberosfera

Viernes, 9 de Junio

 

 

Sursum corda

jueves, 8 de junio de 2023

En la muerte de Domingo Perurena

 


CLIC

Cómicos


 

Kierkegaard


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Mark Milley, cabeza del ejército gringo, es la cara (¡una cara Rushmore!) del corrupto “Deep State”: tiene cuerpo de militarón, pero alma de cómico (“Milley quiere estar en el video de las actrices disculpándose por su privilegio blanco”, dijo Ann Coulter), y dice que “el conflicto internacional entre las grandes potencias va en aumento”, razón por la cual Sean Penn, la conciencia de América, pide tirar de arsenal atómico.


    –Estados Unidos no debe tener miedo a utilizar armas nucleares contra Rusia –dijo en la Fox.


    Igual que Resines nos arreglaría la salud vacunando por pelotas, como Feijóo, a todos los españoles, Sean Penn nos arreglaría la guerra de Ucrania atomizando a todos los rusos con el “Enola Gay” del Tío Truman en Moscú y San Petersburgo.
    

Este Penn no sabe de Kierkegaard, ilustre jorobado del existencialismo, ese ismo del jorobamiento de la vida. ¿Puede alguien dejarse matar por la verdad? Kierkegaard responde en el 47, al mismo tiempo, repara Schmitt, que el “Manifiesto comunista”:
    

No debe.
    

Esto jorobará a los predicadores de la penitencia que nos invitan a la guerra: ser un verdadero predicador de penitencias, dice Kierkegaard, no significa golpear a otros, sino sobre todo ser golpeado, o por lo menos golpear de tal modo que después te sea devuelto el golpe, es decir, predicar la verdad al enemigo vencedor y no al vencido.
    

Porque cuando alguien sufre una derrota, uno no se da cuenta de lo débil que es; puedes ver lo fuerte que es el otro.
    

Pero nuestros predicadores quieren librarse ellos mismos de ser golpeados hasta la muerte: “Quieren jugar el papel del maestro que golpea a sus alumnos”. Y antes de Kierkegaard, Hobbes, para quien sólo está obligado a ser mártir aquél que llama a los demás a la resistencia y predica el martirologio.


    Vivimos rodeados de ellos (persiguen a otros en lugar de ofrecerse), “pero ellos viven en el milagro económico, que es un milagro de expiación, y viceversa”. Se merecen a Sánchez de secretario general de la Otan.

 

[Publicado enMayo de 2022]

Los tentáculos mediáticos de Soros


 

Javier Bilbao

 

Hace un par de semanas Elon Musk quiso dar una de sus periódicas patadas al avispero desde su cuenta de Twitter y esta vez difícilmente pudo escoger mejor objetivo. Pero como el musgo sigue a la humedad, cuando alguien critica al, ejem, «filántropo» de apellido palíndromo lo que viene después son artículos de prensa hablando de «teorías de la conspiración» y «antisemitismo». Esta vez, claro, no fue la excepción como podemos ver aquí, también aquí, o en este otro medio. Una reacción mediática pavloviana tan previsible, repetida durante tantos años (como en este artículo del Washington Post de 2018: «Conspiracy theories about Soros aren’t just false. They’re antisemitic»), que esta misma semana se ha fundado la asociación Jews Against Soros, quienes no sólo tienen la audacia de proclamar que Soros existe y no es una fantasía con reptilianos y anunnakis, sino que además criticar su colosal músculo financiero al servicio de la agenda progresista no lo pone a uno del lado del III Reich. Ahora bien… ¿Por qué ese empeño de los medios en repetir una acusación tan burda y manoseada para defenderlo? Porque, sencillamente, buena parte de ellos están bajo su control y no sólo porque sea accionista en bastantes, sino por la estrategia notablemente sofisticada que ha sabido desarrollar para condicionar su narrativa. A lo largo de su vida ha invertido la astronómica cifra de 32.000 millones de dólares en su activismo político progresista y, en bastantes ocasiones, ha sabido hacerlo con gran astucia. Veremos cómo.

Antes de centrarnos en el sistema que ha creado en torno a él y su fundación, la Open Society, convendría acercarnos un poco a la persona. Nacido en Budapest en 1930 (Viktor Orbán, que bien lo conoce, precisamente se ha convertido en su mayor adversario), tuvo una juventud marcada por el nazismo y el comunismo que le llevó en 1947 a emigrar a Londres para estudiar economía y filosofía, lo que le permitió entrar en contacto con la obra de Popper La sociedad abierta y sus enemigos. Es difícil exagerar la importancia que supuso para él, pues ese planteamiento maniqueo quedó grabado a fuego en su mente como una revelación religiosa. También comenzó a desarrollar un enfoque recurrente, casi obsesivo, aplicado tanto en su posteriores negocios de especulación financiera como en su interés por los medios de comunicación, lo explicó posteriormente en su obra La alquimia de las finanzas: «la comprensión de los participantes y la situación en la cual participan continuó preocupándome mucho tiempo después de terminar mis estudios universitarios (…) vivimos en el mundo real, pero nuestra visión del mundo no se corresponde con el mundo real. La gente basa sus acciones no en la realidad sino en su visión del mundo, y ambas son diferentes».

Lo importante será por tanto cambiar la percepción de la gente sobre cómo son las cosas y así se influirá en sus decisiones, sus inversiones, su voto. En ese sentido, varias de sus maniobras en bolsa más lucrativas han sido profecías autocumplidas. Como la carta que envió a Times of London el 9 de junio de 1993 en la que escribió «preveo que el marco caerá ante todas las grandes monedas», provocando así en las 24 horas siguientes un pánico bursátil que hizo caer esa divisa y generarle a él pingües beneficios. En años posteriores repetiría la jugada con el rublo y con el dólar, aunque lo que quedó para la historia fue su ataque contra el Banco de Inglaterra: le supuso a cada uno de los británicos perder 20 libras, directamente embolsadas en una parte significativa por nuestro protagonista. A la vista de todos estos manejos no es sorprendente que en su libro anteriormente citado confesase «yo siempre he albergado una exagerada visión de mi autoimportancia… Por decirlo sin rodeos, me imaginaba a mi mismo como algún tipo de dios». ¿Y qué es lo que hace a continuación alguien con tal fortuna y una opinión de sí mismo tan estupenda? Pues, en sus propias palabras, «mi objetivo es convertirme en la conciencia del mundo».

Soros comenzó su actividad política (que no «filantrópica») en los años 80...

Leer en La Gaceta de la Iberosfera

Jueves, 8 de Junio

 

Valle de Esteban

 

Los coques de Zurbarán

miércoles, 7 de junio de 2023

Get The Water. Midnight Train

 


GET THE WATER

Midnight Train

 


El Receso. Óleo, 1992. César Leal Jiménez

Inspiración progresista



 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Con esta costumbre española de llamar democracia a la partidocracia vive uno como Pepe Isbert en “Bienvenido, Mr. Marshall”, que se pasaba, el hombre, el día corrigiendo al gobernador el nombre de su pueblo, que no era Villar del Campo, sino Villar del Río.
    

Un nuevo episodio chusco de “Bienvenido…” ha sido el de Perico Sánchez con Sleepy Joe en la cumbre de la Otan (de entrada, ni hola).
    

Como líder progresista nos ha inspirado a muchos cuando ganó las elecciones –dijo Sánchez de Biden, cuyo modo de ganar las elecciones nos puso a muchos los pelos de punta: después de todo, Sleepy Joe, un demente senil, y Perico Sánchez, un “idiota” en su sentido etimológico (un particular incapaz de elevarse a lo universal) tienen los mismos jefes.
    

Inspiración progresista, en fin, para la política… ¡y para la ciencia!... del sanchismo, que sustituye a Ramón y Cajal por Ábalos y Koldo.
    

Para Santayana, de todas las palabras del léxico moderno, la palabra “progreso” es la más detestable, y John Lukacs, autor de la prosopografía “El Hitler de la Historia. Juicio a los biógrafos de Hitler”, considera al líder nazi, ¡ay, Perico!, el mayor progresista del siglo XX, durante el cual “una mezcla de nacionalismo y socialismo se ha convertido en la práctica casi universal de todos los Estados”.
    

El nacionalsocialismo es una concepción fría y razonada  de la realidad que se basa en el máximo conocimiento científico… –dice el Führer en una cita que Michael Burleigh transcribe en “El Tercer Reich: una nueva historia”.
    

De la fascinación que la ciencia ejerce en los locos, esta teoría que Hitler “le dijo” a Rauschning: “La creación no ha terminado. Se está esbozando una nueva variedad del hombre en el sentido científico. La antigua desaparecerá y la nueva la superará. De buena gana yo daría a estas dos variedades los nombres de Hombre-Dios y de Animal-Masa”. ¡Cielo Santo! ¿Será eso la Masa Autoritaria que según los liberalios intimida ambientalmente a los Gobiernos Progresistas?

 

[Publicado en Junio de 2021]

Miércoles, 7 de Junio

 


A salto de mata

martes, 6 de junio de 2023

Omaha Beach'44

 

@Nigel_Farage


My friend Steven Melnikoff back in Normandy for the 79th anniversary of D-Day. He was on Omaha beach on June 6th 1944

Naturalidad democrática


Hobbes

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc

Infatuado de “realeza”, el "realista" Sánchez huye de la derrota municipal marcándose una “alfonsina”: se va... de elecciones.

    En Madrid se vive en la terracita y se respira derecha natural, la de toda la vida de Dios. “Los dos tortolitos hicieron su nido pajita a pajita”, contaba el cubano. Votito a votito, “con naturalidad democrática”, Ayuso y Almeida, como antes Aguirre y Gallardón, pero sin obras.


    La naturalidad democrática, en los pueblos que han conocido la democracia (América y pare usted de contar), es poder elegir, en elección directa y separada, a tu diputado de distrito y a tu jefe de gobierno. Pero el portavoz de la derecha fraguista (por venir de Fraga y diferenciarla de la buenista, por venir de Bueno), Sémper, añade otra característica:


    –Naturalidad democrática es aceptar a Bildu en las instituciones… porque es legal.


    Es la gran paradoja de Nicolás R. Rico: España, un país muy rico en calamidades civiles de todo género, es pobrísima en Teoría Política, aunque abunde en suspirados ayes y enfebrecidas condenaciones.


    –No creo, dicho sea sin pizca de xenofobia, que nuestra única tarea, en lo que a sus guerras civiles se refiere, consista en proporcionar los muertos.


    Kelsen identificó el Estado con el Derecho y Sémper lo identifica con la Naturaleza. Es natural. Para un político español democracia es el modo de vivir del Estado, y vivir es cosa de la naturaleza, aunque en el estado de naturaleza de Hobbes la vida fuera “solitaria, pobre, desagradable, brutal y breve”.


    –Mire, Pemán –confió Franco al escritor gaditano–. Si no fuera por la caza o por la pesca, que le devuelven a uno a la naturaleza, yo no podría resistir todo esto


    Caza y pesca, jara y sedal, Hobbes y Sémper, de cuya naturalidad democrática pasamos a la de Sánchez, que es votar,  excitando (¡en cazadora!) al voto por correo, que siempre es una estafa democrática, pues enturbia dos condiciones esenciales del voto como derecho político, que son la identidad y la libertad, quién introduce la papeleta y qué papeleta introduce.


    –¡Voten por correo! ¡En Estados Unidos ha sido la palanca del cambio! –mitineaba Sánchez, que ya no se esconde, pues la ley, ésa que según Sémper convierte en naturalidad democrática la presencia de Bildu en las instituciones, come en su mano.


    Ni Sánchez ni Sémper han leído (¡ni falta que les hace para lo suyo!) a Leibholz, ideólogo del nefasto Estado de Partidos, pero escrupuloso jurista que invita a comprobar si un acto legislativo particular no es más que una decisión política, es decir, “un acto de poder”. La presencia de Bildu en las instituciones es legal por una decisión política.


    –¡Naturaleza, naturaleza! –gritó Goethe en 1771 con motivo del día de Shakespeare en un discurso, según Sloterdijk, estremecedoramente jovial, agresivo, y en el sentido más auténtico de la palabra, insolente.


    Quienes votan y esas cosas me dicen que la invocación de Sémper a la naturalidad democrática tiene que ver más con la Ilustración sensual de Goethe (en España, Dani Innerarity) que con la democracia representativa de Hamilton.

[Martes, 20 de Mayo] 

A la arenera de Las Ventas. Soneto



Jean Juan Palette Cazajús

 

 Intento de soneto al estilo que de la Italia nos trajo Juan Boscán Almogávar. Trató de enfrentarse, la bien conocida torpeza del autor, a la perruna lidia del endiablado endecasílabo: sin acento en la sílaba sexta, no se carga la suerte en la faena sonetil.  Lidia que bien parangonarse pudiera con la de los recientes  “Victorinos”, tan ponderados en mentideros, plazuelas y corralejas desta vecindad.


Soneto de homenaje y desagravio a la nueva y gentil dama arenera que con simpar gallardía, brinda ahora los servicios de su rastrillo ˗que rastrero no dije˗  en el lugar conocido como Las Ventas del Espíritu Santo, próximas al río Abroñigal y donde correrse suelen los toros en esta corte.

 
Para desdoro y escarnio de los malandrines, belitres y tunantes que, amparados en aquel patio de Monipodio también conocido como la Andanada del 9, refugio de todos los bergantes y manantial de carne de galeotes, a diario y ruinmente la zahirieron durante las pasadas Fiestas de cañas, yintónics y Toros.

 
Compúsose en esta Villa y Corte, a cinco del mes de junio de MMXXIII, Anno Domini, reinando SM Don Felipe Sexto QDG. (Tanto Monta, Monta Tanto nuestra rendida pleitesía como la también tributada a la República Francesa).

 

SONETO

Sagrado redondel, coso venteño.
Para limpiar la sangre de la fiera,
Nos han traído muy linda arenera
Que de los machirulos, tuerce el ceño.


Gran desazón la niña les genera,
Piensan que debe estar en la cocina.
En la Andanada Nueve es tal la inquina,
Que compiten a ver quién más la hiera.

Lentos tornan los hombres a barrera,
Lerdos, bueyunos, sin pizca de gracia,
Ella como un gorrión, trisca ligera.

¡Eres del patriarcado y su falacia
Burla tan femenil, linda arenera!

Hija gentil de nuestra democracia.
 

Una nueva teoría del cinismo constitucional


C. Y. en Mérida


Curtis Yarvin

 

Kynikos: ¿Por qué creemos en la ley? En este país, nuestro país, en los Estados Unidos de 2023, les digo, no hay ley, ni siquiera orden, sólo mera fuerza caprichosa.

En tal estado de la sociedad, lo que rige, en mi opinión, es Jueces 17:6: cada hombre debe hacer lo que es correcto según su propio criterio. La única ley es la ley natural. En tal estado de la sociedad, los policías no son diferentes de los ladrones. La ley es: haz lo que tengas que hacer para esquivar sus garras.

Simplicia, me caes bien, pero eres una ingenua sin remedio, y tus malas ideas sólo sirven para que tus enemigos se aprovechen de ti.

Simplicia: ¡Tonterías! El Estado de Derecho es la esencia de la civilización. Y nuestro Estado de Derecho, el common law de raíces inglesas, es la joya de la corona de la civilización estadounidense. Y todas nuestras leyes son fruto de nuestro documento fundacional fundamental: la Constitución.

¿Por qué importa el Derecho? Fíjate en los lugares del mundo que carecen de él. Venezuela, Sudán, Somalia… ¿quién quiere vivir allí? El Estado de Derecho es tan importante como el agua potable. Y donde no hay Estado de Derecho, tampoco hay agua limpia. Es curioso cómo funciona.

En un Estado de Derecho, todo aquel que no acata y respeta la ley es un enemigo de la ley, y está amenazando este paladio que mantiene a nuestra nación a salvo del caos, la guerra y la barbarie. La obediencia respetuosa a nuestra ley y la Constitución es el corazón de nuestra seguridad y prosperidad.

Kynikos, me caes bien, pero tus malas ideas son peligrosas y deberían estar prohibidas en Internet.

Kynikos: La Constitución es un pedazo de papel en un museo. No es válida ni vinculante. No tiene valor jurisprudencial por sí misma. Sólo importa como sustrato exegético del cuerpo arbitrario, contingente e histórico de precedentes que llamamos «derecho constitucional».

Ningún pensador, partiendo exclusivamente de la Constitución, podría extraer de manera consistente de ella el «derecho constitucional», del mismo modo que ningún pensador podría extraer de manera consistente el Talmud de la Torá. Por tanto, la Constitución es la ley fundamental de Estados Unidos del mismo modo que Inglaterra es una monarquía: en teoría, pero no en la práctica.

Venezuela, Sudán y Somalia no adolecen de falta de ley. Estos países también tienen constituciones. De hecho, Venezuela es tan constitucional que ha tenido no menos de 26 constituciones, sin contar el Virreinato de Nueva Granada. De hecho, todo el país de Venezuela (como California) no es más que territorio Habsburgo ocupado. Y los Habsburgo también tenían leyes…

Más bien, estos lugares adolecen de falta de orden. El orden no es la ley, sino un prerrequisito de la ley. En el régimen de caos que existe sin orden, cualquier idea de ley es una broma, un engaño, una trampa diabólica.

¿Hay orden en California?

(...)

Simplicia: La Constitución es válida porque la libertad depende del consentimiento de los gobernados, y fue ratificada por el pueblo estadounidense.

Kynikos: Lysander Spooner, el libertario cascarrabias del siglo XIX, refutó este argumento hace un siglo y medio. Escribió:

La Constitución no tiene autoridad ni obligación inherentes. No tiene autoridad ni obligación alguna, a menos que sea un contrato entre hombre y hombre. Y ni siquiera pretende ser un contrato entre personas existentes en la actualidad… Aquellas personas, si las hay, que dieron su consentimiento formalmente, ya están muertas.

Es imposible entender el originalismo constitucional sin comprender que los habitantes de la Nueva Inglaterra del siglo XVIII eran devotos del Derecho. No eran operarios grises a sueldo. Eran una comunidad de pequeños empresarios y agricultores que vivían y respiraban contratos. Definir la ciencia política en términos de derecho contractual tenía todo el sentido para esta gente, del mismo modo que definirla en términos de sistemas operativos habría tenido todo el sentido para una comunidad de ingenieros de software.

Sin embargo, el artificio se desmorona en cuanto la examinamos.

(...)

Por tanto, cuando nos preguntamos si Alexander Hamilton, James Madison y John Adams serían racistas hoy en día y, por tanto, interpretarían la Constitución de forma racista, debemos actualizarlos utilizando un proceso de contradicción simulado. Tanto si buscamos una buena fe actualizada como una intención encubierta actualizada, debemos sentar a nuestros estadistas en una nube, refrescar el empolvado de sus pelucas y presentarles los hechos de la historia desde sus muertes hasta hoy de boca de dos defensores: uno racista y otro antirracista.

Simplicia, estoy seguro de que disfrutarás con este nuevo proceso de interpretación constitucional. Sería un programa de televisión excelente. Y después de hacerlo unas cuantas veces, la inteligencia artificial aprenderá a hacerlo por nosotros.

Simplicia: Antes creía que debías de estar censurado en Internet. Pero ahora, Kynikos, lo sé. Nuestra propia democracia está en peligro.

Kynikos: ¡No te preocupes! Es sólo un experimento mental. No hace falta que lo hagamos de verdad. Sería ilegal en Europa, entre otras cosas, y me gusta poder visitar Europa.

Lo que aprendemos con este experimento no tiene nada que ver con la incitación al odio. Lo que aprenderíamos en realidad sería que nuestros estadistas, si los simulásemos con precisión, no tendrían ningún interés en meterse en tanto jardín.

En lugar de eso, creo yo, tendrían una pregunta más simple y elemental. Se preguntarían por qué debería importarnos, porque sería obvio que el gobierno que tenemos no se parece ni en lo más superficial al que ellos diseñaron.

Su respuesta, como devotos del derecho, sería que la Constitución es obviamente nula y hueca. Como contrato, hace tiempo que se rompió. Como sistema operativo, poco o nada tiene que ver con los principios de sus diseñadores.

Tanto desde la intención encubierta actualizada como desde la buena fe actualizada, hace tiempo que es hora de que todos los hombres y mujeres de bien abandonen su «triste devoción por esa antigua religión» y hagan lo que es correcto según su propio criterio, siguiendo únicamente las leyes de «Dios y del Dios de la naturaleza»[i].

Simplicia: Bloqueado y reportado. Tendrás que rendir cuentas, Kynikos.

 

Leer en La Gaceta de la Iberosfera 

Martes, 6 de Junio

 

 

Desembarco

lunes, 5 de junio de 2023

Hablaremos del gobierno


Camilo José Cela

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Camilo José Cela fue el último escritor clásico que lloró en España (donde “escribir es llorar”, aunque sea de risa), y Pío Baroja, su Baroja, le negó un prólogo para “La familia de Pascual Duarte”, porque “hombre, no quiero que me lleven a la cárcel, usted debe hacerse cargo”.


    Se supone que hoy, en este bar, uno tendría que hablar de la Liga, que está en ascuas, pero no lo haré porque su presidente envío hace dos meses al periódico un burofax (el primero que recibo en más de cuarenta años tirando folios) con todos los sellos, lacres y tampones reglamentarios y con exigencia de rectificación de la expresión “Liga de X” (en la x, el apellido de su presidente), porque, académicamente, el “de” preposicional, argumentaba el equipo jurídico, significa propiedad (sólo faltó la cita proudhoniana de “la propiedad es un robo”), y el presidente no es el propietario de la Liga, en vista de lo cual, y para no ir a la cárcel, hice lo que Baroja, y resolví no volver a escribir ni de la Liga ni de su presidente, pues tampoco tiene uno, hombre de paz, el temple y el dinero de un Bernard-Henri Lévy para ir de zascandil a los frentes de guerra.

 

 Haremos de Tip y Coll y hablaremos del gobierno, que al regalar el “caso Vinicius” a los enemigos de España (que no sólo son “el separatismo y el marxismo”, como señalaba el José Antonio de Petón) es responsable de la mayor pérdida de imagen internacional de la Nación desde los días de Fernando VII en Bayona.


    Ni que decir tiene que ahora me tiento la ropa cada vez que debo consignar que algo es “de” alguien, aunque creo que podré escribir sin sobresaltos “gobierno de Sánchez”. En la Francia pedorra de la Ilustración las personas de renombre, “en especial escritores”, acostumbraban asumir un título implícito por medio de un “de”: Jean “de” Racine, François “de” Voltaire, Caron “de” Beaumarchais. Barzun nos explica que la anexión de esta partícula se hacía con fines prácticos: estos hombres tenían amigos aristócratas; cuando iban a visitarlos, debían dar su nombre y, sin ese “de”, podría haberle sido negada la entrada o ser tratado con desdén por el esnob de turno.


    –En suma: en el XVI, un “de” no era indicio claro de que hubiera un antepasado que hubiese luchado junto a Carlomagno.


    En fin, que el “de” de “gobierno de Sánchez” no es indicio claro de que el gobierno sea comparable al de Sancho el Fuerte, hijo de Sancho el Sabio y cuñado de Ricardo Corazón de León. Para la rama deportiva, Sánchez es… Iceta, el ministro (una especie de inútil a lo Bartleby, el escribiente) que confesó vivir ajeno al “caso Negreira”, el mayor escándalo de la historia del fútbol europeo, hoy solapado con el revuelo de Vinicius, donde todos los instigadores mediáticos del acoso al futbolista del Real Madrid (jóvenes agitadores de TV, locutores chirriantes, viejas abadesas del columnismo y demás líderes de la cosa), al que tildaban de “provocador” (su única provocación consistió en elegir, entre Barcelona y Madrid, Madrid) se ponen ahora al frente de la manifestación… contra el racismo.


    Las dos reglas de Brown sobre el liderazgo recogidas por Arthur Bloch en “La ley de Murphy” son dos: “1. Para tener éxito en política, con frecuencia es necesario saltarse los principios. 2. La mejor manera de tener éxito en política es encontrar una muchedumbre que vaya a algún lado y ponerse delante”.


    El “caso Vinicius” es un caso típico de antimadridismo energuménico (exaltado por la cultura autonómica, fuerza disgregadora causante de la debilidad de España) que ante el mundo ha cristalizado... en racismo. Pudo ser cortado de raíz en septiembre, cuando, en el derbi madrileño, Vinicius fue recibido en el Civitas (nominalismo guasón) al grito de “mono”, que unos “telepollas” (¡gran hallazgo celiano!) de la telebasura sinonimizaron con “tonto”, escape escogido por los cenutrios para cantar en los estadios. Sánchez lloriqueó y La Sexta tituló: “Pedro Sánchez, ‘gran seguidor’ del Atleti [¡el equipo de Ana Frank!, según Petón], pide condenar los gritos racistas a Vinicius: ‘Estaba muy triste’.” Pero la fiscalía (“¿de quién depende la fiscalía?”) consideró que cantarle “mono” en orfeón, así, como recibimiento, a un jugador de color, dado el contexto de rivalidad deportiva, es una especie de chiquillada, y archivó el asunto. En febrero estalló el “caso Negreira”, y cuando los ingenuos esperaban una degollina como la del Tour con Lance Armstrong, resulta que aquí no dimitió, ni en la Liga ni en la Federación ni en el gobierno, ni un bedel, porque España es la Españeta. Para taparlo, los “se reactivó el revuelo Vinicius. El resto nos lo cuentan hoy las portadas de todos los periódicos y televisoras del mundo. Adiós al Mundial 2030 y certeza para todo español de ser afeado en el extranjero por “racista”. Otra conquista de los pranatos que en España se reparten las tajadas.



Lance Armstrong


LA PANZA DE ITURRALDE


    Ahora que nos la jugamos con la guerra cultural, ojo al “concepto esférico de la historia”, propio de la Konservative Revolution, que nos depara Iturralde, el árbitro que en 2011 regaló firmadas sus tarjetas del Clásico (5-0) a Sandro Rossell, al hilo del vicegol del Atlético al Espanyol: “Es un tema de perspectiva, Hay que tener en cuenta que el balón tiene una panza. Desde esa panza hay que trazar la línea para saber si el balón ha entrado o no.”

 

[Lunes, 29 de Mayo]

La de la Prensa. Victorinos para Ureña y De Justo, mano a mano. Corridón de la A coronada: Victorino, 6; Toreros, 0. Márquez & Moore

 

Ureña


JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ


¡Vaya corrida que ha echado Victorino hoy en los madriles! Vaya corridón de la A coronada, que habrá hecho relamerse en el cielo de los ganaderos buenos a Victorino Martín Andrés, al ver que sus toros siguen viniendo a Madrid a defender el honor de la divisa azul y encarnada, sin claudicaciones ni mojigaterías. Los que somos de los Victorino de Belador más que de Cobradiezmos nos hemos pegado un festín de cinco estrellas Michelín hoy con la corrida tan seria, tan rematada, con tanto trapío que Victorino Martín García nos ha traído a Las Ventas para darnos en los morros a los que llevamos un tiempecito quejándonos de que se está rebajando la exigencia en esta vacada, de que se está aguando la casta y de que se ha optado por ir al toro facilón en detrimento del exigente. Pues de eso nada, monada, que hoy han salido en la Monumental seis señores toros, cada uno con sus señas y sus características, que han venido a desbaratar las teorías conspirativas y a demostrar que ahí sigue el Victorino que amamos y del que somos firmes partidarios desde hace tantísimo tiempo, inasequible a modas y a mixtificaciones.


Playero, Gallego, Esclavino, Boliviano, otro Gallego y Director, números 48, 36,18,43,61 y 6 han sido los seis capítulos de esta espléndida tarde de toros que embarcaron en Las Tiesas para traer a Madrid en la Corrida de la Prensa, tras una deprimente Feria de San Isidro marcada indeleblemente por el torezno de vaivén, casi siempre amarrado a la juampedritis, y para explicar lo que es el toro de lidia, que porta en sus embestidas los problemas, las dificultades y las complicaciones que nacen de la casta. Ya estamos hartos de pedir que estas corridas de casta y de compromiso las maten los toreros de postín que se enseñorean abusonamente de la parte alta del escalafón a base de anunciarse hasta el sopor con las mismas aburridas ganaderías, y especialmente que a ese Julián de Velilla, cantado por sus chocarreros hagiógrafos como el epítome del poderío, podamos verle al menos una vez con ganaderías que no vengan ya podidas desde la finca, por ejemplo con estos seis de Victorino de hoy. En este sentido es necesario resaltar la disposición y la entrega de Paco Ureña y de Emilio de Justo para firmar este mano a mano y para embarcarse en la incertidumbre de esta apuesta, a la que tantos se habrían negado.


La cosa comienza con la salida de Playero, cárdeno de 529 kilos, que nos lleva a recordar al novillo de 535 de Los Maños, que es una pintura, una lámina de La Lidia, un tratado de armonía y de seriedad que al descubrir ante él a un señor con un capote le aprieta con firmeza y decisión hacia los adentros obligando al del capote, Paco Ureña, a cavilar y a sacarse al toro hacia los medios en una eficaz y templada brega. Se pone al toro frente al jamelgo que monta Ignacio Rodríguez y éste se arranca con prontitud y toma dos varas, empujando y sin cabecear en la primera y dejándose pegar en la segunda. Quite por chicuelinas de Emilio de Justo de poca enjundia. El toro, que tiene su personalidad y sus propias intenciones, campa a sus anchas por la Plaza haciendo relativo caso de los capotes y pasa el tema de las banderillas dando el aprobado a Agustín de Espartinas y a Azuquita, que se ganaron el jornal. Brinda Ureña el toro a SM el Rey que está sentado en el 9 junto a Paco Ojeda y a un señor blandito y gordete y comienza su trasteo por abajo, luego prosigue con la derecha y en seguida viene el primer momento de compromiso cuando el toro ve al torero y este se libra por hallarse tras la pala del pitón. Este es el primer momento comprometido de la tarde para Ureña, pero muy pronto viene la segunda en la que Playero derriba al torero y se queda aquerenciado con él entre las patas y sin seguir los capotes, las cosas de la casta que tanto odian. Tras la paliza sigue Ureña su porfía con visibles muestras de estar medio conmocionado, ante un toro que va desarrollando sentido de lo que va aprendiendo y ante el que Ureña pone valor y torpeza a partes iguales. El toro se raja y se va hacia el 5 y ahí es donde se verifica el último acto del drama de Ureña, quedándose en la cara del toro al herir y cobrando una estocada contraria que precisa ser reforzada con el descabello. Recibe una ovación y se va a tablas hecho un Ecce Homo.


Playero no le hace sombra a Gallego, cárdeno oscuro al que Emilio de Justo, de tabaco de Virginia y oro,  brega con eficacia sobre las piernas sacándoselo con torería hacia los medios y rematando con una media que podría haber firmado Bombita. Su paso por el negociado equino se resuelve empujando con fuerza sobre un pitón y levantando la cara en la primera consulta y sin emplearse en la segunda. Tiene Gallego un aire menos malicioso que su antecesor y hermano y ahí aparece Emilio de Justo a hacer su faena, tras brindar a SM, que es tan igual a sus otras faenas, y que despierta por momentos el entusiasmo de las gentes que sienten sincero afecto por este torero. La verdad es que entre sus problemas de colocación y los chillidos que le mete al toro, la cosa no cobra vuelo, aunque saca unos derechazos de buena traza. Lo de los chillidos es horrible, verdaderamente. Las gentes juzgan con benevolencia al torero que hace su faena en los medios, cosa estimable, así como su temple, obviando su colocación y su abuso del ventajoso pico en los cites. Remata con unos naturales de frente dados de uno en uno con diversa fortuna y cobra una estocada caída y tendida. Los peones se ponen a hacer la rueda y desde la barrera los alguacilillos, doña Rocío y don Francisco Javier, espectadores de primera fila, parecen hipnotizados por esos peones giróvagos, sin que les llamen la atención por su poco torera y antirreglamentaria actitud.


Otro pavo es el cárdeno Esclavino, al que Ureña recibe por verónicas que el animal se traga. El toro demuestra en el quite de Emilio de Justo por chicuelinas su forma de meter la cara, actitud que se manifestará más adelante. En la primera vara empuja con fuerza sobre un pitón y en la segunda acude de largo alegremente y vuelve a empujar sobre un pitón con menos convicción que la vez anterior. El toro tiene su presencia y su casta e impone respeto, pero demuestra su clase cuando se le lleva toreado y se le guía. Bonito inicio doblándose con el toro y jaleada serie con la derecha a continuación, un poco fría, otra tanda igual bastante superficial manda al tendido el mensaje de que aquello no va a fluir. Es el toro de mejor clase para la muleta y Ureña a duras penas puede sostener la posición. El intento con la izquierda es de bastante menor intensidad, con enganchones, aguanta un espeluznante parón de manera impávida que le reporta sinceros aplausos y ya está acabando su labor en la que da la impresión de que ha estado por debajo de las condiciones del toro. Primero pincha y sale corriendo tirando la muleta y luego, perfilándose muy en largo,  estocada delantera que tumba al toro. Le dan una oreja de poco peso.


A estas horas, viendo el corridón que llevamos, todo el mundo se relame de gusto con los tres que quedan y ahí está saliendo por los chiqueros otro cárdeno, Boliviano, otro tratado de zoología que acepta la propuesta de verónicas de De Justo. Toma la primera vara con alegría y empujando y lo mismo la segunda, siendo bien picado por Germán González que es el único de los del jamelgo que ha dejado algo para el recuerdo. En banderillas el toro es más cauto y hay diversas pasadas en falso antes de cambiar el tercio. Brinda Emilio de Justo al sobresaliente Álvaro de Lacalle, que se lleva una llorera, y justo cuando comienza su labor aparece un arco iris sobre el 7. El toro embiste con todo, una preciosa embestida para tener enfrente a un tío y De Justo cosecha series del montón sin meterse en el sitio donde se hace el toreo bueno, el toro exige mando y colocación, además del temple que le da su matador que decide rodear al problema antes que meterse con él de lleno. La embestida del Victorino tiene una extraordinaria clase y personalidad y a medida que se va pasando la faena el torero, casi siempre por afuera, se va crispando, aumenta sus chillidos y no manda al tendido ninguna percepción de compromiso y de verdad. Faena larga y mala, en la que el torero ve el toro que se le va y le pilla el primer aviso en medio de un muletazo. Una estocada chaquetera con derrame es lo que le receta al toro en pago por su clase.


Cuando parecía que la tarde ya no podía ir a más, ahí sale el impresionante Gallego, otro cárdeno saludado a base de aplausos por la afición. Entra al caballo por vez primera empujando y con menos nota en la segunda. Le ponen las banderillas de una en una y cuando hay cuatro en su espalda cambian el tercio para que Ureña se disponga a vérselas con él. El toro, volvemos a decir que impresionante, no regala nada: lleva la cara arriba y mira mucho más de lo que debe, gazapea y se entera de lo que le rodea. Ureña opone a eso su valentía y su decisión, aunque se ve que eso no es lo que el animal precisa, ni los enganchones que le propina en la muleta, que no hacen nada de bien para los intereses del diestro. Acaso está conmocionado o acaso es que Ureña no se aclara bien con este encaste, el caso es que parece que el toro le viene grande, y cuando opta por acortar distancias y meterse en cercanías, se huele la cogida que, efectivamente llega. Vuelve a la cara del toro, todo valor y finalmente pincha una estocada recibiendo, produciéndose una extraña confusión con Agustín de Espartinas, cuando se cruzan y el toro se queda en los pitones con el capote del peón, que le hace el quite. Luego, media estocada, aviso y otro aviso para acabar con el toro más complicado de la tarde.


Y ya, como remate, el sexto, Director, otro cárdeno que es recibido de salida con una nueva ovación. El toro acude a empujar mientras recibe buen quebranto en la primera vara y provoca un feo marronazo en la segunda, en la que se le pega menos. Ahí está de nuevo Emilio de Justo haciendo la misma faena y ahí tenemos al toro que se empeña en decir por señas dos cosas: la primera, que él no está ahí para tonterías, la segunda que es un toro de triunfo grande, de los que lanzan a un torero y le hacen un ídolo. Para llegar a lo segundo hay que apostar fuerte y jugársela y Emilio de Justo no está por esa labor en ese momento, por lo que la cosa se va desarrollando más a favor del toro que del torero que, en un momento, se queda perfectamente colocado y cobra un sensacional natural, puro toreo, espejismo de lo que acaso podía haber sido la faena. El toro se le ha ido pero él remata con adornos que no molestan y cobra un metisaca, un pinchazo y un bajonazo adobado con un último y estridente chillido. Le pesará este toro.


El resumen es que Victorino 6 / Toreros 0, en una espléndida tarde de toros con el mejor ambiente que se haya visto en Las Ventas en todo lo que llevamos de Temporada 2023 y con un encierro, sacando al mayoral a saludar, que nos ha llevado al recuerdo de Ruiz Miguel, Esplá, Miguel Márquez, Ortega Cano, Andrés Vázquez o El Cid y los que se quedan en el tintero… ¡Enhorabuena, ganadero!



El mayoral

    

ANDREW MOORE

 









LO DE UREÑA

 








LO DE DE JUSTO

 




FIN