miércoles, 28 de febrero de 2018

En la muerte de Quini

 Quini, amable ante el nº1 de mi Don Balón.  1976

Sporting: Castro, Pascual, Redondo, ¿Herrera?, Piñel y José Manuel
Abajo:Ciriaco, Mejido, Quini, Fanjul y Churruca (1974)


Francisco Javier Gómez Izquierdo

   Un servidor era quinto ese año y el partido fue por la mañana a las doce, si la memoria no me falla. Lo que es seguro es que ÉL nos metió tres golazos. Un 0-3 en El Plantío en uno de los años gloriosos de aquel Spórting que empezó a construir Luis Cid Carriega, otro que se ha llevado este febrero traidor, con cimientos inolvidables: Churruca, el calvo Valdés, los hermanos Herrero, el 2º fallecido con apenas 60 años, el también difunto José Manuel que llegaría al Burgos como gerente y los hermanos Castro. Jesús y Enrique. El portero Jesús se ahogó al  intentar salvar a dos niños ingleses y a Enrique, Quini, Quinocho, el Brujo le reventó ayer el corazón.
     
Aquel 0-3 significaba el descenso del Burgos a los infiernos (al poco nos desapareció la FEF), pero los aficionados mirábamos al Spórting embobados como alternativa a los grandes. Quizás a los jóvenes les cueste creerlo, pero a finales del 70 y principios de los 80 el Spórting, la Real y el Athletic eran élite ¡Qué centro del campo con Ciriaco, Joaquín y Mesa! Aquél fue el año de un Mesa giboso, excelso y demoledor. Centraba Ferrero, uno de los mejores extremo-izquierda que haya habido nunca y... remataba Quini, el pichichi de la época. Con menos goles que los Messi y Cristiano pero mucho más trabajados. Un gol de aquellos valía lo que cinco de los modernos. El Barça se lo llevó aquel verano por una millonada.

     El Spórting del 79 lo entrenaba Novoa, que diez años después vendría a Burgos a resucitarnos y guiarnos con mano maestra de nuevo en Primera, sin que en Gijón se notara en demasía la marcha de Carriega. El cariño a la cantera -los guajes de Mareo- y el fútbol que estos dos entrenadores inculcaron en la ciudad, más el carisma de Quini, hicieron a España simpatizante del Spórting. Tengo puesto que hasta los árbitros miraban y miran con buenos ojos al equipo asturiano, pero póngase la opinión entre paréntesis, si así les parece.
     
A Quini se le quería antes del secuestro, de la desgraciada y heroica muerte del hermano y mucho antes del cáncer vencido. Es sabido que los accidentes y enfermedades nos vuelven misericordiosos. Muy pocos futbolistas transmiten tantas sensaciones (vibraciones dicen los psicólogos) positivas como Quini. Dicen que uno de los primeros fue Zarra. Quizás Valerón y puede que Iniesta, pero a éste le pitan en San Mamés, cosa que a Quini no le ha sucedido en ningún estadio. Puede que tantas toneladas de empatía colectiva se amasaran en 1981, pocos días después del golpe de Tejero y recién acabado mi servicio militar, cuando unos delincuentes de baja estofa lo secuestraron para hacerse ricos. Para mí que en aquellos 20 días todos le adoptamos y puede que sea por eso por lo que cuando viene el Spórting a jugar contra nuestro equipo, los aficionados veteranos disimulan con la chiquillería para hacerse una foto mejor con el delegado que con los jugadores.

      Descanse en paz, Quini.

Estabilidad

Jacques Rueff, alma de la estabilización española

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Los gobiernos de Rajoy son como los domingos ingleses: los periodistas aguardan el milagro de que a un camarero se le caiga la bandeja al suelo y tengan algo que contar. Esa bandeja es Don Guindos, que se va con un buen enchufe al Banco de frau Merkel. Como tampoco Don Guindos es un Juan Antonio Bravo y Díaz Cañedo, Rajoy no tendrá ninguna dificultad para sustituirlo, y ya está.

“Estar” es el ser del marianismo, que en eso Rajoy nos ha salido hamiltoniano: sin estabilidad, ningún gobierno es respetable. Desde el Plan de Estabilización del Opus en el 59, no se veía a los flabelíferos del estatismo tan contentos.
Ocurre con la estabilidad igual que con el queso, hay que tomarlo antes de beber, para que el vino no se suba a la cabeza: la estabilización es previa al desarrollo –dijo Jacques Rueff, ideólogo de la estabilización francesa, a López Rodó, comisario del desarrollo español.
Mientras “nos estamos”, fingimos creer que un día “nos desarrollaremos”, versión pobre de aquel fingir de los ricos los domingos en la iglesia la creencia en que los pobres heredarán un día la tierra. En una palabra, la socialdemocracia, descrita en “El Estado Servil” por Belloc (católico ortodoxo seguido por Hayek, no se vaya nadie a creer…), que escribió su libro para probar la verdad siguiente: “Que nuestra sociedad, con los medios de producción en posesión de unos pocos, hallándose en equilibrio inestable, tiende a estabilizarse mediante la implantación del trabajo obligatorio, legalmente exigible a los desposeídos, para beneficio de los poseedores… Los hombres serán divididos en dos clases: la primera, económica y políticamente libre, en posesión, ratificada y garantizada, de los medios de producción; la segunda, sin libertad económica ni política, pero a la cual, por su misma falta de libertad, se le asegurará la satisfacción de ciertas necesidades vitales y un nivel mínimo de bienestar…”

Qué signifique “estar-en” el mundo, sólo Heidegger lo sabe.

Miércoles, 28 de Febrero


La de las Pollas de agua y Fochas es la mas divertida, y casi segura si se llevan buenos Perros.
D.J.M.G.N.

martes, 27 de febrero de 2018

Pesadumbres futboleras



Nuestro Plantío. Con su lateral aún de pie 


Francisco Javier Gómez Izquierdo

     Asuntos menores que no incomodan me han tenido unos días en la casa de la madre en Gamonal alejado de El Arcángel cordobés y de ese fútbol que dicen de plata y que tanto malos tragos me hace beber esta temporada. El caso es que va a ser cuestión de prodigar las ausencias pues ha sido faltar un servidor y ganar mi equipo 2-1. Precisamente al Valladolid. El Pucela. El secular rival del Burgos, mi auténtico y verdadero amor balompédico. Se agradece que el Promesas vallisoletano juegue en otro grupo de 2ªB, pues sería humillante pelear contra los hijos del enemigo.
     
Andan en Burgos querenciosos con el ascenso y como con Patxi Salinas no se ganaba, la directiva acaba de fichar al asturiano Alejandro Menéndez, buen entrenador de canteras (Celta y R. Madrid) que se ha estrenado con un triunfo ante el Arenas de Guetxo, al que entrena Jon Pérez Bolo, aquel delantero centro con cara de bueno. Los aficionados de mi época dicen que no. Que no hay mimbres y que a ver si al año que viene con retales de los vascos y Plantío nuevo se prepara un equipo decentillo.

     Es cierto que ya es tiempo que el Burgos ascienda a 2ª división y abandone el triste deambular -sin goles, sin juego...- por la categoría que dicen de bronce. Para calentar los propósitos, el Ayuntamiento está dispuesto adecentar El Plantío. Cambiarle la honrosa vetustez y vestirle a la moderna, con esos envoltorios como de cajas de bombones que lucen los estadios europeos tal que San Mamés, el Amsterdam Arena, el Metropolitano. No sé... El Plantío está como hace cuarenta años y huele al viejo fútbol del centro al área. A mí me gusta bajar la Quinta y darle la vuelta para volver a ver el gol al Baracaldo de Juanito que no vio Sánchez Arminio, el penalty que Cruyff falló adrede, conforme  propia confesión, para no calentar más el ambiente, la euforia de Juric que sirvió de sintonía en el Estudio Estadio, los cinco goles a Iríbar, la nevada contra el Betis, los entrenamientos de Naya... 
     Ésta es  la 2ªB de equipos que un día nos hicieron felices. Nostalgias, porque en verdad el fútbol de la categoría es para drogadictos que se meten, nos metemos, lo que nos echen. Veo al Burgos y estoy viendo al Córdoba al año que viene contra el Badajoz, un poner, donde aún juega Guzmán Casaseca, tímido extremo y excelente persona, al que precisamente tanto en Córdoba como en Valladolid, hubo extravagantes que no entendimos el escaso rendimiento que se le sacó a su velocidad. Iremos a El Arcángel y buscaremos a Núñez en el Recre, si se salva, o al canario Airam Cabrera en el Extremadura...; sufriremos con bíblica paciencia lo que el futuro nos tenga preparado con la seguridad de que un junio por venir nos arrastrará la euforia colectiva como si ascender a 2ª fuera cosa del otro mundo.

     Les confieso humildemente que escribo estas letras con la dolorosa sensación, a pesar de la última victoria, de que no tenemos remedio y no saben ustedes lo que me alegraría que el presidente de mi peña, sin ir mas lejos, las guardara y me las restregara al final de  temporada en los morros.

TOROS Y FILOSOFÍA HOY: DOS FORMAS DE JUGARSE LA CABEZA (1. Paseíllo; 2. ¿Cómo lidiar este toro?; 3. Entre metafísica e inventario)


Algunos contratiempos personales no me permiten seguir de momento con mi interminable periplo por el laberinto de los nacionalismos. Mientras tanto les propongo un folletín en 10 entregas, sin duda un poco tedioso, pero nadie tiene la obligación de leerlo¡off course! Se trata de la reflexión alrededor del estado actual del pensamiento sobre Los Toros, que me ocupó parte de la primavera pasada. Ojalá alguno le encuentre algún puntito de interés ¿Quién sabe? (JJPC) 



Bonifacio 1995 Tauromaquias

1. TOROS Y FILOSOFÍA HOY: DOS FORMAS DE JUGARSE LA CABEZA

«Antes creo, Sancho -dijo don Quijote- que te quieres
 encaramar y subir en andamio por ver sin peligro los
 toros». (Don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Capítulo XIV).

                                                                   Jean Juan Palette-Cazajus   

(1. Paseíllo; 2. ¿Cómo lidiar este toro?; 3. Entre metafísica e inventario)



1. PASEÍLLO

El etnólogo Louis Dumont relataba las duras y básicas tareas de su profesión. La de indagar si existen, en las lejanas comunidades estudiadas, formas del saber comparables a las que nosotros practicamos y si existen, entre nosotros, formas del saber identificables con las que ellas practican. La de construir conceptos y valores susceptibles de dar cuenta de tan incierta totalidad de semejanzas y diferencias. Nosotros, occidentales, hemos construido un poliedro del saber cuyas caras múltiples trinchan de algún modo la realidad de nuestra percepción en rebanadas epistemológicas. Cada categoría tiene así su rebanada particular que corresponde, queremos pensar, a una porción del saber total. Solemos hablar así de ciencias duras o exactas, de ciencias humanas, sociales. Y cada una de las citadas ciencias se va ramificando a su vez en otros poliedros sucesivos que funcionan según el conocido modelo de las matrioshkas rusas y siguen rebanando la realidad en incontables e interminables lonchas subordinadas. Al final, no sabemos cómo sabemos, ni sabemos si sabemos.

Hubo una época no tan lejana en que se pensaba que esta función totalizadora, esclarecedora era la que le correspondía a la filosofía. Por más que a lo largo de la historia ésta quedase progresivamente amputada de todo aquello que se fue configurando históricamente como campo de las ciencias concretas. Tras una época de dudas e incertidumbres casi letales, así despojada, desnudada y violentada, la filosofía volvió a creer por un momento en un nuevo papel sintético capaz de devolverla a una casi platónica aurora. Desengañémonos. Ahora la filosofía sólo puede ser una actividad espeleológica. Porque sólo en los intersticios dejados por las ciencias soberanas, sólo en los socavones, profundos como simas, que se abren debajo de las autopistas del tecnouniverso encuentra hoy el alimento de su supervivencia. Filosofar ya no es una evidencia sino un reto.

Por Tauromaquia entenderemos el conjunto de las prácticas taurinas actualmente vigentes.  Es decir que hablaremos esencialmente de la llamada «corrida de muerte”,  pero sin descartar el variopinto conjunto de tradiciones y prácticas populares alrededor del toro bravo. ¿Puede ser la tauromaquia un objeto de la filosofía?  ¿Por qué no? ¿Puede ser la filosofía un instrumento para pensar la Tauromaquia? Aquí las cosas se complican. Nos bastará de paso recordar que si la filosofía encarnó siempre la pretensión universal de la cultura occidental, la tauromaquia tiene una dimensión profundamente local. Veremos que la Tauromaquia sólo es concebible para la mente en tanto que práctica excepcional, en tanto que fenómeno insólito. Es decir problemático. Si la filosofía internacional ignoró las corridas de toros, la filosofía española no le fue, en gran medida, a la zaga. El objeto aparecía particularmente incómodo. Como le pasó a Ortega y Gasset que tras afirmar en numerosas ocasiones la importancia de la tauromaquia en la historia española, tras proclamar su voluntad de dedicarle el texto fundamental que se merecía, dio finalmente lo que los aficionados llamamos familiarmente la «espantá».

Incontables fueron en la literatura taurina los títulos que recurrían a modo de salvoconducto o de traje de gala, a la palabra «filosofía». En la primera mitad del siglo XIX, Santos López Pelegrín, taurinamente apodado «Abenamar» publicó una Filosofía de lo toros; en los años 20 del pasado siglo, el ganadero Félix Moreno Ardanuy ofrecía su Filosofía taurina; diez años más tarde el escritor carlista Torralba de Damas añadía su Filosofía del toreo. Repetía título el crítico taurino  Giraldillo  en 1951. En 1961, el periodista radiofónico Rafael Campos de España se atrevía con una Historia crítica de la filosofía del toreo. Y los que nos dejamos en el tintero. Nada de lo que cuentan interesa nuestro objeto.

2. ¿CÓMO LIDIAR ESTE TORO?

La Tauromaquia podría ser un excelente objeto para la filosofía. Pero la filosofía no ha encontrado jamás ni la forma ni el lenguaje con que saber hablar significativamente de la tauromaquia. Los aficionados decimos de ciertos toros que son «inciertos», es decir que su comportamiento resulta impredecible, generalmente tirando a peligroso, con arreglo a los criterios generales de la etología comportamental del animal durante la lidia. Digamos que la Tauromaquia es un objeto fundamentalmente incierto. Una gema de particular brillo y dureza que ha roto sistemáticamente los dientes de quien intentara hincárselos. En realidad podríamos afirmar que sólo se empezó a reflexionar «seriamente» sobre toros a partir de la segunda mitad del siglo XX.  Salvado algún que otro francotirador, Leiris, Bergamín. Salvada la publicación, en 1943, del primer tomo de Los Toros. Tratado técnico e histórico bajo la dirección de José María de Cossío, el futuro y mítico «Cossío”.

 Veremos que intentar reflexionar seriamente sobre las Toros difícilmente se conseguirá, si no recurrimos en algún momento a las ciencias humanas. Entenderemos  que la filosofía es hoy tanto madre de las ciencias humanas como hija suya según los casos. Y entenderemos sobre todo que su actual carácter errático le sigue otorgando un estatuto libre e independiente. Por fin, no echaremos en saco roto la frase de Lévi Strauss: «Las “ciencias humanas” sólo son ciencias mediante una halagüeña impostura». Modernamente se ha intentado hablar de toros desde una perspectiva ética, estética, metafísica, ontológica, axiológica, simbólica, sociológica, etnológica, sicoanalítica, lúdica,...podríamos seguir. La primera tentativa en ese orden fue seguramente la de Michel Leiris con su insólito Espejo de tauromaquia publicado en 1938. Nada gratuito resultaba el hecho de que Leiris uniera en su persona el espíritu de los surrealistas y la voluntad etnológica. Desde entonces cabe contemplar seriamente la hipótesis de que las mejores reflexiones sobre la tauromaquia hayan ocupado siempre un espacio incierto entre el rigor y el delirio.

 Deberemos preguntarnos en algún momento  si puede hablarse en este caso de hecho social total según la definición que diera Marcel Mauss. Parece que el enfoque adquiere nitidez, que la tauromaquia se desvela con menor reticencia cuando el prisma es etnofilosófico. Lévi Strauss, de inicial formación filosófica, terminó concluyendo que ni la filosofía contestaba las preguntas que ella misma suscitaba, ni todas las preguntas necesarias cabían en la filosofía. En los mismos años en que Lévi Strauss lidiaba con las dudas que iban a determinar su itinerario intelectual, despuntaba en Alemania una corriente del conocimiento que, a su manera, reflejaba las mismas preocupaciones. Me refiero a la llamada «Antropología filosófica» alrededor de Arnold Gehlen y Helmut Plessner. Aquellos hombres trataban de integrar a la reflexión filosófica no solamente las aportaciones de la etnología sino también las de la biología, de la zoología, de la naciente etología, de la paleoantropología. Exponían un ser humano carencial y excentrado por definición. Le buscaban un suelo naturalista al peregrinaje óntico de Heidegger. Pero donde ellos privilegiaban un arquetipo humano etnocentrado en la propia cultura, llegando en algún caso, particularmente el de Gehlen, a coquetear con el nazismo, Lévi Strauss trató de intuirlo en la diversidad de las culturas: «Observar las diferencias para descubrir las propiedades». A esta filiación añadiremos el nombre de Philippe Descola, heredero directo y prestigioso de Lévi Strauss, cuya voluntad de pensar Más allá de naturaleza y cultura contribuye a arrancar la tauromaquia de las garras de retóricos y lacrimosos. 

 Hoy la tauromaquia atraviesa una situación de absoluta emergencia. Padece un acoso despiadado por parte de poderosos grupos de opinión . Si los activistas antitaurinos siguen siendo minoritarios, la mayoría de la sociedad oscila entre la indiferencia y la hostilidad. No nos hagamos ilusiones,  «es la lucha final» y los aficionados a los toros se encuentran minoritarios y solitarios frente a una configuración ideológica de alcance mundial definitivamente instalada en el corazón de las mentes posmodernas. Dicho de otra manera, cualquier reflexión sobre los Toros se ha convertido en una actividad bélica, en una experiencia de la trinchera. Cualquier aproximación distanciada a la tauromaquia aparece irrisoria, impracticable, por no decir aporética. El problema es que razonar en situación de emergencia no es bueno ni para la calidad del pensamiento ni para la lucidez del pensador.

La gran etnóloga británica Mary Douglas, escaldada por los hábitos mentales heredados del estructuralismo, desconfiaba profundamente de todo pensamiento binario y de «aquellos que declaran que existen dos clases de gente o dos clases de realidades o de procesos». Vemos hoy que los sistemas binarios son esenciales en las ciencias de la computación y muestran asimismo su importancia, en ramas esenciales del saber, desde la biología evolutiva hasta los avances de las neurociencias. La tauromaquia sólo constituye uno de los términos de un binomio. El otro es su antítesis negativa, la expresión de los constantes enemigos que la acompañaron con histórica fidelidad. Creo así que toda tentativa de aproximación filosófica a la tauromaquia exige hoy verse completada por un conocimiento mínimo de las fuentes y fundamentos del actual pensamiento filoanimalista. De lo contrario, sencillamente no nos enteraremos del objeto de nuestra reflexión. Al final nos encontraremos con que la reflexión sobre la tauromaquia y sus prácticas, de periférica en los reinos de la filosofía está en vías de convertirse en el envite de las preguntas más centrales y actuales sobre la identidad y la continuidad de la especificidad humana.

3. ENTRE METAFÍSICA E INVENTARIO

2009 veía la tardía publicación de Metafísica taurina, un sorprendente libro de Cecilio Muñoz Fillol. Iniciada en fecha muy anterior y concluida en 1950, la obra no se editaría. El autor era un curioso sabio enciclopédico, un humanista digno del Quattrocento, resurgido en el pueblo de Valdepeñas (Ciudad Real) donde naciera en 1909 y falleciera en 1979. Licenciado en veterinaria y luego en filosofía y letras simultaneó el ejercicio de su profesión inicial con la docencia, dejando aparentemente un hondo recuerdo entre su alumnado. Hombre activo e incansable, encontró tiempo para escribir 30 obras de teatro, 11 novelas y 30 ensayos. Abnegado y desinteresado, fue el primero en despreocuparse del destino editorial de muchas de sus obras.

La Metafísica taurina de Cecilio Muñoz Fillol es un objeto de literatura taurina altamente inusitado y significativo. Digamos que anticipa y de algún modo sintetiza, todo el repertorio temático que a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y hasta nuestros días irán abordando los posteriores estudiosos de la tauromaquia. Lo evoqué hace un rato: mitología, simbología, psicología, estética, ecología, etología y para liar la salsa una buena dosis de metafísica en el sentido más convencional y menos universitario de la peligrosa categoría. Los años de redacción, los de una dura y provinciana posguerra civil, marcan indudablemente el sino de la obra. Cecilio Muñóz Fillol tampoco era un especialista de las plurales ramas del saber con que se atrevía y las imprescindibles fuentes de documentación bibliográfica no abundarían en la Valdepeñas de los años cuarenta. La obra resulta hoy un extraño y fascinante objeto arqueológico. Bastantes páginas conservan cierto interés. Pero domina la sensación de obsolescencia y a veces se impone cierto desasosiego ideológico: «La crueldad, es innata en el hombre y no ha podido contra ella nada la civilización [...] en todo hombre palpita un coeficiente de crueldad de carácter atávico más o menos pujante, más o menos dormido, más o menos latente, porque es la herencia de Caín, el superviviente del primer crimen». O también: «Lo más turbio de las almas turbias y lo más turbio de las almas limpias, que en éstas duerme en la infraconsciencia sin emerger jamás, brota en la fiesta de los toros como descarga que exonera la infectada maraña de la humana maldad. Y queda el alma purgada, de momento, de malos instintos [...]». Estilo y construcción dan idea de la tonalidad general de la obra. Reciente la tragedia del caínismo nacional, tenía Don Cecilio sobradas razones para dar rienda suelta a una retórica pesimista. En cuanto al supuesto aspecto catártico de las fiestas de toros dio mucho juego en los años posteriores, con menos ingenuidad y más pedantería. Cecilio Muñoz fue realmente un pionero. 

Parece que conocía varias obras de Ortega y Gasset y se infiere que tenía un conocimiento más o menos rudimentario de Freud y de Nietszche. No sé si fueron tales fuentes las que le sugirieron atreverse a una muy peculiar teoría sobre la existencia en la humanidad de un universal «sentido taurino» predeterminado por un supuesto «instinto taurino», sobre cuyas modalidades y factores de transmisión glosa abundantemente frente a nuestra dubitativa perplejidad. «Excéntrico» en el sentido más etimológico, y ello por su carácter absolutamente etnocéntrico, es adjetivo que le  conviene como anillo al dedo al libro de Cecilio Muñoz Fillol aunque sólo fuese por la manera tardía y periférica en que ha llegado a nuestras manos. Cabe pensar que el erudito manchego tuviese en mente, cuando se lanzó a la redacción de Metafísica taurina, la reciente publicación, en 1943 y 1947 de los tomos uno y dos de la gran obra impulsada por José María de Cossío. Con Metafísica taurina Cecilio Muñoz Fillol asumió la misión de añadir al seco Tratado técnico e histórico su propio tratado dictado desde la desbordante subjetividad.

En el origen del enciclopédico proyecto pilotado por Cossío estuvo Ortega y Gasset. Por primera vez, los toros se convertían en objeto de reflexión, de totalización y de recapitulación. Tal proyecto habría sido impensable si no hubiese habitado el espíritu de sus iniciadores el sentimiento de una decadencia. Cuesta hablar de decadencia en un período inmediatamente posterior a la llamada «edad de oro» del toreo, la que viese el acmé de los legendarios José Gómez Ortega, «Joselito» (1895-1920) y Juan Belmonte (1892-1962) y las plazas llenas como en pocos momentos históricos. Pero el Ortega posterior a La rebelión de las masas, coherente con el propio pensamiento, «bajo la introspectiva posición de afrontar lo taurino, había creído reconocer tras un momento climático en el duelo entre Belmonte y Joselito, un momento de madurez que si no podía sostenerse llevaría a la Fiesta a un estadio de éxodo y putrefacción» [Nota 1].

Nota 1. GONZÁLEZ ALCÁZAR, Felipe: Paquiro o de las corridas de toros. Ortega y la tauromaquia. Revista de Estudios Orteguianos N.º 16/17 2008

Bonifacio Alfonso

Arqueos



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

El resumen más periodístico de Arco se lo oí hace una docena de años al pintor Pepe Cerdá:

Qué sitio más feo. Qué ridícula impostación de todo el mundo. Qué tontorrón es todo.
Él se consolaba pensando en la anécdota de Rockefeller cuando su limpiabotas le pidió consejo para invertir en bolsa: el millonario reaccionó sacando todo el dinero que tenía en acciones… y sucedió el crack del 29, que no es nada al lado de lo que, según el periódico global, puede suceder en España porque una galería de Arco retiró unas fotografías políticas.

¡Nos matan la democracia! –denuncian sus editorialistas.

A la democracia nadie le ha visto el pelo por aquí, pero ocurre que, así como el contacto momentáneo de dos imágenes produce una metáfora, el contacto casual de dos palabras, “cultura” y “censura”, produce globitos de demagogia que alegran la vida de un país que incluye unánimemente en su código penal (el auténtico baremo político de una sociedad) la arbitrariedad suprema: el delito… ¡de odio! Enchiquerar a alguien no por sus actos, sino por sus sentimientos es el último grito en la industria del progreso.

Uno de los popes de esa industria, el Nobel Vargas (¡aquel entrañable Varguitas de Julia Urquidi!), publica ahora sus memorias políticas, que es como si Mariano Rajoy publicara sus memorias literarias. Vargas cree que liberalismo es sinónimo de democracia, y dice que la España de 1975 (la octava economía mundial, entonces, con un déficit del 7 por ciento del PIB, frente al actual 110 por ciento) era… ¡Tercer Mundo!, pero en 1975 el país rescatado (como Grecia hoy) por el Fondo Monetario Internacional fue la Gran Bretaña arruinada por el laborismo de Edward Heath, que daría paso al “thatcherismo”.

Enternece, en el arqueo, ver al editorialista del periódico global jugando a Max Stirner, aquel que recordó que fue en la época de su mayor libertad cuando Grecia estableció el ostracismo, desterró a los ateos y sirvió la cicuta al más probo de sus pensadores.

Martes, 27 de Febrero


Aunque son peculiares de la Península y habitan siempre en ella las Pollas de agua, Fochas, Anades y Patos, Chapuces, Gansos, y otros pájaros llamados de agua porque nadan y se zambullen en ella, y están en sus cercanías, es también cierto que en el Invierno vienen á España del Norte éstos y otros pájaros.
D.J.M.G.N.

lunes, 26 de febrero de 2018

La colina de la Hamburguesa



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    En mayo del 69 el alto mando estadounidense destacado en Vietnam ordenó la toma de la colina 937, próxima a la frontera con Laos, por su inexplicable valor estratégico. A las tropas les llevó once días de ataques a sangre y fuego conquistar la colina. Las pérdidas en vidas fueron apabullantes, razón por la cual aquella posición, jalonada de carne picada, fue bautizada como “colina de la hamburguesa”. Dos días después de haber sido tomada, los conquistadores recibieron la orden de abandonarla, y de ella no volvería a saberse hasta 1987, cuando John Irving tuvo la ocurrencia de llevar aquella extraña historia al cine.

    Benzemá es la colina de la hamburguesa en el Madrid de Zidane. Tú lo miras y sólo ves una loma, pero el alto mando madridista insiste en que su valor estratégico es máximo en el control de las líneas de ataque del equipo. De hecho, Benzema es el único jugador exento de labores defensivas. ¡Qué no daría Alexis Sánchez por la bula de Benzemá! Alexis es el segundo salario de la Premier, pero no pone el entusiasmo correspondiente a la hora de defender, y en la prensa sus admiradores tratan de justificarlo con la teoría de que los extremos no se inventaron para la defensa.
    
Preguntaré a Beckham la próxima vez que lo vea si cuando él jugaba se quedaba mirando la portería o bajaban a defender –contestó Mourinho en Sevilla cuando le plantearon el caso–. Si tienes la posesión atacas, y si no la tienes, defiendes. Parece que algunos quieren inventar un nuevo deporte, pero yo no lo veo. En los equipos importantes todo el mundo ayuda.
    
Todo el mundo, menos Benzemá, que sale al campo liberado de servicio de defensa. Es más: la Liga es para él un programa de puesta a punto para el Gran Día, que es la eliminatoria contra Unai Émery en París.
    
En el papel del teniente coronel Weldon Honeycutt, Zidane dice que con Benzemá irá a muerte hasta el final. Cristiano lo sacó a saludar tras la asistencia que le dio en el primer gol al Alavés, y no se recuerda otro caso igual de Cristiano agradeciendo públicamente asistencias de un compañero. El delantero centro del Madrid lleva tres o cuatro goles en lo que va de temporada, cifra que a Cristiano le viene de vicio para sus “narcisinios. ¡Cuesta imaginarlo peleando por la piñata con un tal Luis Suárez!
    
Y mientras florece en el campo Benzemá, puesto entre algodones de público, prensa y entrenador (aunque ya predijo la marmota Phil de Punxsutawney que este año la primavera se retrasará seis semanas), se amurria en el banquillo Ceballos, el talento más prometedor del centrocampismo español, condenado por Zidane a régimen de “ostrakón”, con decisiones que coquetean con el “mobbing”, como sacar al jugador a falta de treinta segundos para el final… ¡del descuento! Pero Zidane “es buena gente” porque… “pide perdón a Ceballos”. Pensemos qué cosas se estarían diciendo, si llega a ser Mourinho quien se empecina en hacer jugar en el Madrid a su compatriota Pauleta al mismo tiempo que echa a perder al joven español con mejores actuaciones en la selección Sub-21.

    –Eres ejemplo de sacrificio y superación, todo está en ti campeón. Siempre voy a animarte en tu fútbol. Para decirte que tienes magia, que eres diferente a los demás –ha tenido que salir a animar a Ceballos su hermana en Instagram.

    Ceballos vino en verano a disputarle un puesto a Modric, el centrocampista-hámster, y antes de terminar el invierno Zidane lo tiene convertido en una especie de niño del Domund que da lástima a todo el mundo.

    –Peor lo tiene Ceballos –es la nueva frase de moda en la industria de la consolación castiza.
    
El pipero despedido del trabajo o abandonado por la novia oye “peor lo tiene Ceballos” y se queda más tranquilo. ¿Sabrá Zidane quién es Ceballos? “Sí, el único día que jugó metió dos goles al Alavés en Vitoria”, vino a reconocer Zidane en rueda de prensa. Bien mirado, dos goles en un partido son casi los mismos goles de Benzemá en una temporada. Puestos a buscar motivos de la toma a toda costa de la colina de la hamburguesa...

Los Mismos

EL LAZO AMARILLO

    La Federación Inglesa ha expedientado a Pep Guardiola, entrenador del Manchester City, por lucir un lazo amarillo, que es el símbolo del golpismo catalán. Guardiola, un barón Munchausen de la mentira, alega, con lógica propia de un orate, que lleva el lazo “por dos personas, los Jordis, que defendieron algo como votar, y para estar en prisión hay que hacer algo grave”. Los separatistas catalanes repartieron ayer lazos amarillos en el estadio de Wembley a ritmo de “Los Mismos” (“Now the whole damn bus is cheering / And I can’t believe I see / A hundred yellow ribbons…”), antes “Los Jollys”, de quien toman la idea “Los Jordis” con su fanboy Guardiola, y que fueron los primeros españoles en atar una cinta amarilla alrededor del viejo roble: “Si al final no puedo hallar, / Esa cinta amarilla en el lugar, / Me sentiré de nuevo / En prisión y lloraré, / Con el autobús me iré, / Y te olvidaré, / Y te olvidaré…”

Lunes, 26 de Febrero


Éste es un pájaro que viene del Norte, á quien también llaman Chocha pequeña.
D.JM.G.N.

domingo, 25 de febrero de 2018

La silla cojonera


Hughes
Abc
 
Por el tuitero Xabe Pato Gigirey conozco esta foto de Pérez Reverte, cuya postura creo inaugura algo.
 
Es fantástico. Se sienta a horcajadas, como si montara la silla, pero de forma más exagerada. Está sentado como si fuera a conducir una chopper. Una de las labores del académico es “sentarse”, estar sentado, ocupar un asiento de la Academia. Así que la postura que adopta es importante. Esto Pérez Reverte lo ha transformado como el primer rapero que se puso la gorra del revés, o como cuando el Príncipe de Bel Air se dio la vuelta a la corbata. Pérez Reverte, que de alguna forma protagoniza cierta reacción masculina contra el feminismo más insistente (junto a su amigo Marías, asunto del cual me informa Google diariamente), hace orgullosamente manspreading (el despatarramiento) y no contento con hacerlo adapta la silla a ello. Hace del manspreading pose, y pose académica. Lo maravilloso es cómo y con qué soltura adapta el mueble y sus funciones. El respaldo ya no sirve para la espalda, se pone delante y se convierte en “prepaldo”. La función ya no es sujetar la espalda sino sujetar los cojonazos. El cojonudismo busca silla, los hombres tenemos ya una forma afirmativa y orgullosa de sentarnos gracias a la genialidad del académico. No necesitamos espaldera, necesitamos cojonera. La silla-cojonera.

Domingo, 25 de Febrero



De las Agachadizas.
D.J.M.G.N.

"Discutían qué querría decir aquello de 'resucitar de entre los muertos'"

DOMINGO, 25 DE FEBRERO

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.» De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:

-No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.

Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

 Marcos 9, 2-10

sábado, 24 de febrero de 2018

Fandiño


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Aquel Domingo de Ramos de 2015, uno, que no era fandiñista, bajó rezando a Las Ventas del Espíritu Santo para que Fandiño saliera vivo, y a ser posible por la Puerta Grande, de aquella tempestad de badanas y cuernos, los más temidos del campo (Palha, Victorino, Adolfo, Cebada, Escolar y Pablo Romero), en que se metió para salvarnos la Tauromaquia (Ariel) devorada por el Taurineo (Calibán). No pudo ser. “En esto de morir, siempre mejor mañana que hoy, debió (de) pensar Iván”, escribió al día siguiente la Selecta Crítica.

Ese mañana llegó, para desgracia de quienes lo quisimos –contesta hoy Néstor García, apoderado de Fandiño, en un libro sobrecogedor, “Mañana seré libre”, cuya autenticidad deja en frívolo gitaneo de capotes el mareante “Belmonte” de Chaves.

Si, como decía Ruano, en España es perfectamente compatible escribir mejor que Cervantes y pedir diez duros, también lo será apoderar a un torero (“el último torero salido de las capeas de verdad”) y escribir con más corazón que Chaves.

Iván Fandiño, de tirita y oro, murió el sábado, 17 de junio, de 2017, en una plaza landesa, corneado por un toro negro de Ibán en un quite por chicuelinas.

Aquel toro, nacido a los pies de la sierra del Guadarrama, le dio la libertad que llevaba tanto tiempo buscando.

A Fandiño la copla. No el libro. A Fandiño la copla.

Claro que el de Fandiño no es un libro cualquiera. “No me preguntes cómo murió, porque voy a contarte cómo vivió”, dice a Mara Fandiño el autor, antes de desandar con el espejo stendhaliano la vida de un hombre libre y montaraz por la España profunda de “el que se mueve no sale en la foto”, para la que sólo se empieza a valer el día siguiente de no existir: un retablo solanesco de empresarios y abellas, robiscos y ganaderos, revistosos del puchero, posadas, caminos, sin más paz que “la parra de su casa de Tórtola” ni más plan (¡luego de haber triunfado!) que jugarse la vida para seguir ganándosela.

Vísteme, que hoy os voy a hacer pasar miedo.


 Aquel Domingo de Ramos

Sábado, 24 de Febrero


Y no hay otro modo para tirar y aguardar á las Tórtolas, porque éstas luego que llega el Otoño se vuelven á su país.
D.J.M.G.N.

viernes, 23 de febrero de 2018

Censura


Hughes
Abc

Veo con poco asombro y bastante regocijo cómo han salido las fuerzas vivas (vivas y orgánicas) del piriodismo español a defender las libertades todas, las de de expresión y pensamiento, la artística y la ideológica, gravemente amenazadas todas ellas, al parecer, por la retirada de una obra de Arco. Los fanboys de Llarena y los palmeros del 155, incluso algunos que desean ilegalizar los partidos independentistas, consideran que estamos ante un hecho gravísimo. La democracia está en juego. La democracia es el gobierno del pueblo. La democracia no está en juego por eso. Hay que ser alcornoque.

Y la censura creo que es otra cosa, o más propiamente otra cosa. Creo que es la limitación de ciertas ideas por parte de los poderes públicos. De lo que ocurre en el ámbito privado prefiero no hablar porque entiendo que estamos ante lectores adultos (por improbables que sean). Ifema es pública, y los organizadores de la feria se deben a criterios no estrictamente caprichosos, pero incluso en la elección de la obra puede haber cierto margen de discrecionalidad y puede que juegue lo comercial o un criterio de oportunidad.

La retirada de una obra que buscaba la polémica es torpe porque garantiza más polémica. Es un error, pero es una censura menor. La obra puede ser expuesta, difundida, comprada, vendida, reproducida en cualquier otro lugar. Podemos estamparnos camisetas con ella. Nadie va a la cárcel (esperemos, ya no podemos asegurarlo) por opinar con insensatez sobre los presos políticos. No hay consecuencias jurídicas para el autor de la obra.

Lo que sí creo que nos enfrenta a la censura con mayúsculas son las penas recientes por opiniones. Hoy mismo conocíamos la pena de prisión para un periodista que en un vídeo relacionó homosexualidad y pedofilia. Por opiniones incorrectas o abiertamente equivocadas están metiendo a la gente en la cárcel. El argumento es el odio. O que “colisiona frontalmente con las opiniones científicas”. Esto afecta a gente de izquierdas y derechas, aunque fueran radicales de izquierdas y derechas. Lo que se consideraba delito de odio lo teníamos claro: negar el Holocausto. Ahora evoluciona, cambia. Se amplia con nuestra sensibilidad a todo lo relativo a ideas, raza, sexualidad…
La aplicación de la endurecida legislación antiterrorista (que se le aplica a Twitter más que a ETA) o el moderno concepto de odio están deparando un estrechamiento de lo que se puede o no se puede decir. El precio no es no exponer en Arco. El precio es la cárcel. La libertad de expresión no limita con Arco, ni con un exalcalde gallego del PP, limita con el delito de odio. ¿Cuándo lo que yo expreso empieza a ser odio? ¿Van a meter en la cárcel a los fanáticos religiosos por sus opiniones?
Debería añadir el proyecto de ley de la memoria histórica del PSOE que asegura penas de prisión para quien cuestione la Verdad histórica.

Pese a la exageración periodística, ni el equivocado criterio de Arco, ni el indeseado secuestro cautelar de la obra del periodista Nacho Carretero están en el centro del problema. Los problemas fundamentales están en otro sitio. Pero de eso se habla más bien poco. Los periodistas han defendido al artista de Arco. ¿Defenderán al periodista que subió el youtube considerado homófobo o habrá de convertirse en artista conceptual?

Gabrielismo



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Con la tocata y fuga de Anna Gabriel, el tabarrón catalán entra en su período más emocional y confuso, el mismo que en abril del 70 describió Pemán antes de tomarse su vasito de agua clara en la memorable Tercera de ABC:

Es como llegar a una comedia en el segundo acto, cuando el desenlace se vislumbra cercano y las fuerzas dramáticas presionan para que ese desenlace sea de este modo o del contrario.
Estamos ante una comedia setentayochista (¡de consenso!), lo cual quiere decir que en ella (políticos que juecean y jueces que politiquean) pastelean todos “los nóminas” del Estado.

Esto es lo que Shakespeare llamó vivir donde la confusión ha hecho su obra maestra.
Para empezar, el gabrielismo no aspira a una Nación, sino a un Estado, con sus nóminas para convidar y sus “maderos” para mandar, pero la propaganda oficial insiste en llamar nacionalismo al estatalismo (¡sed de Estado!) catalán, con sus finos analistas preguntándose cómo una comunista como Gabriel puede ser nacionalista. ¡Pues porque es estatalista! Pero ya dijo Tom Paine que los gobiernos están establecidos sobre principios falsos y emplean después todo su poder en ocultarlo. 

Entre chistes de duchas, Madrid no parece negar a Cataluña su Estadito: sólo exige que sea… consensuado (¡el federalismo del periódico global!).

La socialdemocracia (un Régimen sobre ruedas: de molino para “comulgar” y de hámster para “avanzar”) también llama “populismo” al “trumpismo”, pero el “America First” de Trump es nacionalismo, aunque muy inferior al de Jefferson, quien en su delirio acusaba a Hamilton de anglófilo y monárquico. Nacionalismo que en América, por falta de Estado, nunca degenerará en fascismo. ¿Qué fascismo puede ejercer alguien empeñado en reducir el Estado a su mínima expresión?

Con la Constitución del 78 en la mano, el tabarrón catalán es irreversible (¡la “conllevancia” orteguiana!), y la única duda es saber hasta cuándo los españoles podremos sostener esa mamandurria.

Deforestar el Amazonas


Viernes, 23 de Febrero


Las Tórtolas sólo crían dos Tortolillos cuando están recién venidas, vienen flacas, á poco tiempo entran en el zelo, y después se encluecan.
D.J.M.G.N.

jueves, 22 de febrero de 2018

Rifles


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La prensa es la rama del poder encargada de hacer que todo parezca un accidente. Por eso, otra vez, el falso debate mediático sobre las armas en Estados Unidos, dado que las probabilidades de “enmendar” la Segunda Enmienda son cero.
La Segunda Enmienda (derecho a portar armas) es el alma democrática de América, cuyo pueblo (caso único) se constituyó en milicia para, rifle en mano, conquistar su libertad política frente al corrupto parlamentarismo inglés que negaba en América los derechos que afirmaba en Inglaterra. La Segunda Enmienda vino a ser su forma disuasoria de garantizarse constitucionalmente el derecho a impedir cualquier gobierno no constitucional, pero en Europa, donde todas las Constituciones van de arriba abajo, un camello pasaría por el ojo de una aguja antes que se entendiera la Constitución americana, la única que va de abajo arriba.

Entre la libertad y la igualdad, concepciones antitéticas, la izquierda americana juega a la igualdad, ideología totalitaria imponible sólo por la fuerza, y revuelve con la Segunda Enmienda porque es revolver con la Constitución, su gran estorbo.
A la muerte de Marx, Engels encontró en su leonera un metro cúbico de estadísticas rusas, amontonadas como material para el estudio de la renta rústica en “El Capital”. Qué ciencia más fascinante, la estadística, exclamará luego Pulitzer, para cuyo código periodístico las cifras que diera un periodista habían de superar cualquier examen.
Según las cifras del FBI, en 2005 hubo 445 homicidios por rifle y 602 por palos y martillos; en 2011, 323 contra 496; y en 2016 los homicidios por arma blanca cuadriplicaron los homicidios por rifle. Si la preocupación de la izquierda rampante fuera realmente la criminalidad, su agitación tendría por objeto la prohibición de palos, martillos y navajas, y sólo en último término, del rifle.

Éste es mi fusil –arranca el credo de los fusileros del cuerpo de marines–. Hay muchos iguales, pero éste es el mío. Es mi vida.

Jueves, 22 de Febrero


Las Palomas zuritas y caseras se cazan en la forma siguiente: en los sembrados o barbechos se hace un chozo en la misma forma que te expliqué para las torcaces: enfrente se pone la Paloma mansa, atándole una cuerda larga de guitarra (que es recia, y se vé poco) á un pie, y después a una estaquilla, dejándola que se pasée lo que la cuerda dé de sí.
D.J.M.G.N.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Langostas



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Un amigo que estudia la especie me dice que nuestros liberales han cambiado de animal totémico: dejan atrás el cangrejo, crustáceo que avanza a caderazos, como Rivera, y se pasan a la langosta, animal que, según Jordan Peterson, da muy buenos jefes.
Igual que la Falange, al decir de Foxá, fue hija adulterina de Carlos Marx e Isabel la Católica, el psicologismo/organicismo de Peterson sería hijo adulterino de Dum Dum Pacheco y Esther Vilar, con el “Iron John” de Robert Bly bajo el brazo. Su secreto es tocar el punto G de la masculinidad centrista, convirtiéndose en una figura paterna para una generación de hombres que han crecido sin padre.

Si en Madrid das con alguien que pasea una langosta con correa, como hacía el poeta Nerval en París, sabes que es un liberal petersoniano camino de un banquete d’orsiano en Embassy.

Almuerzo o cena donde se sirve langosta –fue la definición de “banquete” que Eugenio d’Ors propuso para el uso académico.

Una por barba y caiga quien caiga –contestó don Ramón Menéndez Pidal, que se las comía como Victor Hugo, con cáscara y todo.

En los viveros de langostas, como en los Estados de Partidos, el pensamiento del jefe es el de la tribu, según mi amigo Bonifacio Alfonso comprobó en el Grupo de Cuenca.
Cuenca era “el sople todo el día”, y Zóbel era el jefe que invitaba a comer con el dedo (“tú, tú y tú”) siempre lo mismo: lomo de jalufo con patatas. Bonifacio pidió un día la langosta que hacía guardia en el bar desde tiempo inmemorial. “¿¡Quién va a pagar!?” “¡Pues tú, que me has invitado!” “¡Pues ya no te invito más!” Dicho y hecho.

La langosta de Cuenca era como “Spike”, la langosta sesentona que llevaba una vida socialdemócrata en un tanque y que constituía la atracción del restaurante “Gladstone Four Fish” en Malibú, mundialmente famosa porque Mary Taylor Moore, la chica de la tele, ofreció una recompensa millonaria para liberarla en los mares de Maine, de donde procedía.

Hagan juego, señores.


Miércoles, 21 de Febrero


En un árbol que esté solo, que dé el sol en él luego que salga, pondrás la Paloma, con los ojos vendados, en una rama de lo alto, que no pueda estar más que ella (para lo que se cortan con la bayoneta todas las ramillas que hay alrededor), con lo que se logran dos cosas; la una, que con los ojos vendados le parece a la Paloma que se ha de caer con cualquier movimiento que hace, aletea, y cuantas pasan volando la ven, y se bajan a ponerse en el árbol.
D.J.M.G.N.

martes, 20 de febrero de 2018

La nada

Martín Chirino, Catalina Luca de Tena, Ed Lynch

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La prueba de que como sociedad hemos alcanzado la neutralidad de la muerte cultural es la inauguración en Madrid de la antológica de Martín Chirino, único artista universal de España vivo: ni un solo político en la Marlborough, a excepción de Sánchez Sacristán, alcalde de Morata de Tajuña, pueblo adoptivo del escultor canario.

El presidente del gobierno estaba en el “As” haciendo alineaciones para colocar al gallego Iago Aspas en el Combinado Autonómico de Ramos & Piqué, y su ministro de Cultura y Propaganda, el Espartaco Santoni de Fahrenheit 155, ni siquiera devolvió acuse de recibo de la invitación.
Hablamos de un ministro con tres actuaciones memorables en el mundo de las artes plásticas que anticipaban el abismo de esta nada cultural y social de la que surgen nuevas masas hostiles a la cultura y al gusto tradicionales: la primera, exigir al público del Bernabéu un aplauso cariñoso al futbolista Piqué en el partido del Combinado Autonómico contra Italia; la segunda, distinguir al toreador de San Blas, Julián López, con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes que un día sirvió para honrar a Rafael de Paula; y la tercera, poner todas las trabas que pueden ocurrírsele a un covachuelista para demorar la devolución del tesoro de Sigena ordenada por un juez.

Sin ministro a la vista a quien tirarle de la americana, tampoco aparecieron los políticos canarios para cumplimentar a una “gloria nacional” suya, después de la tabarra que han dado “para situar a Canarias correctamente en los mapas”, obligando a eliminar del mapa del Museo Arqueológico la “solución franquista” (?) que situaba el archipiélago en un recuadro “debajo de Baleares”.
A cambio, y eso que salimos todos ganando, allí estaba un amigo íntimo del herrero de las espirales, Ed Lynch, “additional photographer” en Woodstock, contando por qué Jimi Hendrix se marcó “un Marta Sánchez” con el himno americano, o lo maravillosa persona que fue Joe Cocker.
España y yo somos así, señora.

Jimi Hendrix & Marta Sánchez


Martes, 20 de Febrero


Para cazar Palomas torcaces procurarás tener una Paloma, aunque sea casera, que sea del color de las torcaces.
D.J.M.G.N.

lunes, 19 de febrero de 2018

El nuevo madridismo

Morante, el caballo de Diego Ventura, a bocados con un toro

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Hay que volver a definir el madridismo

    ¿Qué es el madridismo? Esta pregunta se la hace hasta el New York Times (al decir de Tom Wolfe, un periódico católico patrocinado por judíos para chasquear a los protestantes), donde no acostumbran a preguntarse nada, ni siquiera por Carlos Slim, su amo.
 
El periodismo NYT es como el caballo “Morante” del rejoneador Diego Ventura que, si podía, mordía al toro. En los 90, el NYT tenía un corresponsal en Madrid que hizo un reportaje turístico de la capital contando que en los bares de la Plaza Mayor alternaban reyes y toreros que tiraban las mondas de las gambas al suelo. Ahora su corresponsal deportivo ha salido con el cuento del nuevo madridismo. Dice que los últimos cuatro años del Real Madrid han sido todo, menos normales: “No sólo por esos tres triunfos en la Liga de Campeones, en Lisboa, Milán y Cardiff, sino por la forma en que se lograron”. No falta, por supuesto, la coletilla NYT:

    –Hay una falta de democracia.
 
Aquí tenemos otro periodista que nunca ha oído hablar de la ley de hierro de la oligarquía formulada por Robert Michels a propósito de los partidos políticos (“en autocracia o en democracia, siempre gobernará una minoría”), y en cualquier caso, ¿a quién importa la democracia en un club de fútbol?
 
El madridismo de Pérez no es el madridismo de Bernabéu. El madridismo de Bernabéu era, en frase del mismo Bernabéu, ganar en primavera, porque eso suponía ganar la Liga, que daba paso a jugar la Copa de Europa. Hoy, la Copa de Europa se juega desde el cuarto puesto, y con las piernas descansadas de no tener que disputar ni la Liga ni la Copa del Rey.

    La actual Copa de Europa es una competición de siete partidos (octavos, cuartos, semifinal y final) que, realmente, arranca en febrero y termina en mayo. Con eso, ya eres el mejor. En Navidad, para mantener el nombre en lo alto del cartel, ganas al Gremio brasileño en un partido y eres campeón del mundo. Compárense estas hazañas con las que ofrece una Liga de treinta y ocho partidos o una Copa del Rey contra el Fuenlabrada o el Leganés. Industrialmente, este planteamiento lo inventaron los Harlem Globetrotters, y tiene la consecuencia social de que el piperío se siente cosmopolita.

    –Si te gusta el fútbol, nada como una final de Champions –repite cada día, video en mano, el camarero del bar de abajo a los parroquianos–. Yo estuve en Cardiff, sin comer, sin beber y sin dormir, y aún me queda un año de pagar el crédito. Pero ¿en qué te lo vas a gastar, si no?

    Estas ansiedades son madres de pérfidas fatigas: por ejemplo, las que el pipero común está pasando con las cosas que dice Unai Émery, que habla como Curro Fetén.
 
Para ser figura del toreo –dijo una vez Fetén en su radio– hay que mandar. Y aquí Fulano no manda. Y si manda, aquí no llega.
 
Émery, víctima de dos árbitros caseros “a la europea” en Barcelona y en Madrid, da a entender que para ser campeón de Europa hay que mandar, y que el PSG no manda; y si manda, no llega (adonde tenga que llegar).

    –¡Me gustaría tener al mismo árbitro con los mismos criterios! –dice Émery a quien lo quiera escuchar.
 
Y el pipero, que es un poco como la María de los Costus, entra en pánico. “¡Mira que si la Uefa se pone a compensar lo de Barcelona y Madrid!...” “Mira que si a la Uefa no le interesa que la Copa la gane siempre el mismo!...” Cuando en realidad el único temor del pipero debe ser: “¡Mira que si en París saca Émery a Di María!...”
 
Porque Zidane seguirá igual: nunca será ni buen ni mal entrenador. Zidane será siempre el hombre que oye voces: le basta con ponerse, a modo de caracolas, una “Orejona” en cada oreja.



CEBALLOS O LA FUERZA DEL SINO

    Ceballos volvió a la Palmera, pero con el Madrid, que debió dejarlo otro año, o quizás todos los años, en el Betis, con Setién, donde jugaba ese fútbol de birlibirloque en el que históricamente se distinguieron los genios béticos. Ceballos o la fuerza del sino. La impresión es que el Madrid fichó a Ceballos sólo para que a Ceballos no lo fichara el Barcelona. Política de empresa, que podría llevar a los fichajes de Pogba y de Hazard. Pogba es el paquete más caro del fútbol moderno, y a quien habría que fichar es al agente que lo colocó en el United por el dinero que costó Cristiano. Y Hazard, desde luego inferior a Asensio, es el jugador más bonito del fútbol británico, donde hizo una temporada sobresaliente con Mourinho, si bien a la siguiente dejó claro a todo el mundo que no volvería a correr más.

Lunes, 19 de Febrero


Del modo con que se cazan las Palomas torcaces, las zuritas, y también las caseras; y cómo se aguardan segun los tiempos del año.
D.J.M.G.N.

domingo, 18 de febrero de 2018

Las jaquetonas

Melania

Carlos Malpartida

Se debe tener mucho cuidado con los adjetivos porque una palabra te puede arruinar la biografía. Hay formas de nombrar que son navajazos o cornadas de dos trayectorias o más. Te fijan con algún nombre y ya no sales de la enfermería. Tengo más de veinte años y todavía hay quien me llama Carlitos. Antes me rechinaban hasta los braquets que todavía no me han puesto pero ya me lo tomo con resignación cristiana. Los diminutivos son también una forma de acabar con la moral del enemigo. Doctor, abra todo lo que tenga que abrir. Lo demás está en sus manos. Pero no hay doctor posible cuando ya está dentro la palabra chupándote las entrañas.

Jaquetona. Así denominaba Elvira Lindo a Melania Trump en un artículo de hace unos meses. Menuda pereza da buscarlo ahora en la internet. Ese hastío propio de que seguro que lo tienes a dos clics. Jaquetona tiene algo de yeguaza y de hembraza entre las hembras. Algo caballuno y exagerado. De tiarrona y de mujerón excesiva. De potencia física, de hechuras y de poderío entre agreste y por educar. Salvaje pero chungo. También algo de cascos ligeros y de mal vivir. De putilla, vamos. Es de esos adjetivos que difícilmente olvidas y que se te quedan cabalgándote las sienes y la masculinidad por tanta maldad afilada. Tan propia, por otro lado, de las mujeres metiéndose con mujeres sobre todo cuando hacen mención al físico. Menos mal que es una forma de nombrar de una señora a otra porque si hubiera sido algo de cualquiera de nosotros entraría en la categría de micromachismo para arriba. Te ponen jaquetona y jaquetona te quedas ya seas también ingeniera de partículas, astronauta o columnista en El País. No seré yo el que use jaquetona con las mujeres.

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