sábado, 30 de noviembre de 2019
Galdós
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El Ayuntamiento de Madrid adopta como hijo a Galdós, que ya tenía, con su mantita moldeada por Victorio Macho, una estatua que entrevistaba Ruano mientras los demás le echaban flores y gerundios.
Galdós fue quien primero trató de usted al Caballero Audaz, de quien saca Ramón los datos para su retrato de Galdós, que fue, desde el principio, “el viejo”, sobre lo cual el bicharraco de Blasco, “salaz e insidioso”, contaba:
–Un día el canario hizo una conquista y la señorita se quejaba de “un viejo” que la ayudaba con poco y la obligaba a darle merienda de chocolate, cuando al entrar en el gabinete de la quejosa vio el retrato de Galdós sobre la chimenea y preguntó: “¿Y tú por qué tienes este retrato?” “Ése es ‘el viejo’…”, contestó ella.
Galdos era pianista y pintor: dibujó a lápiz todos sus personajes, “para tenerlos delante mientras hablo de ellos”, y todo se le ocurría de golpe, y todo, dice Ramón, en la Puerta del Sol, que, llena de militares y paisanos, de zurupetos y grullos, era como una gran parada de personajes de Galdós, los mil personajes de sus novelas que se han dado cita allí, para expansionarse.
–¿Por qué infunde ese respeto? Porque fue en vida un Lázaro cachazudo y mudo, un Lázaro en que volvía a resucitar España. Pero la danza de los “Episodios” había entrado ya en la contradanza de los esperpentos de Valle.
Todo, según Ramón, lo agarbanzó bastante: Valle lo llama “garbancero” y el bruto de Unamuno, en la muerte, le afea que “su obra sólo se ocupaba de la cuestión religiosa y de la maldita clase media, que ni es clase ni es media”.
Como repúblico viejo inspiró una suscripción popular para su jubilación y el dinero se lo quedaron los jefes republicanos, que aún tuvieron valor para presidir su entierro.
En agosto de 1905 Azorín, el mejor periodista que ha dado España, lo visitó en su retiro de Santander para ABC.
–¡Caramba, Azorín! Yo estaba mirándole a usted entrar y no lo creía. Esta tarde no podemos asar más patatas.
viernes, 29 de noviembre de 2019
Lealtades
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Ha tenido que coincidir el estreno de la película “El Irlandés” del gran Martin Scorsese con el penúltimo episodio extravagante de la Federación de Don Rubiales para que hasta los que nos hemos abandonado a un escepticismo, en mi caso salvaje, intentemos dar significado al concepto de lealtad.
Ha tenido que coincidir el estreno de la película “El Irlandés” del gran Martin Scorsese con el penúltimo episodio extravagante de la Federación de Don Rubiales para que hasta los que nos hemos abandonado a un escepticismo, en mi caso salvaje, intentemos dar significado al concepto de lealtad.
El entrenador Luis Enrique acusó a Robert Moreno de falta de lealtad y al salir la palabra uncida a la dolorosa desgracia familiar de la que todos somos solidarios pareció que su anterior colaborador y amigo había resultado ser un redomado intrigante del que no hemos de fiarnos por los siglos de los siglos. A mí, la comparecencia de Luis Enrique ni me convenció ni me pareció elegante, porque se disfrace como se quiera disfrazar, en su segunda venida al banquillo de la selección la conclusión es que va a ocupar el puesto de alguien que lo tenía por contrato y además, con un trabajo y unos resultados, que es lo que cuenta en fútbol, extraordinarios.
Cuando Joe Pesci le dice a Robert de Niro “hasta aquí hemos llegado” y le ordena sin palabras y como quien le invita a un tinto, cargarse al sindicalista Jimmy Hoffa, interpretado por Al Pacino, al que es fiel y leal y nos parece su mejor y único amigo, supongo que la mayoría de espectadores, como un servidor, estaba esperando la escena. La sospecha del crimen no viene por los intereses, odios y egos que nos presenta el director de la película sino por la crueldad intrínseca que en aquella sociedad se precisaba para hacerse respetar y mantener el estatus. Por momentos, cuando el irlandés monta en el avión nos asalta una mínima duda de si será capaz, pero el rostro impenetrable (los retoques de la técnica y el maquillaje robotizan un poco a los personajes, pero nadie como estos tíos y este director para explicar la mafia) tras el que se esconde la mínima lucha interior, nos dice que sí y que será más leal al poderoso que al amigo. “Viene de arriba” desliza Joe Pesci.. “¿y Jimmy no está arriba?” replica De Niro. “...no, Frank, no... tú sabes que no...”. Martín Scorsese y Francis Ford Coppola nos han enseñado que la lealtad es sagrada en “los negocios” pero a veces el más leal resulta “bocón” y urge solucionarlo.
Dios me libre de comparar la FEF con la mafia de Scorsese, pero la palabra lealtad y la imagen de Robert Moreno y Luis Enrique se me aparecían ayer tarde cada vez que Frank Sheeran paraba el coche para que su mujer y la de Russell Bufallino echaran humo como chimeneas y es que a mí me parece que en el asunto de la selección tenemos varias premisas claras, que sepamos: 1.- Luis Enrique renunció al puesto de seleccionador. 2.- Robert Moreno firmó un contrato con la FEF. 3.- Robert Moreno superó las expectativas y clasificó holgadamente al equipo. 4.-Para el común de los aficionados lo lógico es que con contrato, conforme dejó dicho la FEF, el joven entrenador dirigiera al menos en la fase final de la Eurocopa.
El curioso y al parecer leal argumento de que cuando a Luis Enrique le apeteciera volver, el puesto era suyo, pone a Luis Enrique y sus valedores, Rubiales y Molina en el status de “Arriba”, mejor en el “más arriba no hay naide” y que la FEF como el sindicato de transportes para Jimmy Hoffa, es suya y hacen y deshacen conforme a particular criterio e interés. El criterio deportivo que ha de valer para dirigir la selección española de fútbol está por ver si transcurrirá por los caminos de tranquilidad y sosiego a los que nos venía acostumbrando el defenestrado Robert Moreno y en lo tocante a la lealtad ¿hemos de suponer que pase lo que pase -no pasar de cuartos en esta Eurocopa y caer contra Andorra y Luxemburgo un poner, en la clasificación para el Mundial del 22- don Rubiales y don Molina van a seguir leales a Luis Enrique y tendremos que respetar sus particulares pactos de honor?
No llego a la simpleza de Frank Sheeran de creer que los pintores son los que pintan casas, pero les prometo que siempre creí que Robert Moreno era un entrenador de fútbol y como a todo entrenador de fútbol se le mantendría en el banquillo por cuadrar los resultados.
Y no passsa nada
Hughes
Abc
¿Cuándo hablaremos del gobierno? Mañana, del gobierno hablaremos mañana. El chiste inmortal de Tip y Coll ha sido actualizado en TVE, esa misma TVE de los golpes de pecho deontológicos y las lecciones de pluralidad:
-¿Cuándo hablaremos de los ERE?
-Ayer, de los ERE hablaremos ayer.
Ya han prescrito informativamente los ERE. La Gürtel duró más que «Dinastía» y las cremas de Cifuentes paralizaron el país, pero el mayor caso de corrupción conocido en España ha durado menos de una semana. Duró exactamente 24 horas, de las cuales bastantes se fueron en explicar que eso no era exactamente corrupción, sino una forma alternativa de extender la ayuda social. Robo, lo que se dice robo no, era... solidaridad heterodoxa, porque la solidaridad, bien entendida, empieza por uno mismo, por el vecino, la prima, el cuñado y los votantes que han de mantenerle a uno en el cargo muchos años, muchísimos años, todos los años.
El ya clásico «Mi hijo tiene dinero para asar una vaca» inventó para los ERE una nueva unidad de medida monetaria: el «asado de vaca», a la que podríamos sumar, desde una perspectiva institucional, el «Griñán»: unidad monetaria millonaria con significación social específica. ¿Cuántos hospitales, centros de acogida o ambulatorios caben en un «griñán»? ¡No veo a los piriodistas lacrimógenos haciendo números!
Fueron 680 millones de euros drenados en corruptelas y costumbrismo como para hacer 10 películas de cine español, 25 series de caciquismo putañero, muchos documentales con periodista de capucha y tantas portadas como las que merecieron los trajes de Camps. Ni siquiera tantas (169), porque ¡dónde va a dar cuatro trajes con 680 griñanes! La mitad, con la mitad bastaba.
Pero siendo grave este «mutismo hostil» del, llamémosle periodismo, más grave es que no haya una declaración pertinente de Pedro Sánchez, que llegó al poder con la sentencia de la Gürtel en la cabeza a modo de bicornio napoleónico para la «regeneración democrática» y (ojo) «rearmar moralmente el Estado».
Como diría Antonio Burgos en perfecto sevillano, aquí no passsa nada. Esta sentencia de los ERE, y la negación de la realidad nacional por parte del PSC, alfa y omega socialista, se tapan con la polémica de Ortega Smith y la indignación selectiva de una opinión pública controlada por resortes de monstruosa desfachatez.
-¿Cuándo hablaremos de los ERE?
-Ayer, de los ERE hablaremos ayer.
Ya han prescrito informativamente los ERE. La Gürtel duró más que «Dinastía» y las cremas de Cifuentes paralizaron el país, pero el mayor caso de corrupción conocido en España ha durado menos de una semana. Duró exactamente 24 horas, de las cuales bastantes se fueron en explicar que eso no era exactamente corrupción, sino una forma alternativa de extender la ayuda social. Robo, lo que se dice robo no, era... solidaridad heterodoxa, porque la solidaridad, bien entendida, empieza por uno mismo, por el vecino, la prima, el cuñado y los votantes que han de mantenerle a uno en el cargo muchos años, muchísimos años, todos los años.
El ya clásico «Mi hijo tiene dinero para asar una vaca» inventó para los ERE una nueva unidad de medida monetaria: el «asado de vaca», a la que podríamos sumar, desde una perspectiva institucional, el «Griñán»: unidad monetaria millonaria con significación social específica. ¿Cuántos hospitales, centros de acogida o ambulatorios caben en un «griñán»? ¡No veo a los piriodistas lacrimógenos haciendo números!
Fueron 680 millones de euros drenados en corruptelas y costumbrismo como para hacer 10 películas de cine español, 25 series de caciquismo putañero, muchos documentales con periodista de capucha y tantas portadas como las que merecieron los trajes de Camps. Ni siquiera tantas (169), porque ¡dónde va a dar cuatro trajes con 680 griñanes! La mitad, con la mitad bastaba.
Pero siendo grave este «mutismo hostil» del, llamémosle periodismo, más grave es que no haya una declaración pertinente de Pedro Sánchez, que llegó al poder con la sentencia de la Gürtel en la cabeza a modo de bicornio napoleónico para la «regeneración democrática» y (ojo) «rearmar moralmente el Estado».
Como diría Antonio Burgos en perfecto sevillano, aquí no passsa nada. Esta sentencia de los ERE, y la negación de la realidad nacional por parte del PSC, alfa y omega socialista, se tapan con la polémica de Ortega Smith y la indignación selectiva de una opinión pública controlada por resortes de monstruosa desfachatez.
Discutir
Friedrich Julius Stahl
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Hay que discutir.
En la socialdemocracia hay que discutir como en “La vida de Brian” había que regatear. No discutir es exponerse a que Villacís, la jurista que hace de carabina del pequeño alcalde de Madrid, se marque un Mirabeau (astucia psicológica, falsedad moral y ficción política) acusándote de “mutismo hostil”, como a Ortega Smith, cuyo mutismo ya ha hecho correr más tinta que el de Lerroux en el 31.
En Bizancio los hombres vagaban por las calles discutiendo por su parecido con Dios y en Madrid los tertulianos vagan por las teles discutiendo por su parecido con Ortega Smith.
Vuelve el hombre, pero no en “homo sapiens”, sino en “homo loquax”, como exige la socialdemocracia reinante, igual de pancista que la burguesía liberal de la monarquía de julio, “la clase discutidora” de Donoso Cortés.
Un alemán colega de Villacís, Friedrich Julius Stahl, que definió la Monarquía Constitucional (“la revolución que según usted triunfó en Inglaterra triunfó porque no fue una revolución”, dijo a Guizot, que andaba embrollando a Cromwell con Robespierre), explicó las incongruencias (¡el veletismo!) del liberalio centrista:
–El odio a la monarquía y a la aristocracia arrastra al burgués liberal hacia la izquierda; el temor por sus bienes, amenazados por la democracia radical y el socialismo, le vuelve a impulsar hacia la derecha, hacia una monarquía fuerte cuyo ejército pueda protegerle; de esta suerte oscila entre sus dos enemigos y quisiera engañar a ambos.
Dicho por Cortés, la burguesía liberal quiere un Dios, pero inactivo; quiere un soberano, pero sin poderes; exige libertad e igualdad (¡libres e iguales!), pero pide la limitación de sufragio a las clases acomodadas (¡fuera populismos!) para asegurar a la cultura y a la propiedad la necesaria influencia.
–Cada acto sexual es un acontecimiento en el que intervienen cuatro personas. Hemos de discutir sobre este punto –escribe Freud a Wilhelm Fliess, que estableció la correspondencia estructural entre la nariz y los genitales.
jueves, 28 de noviembre de 2019
Panorama tras la última batalla
San Melquíades, papa
Francisco Javier Gómez Izquierdo
La emoción en la fase de grupos de la Champions ha resultado un invitado sorpresa en los cuatro de la segunda jornada donde sólo el Barça tiene asegurado su pase a octavos. Inimaginable en septiembre la situación en el grupo E donde el Liverpool se dejó comer la tostada en Anfield por un Nápoles que llegó con sus jugadores castigados como reclutas y que puede caer definitivamente en Salzburgo ante un equipo al que se le da bien hacer goles. Haland los cuela hasta lesionado por lo que creo que el mocetón está bendecido y a pesar de que todos queremos que pasen los de Klopp y Mané, el enfrentamiento final promete primeros planos en la redes. Uno de los dos acompañará al Nápoles del señor Aurelio de Laurentis, de los De Laurentis cineros de toda la vida, que en vez de proceder como su antecesor Conrado Ferlaíno con los botes del “meao” de Maradona ha crujido a la plantilla con unas multas de no te menees por su negativa a concentrarse tras el empate en San Paolo, precisamente contra el Salzburgo del coco Haland al que el presidente napolitano estima en muy poco por parecerle deshonroso no doblegarlo con facilidad.
La emoción en la fase de grupos de la Champions ha resultado un invitado sorpresa en los cuatro de la segunda jornada donde sólo el Barça tiene asegurado su pase a octavos. Inimaginable en septiembre la situación en el grupo E donde el Liverpool se dejó comer la tostada en Anfield por un Nápoles que llegó con sus jugadores castigados como reclutas y que puede caer definitivamente en Salzburgo ante un equipo al que se le da bien hacer goles. Haland los cuela hasta lesionado por lo que creo que el mocetón está bendecido y a pesar de que todos queremos que pasen los de Klopp y Mané, el enfrentamiento final promete primeros planos en la redes. Uno de los dos acompañará al Nápoles del señor Aurelio de Laurentis, de los De Laurentis cineros de toda la vida, que en vez de proceder como su antecesor Conrado Ferlaíno con los botes del “meao” de Maradona ha crujido a la plantilla con unas multas de no te menees por su negativa a concentrarse tras el empate en San Paolo, precisamente contra el Salzburgo del coco Haland al que el presidente napolitano estima en muy poco por parecerle deshonroso no doblegarlo con facilidad.
En el grupo del Barça me ha gustado mucho el Slavia, pero el segundo será el Inter o el Borussia. Lo curioso es que si Messi no hace huelga en Milán va a pasar el Borussia, el peor equipo, a mi parecer, del grupo. ¿Qué se hizo de aquél avispero enloquecedor del Westfalenstadion? ¿Y de Hummels, el que fuera el central más elegante de Europa?¿Y Sancho, por qué es reserva?
En el minuto 90 ganaba el Benfica 0-2 en Leipzig y el resultado daba opciones a los cuatro equipos del grupo G para clasificarse para octavos, pero Forsberg marcó en el 90 y el 96 para mantener a los alemanes al frente de una clasificación en la que no me extrañaría ver a tres de los cuatro, Leipzig, Lyon y Zenit empatado a 10 puntos tras el último partido de diciembre. Ha resultado ser el grupo más emocionante y un servidor va a estar pendiente el día 10 de los trabajos de éstos gladiadores que carecen de pedigrí aristocrático pero que prometen duelos en los que uno se suele diviertir lo suyo.
Queda el grupo del Valencia, Ajax y Chelsea que también se las trae. Si el Valencia ganase en Amsterdam se clasifica seguro, pero aunque a veces la defensa parece “abilordá” el Ajax es bastante mejor equipo que un Valencia que debió ganar ayer ante una defensa que carece de firmeza para aspirar a ganar la Copa de Europa. La vorágine que se vivió en la segunda parte fue tan tremenda que no sabría decir quién mereció más la victoria, pero lo cierto es que Rodrigo en el penúltimo minuto lo tuvo fácil, fácil, fácil, para marcar . Mucho más fácil incluso que Parejo, al que vi como agobiado segundos antes de fallar el penalty, mientras Kepa ensimismado en su concentración no hacía el mínimo caso a un colegiado pesadísimo que le repetía la t con la e, te. Lo lógico es que pasen Ajax y Chelsea, pero habrá que ver cómo.
Bien, al final vamos a pasar dos horas más que interesantes, el día de San Melquíades, 10 de diciembre. Mucho más llamativas que las del día 11.
Bien, al final vamos a pasar dos horas más que interesantes, el día de San Melquíades, 10 de diciembre. Mucho más llamativas que las del día 11.
Soluciones
Abc
En lo que España llega a la filosofía de mi paisano Paul B. Preciado, nos quedamos en Ortega, que sitúa el mojón de la ruina patria en el año 20 del reinado de Felipe II, divisoria de los destinos peninsulares.
–Hasta 1576, la Historia de España es ascendente y acumulativa: desde ella hasta nosotros, la Historia de España es decadente y dispersiva.
Ortega se perdió el Mejor Período de Nuestra Historia, que arranca en el 78 y culmina en Lastra y Rufián liquidando los restos del Estado Anacional de Autonomías, una piel de toro que en realidad, como sostenían los clásicos, es de conejo, y de ahí el malestar nacional.
De este malestar nacional vive La Sexta, versión televisiva de “La España negra” de Gutiérrez Solana, pero con Ferreras como viejo de entierro (viejos, escribe Solana, que ya no sirven ni para sostenerse los pantalones, pero que en estos casos tienen un aspecto decorativo y se hacen imprescindibles) salmodiando el adagio del tertuliano: soluciones sencillas para problemas complejos.
Los partidos están al Consenso, que es lo suyo, no a la Nación, que es lo nuestro. El Consenso fuerza al poder político a destruir la realidad de la unidad nacional, pero a los españoles nos fueron otorgadas todas las libertades menos la de elegir a nuestros gobernantes.
Para solucionar la decadencia y dispersión desatadas en 1576, España ha probado todos los métodos (monárquicos, republicanos, dictatoriales), menos el democrático. Aquí nadie sabe ya dónde reside la soberanía, pero ante el poder centrífugo de las Autonomías falta un poder centrípeto nacional: poder ejecutivo (el que tiene la soberanía por el mango) de elección directa y separada, aunque en una sociedad hecha a la servidumbre voluntaria ese método escandaliza como la salud en un hospital.
Bajo el Kulturkampf de La Sexta, el votante ni se plantea qué clase de democracia sea la movida comunista, el gobierno de concentración o la repetición de votaciones hasta que San Juan baje el dedo.
Jueves, 28 de Noviembre
Valle de Esteban
Cielo y tierra parece que, a primores,
se compitieron con igual desvelo,
mezcladas sus estrellas y sus flores
se compitieron con igual desvelo,
mezcladas sus estrellas y sus flores
miércoles, 27 de noviembre de 2019
Justicia en el fútbol
San Juan Bautista
Santa María Magdalena
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Es sabido que en fútbol no siempre el resultado final de un partido puede considerarse justo y para ello no es necesaria la intervención de un árbitro que no vea tres penaltys o se saque del silbato tres “fuerajuegos” fantasmales. Basta con que el equipo dominador y merecedor del triunfo sea incapaz de convertir esos tres penaltys a favor, ahora sí señalados, estrelle cinco o seis balones en los postes y el portero propio se deje colar entre las piernas una ridícula cesión de su central. “Que injusto es el fútbol”, decimos cuando nos toca -antier mismo el Córdoba contra el Mérida que marcó su gol sin querer-, pero quizás no nos paramos a pensar que ahí radica la grandeza de este juego. En la posibilidad de doblegar al superior con inteligencia, paciencia y encomendándose a la fortuna.
Es sabido que en fútbol no siempre el resultado final de un partido puede considerarse justo y para ello no es necesaria la intervención de un árbitro que no vea tres penaltys o se saque del silbato tres “fuerajuegos” fantasmales. Basta con que el equipo dominador y merecedor del triunfo sea incapaz de convertir esos tres penaltys a favor, ahora sí señalados, estrelle cinco o seis balones en los postes y el portero propio se deje colar entre las piernas una ridícula cesión de su central. “Que injusto es el fútbol”, decimos cuando nos toca -antier mismo el Córdoba contra el Mérida que marcó su gol sin querer-, pero quizás no nos paramos a pensar que ahí radica la grandeza de este juego. En la posibilidad de doblegar al superior con inteligencia, paciencia y encomendándose a la fortuna.
El R. Madrid hizo méritos para ganar al PSG en un partido bonito que a falta ya de interés clasificatorio presentaba el aliciente de ver correr a Mbappé. Este mozo lleva el nº 7 por lo que sospecho que tarde o temprano acabará en el Bernabéu ¿Ha de considerarse injusto el 2-2 final? Evidentemente, no. Creo que incluso tendríamos que alegrarnos de que los encuentros transcurran con tantos episodios destacables y tenga finales tan espectaculares para que el aficionado de siempre tenga de qué hablar: “Zidane no debió quitar a Valverde que además de ser mejor que Pogba mantiene al equipo equilibrado” “Marcelo espectacular arriba, pero ¿acaso no es defensa?” “Isco siempre ha tenido clase y si hubiera sido inteligente de más joven no habría Hazard que lo tosiera” “Al PSG le sobra Neymar”... y así en ese plan echando aceite a la tostada del día siguiente.
El caso es que me dispuse a ver el partido con el auricular en la oreja por cambiar de canal cuando hubiera novedades en Turín con el Atleti, pero fue a Londres donde me fuí a ver al Tottenham de Mourinho al que Semedo, el portugués de las rastas que detuvieran en Villareal, colaba un 0-2 de apariencia catastrófica. Volví al Bernabéu con un poco más de desazón por la decepcionante vuelta de Mourinho que se acrecentó con el gol de Dybalá que puso en evidencia a Oblak, al que uno considera el mejor portero del mundo. Confieso que ya tenía el ánimo por los suelos ante los nuevos aires sentenciadores a los que al parecer tendremos que ir acostumbrándonos conforme a la sorprendente decisión tomada en Zaragoza de condenar a cinco años de prisión a un sujeto que mató a un hombre que llevaba la bandera de España en los tirantes. El individuo tenía antecedentes, y no es circunstancia baladí, por dejar tetrapléjico a un agente de la autoridad en anterior ocasión. ¡¡Cinco años por asesinar!! De verdad que uno no sabe si el tribunal sentenciador ha valorado los méritos ideológicos o los, en teoría, deméritos penales. No sé... la Justicia debe reconocerse en los tribunales y no en el fútbol, pero les juro que duele mucho saber de cómo cuatro joveznos fueron condenados a 5 años cada uno por romper un diente a un natural de Marruecos, no está claro si de dos o tres puñetazos, que los recriminó por llevar una bandera de España en sus gorras. “Me estáis faltando al respeto” les dijo la víctima, y los mostrencos veinteños, abusando del número, le partieron un diente, ya digo que no se sabe si de dos o tres puñetazos que costó a cada uno 3.000 euros, religiosamente abonados que no valieron para acortar la condena.. y cinco años de prisión a cada uno de los cuatro por tener el delito el agravante de odio. A uno le acaban de dar el Tercer Grado -dormir en la cárcel y trabajar en libertad- después de cuatro y medio a pulso. ¿Creen que no es lógico que compare ambos delitos y ambas condenas y me sienta frustrado? ¿Qué se entiende por alarma social? ¿Qué injusticias sacan a los españoles a la calle? ¿Qué está pasando?
La justicia futbolística, a la larga, casi siempre es reconocible y admitida como sensata, pues las recompensas casi siempre suceden a los méritos de cada club, y así en Champions, a falta del último partido, ocurre lo que habíamos previsto y pasan a octavos PSG y R. Madrid en su grupo, el Bayern de Lewandosky, ¡¡qué goleador!! y Tottenham, tras una remontada en movimiento ajedrecístico mouriñista al que habría que reprochar no poner a Erikssen de titular; en el B, Juventus y esperemos que Atleti, ganando a un Lokomotiv que sacará a los reservas en Madrid y sólo en el D se verán partidos a cara de perro para decidir el acompañante del City a cuartos, pues hasta el Atalanta ha recogido instancias para reclamar los derechos. Irremediable agorero, apuesto por el Shakhtar.
Puffff. Tengo que subir unos días a Burgos para espantar los malos pensamientos en el bosque de mi Cartuja y sacudirme estas cavilaciones sobre justicias y sentencias que se me cuelan por las gateras más sensibles. Me malicio que allí, en Burgos, me llegará la sentencia de muerte del Córdoba CF y por ello quiero acogerme al abrigo de mis santos protectores, San Juan Bautista y María Magdalena, patronos que son de los espíritus solitarios.
Autonomías
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
España ha sustituido el fervor religioso del Corpus por el fervor constitucional de las Autonomías. Donde colgaban tapices y damascos cuelgan ahora los banderines de la aldea.
–Las Autonomías son sagradas –dice la portavoz centrista de la Derecha, Álvarez de Toledo, de lo que se deduce que no sabe quién, cómo, dónde, cuándo ni para qué fueron colocadas las Autonomías en el belén de la Constitución.
Cuando el ministro Pacordóñez quitó la fiesta del Corpus, Gustavo Bueno, que conocía el motivo de la inquina de la Iglesia contra Galileo (¡el atomismo, no el egocentrismo!), temió una revolución…
–¡Y no se han dado cuenta!
Como Santayana dijera del Corpus, el encantador misterio de las Autonomías brilla sobre su plano espectacular: el prodigio les es intrínseco, como el de las estrellas, y su explicación lo devaluaría. Disentir es incurrir en herejía. ¡Somos constitucionalistas! Constitucionalistas no de cualquier Constitución, sino de la que nos ha metido en el “cul de sac”.
Más contitucionalistas que Álvarez de Toledo son los Founding Fathers, que lo inventaron por escrito. En la primera Constitución que escribieron, confederal, pusieron las Partes por delante del Todo… como en el 78 hicieron en España el ingeniero agrónomo y el director teatral. Pero los Founfing Fathers, más modestos, reconocieron su pifia y rectificaron escribiendo la segunda Constitución, federal, que pone el Todo por delante de las Partes. Hoy son la primera economía mundial, y su gasto porcentual es de 15 (ayuntamientos), 15 (estados) y 70 (gobierno federal). Con una deuda nacional del 98 por 100 del PIB, el gasto administrativo de España, que juega a federal, es de 15 (ayuntamientos), 15 (“gobierno federal”)… y 70 (autonomías). Esto no es centrismo. ¡Esto es centrifuguismo! Pero levantar una ceja ante el Consenso te hace tan reo de fascismo como, según Foxá, levantar la mano para parar un taxi en el Madrid del Frente Popular, que, por cierto, vuelve a casa por Navidad.
martes, 26 de noviembre de 2019
Aire totalitario
ABC
La violencia no entiende de nacionalidades, ni tiene orígenes, ni razas, y ay de quien le busque el apellido, pero no teniendo nada de eso sí tiene género; y si alguien niega la tesis de fondo, entonces se dice que "niega la violencia contra la mujer"
Eso es lo que atribuyen a Ortega Smith, que ayer superó en punk a Paul B. Preciado recordando que existe, no sólo el hombre víctima, sino también la víctima de la violencia lésbica, lo que encendió a los presentes (al alcalde-po-Vox Almeida casi le dan las sales) y levantó el remolino mediático
Aire de Almeida y Villacís
Naciones
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En tiempos de Karl Kraus, cuando una civilización sentía próximo su final, mandaba a llamar a los curas. En tiempos de Iván Redondo, cuando una nación resuelve suicidarse, manda a llamar a los cómicos, que pregonan para el Régimen las dos soluciones del Consenso: primero, aprender catalán (Quique González, que hace rocanrol con “una pedagogía de hambre en el suburbio”), y luego, preguntar “qué quieren” a los secesionistas catalanes (Luis Tosar, que hace anuncios de cervezas).
–Somos lo que fuisteis; seremos lo que sois –es el canto de Esparta que a Renan le parece el himno de toda patria.
Choca que se encargue a los cómicos la vivisección de España, pero ¿dónde están las grandes cabezas? Lo intentó Ortega, que se perdió en los veinte folios de la conferencia de Renan en la Sorbona.
–Nación es haber hecho en el pasado grandes cosas juntos y querer seguir haciéndolas en el futuro –dice Renan, de donde Ortega extrae su nefasto “proyecto sugestivo de vida en común”, una nación sentimental, la del subjetivismo romántico, frente al mero hecho de existencia colectiva, que nada más puede ser, objetivamente, una nación.
El hecho objetivo de la nación es ajeno a la voluntad y, por tanto, a “lo decidible” (el inexistente derecho a decidir), es decir, a los proyectos sugestivos que sólo son proyectos de poder para, en nombre de la nación subjetiva (¡el “alma nacional”!), tomar el Estado, por la vía del federalismo catalán (¡Proudhon pasado por Pi y Margall!) o por la vía del etnicismo vasco.
–Yo me siento sólo vasco y hay una nación vasca con derecho a decidir su futuro –dice Aitor Esteban, que igual podría sentirse Napoleón con derecho de conquista sobre Egipto o Josefina, y tampoco sería tan descabellado, si tenemos en cuenta las similitudes históricas del Directorio francés con el Régimen del 78, que no ha encontrado, ay, a su Teresa Cabarrús.
En España nunca hemos sabido atar la mosca de la nación política por el rabo. Y nos darán veneno hasta que nos sepa bien.
lunes, 25 de noviembre de 2019
Pitos y palmas
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Pitos del Bernabéu a Bale, lo que demuestra lo bien que los “border collie” del sistema (política, sociedad, fútbol) llevan el rebaño.
–Es que Bale ha posado con una pancarta de Gales, Golf, Madrid, y nosotros por ahí no pasamos.
Pasan por que el presidente del gobierno en funciones les aplace el partido contra el Barcelona para que el ruido del fútbol no le tape el ruido de sus profanaciones publicitarias, pero si Bale, que es galés, pone por delante de Madrid a Gales, entonces le montamos la marimorena en el Bernabéu, estadio cuya única animación pasa por las voces blancas de los kikos del Coro de San Ildefonso, que cantan los goles como las bolas de la lotería con pedrea.
Si por el trinomio “Gales, Golf, Madrid” el piperío le monta el número a Gareth Bale, ¿qué le harían a Rod Stewart, que presumía (cuando se podía) de “Fútbol, Cerveza y Mujeres”?
A Curro Romero, cuando le pitaban en Valladolid, se volvía a Manolo Cano, su apoderado, y le decía: “Oye, Manolo… ¿Esto no estaba ‘tomao’?”
A propósito de trinomios, Gecé, que conoció a Foxá en un café de Sofía, contaba una anécdota maravillosa, como todas las que jalonan la leyenda de Foxá:
–Lo vi acompañando a Eva Perón en una fiesta de gala en Barcelona. Iba de frac, grueso, congestionado. Le paré en una escalera: “¡Balzac!” Le gustó mucho. Luego en La Habana. Fumaba. Bebía un ron tras otro. Diciéndome: el trinomio de Cuba, superior al de la Revolución Francesa: ¡Ron, Café y Puro!
Ojalá Vinicius, un día de estos, posara con la pancarta de “Ron, Café y Puro”.
De los dos descubrimientos de Solari, Zidane ya se ha llevado por delante uno, Vinicius, que anda, el hombre, más perdido que Luis Tosar con un libro. El otro, Valverde, se salva por lo que corre, ya que en el Madrid de Zidane se corre por antigüedad, razón por la cual el entrenador goza de la confianza de los veteranos.
De dar crédito a una leyenda urbana, en lo que llevamos de Liga el Madrid corría cuando en el vestuario tomaba forma la amenaza de Mourinho. Si pierden el partido, chicos, mañana viene Mourinho. Y los Canelita Boys refunfuñaban, pero se ponían en modo paso ligero. Pero Mourinho vuelve a tener un banquillo para entretenerse (¡Tottenham Hotspur, el equipo del positivismo lógico, con sir Alfred J. Ayer de loco seguidor!), y puesto que Conte sigue ocupado, todos los alicientes para ponerse a correr desaparecen en el vestuario blanco hasta marzo y la Champions. “Sé feliz”, dice Pancho Hazard que le dice Zidane por toda indicación táctica. Y luego preguntarán que cómo se ganan las Copas de Europa.
–Habla poco. Es simple. Siempre viene a hablar conmigo antes de un partido para que me sienta cómodo. “Sé feliz”, me dice. Va directo al grano. Ama a sus jugadores.
Hazard, el jugador "más vago" con el que ha entrenado Obi Mikel, su ex compañero en el Chelsea (“cuando estábamos entrenando, él nos esperaba ahí parado hasta que acabáramos”), es el ojito derecho de Zidane y no esconde su peso en oro. “Cuando estoy de vacaciones, estoy de vacaciones”.
Solari tarifó con Isco porque Isco no se subía a la báscula. ¡Si Perico Fernández hubiera podido hacer eso cuando tenía que pegarse con Suansak Mansuring! Para Zidane, en cambio, la báscula es lo de menos, y quiere recuperar a Isco. Si ha recuperado a Hazard, que este verano pesaba 80 y ahora, cuatro meses después, anda en los 77, ¿por qué no va a recuperar a un giróvago del rondo como Isco? Antes, eso sí, hay que recuperar a Bale, hundido el día que Zidane, su entrenador, dijo “que se vaya, hoy mejor que mañana”. Eso fue una trufa para los piperos, que el sábado la rallaron cuando el futbolista entró al campo.
–Bale necesita que la afición le quiera –dijo luego el sábado el mismo Zidane que había dicho que a ver si se iba de una puñetera vez.
O sea, primero los pitos y después las palmas. Esto prueba que la palabra de un entrenador vale tanto como la de un animador de tómbola. ¿No había dicho Mourinho que nunca entrenaría al Tottenham? Y el ejemplo más divertido es el de la Federación de Rubiales, el sindicalista vertical metido a patrono manchesteriano, primero con Lopetegui y ahora con el becario que dejó Luis Enrique al frente del Combinado Autonómico mientras él ventilaba sus asuntos personales, que da una idea del respeto por lo público (y por el público contribuyente) que tienen Luis Enrique, el del andamio, y Rubiales, el del motorista (de Franco).
Abc
Pitos del Bernabéu a Bale, lo que demuestra lo bien que los “border collie” del sistema (política, sociedad, fútbol) llevan el rebaño.
–Es que Bale ha posado con una pancarta de Gales, Golf, Madrid, y nosotros por ahí no pasamos.
Pasan por que el presidente del gobierno en funciones les aplace el partido contra el Barcelona para que el ruido del fútbol no le tape el ruido de sus profanaciones publicitarias, pero si Bale, que es galés, pone por delante de Madrid a Gales, entonces le montamos la marimorena en el Bernabéu, estadio cuya única animación pasa por las voces blancas de los kikos del Coro de San Ildefonso, que cantan los goles como las bolas de la lotería con pedrea.
Si por el trinomio “Gales, Golf, Madrid” el piperío le monta el número a Gareth Bale, ¿qué le harían a Rod Stewart, que presumía (cuando se podía) de “Fútbol, Cerveza y Mujeres”?
A Curro Romero, cuando le pitaban en Valladolid, se volvía a Manolo Cano, su apoderado, y le decía: “Oye, Manolo… ¿Esto no estaba ‘tomao’?”
A propósito de trinomios, Gecé, que conoció a Foxá en un café de Sofía, contaba una anécdota maravillosa, como todas las que jalonan la leyenda de Foxá:
–Lo vi acompañando a Eva Perón en una fiesta de gala en Barcelona. Iba de frac, grueso, congestionado. Le paré en una escalera: “¡Balzac!” Le gustó mucho. Luego en La Habana. Fumaba. Bebía un ron tras otro. Diciéndome: el trinomio de Cuba, superior al de la Revolución Francesa: ¡Ron, Café y Puro!
Ojalá Vinicius, un día de estos, posara con la pancarta de “Ron, Café y Puro”.
De los dos descubrimientos de Solari, Zidane ya se ha llevado por delante uno, Vinicius, que anda, el hombre, más perdido que Luis Tosar con un libro. El otro, Valverde, se salva por lo que corre, ya que en el Madrid de Zidane se corre por antigüedad, razón por la cual el entrenador goza de la confianza de los veteranos.
De dar crédito a una leyenda urbana, en lo que llevamos de Liga el Madrid corría cuando en el vestuario tomaba forma la amenaza de Mourinho. Si pierden el partido, chicos, mañana viene Mourinho. Y los Canelita Boys refunfuñaban, pero se ponían en modo paso ligero. Pero Mourinho vuelve a tener un banquillo para entretenerse (¡Tottenham Hotspur, el equipo del positivismo lógico, con sir Alfred J. Ayer de loco seguidor!), y puesto que Conte sigue ocupado, todos los alicientes para ponerse a correr desaparecen en el vestuario blanco hasta marzo y la Champions. “Sé feliz”, dice Pancho Hazard que le dice Zidane por toda indicación táctica. Y luego preguntarán que cómo se ganan las Copas de Europa.
–Habla poco. Es simple. Siempre viene a hablar conmigo antes de un partido para que me sienta cómodo. “Sé feliz”, me dice. Va directo al grano. Ama a sus jugadores.
Hazard, el jugador "más vago" con el que ha entrenado Obi Mikel, su ex compañero en el Chelsea (“cuando estábamos entrenando, él nos esperaba ahí parado hasta que acabáramos”), es el ojito derecho de Zidane y no esconde su peso en oro. “Cuando estoy de vacaciones, estoy de vacaciones”.
Solari tarifó con Isco porque Isco no se subía a la báscula. ¡Si Perico Fernández hubiera podido hacer eso cuando tenía que pegarse con Suansak Mansuring! Para Zidane, en cambio, la báscula es lo de menos, y quiere recuperar a Isco. Si ha recuperado a Hazard, que este verano pesaba 80 y ahora, cuatro meses después, anda en los 77, ¿por qué no va a recuperar a un giróvago del rondo como Isco? Antes, eso sí, hay que recuperar a Bale, hundido el día que Zidane, su entrenador, dijo “que se vaya, hoy mejor que mañana”. Eso fue una trufa para los piperos, que el sábado la rallaron cuando el futbolista entró al campo.
–Bale necesita que la afición le quiera –dijo luego el sábado el mismo Zidane que había dicho que a ver si se iba de una puñetera vez.
O sea, primero los pitos y después las palmas. Esto prueba que la palabra de un entrenador vale tanto como la de un animador de tómbola. ¿No había dicho Mourinho que nunca entrenaría al Tottenham? Y el ejemplo más divertido es el de la Federación de Rubiales, el sindicalista vertical metido a patrono manchesteriano, primero con Lopetegui y ahora con el becario que dejó Luis Enrique al frente del Combinado Autonómico mientras él ventilaba sus asuntos personales, que da una idea del respeto por lo público (y por el público contribuyente) que tienen Luis Enrique, el del andamio, y Rubiales, el del motorista (de Franco).
BETIS Y TUERTOS
Al Betis lo miran todos los tuertos. Primero fue Marcos de Quinto, ese doble de James Cagney que hizo un slogan para Ciuadanos de quitar el hipo: “Ser independentista es como ser del Betis, que es difícil que gane una Liga”. Y ahora es Carmona, la presidenta del Género en el Consejo General del Poder Judicial (estos cargos debería visarlos Lewis Carroll), que para desarrollar su concepto de la lógica aristotélica ha dicho: “Mi madre, que estudiaba un colegio de monjas, siempre contaba la anécdota que los domingos, cuando perdía el Betis, tenían que rezar por las mujeres de los béticos. Sabían que los hombres llegaban a sus casas a pegarles por la frustración”. Y luego que si Echenique puede ser ministro.
Ok, boomer
Hughes
Abc
Hace unos días leí un artículo sobre el “ok, boomer”, ese meme que los jóvenes dirigen a los mayores. Boomer es el nacido en los 60 o antes, aunque sin tanto ánimo de precisión generacional, el “ok, boomer” sonaba muy parecido a nuestro “pollavieja”, la fórmula con la que la juventud tuitera, sobre todo feminista, despacha a gente como Javier Marías.
“Ok, boomer” era importado y tenía, eso sí, la gracia de su utilización por las dos partes de la discusión, derechas e izquierdas; en realidad, les unía una común actitud hacia los mayores que superaba la de la generación anterior, la X, la mía. Hace mucho que es evidente que el objetivo de toda crítica debían ser los “Boomer”, pero no se expresó nunca así, de forma tan directa, displicente y “troleadora”. Era como su hubiera un fondo de respeto, sumisión, una actitud de docilidad genealógica (y analógica): éramos otra generación pero no teníamos la suficiente distancia para expresarlo. Sería intolerablemente irrespetuoso escribir: “Oh, calla la boca de una vez, vejestorio”.
Por esto me hacía cierta gracia el “ok, boomer”, eslabon entre izquierdas y derechas juveniles en la red. En el artículo de esta semana, publicado en Verne, EP, sin embargo, lo encontré muy politizado: como expresión de un desencanto medioambiental y político, de un malestar por la crisis y la situación del planeta.
Por esto me hacía cierta gracia el “ok, boomer”, eslabon entre izquierdas y derechas juveniles en la red. En el artículo de esta semana, publicado en Verne, EP, sin embargo, lo encontré muy politizado: como expresión de un desencanto medioambiental y político, de un malestar por la crisis y la situación del planeta.
Unos días antes, movido por la curiosidad, yo había hablado con la persona que se supone creó el meme. Se trata de una estudiante de Maine que ahora vive en Nueva York y que ni siquiera reclamaba la autoría. Ava, que así se llama, me contó que no creía ser la autora, que la expresión ya se usaba, aunque quizás sí fuera la primera persona en tuitearlo. Dos años después, confiesa, no le parece tan graciosa. Tampoco su éxito fue inmediato. Fue al cabo de dos semanas de haber escrito ese tuit, ese “ok, boomer” inaugural, cuando el tuit comenzó a viralizarse. Su intención, me explicó, fue la de fusionar dos memes anteriores. Un meme sobre un perro que decía “ok (y algún tipo de desprecio)” y otro que era “cállate (cualquier grupo político)”. Ella mezcló la actitud despreciativa y cómica del perro-meme, también un punto condescendiente, con la, digamos, execración política.
De esa mezcla de intenciones surgió el “ok, boomer”. El motivo fue meditado: ella quería llamar tonto al activista conservador Charlie Kirk de una forma que no supusiera un riesgo de suspensión de su cuenta. Lamentaba que casi todos sus amigos internautas de por entonces la hubieran perdido (esto, por cierto, es algo que todos podemos recordar. Cuánta de la “escena” tuitera americana fue depurada desde 2016).
Así que fue más bien la intención de burlar la censura de twitter y los límites del diálogo lo que llevó al meme. Ahora se populariza aquí, un poco tarde (las cosas siguen llegando a una velocidad no-amazon, a una velocidad de catamarán gretense más bien, lo cual no parece malo del todo). La expresión encierra un tipo de causticidad generacional tan ajena como envidiable.
domingo, 24 de noviembre de 2019
España, territorio
Quique González, el Renan español
con pose de himnoda feminista de Xanxenxo
con pose de himnoda feminista de Xanxenxo
Hughes
Abc
Siglos de cultura española acaban en Quique González. No es culpa suya. Es una realidad a la que nos enfrentamos: el resultado de la Cultura, una Cultura oficial prisaica que ya desde el franquismo ha desnacionalizado, asnado, dividido, y desentrañado espiritualmente al país hasta convertirlo en un ejército de ríe-chistes frenéticos y unidireccionales. Los cientos de representantes que orbitan alrededor de la Cultura Oficial mediática y autonómica-ministerial dicen siempre lo conveniente, y además lo dicen como si estuvieran cometiendo un acto de rebeldía.
Desde que a uno le nace el sentido común hasta que se le va yendo, ¿cuántas entrevistas a artistas españoles puede acabar leyendo? ¿Dos mil? ¿Cuatro mil quinientas? En el 99% de ellas, habrán dicho lo conveniente. Dirán lo que todos sabemos que van a decir. La entrevista que Lorena G. le hace en El Español a Quique González ofrece esta joya de respuesta a la pregunta sobre qué es España: “Lo que tengo claro es que para mí España no es una bandera, ni un himno, ni un ejército. No sé. Es un territorio con muchísimos aspectos culturales distintos, con idiomas distintos… estamos condenados a entendernos, pero bueno, el veneno de la envidia que tenemos… no sé. La historia tan dura en los últimos yo diría que 100 años, y la influencia de la iglesia católica y del franquismo en las instituciones hacen que sea cada vez más difícil el diálogo y cada vez más latente el enfrentamiento. Es una pena. Me parece un drama que de pequeños no nos enseñaran una noción mínima de euskera, ¿sabes? O de catalán”.
Me interesa el principio. Bueno, todo, pero me ceñiré al principio. España como territorio. Se escucha mucho esto últimamente. Ya no es el Estado, España-Estado. ¿Cómo va serlo, si está en proceso de desmontaje? Decir “El Estao” tampoco toca ya, porque cada uno quiere el suyo. Ahora es otra cosa, ya no es la estructura administrativo-burocrática, sino lo que hay debajo.
Es España territorio: España terreno, parcela, trozo, porción. España superficie. España planta, solar; España era, España hecho físico insoslayable; España entidad mínima tangible; España firme, España base. España es lo que da polvo cuando le pegas una patada al suelo. España reducida a lo mínimo innegable. Menos que eso ya no puede ser. Menos que el territorio ya sería comenzar a escamotearla geológicamente, empezar a negarle la realidad terrera.
España metros cuadrados. Como un piso que se heredó de la abuela facha y que habrá que repartir y cuartear y convertir en 27 estudios diminutos para que empleados mileuristas se dejen el sueldo.
De modo que los representantes de la Cultura, con su alta capacidad intelectual y su finura, con esa sensibilidad que se les cae de la mirada, que desparraman como tarros humanos de sirope, como eyaculadores imparables de sirope (¡faunos de la nueva masculinindad follifeminista!) no son capaces de extraer o definir de esa España un hecho uitario histórico, jurídico, filosófico, lingüístico, literario, espiritual, religioso o artístico. No. España es territorio, y lo siguiente será decir que España es ámbito, abstraerlo un poco más: España como espacio, abierto a todo dentro como en las performances artísticas: ¡Espacio de reflexión!
Ah, pero esa reflexión exigiría apertura de pensamiento y decisión, tabula rasa, ¡y tampoco! Así que la España ámbito-espacio es demasiado y aquí se trata (oh, qué término para un artista) del “entendernos”. Cacho de tierra (muy rico en Cultura, eso sí, ya lo vemos) donde habrá que sentarse a/sobre/es/ante una mesa. ¿Qué artista o actor habrá que ante la pregunta de qué es España conteste que “unas coordenadas”? Dentro del delirio (instalado ya cual app conspiranoide), el que diga “España, unas coordenadas” tendrá al menos la admiración de la suma genialidad desfachatada.
El lugar común
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Nos enteramos por los periódicos de que el Instituto Cervantes se propone acabar con los «tópicos españoles» en el mundo, aunque nos daríamos con un canto en los dientes si consiguiera acabar con las faltas de ortografía en los carteles de la Red de Carreteras del Estado. Al fin y al cabo, la ortografía es una parte de la gramática, pero, ¿qué tiene que ver el tópico con la lengua?
Al hablar del tópico, hablamos del viejo y honrado lugar común que hoy tiene en el turismo su método industrial de explotación. Acaben ustedes con los tópicos y habrán acabado con los turistas. También, a lo mejor, con los novelistas de estación, pero esto es algo que no afecta al Producto Interior Bruto de la nación, que, como todo el mundo sabe, vive del turismo. Turista es cualquier persona que viaja con el único propósito de confirmar tópicos. Sin tópicos no habría turismo, y si nos ponemos así, tampoco habría Cervantes, que en España es ahora un Instituto, aunque en el extranjero sigue siendo un tópico que se pronuncia «Chervanta», prosodia, por cierto, que no hace ninguna gracia a nuestro chauvinismo lingüístico, formado sobre la idea de que la lengua siempre fue compañera del imperio. «¡Tiene muchos bemoles / que no hablen español los españoles!», cantaba Pastora Imperio en «La Entente», estrenada con motivo de la visita de Poincaré a España.
La lengua común es una cosa, y otra cosa es el lugar común. Ortega formuló dos leyes de apariencia antagónica que, según él, se cumplen en toda enunciación. La primera: «Todo decir es deficiente.» Es decir, que nunca logramos decir plenamente lo que nos proponemos decir, y ésta es la pega de la lengua común. La segunda: «Todo decir es exuberante.» Es decir, que nuestro decir manifiesta siempre muchas más cosas de las que nos proponemos e incluso no pocas que queremos silenciar, y ésta es la ventaja del lugar común. La lengua común es, desde luego, menos importante que el lugar común, pues si la gente se moviera por la lengua común, los japoneses no veranearían en España y los españoles veranearíamos en Buenos Aires, que en este tiempo siempre será más bonito y más fresco que Gredos. Sin embargo, hemos creado un Instituto Cervantes para preservar la lengua común, y para preservar el lugar común todavía no se le ha ocurrido a nadie crear un Instituto Pero Grullo.
A los tópicos, más que a la lengua, debemos los españoles el privilegio de encontramos a la cabeza del turismo mundial desde, al menos, el Siglo de las Luces, cuando Montesquieu propagó por Europa la gracia, no de nuestra conversación, sino de nuestra gravedad, que, según las «Cartas persas», se manifiesta principalmente de dos maneras: en las gafas y en los bigotes. «Las gafas demuestran que el que las lleva es hombre consumado en las ciencias y absorto en profundas lecturas, y cualquier nariz cargada con ellas puede pasar, sin disputa, por la nariz de un sabio...» Y cuando un español añade a estas cualidades «la de ser propietario de una gran espada o la de que su padre le haya enseñado a desafinar en una guitarra, no trabaja: su honor va unido al reposo de sus miembros, porque la nobleza se adquiere en las sillas».
¿Qué deuda de agradecimiento no contrajimos con Casanova? «No conozco pueblo más lleno de prejuicios que España», anotó en sus «Memorias», y ya tenemos dicho que el único móvil del turismo es la confirmación de prejuicios. Los turistas se comportan con los tópicos como las ardillas con las nueces; es decir, como si, al confirmar las expectativas que tienen puestas en un tópico, la siguiente expectativa tuviera que ser más probable. Cuando una ardilla se encuentra constantemente con nueces vanas, ¿se molestará en cascar la siguiente? Casanova escribió: «Los españoles son pequeños, mal conformados y sus rasgos físonómicos distan de ser bellos. Las mujeres, en cambio, son encantadoras, llenas de gracia y amabilidad, y de un temperamento de fuego.» Quiero decir que el fenómeno Lecquio sería inexplicable sin los lugares comunes de Casanova. Y allá el Cervantes con sus planes, pero la primera regla del negocio es no tocar lo que funciona.
Al hablar del tópico, hablamos del viejo y honrado lugar común que hoy tiene en el turismo su método industrial de explotación. Acaben ustedes con los tópicos y habrán acabado con los turistas. También, a lo mejor, con los novelistas de estación, pero esto es algo que no afecta al Producto Interior Bruto de la nación, que, como todo el mundo sabe, vive del turismo. Turista es cualquier persona que viaja con el único propósito de confirmar tópicos. Sin tópicos no habría turismo, y si nos ponemos así, tampoco habría Cervantes, que en España es ahora un Instituto, aunque en el extranjero sigue siendo un tópico que se pronuncia «Chervanta», prosodia, por cierto, que no hace ninguna gracia a nuestro chauvinismo lingüístico, formado sobre la idea de que la lengua siempre fue compañera del imperio. «¡Tiene muchos bemoles / que no hablen español los españoles!», cantaba Pastora Imperio en «La Entente», estrenada con motivo de la visita de Poincaré a España.
La lengua común es una cosa, y otra cosa es el lugar común. Ortega formuló dos leyes de apariencia antagónica que, según él, se cumplen en toda enunciación. La primera: «Todo decir es deficiente.» Es decir, que nunca logramos decir plenamente lo que nos proponemos decir, y ésta es la pega de la lengua común. La segunda: «Todo decir es exuberante.» Es decir, que nuestro decir manifiesta siempre muchas más cosas de las que nos proponemos e incluso no pocas que queremos silenciar, y ésta es la ventaja del lugar común. La lengua común es, desde luego, menos importante que el lugar común, pues si la gente se moviera por la lengua común, los japoneses no veranearían en España y los españoles veranearíamos en Buenos Aires, que en este tiempo siempre será más bonito y más fresco que Gredos. Sin embargo, hemos creado un Instituto Cervantes para preservar la lengua común, y para preservar el lugar común todavía no se le ha ocurrido a nadie crear un Instituto Pero Grullo.
A los tópicos, más que a la lengua, debemos los españoles el privilegio de encontramos a la cabeza del turismo mundial desde, al menos, el Siglo de las Luces, cuando Montesquieu propagó por Europa la gracia, no de nuestra conversación, sino de nuestra gravedad, que, según las «Cartas persas», se manifiesta principalmente de dos maneras: en las gafas y en los bigotes. «Las gafas demuestran que el que las lleva es hombre consumado en las ciencias y absorto en profundas lecturas, y cualquier nariz cargada con ellas puede pasar, sin disputa, por la nariz de un sabio...» Y cuando un español añade a estas cualidades «la de ser propietario de una gran espada o la de que su padre le haya enseñado a desafinar en una guitarra, no trabaja: su honor va unido al reposo de sus miembros, porque la nobleza se adquiere en las sillas».
¿Qué deuda de agradecimiento no contrajimos con Casanova? «No conozco pueblo más lleno de prejuicios que España», anotó en sus «Memorias», y ya tenemos dicho que el único móvil del turismo es la confirmación de prejuicios. Los turistas se comportan con los tópicos como las ardillas con las nueces; es decir, como si, al confirmar las expectativas que tienen puestas en un tópico, la siguiente expectativa tuviera que ser más probable. Cuando una ardilla se encuentra constantemente con nueces vanas, ¿se molestará en cascar la siguiente? Casanova escribió: «Los españoles son pequeños, mal conformados y sus rasgos físonómicos distan de ser bellos. Las mujeres, en cambio, son encantadoras, llenas de gracia y amabilidad, y de un temperamento de fuego.» Quiero decir que el fenómeno Lecquio sería inexplicable sin los lugares comunes de Casanova. Y allá el Cervantes con sus planes, pero la primera regla del negocio es no tocar lo que funciona.
«¡Tiene muchos bemoles / que no hablen español los españoles!», cantaba Pastora Imperio en «La Entente», estrenada con motivo de la visita de Poincaré a España
"Hoy estarás conmigo en el paraíso"
DOMINGO, 24 DE NOVIEMBRE
En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido». Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos». Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha hecho nada malo». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Jesús le dijo:
-En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso.
Lucas 23, 35-43
sábado, 23 de noviembre de 2019
Agilizadores
ABC
Movido por un sentido autodestructivo del deber, puse ayer la TV con la intenciónde ver en qué quedaba la resaca de los ERE
El lunes será el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, así que de los Ere ya nos podemos ir olvidando
"Todos salimos de allí. De África" (García Ferreras)
Españolejos
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Españolejos son los españoles que vienen de lejos.
–Nadie va nunca tan lejos como cuando no sabe adónde se va –dice Cromwell, con estatua en Westminster.
El españolejo no sabe adónde se va, pero yo le digo de dónde se viene: del teatro y el Gotha. De Goyo Martínez Sierra y el duque de Tovar, hermano de Romanones.
–Soy bolchevique, en efecto. Y estoy al tanto de todas las novedades sociales y literarias –dijo a Alberto Guillén, entre retratos de su amante, Catalina Bárcena, primera actriz de las obras que escribe su esposa, María Lejárraga–. No tendría miedo de repartir mi fortunica a los pobres. Yo la volvería a hacer, aun bajo los comunistas. ¡Hasta mi cocinera sabe que soy bolchevista!
Lenin le parece extraordinario (“siempre tan calladito, tan sonriente, tan dueño de sí mismo”), y los españoles, unos cobardes, con miedo a decir cosas, “pensando en el puchero”:
–Asistí a un congreso socialista en Barcelona. Se gritó “¡Muera España!”, y les dije: sois unos cobardes, porque no lo hacéis en Madrid, pero tenéis razón: “¡Muera España!”
Al despedirse, pide que Guillén le traiga la crónica escrita para suprimir lo que proceda (“no es miedo, pero como usted comprende…”)
Tovar, coleccionista y ganadero, vive en Montesquinza con Génova rodeado de goyas, fortunys y gallinas inglesas.
–Yo en política apenas me llamo Pedro –dice al Caballero Audaz–, pero mi afán es atraer al elemento obrero al régimen actual. ¡Que el Rey pueda gobernar con sus obreros, como en Inglaterra!
Carretero le recuerda la diferencia de educación política entre Inglaterra y España (“en Westminster no se ha levantado ningún socialista a defender la licitud del atentado personal contra un gobernante conservador”).
–Es cuestión de tiempo y de cultura. Asombra que yo visite la Casa del Pueblo y entre en ella como los obreros en estos salones de mi casa. ¿Reparto? No creo en esa utopía. ¿Qué significaría mi fortuna ante los problemas de toda una clase social?
Se fue, ay, en 1929.
Martínez Sierra
viernes, 22 de noviembre de 2019
Pancartas delictivas
El delito. 6.000 €
Por no impedir la entrada de la violenta pancarta
La noticia, hoy
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Mira que uno va cogiendo al vuelo cualquier oportunidad para apartarse del sindiós y sin conocimiento que procura avasallarnos estos años, pero hasta en las cosas más tontas que uno pueda imaginarse tiene que aparecer el ojo enfermo del membrillo incompetente al que se paga por vigilar.
Me había puesto a matizar la comida de fraternidad a celebrar por la quinta del 59 de mi pueblo, que la empezó a conformar un servidor por ser el primero de la cosecha al haber nacido el día de Reyes, y junto a los mensajes de la quintada -ya saben que no soy muy de teléfono móvil, pero según el parecer de la familia su uso ya es necesidad- me llega un recorte de Ricardo, cordobesista de pro que abrazó a Luis Aragonés en Ucrania, que me avinagra el vinito que estaba tomando con un poco queso. “Propuesta de multa de 6. 000 euros al Córdoba por introducir en El Arcángel una pancarta de grandes dimensiones”... sin que el barandilla o barandazo tuviera conocimiento. Comisión Antiviolencia se llama el órgano sancionador que como ustedes saben depende del ministerio del Interior del que es ministro don Marlaska. A la vista de la noticia y andando el Córdoba por donde anda, la sensibilidad se acelera y no puedo por menos de comparar violencias y claro está, acordarme de aquella famosa anécdota no sé si de cantaor o torero, creo que es atribuida a Rafael Gómez el Gallo, quien tras penosas penurias en el tren desde Sevilla hasta Madrid y sentir al pasar por delante de la máquina el calorcito del vapor y dar un respingo al oír un estridente pitido se volvió molesto y espetó al monstruo: “...esos..-pongamos humos- en Despeñaperros”.
Pone el recorte que el barandilla o barandaza es coordinador de Seguridad y supongo que la Directiva del Córdoba, ente en esa fecha mutilado, abrumado y dislocado por estar el presidente a disposición judicial, no cayó en dar importancias mayores ni al representante del Gobierno ni a la ingenua pancarta que puse aquí en Salmonetes... hace unos días y que encomendaba al equipo a San Rafael “el que sana”.
Conforme a la Ley, es posible que al Ilustrísimo Coordinador le asista la razón con algún artículo punitivo sobre las pancartas, tamaños y mensajes, pero como a mí me gusta el sentido común y la actualidad trae tan demoledoras comparaciones que he llegado a pensar si no estamos de verdad en un manicomio, resulta que eso que se hace llamar Comités para la Defensa de la República, CDR, y que pone barricadas en las autopistas, secuestra viajeros en aeropuertos, impide la circulación de vehículos y personas en pueblos y ciudades por encima del Despeñaperros que mentara el torero, está tratando -negociando- con las directivas del Barcelona y R. Madrid un permiso para colgar en el Camp Nou una pancarta que va a chantajear al Estado sin que a su representante, el Ilustrísimo Coordinador, le pregunten ni siquiera la hora.
Voy a seguir con los corderos y la cecina de la comida del día 7 de diciembre y no me voy a calentar, pero no me negarán que el asunto no es escandalaso. 6.000 euros a quien no tiene nada, a quien no se entera de nada -no olvidemos que el Córdoba está en manos de administradores judiciales-, por una pancarta casi mística ecomendándose a un arcángel, de la que no se podía tener conocimiento por la convulsión del club en esos días de máxima ebullición y que de Despeñaperros p’arriba don Torra y doña Colau, un poner, se vayan de rositas sin que el Comité antiviolencia tenga nada que decir...
¿Escandaloso?¿Sólo escandaloso?
¿Creen ustedes insensato proponer a D. Marlaska que traslade al coordinador de Seguridad de Córdoba a Barcelona capital? ¡A ver si va a resultar que la solución a la violencia catalana la está malgastando el ministerio vigilando al Córdoba contra el S. Fernando!
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