miércoles, 20 de noviembre de 2019

De cómo comportarse


Multa conforme a la Ley 7/2007

 Atardecer en Barbate


Francisco Javier Gómez Izquierdo

     Supongo que no es nada fácil asimilar tanta novedad como nos asalta, sobre todo a los que salimos de aquel bachiller de los tiempos de Franco creyendo que la educación, las formas y la responsabilidad para con el prójimo eran pilares de nuestro comportamiento futuro. Imitábamos a los padres y abuelos en el “usted” y “perdone”. Los respetábamos aunque supiéramos que no les asistía la razón en determinadas cuestiones. Acatábamos sin rechistar las leyes de una democracia de andar por casa y comprendíamos la negativa materna a un duro para comprar el As un jueves después de un partido de la selección. Vivíamos con sacrificios y un servidor, conforme a las teorías de hogaño, padeció explotación infantil, porque para comprar el As y el carné de socio del Burgos cosía junto a mis padres y hermanos, al salir del colegio, zapatos mocasines a cien pesetas la docena, y a cinco duros más, los llamados castellanos. El estipendio no es riguroso, pero andaría por ahí..
   
Hoy, ya jubilado, se me pasan los días caminando a seis kms la hora en sosegadas cavilaciones comparando las estrecheces en casa, y los esfuerzos de mis padres para con los seis hijos en los 60 y 70, con la insatisfacción y sinvergonzonería generalizadas de un mundo que exige “a ellos” (?) la luna y pide leyes que quiten responsabilidad por matar al fumador (especie a extinguir de las biblias modernas) que pida lumbre a un desconocido. Gracias a Dios tengo mis sendas propias en Burgos, Córdoba, Cádiz y los montes de Toledo y procuro que nada de lo que ocurre me enfade, pero a veces, como en este asunto del presidente Rubiales y los entrenadores Luis Enrique y Roberto Moreno, no puedo dejar de echar la vista atrás para asegurar que semejante guirigay sería impensable en mi adolescencia porque ese tipo de comportamientos -aún no aclarados- se considerarían no inapropiados como se dice ahora, sino tremendamente indignos. ¡¡La que liaría un Butano con este presidente!!  Sabido es que Don Rubiales viene del sindicalismo, pero en vez de actuar como se espera de un ex-representante de trabajadores, contrata y despide personal a la manera del más despiadado de los patronos y no sé cómo calificar ese invento de llevar la supercopa de ¿cuatro? a Arabia, pero lo que no se le escapa a nadie es el interés pecuniario de la patronal y no el de los futbolistas. Reconversión sindicalista se llama la figura.

     Una noticia que intenta curar mi inquietud llegó antier de un juzgado de Córdoba donde un Fondo llamado Infinity Credit o algo así depositó tres millones de euros para comprar no el Córdoba, sino una cosa que se llama Unidad Productiva del Córdoba y que dejaría respirar al club siempre que a los acreedores ¡¡¡10 millones de deuda!!! no les importe demasiado, supongo. Viviendo en Andalucía tendría que decir algo de la sentencia de los ERES, pero hace tiempo que me aburre el tema y ya eché mis cuentas durante las peripecias de la instrucción con las dilaciones, bajas médicas, golpes de pecho y reconversión en el periodismo. “¡Cuán dolorosa la farsa periodística!” diría don Godofredo, mi profesor de matemáticas de los 70, a la vista de los presentes comportamientos del gremio y sus curiosas traducciones ó interpretaciones del Derecho. En la lista de ayer echo en falta a un tal Lanzas, sindicalista de Jaén, como don Zarrías, del que su madre dijo hace unos años que ganaba 20 o 25 mil euros a la semana y que tenía dinero “p’asar una vaca”, pero dice Antonio, que al parecer está en el ajo, que quedan más de cien juicios y que el de Juan Lanzas será un año de estos, porque cree que no ha prescrito aún.