viernes, 8 de noviembre de 2019

A la espera del fatal desenlace

 Contra el S. Fernando. Último domingo de octubre
La bufanda de mi peña cordobesista al cuello de Reina

 
Francisco Javier Gómez Izquierdo
  
         Los detenidos primarios por “asuntos” de documentos y estafas de papeleo que no sospechan, o mejor, que no son conscientes del todo, que “lo suyo” pueda ser delito y puede tener cárcel confiesan con el tiempo que el peor rato que han vivido es cuando los encierran por primera vez en un calabozo. “Durante la declaración crees que el juez comprenderá tus explicaciones y que te soltará, pero cuando llega la noche y ves que te quedas allí, en el calabozo, el alma se baja a los pies y a partir de la una o las dos de la madrugada, cuando te das cuenta de que puedes venir a la prisión, lloras como una Magdalena”.

      Así me hablaba un presidente de club de fútbol (no es Rafael Gómez) que era mucho más “echao p’alante” que este Jesús León que en este momento declara ante el juzgado nº5 tras la denuncia de uno o varios personajes que antier fueron conmilitones y que hoy andan a la gresca por la mala repartición de no sé cuántos dineros. Probablemente sea este hombre que ayer tuvo que ser atendido por un facultativo tras la detención y entrada en el calabozo, quien quede para la historia del Córdoba CF como el ejecutor de la última puñalada a un moribundo con muchos miles de deudos de corazón noble, pero lo cierto es que desde hace siete ú ocho años una bandada de buitres detectó el tufo de posibles cadáveres sobre la ribera derecha del Guadalquivir y allí se aposentó con vuelos a veces altos como para pasar desapercibida y con otros más bajos par certificar su terrible presencia. Como la especie está protegida por la legalidad vigente, los que queremos al hoy más que moribundo, ni pudimos ni por supuesto supimos espantar tanto pajarraco que legitimaba el poder de un dinero que  nadie aclara ni cómo entraba ni cómo salía.

      No tengo idea de lo que puede perder Jesús León además de la libertad, pero a los cordobesistas no hay quien los consuele porque muchos de ellos empezaron a adorar a un amante al que suponían eterno desde que en el bautismo el abuelo les regalaba el abono. Muchos de esos abuelos vieron nacer a la criatura que hoy agoniza y con ella han pasado angustiosas vicisitudes, pero todos recuerdan los buneos días de fútbol "..cuando entrenaba Kubala, los goles de Juanín, aquel penalty de Fermín que dió la liga al Madrid..." . Hoy el Córdoba, como ¡¡ay, el Burgos por dos veces!!, se nos ha quedado ya sin hígado y sin riñones y no sabemos si el corazón aguantará la presencia mañana del Villarrobledo.
 
 ¡¡Dios mío, el Villarrobledo!!

     Los chicos del Fondo Sur, inconscientes agoreros, ya se encomendaron al Arcángel S. RAfael en el último partido ante el S. Fernando, equipo que por cierto es puntero en el grupo IV. Impensable hace tres años envidiar al S. Fernando.