sábado, 31 de marzo de 2018

Sábado Santo

Las Huelgas Reales

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    De todas maneras, dice Steiner, el nuestro (el de los judíos) es el largo día del sábado, con su “neutralidad metafísica” entre el sufrimiento, la soledad y el despilfarro impronunciable, por un lado, del Viernes Santo, y el sueño de liberación, de renacimiento, por el otro, del Domingo de Resurrección.

    La neutralidad de la Pasión es Pilato (“quid est veritas?”) frente a las querellas religiosas de los judíos; la neutralidad, políticamente positiva para Schmitt, del que se mantiene al margen:
 
Es la objetividad del protector del Estado que se encuentra bajo su protectorado, y frente a sus antagonismos políticos internos.
 
Él no quería, pero se sometió a la voluntad del pueblo. Ah, ¡vaya circunstancia atenuante! Y entonces, entrará en el reino de Dios, ¿sí o no?

    Pero ¿qué sabemos con certeza de Pilato?, pregunta el padre Andréi. Pues aún hoy no se sabe qué sentía él por Cristo. ¿La crucifixión? ¡Son cosas que pasan! El poder terrenal es complejo. El espiritual es más sencillo. No les gusta Cristo y lo arrestan, lo juzgan, lo condenan y lo ejecutan. Aunque condenar tampoco fue fácil. Faltó poco para que todo se fuera al garete.

    Tenemos, prosigue el padre Andréi, una legión de Pilatos, el típico funcionario medio: severo, pero no cruel; en los casos anodinos, es justo y muestra incluso principios; en los casos grandes, duda y tergiversa. Y acabó mal. ¿Obligado a suicidarse bajo Calígula? ¿Ejecutado por orden de Nerón? ¿Exiliado en Suiza y ahogado en el lago de Lucerna? (“En los Alpes hay una montaña que se llama Pilato. El Viernes Santo apareció allí una sombra enorme y todo el mundo se lavó las manos”).
 
Raulin, predicando una vez en Francia la Pasión, dixo: “Vosotros sois los que le crucificastes, aunque os llamáis chistianissimos, porque Pilato era francés y también lo serian los más de los suyos”. Al tiempo de la muerte de Raulin se juntaron más de veinte señores y abbades, y él, predicando en la iglesia “De Paraíso”, dio el ánima a Dios –se lee en el Floreto de un fraile dominico residente en Sevilla a mediados del siglo XVI.

Sábado Santo, 31 de Marzo


Es la última medida
de tu cuerpo en mi cuerpo,
de tu muerte en mi vida.
José María Pemán

viernes, 30 de marzo de 2018

Homo viator

 ¿Qué hace Rajoy con la energía que obtiene de sus caminatas?


Viernes Santo

Cristo de la Iglesia del Carmen, Burgos

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    De la parábola que pintó Dostoyevski en su retrato sevillano del Gran Inquisidor (que a nuestros novelistas sólo les da para chafarrinones sobre la religión católica) supo extraer D. H. Lawrence la gran enseñanza moral de la libertad, resumida por John Gray en “El Gran Inquisidor y los peces voladores”.

    Es insólito, dice Gray, que un pueblo (salvo la excepción americana, hoy en decadencia) valore su libertad por encima de la comodidad derivada del servilismo, y cita el comentario de De Maistre sobre la “juanjacobada” de Rousseau según la cual todos los hombres nacen libres, pero en todas partes están encadenados: creer, porque algunas pocas personas buscan en algún momento la libertad, que todos los seres humanos la quieren, es como pensar que, puesto que hay peces voladores, volar forma parte de la naturaleza de los peces.

    –El Gran Inquisidor le dice a Jesús que la humanidad es demasiado débil para soportar el don de la libertad. No busca libertad, sino pan, pero no el pan divino, sino el terrenal.
  
El Gran Inquisidor le dice a Jesús que han manipulado sus enseñanzas para poder tratar a la humanidad tal y como realmente es: “Hemos corregido tu obra, fundándola en el ‘milagro’, el ‘misterio’ y la ‘autoridad’. Y los hombres se alegran de verse otra vez conducidos como un rebaño y libres del don abrumador que los atormentaba”.
  
La verdad que Dostoyevski pone en boca del Gran Inquisidor es que la humanidad nunca ha buscado la libertad y nunca lo hará. La ciencia y la tecnología encarnan “el milagro, el misterio y la autoridad”.

    –¿Ves estas piedras del desierto? Conviértelas en panes y detrás de ti correrá la humanidad como un rebaño agradecido. Pero tú no quisiste privar al hombre de libertad y rechazaste la proposición, pues ¿cómo puede hablarse de libertad, razonaste tú, si la obediencia se compra con pan?
  
Si en la tierra ha habido alguna vez un milagro atronador verdaderamente auténtico, fue aquel día, el día de esas tres tentaciones.

Viernes Santo, 30 de Marzo


No me mueve, mi Dios, para quererte 
el cielo que me tienes prometido, 
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte 
clavado en una cruz y escarnecido, 
muéveme ver tu cuerpo tan herido, 
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, 
que aunque no hubiera cielo, yo te amara, 
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera, 
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

jueves, 29 de marzo de 2018

Jueves Santo

Monasterio de las Huelgas Reales

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La España liberal (a Sócrates y a Jesús los mató la democracia asamblearia) llama a la Semana Santa  “Fiestas de la Primavera”, y nos mete en casa a podar los tiestos, en vez de sacarnos a la calle a leer como hay que leer, a tientas en los pasos, el “Sueño” de Jean-Paul Richter en lo alto del edificio del mundo, el “Gran Inquisidor” de Dostoyevski en la plaza de la catedral de Sevilla o “La facultad de las cosas inútiles” de Dombrovski en “los balnearios de Stalin”.
Papagayos del “Estado de derecho”: ¿quién fue el segundo testigo en el juicio de Jesús? No existía un ministerio público, y eran necesarios dos testigos para acusar. Uno que coge al criminal en flagrante delito y lo lleva a la justicia. Es el papel de Judas, el tesorero, “es decir la persona más diligente del séquito de Cristo”. Pero falta otro: uno que asiste, que no desenmascara, que no guía a los soldados; sólo presencia la escena en silencio y luego declara en el juicio.
Constaba en el expediente, pero sólo apareció en la audiencia ante el Sanedrín. Lo escucharon y luego lo dejaron irse. Por eso no sabemos quién era.
¿Un extraño? Poco probable. El libro antiguo que deja constancia de su existencia, el Talmud de Jerusalén publicado en 1645 en Amsterdam, dice: “Dos discípulos testificaron contra él, lo llevaron ante el tribunal y lo acusaron”. ¡Discípulos!
Prudente en grado sumo, a Jesús nadie logra hacerle decir lo que no quiere, y es imposible pillarlo en falta. Ni Pilato en Palestina ni el Gran Inquisidor en Sevilla.
Él, de pronto, sin decir una palabra, se le acerca y le besa dulcemente los exangües labios nonagenarios. Ésta es toda su respuesta. El viejo se estremece, abre la puerta y dice: “Vete y no vuelvas más… no vuelvas nunca… ¡nunca, nunca!”
En el poema de Jea Paul, se oye sólo la lluvia que cae en el precipicio. La eternidad reposa sobre el caos y lo roe. Al roerlo, ella misma se devora lentamente. Todo el edificio del mundo va a derrumbarse ante nosotros.

Raseros periodísticos


Jueves Santo, 29 de Marzo


¡Cómo huele en Andalucía la tarde del Jueves Santo! Es un olor, único e inconfundible, de rosas, cera y juncia, que desde los Sagrarios se filtra hasta las calles y llena por completo el aire tibio y pesado de la primavera recién nacida.
JUEVES SANTO ANDALUZ José María Pemán

miércoles, 28 de marzo de 2018

Nacionalismos


No somos gallegos
Somos celtas

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    En cuestiones de memoria histórica los franceses pueden ser tan farsantes como nosotros. Al analizar, por ejemplo, el colaboracionismo (generalizado) durante la ocupación alemana, se hicieron los sartreanos y catalogaron a los colaboracionistas según la diferencia entre malvados (que habían hecho el mal porque sí: gusto, capricho…) y canallas (que habían hecho el mal para sacar tajada), que es una guía que aquí podría aplicarse al golpismo catalán.

    Este golpismo no es nacionalismo, sino estatalismo: el gran taurino Companys no proclamó la independencia de Cataluña, sino la República Catalana como Estado integrante de la Federación Ibérica, o sea, la República federal que sueña el periódico global.

    Los anacoretas de Egipto estaban ebrios de Dios y los golpistas de Cataluña están ebrios de Estado.
    
Nacionalismo, en cambio, sería lo que antes llamábamos patriotismo, complicado, dicho por Pemán, “con un poco de filosofía”. O, dicho por Bobadilla, complicado “con literatura o cagarrutas de chivo”.

    Nacionalismo, en fin, sería aquel I Encuentro Luso-Español del 83, glosado por José-Miguel Ullán, que describe al poeta (ojo al acento) Fèlix Cucurull cargado de telegramas de covachuelas catalanistas para pedir la retirada de “español” del título de la merienda, petición apoyada por los representantes de la poesía gallega Pilar Vázquez y Manuel María.
    
Cuando creía haberse llegado al acuerdo de poner “ibérico” donde antes rezaba “luso-español”, Pilar Vázquez alegó que los gallegos no eran ibéricos, sino celtas, quedando la cosa en I Encuentro de Poesía Peninsular.
    
Manuel María acusó en verso a la clase media de imitar “las modas que imponen en Madrid”, y ya todo eran denuncias: “Opresión de la literatura vasca, gallega y catalana; necesidad de no menospreciar el bable y l guanche; esbozo de imponer el término ‘insular’ para no desentenderse de las Azores, Canarias y Baleares; preocupación por las plazas adyacentes: Ceuta y Melilla”.

    Esto, en el 83.

Miércoles, 28 de Marzo


También se ceban poniendo en los collados cuartos de carne de reses que se mueren.
D.J.M.G.N.

martes, 27 de marzo de 2018

Una vuelta por Burgos

BURGOS AYER


Y BURGOS HOY

El Espolón

 Repsol

 Esquinazo

 Las Huelgas

 La Bandera

 La uralita

 La Rotonda Bauhaus

 ¡Viajes a Doñana!

 La Solera

 Zancarrones

 Delitos de lesa estética
(Biblioteca Pública y Museo del Mono)

 Silos

 El Coco

 Juliancín

 Bar del Círculo Católico de Obreros

 Perrete y peineta

Lerma

Vivir delincuente

 El "Rescatao" en el Alpargate

 Las Penas saliendo de la Mezquita


Francisco Javier Gómez Izquierdo

       Los años en que la primera luna de la primavera le da por madrugar suelen salir convulsos ,“... pestes, muertes y calamidades”, dice un refrán que mi madre gracias a Dios aún canta cuando las pascuas salen marzales. No sé ustedes, sobre todo los bachilleres antiguos, qué sensaciones tienen estos días, pero a un servidor le asalta una desazón en el alma que no sé cómo explicar. El caso es que me parece que demasiadas personas en España piensan en delincuente, actúan como delincuentes, hablan como delincuentes y encima pretenden llevar razón, y no estoy refiriéndome solamente a los motines cataluños. Detrás del "Rescatao" -no fallamos ningún año en su salida- van condenados con mejores ideas que las que sueltan los educadores de nuestros cadetes por las teles y los artefactos de mano, ya tan imprescindibles.

       En Madrid, hombres y mujeres ilegales que no pagan impuestos hasta tienen un sindicato, “de manteros” dicen, a los que arropan facciones que viven muy holgadamente con dinero de las instituciones y que engañan a sus rebaños con la promesa de acabar con esas mismas instituciones a las que exprimen sin misericordia. Es incomprensible para los que nos educamos en el respeto y la educación a nuestros mayores y a las leyes, cómo se anima -los vividores a costa de los impuestos de los que trabajamos- a no pagar y a tener derecho a paga en un ejercicio yo creo que de irresponsabilidad o maldad sin límites. Es lo que tiene el abandono de la educación, y lo dice un modesto bachiller setentero, a manos de ¡¡profesores de universidad!! elegidos a dedo con el mérito de su desaliño y sus odios.

      En las desembocaduras de los ríos del Sur y apadrinados por muecines barbados, coletudos y muy colegas deambulan montoneras de golfos sin futuro ofreciéndose a patrones sin entrañas para tareas “busquimanas” como dicen por allí a la descarga de lanchas con fardos de jachís o lo que haga falta. La dejadez y el colegueo está convirtiendo el delito en una manera de vivir como otra cualquiera y ya no es sólo el niño que no ha visto otra cosa en su casa el que sale yonqui o atracador, sino todo un barrio el que se hace gremio y no es de extrañar que saque sindicato que defienda el que “de algo hay que vivir”, como dicen los extraños munícipes madrileños.

      Los más graves delitos vienen de Cataluña, pero resultan alucinógenas las interpretaciones de una cantidad de individuos de todo género a la que le parece incorrecta la aplicación de la ley, como si cada cual estuviera capacitado para redactar su propio Código Penal. La mitad de los catalanes, que no nos engañemos son muchos catalanes, tienen una idea del significado de la democracia aprendida en  sus institutos y repasada a lo largo de su vida en una tele racista, con el agravante, o atenuante, vaya usted a saber, de estar convencidos de nacer con la virtud original por el simple hecho de hacerlo en Cataluña. Democracia es doblegarse a mi criterio, porque para eso soy más que tú. Un yo Tarzán, tú Chita, convertido en mandamiento de obligado cumplimiento por las Chitas que somos la raza inferior.

      Llevo varios días sin salir de la mina y he pensado que nada como  el mar de Cádiz, mejor sin bañistas, para intentar comprender tanto disloque. Mañana, o pasado a más tardar, allá que nos vamos. El fin de semana trae agua y temporal en el Estrecho.

Germanofilia

Julio Antonio


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

El prendimiento de Puigdemont en una gasolinera del IV Reich ha despertado en España una emoción histórica (¡los godos!): la germanofilia.

Cuando más hambre pasaba, a Julio Antonio, Goya de la escultura, la Sociedad Wagneriana de Madrid le encargó una estatua de diez metros de Wagner: el escultor alquiló una nave en la Ronda de Vallecas y comía y dormía en el andamio, y cuando ya tenía modelada la cabeza estalló la guerra del 14 y los patrocinadores se dividieron en germanófilos, que querían seguir con el monumento, y germanófobos, que se negaban a homenajear a un músico boche. Resultado: los fondos se acabaron, el yeso se resecó y Julio Antonio, “servidor y picapedrero”, volvió a la calle.

El Wagner gigante fue una idea de los abonados madrileños del Real, que ahora bien podrían cambiarla por una estatua de Marañón Bertrán de Lis, pero el verdadero wagnerismo español estuvo siempre en el nacionalismo catalán, wagnerista por “Parsifal”, que viene, contaba Carandell, de “Perseval”, héroe del que tomó el argumento Wagner, que creía que el Monasterio de Montserrat se levanta sobre el castillo de los Caballeros del Grial, bajo el nombre de Montsalvat.
A España, esta germanofilia mental que ya inquietaba a Franco (“el español-medio, el hombre de la calle, es germanófilo, Pemán”) no le viene de Puigdemont, sino de Ortega, que en el Hôtel du Rhône en Ginebra explicaba a Octavio Paz que la única actividad posible en el mundo moderno era la del pensamiento y que, para pensar, había que saber, al menos, alemán.
Aprenda el alemán y póngase a pensar. Olvide lo demás. Pensar es una erección, y yo todavía pienso –fue su ortegada final, que aclara su “pensamiento” sobre la cuestión catalana en su nefasta “España invertebrada”.
Santayana (¡jamás nombrado por Ortega!) enumera tres cosas buenas en Alemania: los uniformes (disciplina), la música (idealismo) y la cerveza (“Gemütlichkeit”, goce de lo doméstico). Los “liberalios” añaden… la democracia.

Martes, 27 de Marzo


También hay en el campo muchos lances, principalmente en días de nieblas, que andan siempre levantados alrededor de los ganados que sienten solos, suelen coger un Cabrito, Marrano ú otra pieza que se pueden llevar entera, huyen con ella, se encuentra con un ganadero ó Cazador, éste le da voces, y grita, al instante suelta la pieza.
D.J.M.G.N.

lunes, 26 de marzo de 2018

Victorinos de Domingo de Ramos: lo mejor de la tarde, una bandada de avecillas de pecho blanco sobre Las Ventas

Victorino, de Juan XXIII, el Papa Bueno

José Ramón Márquez

1. Cuestión previa

Victorino Martín hijo tiene ante sí una enorme responsabilidad heredada de su padre, una carga pesada, que es la de competir con todos los demás con las armas del toro, del toro encastado y fiero, a veces del toro que “hace el avión”, y de hacerlo no en remotas plazas francesas ante aficionados conversos, sino en todas las grandes citas de la temporada española. Victorino hizo imprescindible su presencia en todas las ferias de renombre a base de dar lo que nadie daba, y que se apuntase el que tuviese redaños, compitiendo y venciendo a los otros ganaderos -tantas veces ganaduros- en plano de igualdad. La obligación de Victorino Martín García es, como mínimo, mantener el legado que ha recibido de Victorino Martín Andrés y seguir proclamando la línea clara de tantos inolvidables toros como han salido de esa casa para gloria de la ganadería de bravo y, muchas veces, para la de los toreros que se han puesto frente a ellos. En cómo resuelva Victorino la sucesión al excepcional ganadero que fue su padre, le va la vida.

2. A lo negro

Domingo de Ramos en Madrid, con el ya imborrable recuerdo del Domingo de Ramos -de Pasión para él- de Fandiño hace ya dos años, en el que tanto nos jugamos y tanto perdimos. Hoy la empresa Plaza1 principia la temporada madrileña con una invitación a la ilusión anunciando seis de Victorino Martín, con divisa negra por luto del patrón, para El Cid, Pepe Moral y Jiménez Fortes. Buena entrada, pese a lo desapacible de la tarde, con la solanera a reventar y la sombra a merced del cierzo. 

Cuando don Gabriel Martín, ataviado con su traje de barquillero y tocado con la madrileña parpusa franquea la puerta al primero de la temporada, Moñudito, número 61, la banda se pilla el primer berrinche  de la temporada por la parte del 7 porque el bicho llevaba un puntazo en el anca izquierda. El animal no presentaba ni cojera ni síntoma alguno de que ese puntazo le afectase a la cosa psicomotriz, pero ya se sabe que a los toros se va a manifestar opiniones y la de muchos por la parte del 7 era la de que preferían estrenar la temporada de Madrid 2018 con el jabonero Mulato, número 18, de José Luis Marca, que con el cárdeno Moñudito. A uno, que había bajado hasta Las Ventas pertrechado como Shackelton cuando se fue a la Antártida, la verdad es que no le hacía ni repajolera gracia ir a ver a los albaserradas y encontrarse con la juampdedritis de Marca, con el label de calidad de “eliminando lo anterior”. A Moñudito, que tenía cuajo y presencia, lo que antes se decía trapío, lo aplaudieron de salida, pero cuando empezó la matraca del puntazo las cañas se tornaron lanzas para él. Lo mismo que a Nuestro Señor, del cual se conmemora hoy su triunfal entrada en Jerusalén, que a los cuatro días ya estaban con lo de “¡Crucifícale!”, y salvando las debidas distancias, a Moñudito se le recibió con las palmas cuando remató con vigor en el burladero del 10 y mostró su bella hechura y se le coronó de espinas nada más que se pudo ver la sangrecilla que le brotaba del anca. Luego el toro fue a menos: blandeó lo que quiso y dejó claro que la cara no es el espejo del alma, que su alma era tontorrona y sinsorga. En general hay que decir que la corrida no ha sido, ni por el forro, lo que uno se espera cuando ve en el cartel esa A con esa corona encima. Peor para nosotros. Ha habido dos toros interesantes en diverso registro: el tercero Mucamo, número 84,  y el quinto Paquetillo, número 103, una especie de raspa fea y anovillada; el segundo, Palmireño, número 9, y dos de esos que antes que se los lleven los benhures de la mula a que los destazadores los transformen en medias canales, ya ni te acuerdas de ellos.

De los interesantes el tal Mucamo lo fue por la cosa colaboracionista. Fue picado de manera delicadísima por Francisco de Borja Ruiz que movió con torería el aleluya, recibiendo tres entradas del burel, que acometió con ganas y alegría. Con la tercera no contaban los actuantes y fue por decisión de don Jesús María Gómez Martín, Presidente del festejo, que se verificó, con óptimo criterio porque en realidad lo que más nos había movido a bajar a la Siberia de Las Ventas era el ganado. Tres veces fue al penco, como se dijo, y Francisco de Borja agarró tres puyazos bien puestos  sin apenas infligir castigo, como demostraban los lomos del toro en los que casi no había sangre. Luego el bicho llegó a la muleta con afán colaborador, un dechado de buena educación, regalando sus embestidas sin ánimo de crear conflicto de ningún tipo. El otro toro es el quinto, Paquetillo, que durante los dos primeros tercios se ha hecho el amo del redondel, metiendo el susto en el cuerpo a las cuadrillas, derribando con vigor y de bella manera a Francisco Romero y a su arre, demostrando condiciones aviesas y creando los problemas que nos gusta ver en un ruedo, porque con ellos se presume que no seremos torturados con el amaneramiento hortera de casi todas las tardes. El toro cambió en el último tercio y, sin dejar de provocar la sensación de peligro, presentó unas condiciones de las que se hablará más adelante. La corrida en conjunto, puede etiquetarse como decepcionante.

Y los toreros, cada uno con su cruz a cuestas, como corresponde en estas fechas venideras. El Cid no tiene más que una forma de estar, que es la suya, la que le ha hecho un hueco en el berroqueño corazón de la afición. Cuando El Cid se pone en plan cucamona, es decir como prácticamente todos, se le censura. Y está muy bien censurarle esas trazas que le son tan impropias porque él ha dejado un reguero de inolvidables faenas en el blancuzco sablón de Las Ventas basadas en lo que ya nadie hace: parar, templar, mandar y cargar la suerte. Por eso da cosa verle cobijado en la oreja del toro, tirando líneas, practicando ese toreo en paralelo al toro que a otros les otorga vitola de maestros inmarcesibles. Un interesante recibimiento y brega de su primero entre la silbería, sacándose el toro a los medios con mando y suavidad y una bonita manera de iniciar su trasteo a ese toro, andándole hasta llegar al tercio es la magra cosecha que nos deja Manuel Jesús Cid en su Domingo de Resurrección.

Pepe Moral anduvo con su segundo sin ver nada claro. El bicho parecía un enano y el matador un gigante: el gigante y el cabezudo. Pepe se encorvaba feamente y el toro atendía a la muleta o no, según le diera la gana. Pepe no se cruzaba al pitón contrario ni con orden judicial y probaba ahora aquí, ahora un poco más aquí, ahora un poco menos aquí. En esas cositas se pasó el tiempo. En el segundo, Paquetillo, una vez comprobado cómo el toro había cambiado, tuvo en sus manos la posibilidad de plantear una faena más acorde a las condiciones del toro: el bicho demandaba enfrente mando y colocación. Pisarle el terreno, dirigir su embestida, rematar el muletazo, dar trapo y jugarse la femoral. Perfectamente se veía cómo el toro tomaba los engaños, pero Pepe prefirió adoptar una actitud más conservadora, que le quitase el riesgo de ir al hule y, como dijo aquél, hay más días que longanizas y ya le saldrá otro toro con el que haya que currar menos. Fue este Paquetillo un toro de los que dan relevancia a lo que se les haga, toro de Madrid, para aquel Madrid que de forma inexorable vemos desaparecer ante nuestros ojos.

Y Fortes, que ya es sólo Fortes, ahora apoderado por el tío de un crítico famoso por sus ocurrencias, se llevó de Madrid una orejilla de esas de Aliexpress, que ya se sabe lo que dice el viejo y amoroso refrán: “Si en el palco está Calderón / Ya hay oreja en el esportón”. Lo bueno de Fortes es que ya no se le ve tan acelerado y cogido como antes. Esa es la buena noticia de cara a la integridad del hombre. Luego, en lo del toreo está, como diría Manquiña en aquella película, “sin conceto”. El hombre trabajó lo suyo con mejor o peor fortuna y dio un natural espléndido que reseñado queda. El conjunto de su labor en sus dos oponentes es como el NASDAQ, que sube y baja como una montaña rusa, de pronto parece que sí, y es que no; luego parece que no y es medio sí. Le aplaudieron los medios pases como si fueran oro molido, le jalearon, le apoyaron cuando estaba agazapado en la oreja del toro como si citase de frente, y finalmente, como antes se dijo le dieron la oreja de su primero para que muchos pudieran sustanciar su experiencia en Las Ventas con ella:

-¿Qué tal los toros?

-Bien. Le han dado una oreja a uno.

Para su segundo vale lo mismo todo lo dicho del primero, que si mete el estoque dentro del toro, le hubieran dado otra.

En el momento en que Fortes marraba a espadas, una luz de atardecida de arrebatado bermellón iluminaba los pináculos de la Plaza, una gran nube negra hacía resaltar de forma muy viva los colores encarnado y amarillo de la bandera de España sobre la Puerta Grande y una bandada de avecillas de pecho blanco surcaban el cielo sobre Las Ventas, como salidas de una prestidigitación. En la fugacidad de ese momento se halla, sin lugar a dudas, lo mejor de la tarde.


El Máster del Mochuelo de la Cifu

Y él separará a unos de otros, como separa el pastor
 las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha,
 y las cabras a su izquierda
Mateo 25:33

Atardecida velazqueña

Poetas del gol

Gerardo Diego


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Al leer el otro día una nota periodística sobre cómo les va hoy a los cinco “futuros megacracks” que Cristiano veía en 2015 me acordé de un libelo de Ruano (escritorazo, por otra parte, que en el mundo del fútbol sólo debe de conocer Pardeza), en marzo del 32, contra Gerardo Diego, el poeta de “El balón de fútbol” (“Tener un balón, Dios mío”):

¿Tener un balón? Dios mío. / Qué planeta de fortuna. / Vamos a los Arenales: / cinco hectáreas de desierto, / cuadro y recuadro del puerto. / Qué olor a Tabacalera. / –Suelta ya el balón, Incera. / –No somos once. –No importa. / Si no hay eleven hay seven. / Qué elegante es el inglés; / decir sportman, team, back; / gritar goal, corner, penalty. / (Aún no se ha abierto el Royalty.)
“Currinchería poética de Gerardo Diego”, se titula el libelo contra el autor de “Poesía española: Antología 1915-1931”, que escoge “los poetas que van produciendo una obra lo bastante extensa, firme y de personal estilo, que les garantice una permanencia, una estabilidad en la estimación de los venideros”.
Ruano acusa a Diego de reducir la poesía a “la que hacen sus amigos” y de preferir la “poesía poética” a la “poesía literaria”, una polémica por la que los franceses llegaron a las manos: “Entre los poetas españoles que pueden destacar en nuestras letras, desde 1915 a 1931, Gerardo Diego encuentra a Gerardo Diego, a Salinas, Guillén, Dámaso Alonso, García Lorca, Alberti, Villalón, Cernuda, Altolaguirre, Aleixandre y Larrea”.
En cuanto a la “obra lo bastante extensa, firme y de personal estilo” que tengan Manolín Altolaguirre, Aleixandre, Cernuda… vamos a esperar, profesor, vamos a esperar.
Bueno, pues tras de ochenta y seis años de espera el vencedor es… Gerardo Diego, teniendo en cuenta los nombres que muy por encima de los otros proponía Ruano: Tomás Morales, Basterra, Quadra Salcedo, José del Río Sainz, Bacarisse, Marqués de Lozoya, Garfias, Rivas Panedas, Marqueríe
No puede decir Gerardo Diego que no los conocía. A los que no conocemos son a esos últimos poetas que él conoce. La amistad tiene sus límites, y las licencias criticopoéticas, también. Porque se da el caso de que este antologista es catedrático de no sé qué Instituto (¡el “Beatriz Galindo”!), y da miedo y sonrojo pensar que unos pobres niños puedan creer que la representación poética en España son esos otros párvulos de la lira que su profesor les presenta. ¡La importancia poética de Ramón de Basterra es sencillamente excepcional!

Monchi
Un auténtico Monchi del Parnaso (un Ramón Rodríguez Verdejo, quiero decir, que, en vez de Empleado del Mes, en Roma parece un Doctor Bacterio) resultó ser el catedrático del “Beatriz Galindo”, que veía crecer la yerba de la poesía… hasta en el fútbol:
Marca tú la portería: / textos y guardarropía. / –Somos siete contra siete. / Un portero y un defensa, / dos medios, tres delanteros; / eso se llama la uve. / Y a jugar. Vale la carga, / pero no la zacandilla. / Yo miedo nunca lo tuve. / (Una brecha en la espinilla.)
De los cinco “megacracks” que en 2015 anunció Cristiano (Odegaard, Hazard, Depay, Pogba y Neymar), en lo alto sólo permanece (“futbolistas que van produciendo una obra lo bastante extensa, firme y de personal estilo, que les garantice una permanencia, una estabilidad en la estimación de los venideros”) Neymar, quien todavía puede arreglar su fracaso en la Copa de Europa con el PSG, si logra el éxito con Brasil en el Mundial de Rusia (donde, por cierto, no habrá perdedores, pues todos los lúseres podrán echar la culpa de su ruina a los hackers de Putin), al que los españoles llegarán con otro poeta del gol, Rodrigo, brasileño de Río pasado por Chiquito (“…y no te digo trigo…”)
Y dentro de ochenta y seis años, hablamos.


Breitner

INTELECTUALES DEL BALÓN

Cristiano nos habla de poetas del gol (Odegaard, Hazard, Neymar…), pero ¿qué decir de los intelectuales del balón? Oficialmente, hay dos: Xavi, ex cerebro de España (“En el Barça entendemos el fútbol como espacio-tiempo. ¿Quién lo domina? Busquets”) y Breitner, ex viuda de Mao para el piperío de la época de don Santiago Bernabéu porque hablaba de la lucha de clases con un desparpajo propio de un liberado sindical. Muy madridista no es: había que verlo celebrar en el palco del Bernabéu el pase del Bayern a la final que echaron a perder en los penaltis Cristiano, Kaká y Ramos. Ahora perora sobre sus dificultades para encontrar libros (¡libros!) al fichar por el Madrid, cuando tenía la Biblioteca Nacional a tiro de balón, sin salir de la Castellana. Entre libros de Hegel y Heidegger, le preguntan qué español le entusiasma más, y suelta: “Sergio Ramos”.

Lunes, 26 de Marzo


Del modo que se debe observar para aguardar a los Lobos.
D.J.M.G.N. 

domingo, 25 de marzo de 2018

Freno a la euforia. 1-1 ante el Oviedo

Córdoba 1988
Burgueña, Ricard, Gálvez, Garrido, Serafín y Portugal
Debajo: Anquela, Luna Eslava, Nando, Ortega y López Murga


Francisco Javier Gómez Izquierdo

       Que no nos habíamos convertido en los mejores de Segunda nos lo tenía que decir gente con carácter, presencia y trienios en la categoría y me parece que nadie mejor que Juan Antonio Anquela para mitigar el fuego de una euforia que nos podía sacar de la realidad. La realidad es que la plantilla es justita; la calidad, inmensa calidad, la pone el prejubilado Reyes; y hay ausencias para las que no aparece sustituto. Aún así, y a pesar de las carencias de hoy ante el Oviedo, estoy empezando a creer en el milagro.

      Al entrenador Anquela lo conocí nada mas llegar a Córdoba en el viejo Arcángel con el 7 de Juanito. El 11 lo llevaba el estilista López Murga con el que coincidí ya retirado en la consulta del pediatra D. Miguel Cantador. Paco Jémez empezaba con el 5; Miguel Ángel Portugal llegaba con el 6 en plan Fdo. Redondo y a un cañón llamado Momparlet lo despidió un catedrático con boina que hablaba de sistemas como si fueran asuntos de Estado. Pedro Montero que es de Palacios de la Sierra también estuvo por aquí marcando algún que otro gol y me decía que había jugadores con mucho carácter. Con el tiempo me di cuenta de que al bueno de Pedro, discreto y compañero donde los haya, no le faltaba razón. Paco Jémez, Ortega, Pepe Murcia, López Murga, Portugal, Berges, Perico Campos, Toni Muñoz, Anquela... ¡eran futbolistas de 2ªB!, cuando todos ellos estaban capacitados para serlo de Primera. De hecho muchos llegaron.
     
Anquela, salido de aquella remesa que tantas penurias económicas soportó, ha dado en torbellino con aire de cascarrabias y está empeñado en colocar al Oviedo en la plataforma de los elegidos. Personalmente creo que lo va a conseguir. Ha encontrado un portero, Alfonso Herrero, que se le ha escapado al Madrid (lo veo lanzado a palestra de pujadores) y que está dando mucha confianza a la defensa. Dos laterales derechos más que fiables, Cotugno con el plus de su urugüayez, y Johanneson, nacido en Oviedo, a pesar del apellido. Mossa, el izquierdo, el mejor de toda la 2ª es de Primera y como el veterano Christian Fdez no quiere perder el sitio se ha acomodado de central zurdo, junto a Forlín, aquel argentinito que vino al Castilla y se hizo imprescindible en el Español y junto al cumplidor jiennense  Carlos Hernández. Defensa de tres llaman la figura. 

Como técnico con carácter pone dos guardias de circulación, Folch y David Rocha, que rascan y empujan, conforme requiera la ocasión y se ha hecho con un mediapunta italiano, Fabbrini, que me parece que va a ser decisivo en este final de campeonato. Ha marcado el 0-1 por listo, atento a una torpeza de Fernández, y nos ha acobardado cada vez que se soltaba la melena ante nuestro lateral al que le disculpo por la necesidad de tener que jugar en la izquierda ante la falta de Javi Galán, uno de nuestros imprescindibles. Saúl Berjón tiene mucha mas calidad que Fabbrini. Saca todo, se le nota el talento incluso cuando menea la cabeza, pero es demasiado anarquista y guadianesco sin perjuicio de su capacidad para resolver partidos en un pispás. Del olfato goleador de Toché o el incómodo Linares no creo sospeche nadie, por lo que me mantengo en la creencia de que el Oviedo va a estar entre los seis primeros y creo  que el empate a uno de esta tarde no ha de desesperarnos.
     
Del Córdoba, decir lo de los últimos partidos. Titular de nuevo Reyes, al que  yo sacaría en las segundas partes, cuando los rivales acusen algo de fatiga, pero es cierto que todo saque que ejecuta (alguna falta busca con pícara habilidad) lleva etiqueta de gol. El portero Herrero le ha cogido una que seguro le ha subido la cotización. Aythami, el alma del equipo, ha vuelto a marcar. Era el empate a uno que nos volvía a la realidad del sufrimiento al que estamos condenados.
    
Un servidor, que viajaba en el pesimismo hace un mes, se ha apeado por bastantes motivos. Uno de ellos es la seriedad en el partido de hoy... y en el carácter constructivo de la plantilla de este Córdoba al que hace 30 años justos empecé a tener en mi corazón. Por entonces estaba Anquela al que estoy seguro que veré en el banquillo de El Arcángel más pronto que tarde.

Domingo, 25 de Marzo


Por lo que vuelvo á ratificarme, en que debes usar del cencerrillo siempre que andes de noche ó aguardando.
D.J.M.G.N.

«Realmente este hombre era Hijo de Dios»

DOMINGO, 25 DE MARZO


Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Él respondió:

-Tú lo dices.

Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo: «¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó: «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?» Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó: «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?» Ellos gritaron de nuevo: «¡Crucifícalo!» Pilato les dijo: «Pues ¿qué mal ha hecho?» Ellos gritaron más fuerte: «¡Crucifícalo!» Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al Pretorio– y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo: «¡Salve, rey de los judíos!» Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo. Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos.» Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: «Lo consideraron como un malhechor.» Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Anda!, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.» Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo: «A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.» También los que estaban crucificados con él lo insultaban. Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, jesús clamó con voz potente: «Eloí, Eloí, lamá sabaktaní.» Que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Algunos de los presentes, al oírlo, decían: «Mira, está llamando a Elías.» Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo: «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.» Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo: «Realmente este hombre era Hijo de Dios.»

Marcos 15,1-39

sábado, 24 de marzo de 2018

Alergias

César Moro


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

El guirigay catalán no tendría sentido sin el guirigay mediático, que tiene en el “populismo” su “alergia primaveral”.

Igual que los médicos llaman alergia a todo mal que no conocen, los politólogos llaman populismo a todo movimiento que no controlan. Hacen lo que Hegel con su “Filosofía de la historia”, presentar un esquema de la historia de acuerdo con el cual se supone que se desarrollan los acontecimientos, algo que gusta a la gente.

La fórmula –decía Russelles sencilla y los lectores piensan: “Ahora lo entendemos todo”. Si es falsa, no lo perciben.
Estos hegelianos dicen muy serios que el separatismo catalán es populismo promovido por Putin, a quien usan como Calvo Serer usaba a De Gaulle en mayo del 68 en la tercera del “Madrid”: su “Retirarse a tiempo” iba, en realidad, contra el inquilino de El Pardo. Acusan a Putin de amañar las elecciones del poder ejecutivo, riesgo que en la Unión Europea se evita (salvo en Francia) no convocándolas (se sustituyen por el himno “Paz”, de Franciska, que dice: “Porque quien siembra ilusiones / recoge frutos de paz…”)

Aunque los medios hablen de “ungir” (?) al “president” y de “diputados antisistema” (?) de la Cup, el separatismo catalán no es populismo y tampoco nacionalismo, sino estatalismo (como el vasco y los demás), y por eso sus modos fascistoides. No es populismo Podemos, sino “agit prop” comunista “de toda la vida”: todos tetones del Estado. No es populismo Le Pen (¿qué tiene que ver esa criadora de ocas con el boulangismo y las barbas?), sino nacionalismo, aunque del peligroso, pues en Francia todo es Estado. En cuanto al Brexit y Trump, son dos puntapiés a la socialdemocracia, que, a ciegas, quiere devolverlos en el trasero de Zuckerberg. Nacionalismo británico y americano, cultural e institucionalmente en los antípodas del fascismo. Pero se ve que aquí llevamos las alergias como César Moro los vicios: como un manto real, sin prisa.
Como aureola que uno desconoce y que finge no percibir.

Sábado, 24 de Marzo


De lo que se debe observar de noche en los resechos ó esperas de reses para librarse de recibir un tiro ú darlo á otro.
D. J.M.G.N.

viernes, 23 de marzo de 2018

La Cola Final


El Escenario

Cola del pan

Cola del voto

Cola de Buffalo Bill


El Grupo




El Mito

 La Guitarra

 Madrid

 Lastres

 Chinchón

 La Noche

 El Búho

 Los 70

 California

 Red House

 El Padrino

 El Hobby

 El Flash