viernes, 16 de marzo de 2018

Aproximaciones populistas en la derecha


Hughes
Abc

Encuentro en las últimas horas curiosas aproximaciones al populismo en la derecha española.

Por un lado, en los partidos y solitarios a la derecha del PP se ve una tentación de ceder al motivo migratorio. La primera reacción a lo de Lavapiés lo demostró. El motivo migratorio, ¿tiene tanto sentido en España? ¿Sufre España los problemas y presiones del centro de Europa? De Lavapiés a la banlieu quizás haya un trecho. Es una discutible importación de la manía europea. Del peor populismo actual, el continental.

Vemos que en España ha habido un intento de #metoo en el 8M. El feminismo de Ana Rosa se le colocó al lado. Hasta se pegó el PP. Solo resistieron argumentalmente las mujeres del contramanifiesto. La reacción trumpiana a las políticas identitarias de Clinton y los Demócratas es una bandera que aquí en España ha tomado una derecha “informal” en el espacio entre Ciudadanos y PP. Una derecha un poquito “salonard”, de impronta intelectual e histéricamente antipopulista que después de criticar duramente a Trump y sus votantes resulta que repite en España similares argumentos. El caso de Paglia es un ejemplo de feminista que supo ver a Trump. En divertido bucle, siendo antipopulistas y proclinton han acabado citando a gente a la que cita la Alt Right y asumiendo (quizás por incomparecencia de otros) una bandera que en Estados Unidos ya sabemos quien sostuvo.

Hay otra derecha que reacciona también al trumpismo, y que se caracteriza por coger lo peor del populismo: la demagogia y las bajas pasiones. El PP ha tenido una semana populista innegable con sus referencias a las víctimas de infanticidios. Pero hay otra derecha, sobre todo mediática, que recupera ahora, con la oportunidad del debate sobre la prisión permanente revisable, el motivo de “la gente” contra “la élite”. El argumento es el siguiente: la élite mediática y política, fundamentalmente progre o izquierdista, es insensible al dolor de la gente y a su sufrimiento; una élite a lo CNN que ignora al españolito.

Este motivo es más trumpiano que el Make America Great Again, y es asumido sin rubor por los mismos que insultaban (e insultan aun) a Trump. Esta derecha pretendidamente “anti-establishment” recoge un motivo trumpiano, olvidando eso sí todo lo demás. Se deja lo mejor del populismo (más democracia) y su nacionalismo económico (pues encima se definen como liberales).

Así, en resumen, creo que hay: una importación de populismo de tipo continental; el eventual aunque clásico (poco novedoso) populismo pepero de bajas pasiones (ah, la sentimentalidad) con una continuación de su saga de víctimas patrias, y un populismo mediático y retórico de tipo demagógico y antielitista, que cómicamente también se define como antipopulista.

Observar estas cosas es, qué duda cabe, divertido.