Córdoba 1988
Burgueña, Ricard, Gálvez, Garrido, Serafín y Portugal
Debajo: Anquela, Luna Eslava, Nando, Ortega y López Murga
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Que no nos habíamos convertido en los mejores de Segunda nos lo tenía que decir gente con carácter, presencia y trienios en la categoría y me parece que nadie mejor que Juan Antonio Anquela para mitigar el fuego de una euforia que nos podía sacar de la realidad. La realidad es que la plantilla es justita; la calidad, inmensa calidad, la pone el prejubilado Reyes; y hay ausencias para las que no aparece sustituto. Aún así, y a pesar de las carencias de hoy ante el Oviedo, estoy empezando a creer en el milagro.
Al entrenador Anquela lo conocí nada mas llegar a Córdoba en el viejo Arcángel con el 7 de Juanito. El 11 lo llevaba el estilista López Murga con el que coincidí ya retirado en la consulta del pediatra D. Miguel Cantador. Paco Jémez empezaba con el 5; Miguel Ángel Portugal llegaba con el 6 en plan Fdo. Redondo y a un cañón llamado Momparlet lo despidió un catedrático con boina que hablaba de sistemas como si fueran asuntos de Estado. Pedro Montero que es de Palacios de la Sierra también estuvo por aquí marcando algún que otro gol y me decía que había jugadores con mucho carácter. Con el tiempo me di cuenta de que al bueno de Pedro, discreto y compañero donde los haya, no le faltaba razón. Paco Jémez, Ortega, Pepe Murcia, López Murga, Portugal, Berges, Perico Campos, Toni Muñoz, Anquela... ¡eran futbolistas de 2ªB!, cuando todos ellos estaban capacitados para serlo de Primera. De hecho muchos llegaron.
Anquela, salido de aquella remesa que tantas penurias económicas soportó, ha dado en torbellino con aire de cascarrabias y está empeñado en colocar al Oviedo en la plataforma de los elegidos. Personalmente creo que lo va a conseguir. Ha encontrado un portero, Alfonso Herrero, que se le ha escapado al Madrid (lo veo lanzado a palestra de pujadores) y que está dando mucha confianza a la defensa. Dos laterales derechos más que fiables, Cotugno con el plus de su urugüayez, y Johanneson, nacido en Oviedo, a pesar del apellido. Mossa, el izquierdo, el mejor de toda la 2ª es de Primera y como el veterano Christian Fdez no quiere perder el sitio se ha acomodado de central zurdo, junto a Forlín, aquel argentinito que vino al Castilla y se hizo imprescindible en el Español y junto al cumplidor jiennense Carlos Hernández. Defensa de tres llaman la figura.
Como técnico con carácter pone dos guardias de circulación, Folch y David Rocha, que rascan y empujan, conforme requiera la ocasión y se ha hecho con un mediapunta italiano, Fabbrini, que me parece que va a ser decisivo en este final de campeonato. Ha marcado el 0-1 por listo, atento a una torpeza de Fernández, y nos ha acobardado cada vez que se soltaba la melena ante nuestro lateral al que le disculpo por la necesidad de tener que jugar en la izquierda ante la falta de Javi Galán, uno de nuestros imprescindibles. Saúl Berjón tiene mucha mas calidad que Fabbrini. Saca todo, se le nota el talento incluso cuando menea la cabeza, pero es demasiado anarquista y guadianesco sin perjuicio de su capacidad para resolver partidos en un pispás. Del olfato goleador de Toché o el incómodo Linares no creo sospeche nadie, por lo que me mantengo en la creencia de que el Oviedo va a estar entre los seis primeros y creo que el empate a uno de esta tarde no ha de desesperarnos.
Del Córdoba, decir lo de los últimos partidos. Titular de nuevo Reyes, al que yo sacaría en las segundas partes, cuando los rivales acusen algo de fatiga, pero es cierto que todo saque que ejecuta (alguna falta busca con pícara habilidad) lleva etiqueta de gol. El portero Herrero le ha cogido una que seguro le ha subido la cotización. Aythami, el alma del equipo, ha vuelto a marcar. Era el empate a uno que nos volvía a la realidad del sufrimiento al que estamos condenados.
Un servidor, que viajaba en el pesimismo hace un mes, se ha apeado por bastantes motivos. Uno de ellos es la seriedad en el partido de hoy... y en el carácter constructivo de la plantilla de este Córdoba al que hace 30 años justos empecé a tener en mi corazón. Por entonces estaba Anquela al que estoy seguro que veré en el banquillo de El Arcángel más pronto que tarde.