viernes, 31 de enero de 2020

Todos del Mirandés

Francisco Javier Gómez Izquierdo

        Ayer mañana estuve enredado con unos “mandaos” y a la tarde me reclamaron para un mus, por lo que no me asomé por Salmonetes... para lanzar el grito de “sólo nos queda el Mirandés”, que soportaron Jesús, musolari de Zaragoza, y JuanJosé Luis, ambos de León, que, mire usted qué casualidad copera, fuimos a coincidir en un bar de Córdoba para reivindicar los órdagos de nuestros equipos en días que sus colores son simpáticos a todo quisque.
      
La criba de los octavos de Copa fue emocionante. Esperable que pasaran los Primeras, pero insospechable que Athletic y Valencia tuvieran que encomendar sus afanes a la siempre incierta lotería de los penaltys. En Tenerife, otro excordobesista como Joselu tuvo “en vilito” a la parroquia de San Mamés durante casi tres horas. Luego falló en la tanda fatídica, pero todos los chicharreros, jugadores y público, lo pasaron  en grande. Como  los leoneses de la Cultural, que estuvieron a punto de reivindicar el “Reino de León” (ésto de cambiar el nombre del Antonio Amilibia no me lo saben explicar los de la partida porque me consta que son sólo futboleros en días señalados como los de esta semana) como el coso deportivo menos propicio para el visitante. No, en León no se olvidará ni la gesta contra el Atlético ni los penaltys contra el Valencia.
      
En  Badajoz también estuvieron de fiesta grande y es curioso que Pablo Vázquez, del que apuntamos se nos fue de aquí al Granada, hablara antes del encuentro con cierto aire de revancha contra el míster granadino, del que dice no lo valoró. Volvió a marcar el recio defensa, pero el Badajoz cayó en la prórroga... y para el jueves sólo nos quedaba el Mirandés como representante del fútbol modesto.
     No sabría decir si el acierto de Chema Aragón, secretario técnico del Mirandés desde 2ªB, en formar la plantilla se debe a la suerte, los contactos o a su extraordinaria competencia, porque no he seguido su trayectoria y me es personaje muy desconocido, pero el caso es que ve cualidades en jugadores de otros equipos que los técnicos a los que pertenecen no aciertan a adivinar y así nos encontramos con un tal Malsa que parecía anoche la reencarnación de Kanté, un Matheus que no parece desentonaría en cualquier primera, o un Sergio González capaz de acobardar gigantes tan dispares como De Jong o Munir. Matheus hizo una fase de ascenso espectacular. No sé si los tres son propiedad ya del club o aún cedidos, como los futuros integrantes de la primera plantilla de la Real Sociedad, Guridi, Merquelanz o el recién pedido Sagnan, que viene con intención de sentar a Odei, pero hay que reconocerle una magnífica condición para hermosear el fútbol con poco dinero.
  
No sé a ustedes, pero a mí anoche el Mirandés me pareció un equipo de fútbol capaz de ganar a cualquiera. ¿Qué me dicen de ese Álvaro Rey virguero e imperial, superior con mucho a cualquier jugador sevillano? ¿Y la disciplinada y sensacional presión rojilla que pareció cosa del más solvente equipo-champions? Oiga, me encantaron los paisanos.
      
El Mirandés siempre era para el Diario de Burgos el “equipo rojillo” y a 3ª en Miranda iban a foguearse talentos como Portugal, Maldonado o De la Viuda con los eternos Andueza y Muñoz. Decadente el Burgos, el hermano mayor de los de Anduva pasó a ser el Athletic -en Miranda son más del Athletic que del Burgos-, que cedió casi gratis muchos jugadores. De los últimos recuerdo a Koikili, Díaz de Cerio, Goiria, Nagore, el Ruiz de Galarreta jovencito que ahora anda por Las Palmas...

       Un bilbaíno de pro como Iraola, que aún parece jugador en activo, es el novel entrenador por el que apostó con muchos disgustos al principio este Chema Aragón que él sabrá mejor que nadie por qué parece entenderse ahora mejor con la Real Sociedad que con el Athletic. En fin ¡que tiemble el Villarreal! Otro club que también tiene fogueándose a un chico en Miranda. A Franquesa. Ayer infranqueable incluso con Ocampos delante. ¡Pedazo lateral izquierdo! ¡Con lo cotizados que están los laterales zurdos...!

 Equipazo del Mirandés
Mata, Andueza, Muñoz, Álava, Uslé, Arriola
 Paco, Salazar, Portugal, Lucas y Frechilla

Don Benito


Lutero


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Don Benito tiene ya algo del Casas Viejas de Sánchez.
    
Cela contaba siempre que en la primera edición del “Pascual”, Pascual tomaba el tren en Trujillo, y en Trujillo no había tren.
   
 –La solución era poner tren en Trujillo o poner a Pascual en Don Benito.
    
Marlaska, el ministrillo de la gobernación que ante los insurrectos catalanes se puso elegante a lo Pedro Monjardín, incapaz de levantar una mano para parar un taxi, con los campesinos de Don Benito se pone en plan Don Camulo a repasar lomos con un odio luterano, mientras Iván Redondo, salido de Deusto, deshoja margaritas en La Moncloa: ¿Don Benito? “Rus in urbe?” “Urbs ruri?” “Oppidum in agris?”
    
¡Ea, queridos señores! Golpead, traspasad, degollad a vuestro antojo –es el consejo de Lutero a los señores ante los campesinos levantiscos–. Soy el mayor enemigo de todos los campesinos… Son unos brutos
    
Y los príncipes y señores los molieron a palos (en realidad “los empalaron”), solución que pareció buena al fraile sajón venerado por Bergoglio, pues así, “cuando un campesino tenga que dar una de sus dos vacas a su señor, se juzgará feliz de poder conservar la otra”.
    
El Don Benito de Sánchez compite en palizas con el París de Macron, por no irnos a los campesinos de Igé, que, reunidos tranquilamente a la salida de la iglesia, cuando la Revolución, se convirtieron en una Némesis histórica ante el rumor de que venían a robarles las cosechas.
    
Marlaska, que ya arruinó a Ábalos en Barajas, arruina en Don Benito a Pablemos, que ve peligrar su alianza proletarios/campesinos, o lo que Marx llama “el coro sin el cual, en todas las naciones agrícolas, el solo de la revolución proletaria acaba siendo un canto fúnebre”.
    
¡Esos cojones, en Despeñaperros! –templó Manolo el del Bulto, padre de Manolo Caracol, a la locomotora que le resoplaba vapor en Atocha.
    
Pero ¿y esa deportividad boxística con que los campesinos de Don Benito abrazaron a sus apaleadores? En el Estado de Partidos todo es mentira, menos lo malo.

El abrazo




Hughes
Abc

Interesante documento. Uno de los agricultores que se manifestaban hoy en Extremadura acude a abrazar al policía que le dio “candela”. En las comparaciones con los CDR o en la distinta actitud polìtica ante unos y otros mejor no entrar. En el límite, diríase que pegar un porrazo a un extremeño es políticamente más sencillo que pegárselo a uno de Barcelona.

Pero lo curioso es esa estampa, ese abrazo. ¿Qué vemos ahí? Una solidaridad trabajadora, currante. Tras haberse manifestado en defensa de sus intereses legítimos, y haber sido reprimido por la policía, el agricultor acude a reconocer al otro su profesionalidad y a presentarle sus respetos y colaboración.

¿Es esto de izquierdas? ¿O es un comportamiento de “terrateniente” como decía hoy mismo un sindicalista envuelto en fulares? Dirán acaso que es “propietario” no el mítico jornalero. El sindicalismo vive de incluir a unos trabajadores y abandonar al resto. Pero quizás lo haga la izquierda en general al olvidar una realidad obrera española, las otras realidades del trabajador español, la pluralidad del fenómeno currante. El “obrerismo” izquierdista, ¿cómo tolera esta muestra de respeto a las fuerzas de la autoridad, y esa pretensión final de orden?

El agricultor se levanta para defender sus intereses casi como un francés, pero reconoce al otro y su labor de orden y autoridad. Aunque cuestionen su decisión, ¡no cuestionan la autoridad! Obrerismo y orden. Hum… Trabajo y orden. Ahí tiene la derecha, en ese abrazo, una estampa de solidaridad trabajadora. Dos personas cuyo punto de vista está marcado por el respeto profesional, es decir, cuyo punto de vista es profesional (obrero de ahora), es decir, un civismo matizado por su realidad trabajadora.

Frente al obrerismo disolvente y rencoroso que promueve la izquierda, receloso de la autoridad y de la unidad nacional, vemos este ejemplo de comportamiento reivindicativo del trabajador que, tras exigir lo suyo, lo justo, no olvida los vínculos con los demás y ofrece esa extraña mezcla de disculpas y gratitud. Esto es muy incomprensible para el izquierdismo pijo oficial o cizañero y absolutamente incomprensible para el de corte nacionalista que ha permitido la persecución humana del policía en Barcelona, y no digamos ya en otros lugares.

Aquí tiene una nueva derecha materia para mucho, en lo que expresa ese abrazo final. Trabajo y orden. Trabajo y unidad. Trabajo y vínculos sociales que recoge bien el campo: integración entre familias, gremios, entidades locales, regionales o sindicatos agrarios. Es decir, una realidad orgánica de entes sociales vivos aún actuantes bajo la superficie de los mitos neoliberales o socialistas. Y la mayor realidad de todas, la nación. No puede ser el tristísimo comunitarismo vecinal de Podemos y compañía, sino un comunitarismo más ambicioso hacia la gran comunidad nacional, única donde puede haber democracia.

Hay un trabajador distinto en España que no se ve reconocido o defendido por la izquierda y que necesita una defensa celosísima de sus necesidades y de su mundo. Una defensa real no siempre neoliberal, pues sus vínculos con la realidad no son sólo o siempre del mercado o en el mercado, sino más amplios, y necesitan de una atención añadida, real, cordial, cercana, intervencionista, demagógica si cabe y populista. Porque la estampa del trabajador que abraza al que le habrá de coercer obliga a una solución tanto como obligaría la discordia.

Viernes, 31 de Enero

Valle de Esteban

Mean las fuentes... Por la luz humea     
una ardiente meada cristalina...     
y alzo la pata... Pues me estoy meando

jueves, 30 de enero de 2020

Tortas de algarrobo

El diputado


Las reglas del juego


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    La vía jurídica española tiene dos raíles. Uno es Vishinski: “No tengan miedo del Derecho, nos llevaremos bien con él. Lo amputaremos sólo un poco”. Y el otro es Murphy: “Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos”.

    El presidente de Cataluña debe ser diputado, y a Torra y Pla la ley lo ha retirado del Parlamento. Para interpretar este negocio jurídico, el gobierno de Madrid, que es una banda de jurisperitos, tiene su Emilio Betti, Cristina Narbona, hija de un corresponsal de la TV de Franco en Roma y que se dice economista (observación de Horgren: “entre los economistas, el mundo real es un caso especial”), que ha desatado el nudo marinero del tabarrón catalán:
    
–La condición de parlamentario es preceptiva para ser presidente de la “Generalitat”, pero no lo es para seguir siéndolo.
    
Volvemos así al principio de la salchicha de Bismarck: hay personas a quienes les gustan las salchichas y respetan las leyes debido a que no han visto cómo se elabora ninguna de las dos cosas.

    El único objeto de una Constitución es separar los poderes (Estados Unidos… y Francia, porque De Gaulle lo copió). Incluso en los Derechos del Hombre y del Ciudadano los revolucionarios franceses dicen, tan pichis, que una sociedad con la separación de poderes por determinar carece de Constitución. El juez Lucas del Supremo ahuecó de su tumba a Franco porque aquel hombre “no separó los poderes”, y los tertulianos citan a Montesquieu, del que no han entendido nada, como a Paulo Coelho en una galletita china. Lo más claro que dijo Montesquieu fue:
    
–Si el poder ejecutivo fuera confiado a personas sacadas del cuerpo legislativo, no habría ya libertad, porque los dos poderes estarían unidos.
   
 El “Estatut” (“constitucional, por supuesto”) no determina la separación de poderes; determina su fusión, pero ningún jurista de reconocido prestigio levantó nunca una ceja.

    La gente, según Murphy, se especializa en el campo que menos conoce.

Jueves, 30 de Enero

Valle de Esteban

y ondea, como un lago beatífico
que humillara a la víbora del mal

miércoles, 29 de enero de 2020

De Misa a Miss

Maputo



Mia Couto 

[Traducción de M. Cardona]

 De Eulalia pasó a ser Laliña, por lo pequeña que era. La niña porfiaba en su mínimo tamaño: parecía que la edad la evitaba. Si no fuera por la escuela obligatoria, nadie hubiera reparado en ella de lo modesta que era.

Sus padres apostaron en ella toda su vanidad. "Ni el vestido ensucia, parece que siempre juega lejos del suelo". Era la madre, a la salida de misa, propagando el almita sin dobleces de su hijita. Que los padres recuerden, sólo una vez le anotaron un deseo desordenado:

 -De mayor quiero ser cooperante.

La corrigieron sugiriéndole otras vocaciones: cursada, diplomada, matrimoniada. Reza el proverbio: el cielo no muere si la lluvia no se pudre allá arriba.

Mientras tanto, el cuerpo de la niña actualizaba formato. Las piernas arriesgaban nuevas y peligrosas curvaturas. Los senos, bien templados, parecían estar en permanente conversación con la blusa. Al final, si la niña se demoró en desabrocharse fue porque estaba ocupada en apurar la mujer que germinaba en ella.

La madre no tenía otro tema en sus rezos que el de que Dios protegiese la pureza de su hija. Fuera por anuencia divina o por falta de ocasión, la verdad es que Laliña no se salía del guion, únicamente concentrada en sus estudios.

-No tengas prisa en enamorarte, hija mía. Cuando termine el curso tendrás todo el tiempo del mundo

El padre asentía con la cabeza, bien informado de lo resbaladizo que es el piso de la vida:

 -Cuidado, hija. El sida es la ruleta de los enamoramientos sexuales: una tirada y ya toca

Pero la inflación de consejos era injustificada: Laliña no ofrecía materia de preocupación disciplinaria. De la casa a la escuela y viceversamente: la niña no tenía otro camino, a no ser los domingos, en las idas y venidas de misa. Hasta que un día su padre llamó diciendo que iba a llegar tarde porque tenía que cuadrar el balance de la empresa. Del otro lado del hilo, la madre proclamó un gran sobresalto:

 -Mira qué horas son y Laliña no ha vuelto…

Al marido le extrañó, pero no quiso declarar preocupación. "Ya verás cómo se habrá retrasado estudiando en casa de una de sus amigas". Y colgó.
 
El padre se había inventado la historia del inventario de la empresa; lo que quería era ir a ver el concurso de misses, el acontecimiento que todos comentaban en la oficina. No fue solo: le acompañó el director. "No es que me parezca bien", decía el director sorteando los baches del paseo, "esas mujeres que muestran los talentos de su cuerpo son como feria de ganado", filosofaba el jefe.

 -No sé cómo nuestra mujer aún no ha reaccionado.

 -¿Nuestra mujer?

-La mujer mozambiqueña, la mujer emancipada. ¿Comprende?

Él comprendía mientras apretaba el paso para no llegar tarde. Entraron, se sentaron y afinaron la vista, pero el director no daba pausa: "Todo esto es una vergüenza, un atentado contra la dignidad femenina, pero hay que presenciarlo para poder criticarlo, ¿me entiende?"

-Esa del culo no es una concursante, es una conculosante.

 Empezó a pensar que su lugar no era aquél y que ese tipo de bromas pertenecía a gentes de otro mundo. Se avergonzó de la mentira que había remitido a casa. Decidió entonces regresar y retirarse del lugar y de la culpa. Inventaría una excusa para el director, que iba a quedarse solo, pero cuando sus ojos se despedían del escenario, una visión le astilló el corazón.

 -¡Dios mío, pero si es ella!

Era Laliña. Por mucho que se frotase los párpados, la imagen de su hija se confirmaba moviendo sus curvas al sabor de los aplausos. El pobre padre, en estado de calamidad, se empeñó en disfrazarla: el director no tenía que notar su sobresalto. Observó con el rabillo del ojo y le sorprendió una aflicción tan grande como la suya.

-¿Qué sucede, señor director?

 -Que ¿qué sucede? Es la chica que está desfilando, aquélla

Inclinando la cabeza sobre el otro, el director se explicaba a medias, balbuceando semifrases mientras el barullo circundante contribuía a la sordera del diálogo.

-No me diga que conoce a esa chica, señor director.

-¿Que si la conozco? Ése es el problema, que la conozco hasta demasiado.

-¿A Laliña?

 -¿Cómo? No me diga que usted también

Ambos quedaron mudos, presas de idéntico espanto. A su alrededor, el público deliraba, aplaudiendo los ornamentos congénitos de las candidatas.

-Voy a tener una larga conversación con esa muchacha.

 -Disculpe, señor director, quien va a tenerla soy yo.

 -Está bien, hombre. Igual usted la conoce hace más tiempo que yo.

 -Con certeza absolutísima.

 Ya de regreso a casa, el director esbozó una sonrisa maliciosa y con un codazo cómplice, le dijo: 

"Menudo picarón me ha resultado ser: francamente, no esperaba esto de usted. Yo todavía, pero, a su edad, usted casi podría ser su padre".

Parece que fue entonces cuando el padre de Laliña desapareció en uno de esos socavones de las calles en los que la capital va extinguiéndose en memorias de poco cemento. En ambas desapariciones, un mismo cansancio: Maputo cansada de ser ciudad y el padre cansado de ser gente.

Mia Couto
(Foto: Bob Wolfenson/Divulgação)

Santa María, lee por nosotros

Nuestra Señora de los Buenos Libros
Iglesia del Salvador
Calle Trinitarios
Valencia

 ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOS BUENOS LIBROS*

Nuestra Señora de los Buenos Libros,
Santa María niña y Santa Ana.
Quién como tú aprendiera en la Escritura
profecía inocente, tronco y rama.
Y de la rama, flor.
Flor de sabiduría, Ave María.
Ave, canta, Ave, vuela, Ave, haz tu nido
en el más puro corazón del libro.
Santa María, lee por nosotros
el treno, el salmo, el cántico.
Santa María, lee por nosotros
ahora y en la hora, la que bendita sea
y en el libro de horas se recrea.

Gerardo Diego

__________
*Al profesor Francisco Rico Pérez, 23 de Julio de 1964

Montaigne

Rodríguez, ministro


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    En febrero del 22, al hilo de un ciclo cervantino, melena rubia oxigenada y chaleco amarillo y metálico de mujer, llegó Ruano al Ateneo dispuesto a dar la nota:
    
–Estoy harto de oír aquí a una serie de memos hablar del idioma de Cervantes. Ese Cervantes parece que era un manco, cosa que se confirma, porque “El Quijote” está escrito con los pies…
    
No se pudo seguir. Al orador lo prendieron los guardias. Todos los periódicos del día siguiente se metían con él, como él quería. Todos, menos uno, “La Voz”, que tituló el suelto así, “sin nombre y apellidos”, que es lo que renta: “Al señor González no le gusta Cervantes”.
    
Bueno, pues al señor Rodríguez le gusta Montaigne.

    Rodríguez “Qué Sé” es ministro de la Cultura con Sánchez, que es como ser ministro de la Guerra con Gandhi. Su “referente intelectual” es Picasso, que lo más noble que hizo intelectualmente fue mandar a tomar viento a Cocteau, que le pedía una firma para liberar de la Gestapo al hombre que le había dado de comer, Max Jacob:
    
No vale la pena hacer nada –se excusó–. Max es un ángel. No necesita nuestra ayuda para echar a volar y fugarse de la prisión.
    
El “referente intelectual” de Rodríguez es Picasso, pero quien le cambió la vida fue, Sánchez aparte, Montaigne, a cuyo castillo medieval peregrinaban, por citas, los liberalios que ahora lo harán, por subvenciones, a la Casa de las Siete Chimeneas, sede del ministerio creado por Millán Astray, donde al decir del faquir Daja Tarto, que era teósofo, ocurrieron grandes bacanales.
    
Lo primero que ha hecho Rodríguez, que va de experto en Rousseau, el que llamó “el falso sincero” a Montaigne (aunque hiciera suyo el mito del buen salvaje, que era del otro), es elegir a Irene Lozano, la biógrafa de Sánchez, como su Étienne de La Boétie, el único amor, junto con su padre, de Montaigne, que no amó ni a su madre ni a su esposa ni a su hija. ¿Que “qué sé” yo? ¡La Secretaría de Deporte!

    En cualquier momento vemos a Sánchez con los “Essais” en el Falcon.

Miércoles, 29 de Enero

Valle de Esteban

El cielo envejece entre las manos
Y la canción en la trinchera

martes, 28 de enero de 2020

Lombarda con pasas y piñones


Cine popular

ABC

Nos pasamos el día señalando fascismos y cometemos constantes actos fascistones sin darnos cuenta


Como el Estado ahora se entromete en lo antropológico, nos parece hasta normal que lo haga en la cultura, a la que podríamos definir como: todo lo que es necesario ver o leer para acabar siendo socialista

La masmédula

Oliverio Girondo


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Adiós, en accidente de helicóptero, a Kobe Bryant, “una trágica noticia para quienes amamos el baloncesto”, en tuit mostrenco de Pedro Sánchez, que tuitea como un becario de La Sexta, con “voletíos” o vuelos de corral.

    –El “voletío” –decía El Sénecaexpresa el tramo menor, afanoso y valiente, en que, de alero en alero, fraccionan su vuelo las fuerzas de progreso.
 
La masmédula de Sánchez es volar.

    “En la masmédula” es un título del poeta argentino Oliverio Girondo que compite con el “Trilce” del peruano César Vallejo. “No se me importa un pito que las mujeres / tengan los senos como magnolias o como pasas de higo… / ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, / bajo ningún pretexto, que no sepan volar… / No me es posible ni tan siquiera imaginar / que pueda hacerse el amor más que volando…”

    Para el freudismo volar es una erección. “Pensar es una erección y yo todavía pienso”, dijo nuestro Ortega a Octavio Paz en el Hôtel du Rhône en Ginebra. El junguismo, en cambio, sí admite la analogía volar/sed de espíritu. ¿Sánchez, espiritual? Hombre, a Santayana ser a la vez bestia y espíritu no le parecía una contradicción (“al contrario, es necesario ser bestia si uno quiere llegar a ser espíritu”). Pero en Sánchez todo indica que la pista buena es la del engorilamiento freudiano. ¡La masmédula freudiana! ¿A qué, si no, ese ir y venir de Sánchez como María Luisa, la esposa de Girondo, que “desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, / volaba del comedor a la despensa?”
 
Sin Freud no se explica un astronauta que hace algoritmos (¿para medir el déficit?) en el gobierno, un “Puma” con el intrépido coronel de Cee en Cuelgamuros, una oficina volante para hampones chavistas en Barajas, un Falcon de libre disposición en La Moncloa, y en Mallorca, el “Cuco”, un helicóptero para rescates “incautado” por el Presidente para ver las cuevas del Drach.

    –El que no marca el paso es que oye otro tambor –avisan en “Alguien voló sobre el nido del cuco”.

Éstas son las margaritas




🎵🎵 Estas son las margaritas
que chupaba el rey Daví,
hoy por ser tu aniversario
las chuparemos por ti... 🎵🎵

De todo 💟💟
😇 Diny & Ricardo 😈

Ricardo Bada


Martes, 28 de Enero

Valle de Esteban

Como las alas de las hojas
Como los ojos de las olas
Como las hojas de los ojos
Como las olas de las alas

Felicidades al editor



Gipsy Caravan

lunes, 27 de enero de 2020

El Balonmano

 Campeones de Europa

Cajasur juvenil de Córdoba en Altea jugando el desempate
 contra Granollers
Al mes, campeones de España de juveniles ante el Barcelona

 
Francisco Javier Gómez Izquierdo

       “No llega a la gente”. Lo hablábamos la otra mañana en el desangelado pabellón de Fátima viendo un interesante encuentro de juveniles -Cajasur contra Puertosol de Málaga- cuatro aficionados al balonmano, tres de ellos entrenadores de base y un servidor prácticamente ajeno ya al desarrollo de las competiciones e ignorante de plantillas, clasificaciones y paradero de nuestros mejores elementos. Voy a los pabellones si en la mañana de sábado o domingo puedo, me acuerdo y alguien me lo dice, pero ya muy pocas veces y cuando llegan días como los de esta semana parece como que me reprocho el abandono de un deporte al que me incliné desde niño. El reproche me llega también de los escasos irreductibles -son secta benigna- con los que he compartido entrenamientos, viajes, partidos... de nuestros hijos, durante diez años extraordinarios enganchado al deporte en estado puro. Un deporte que forma individuos, que supone muchos esfuerzos y que a los padres nos costaba el dinero. No he gastado mejor los euros que en el balonmano.
     
Y es que esto del balonmano es parecido a lo de la España vacía de la que uno es. Quiero y me gusta muchísimo mi pueblo en la Demanda pero me fui como se fueron casi todos mis quintos y los quintos de las quintadas de los 60 y 70. Ha pasado en mi pueblo y en todos los de Castilla. Volvemos, porque echamos de menos su aire y su río, a pasar quince días o un mes pero ni se nos ocurre volver -bueno, sí se nos ocurre pero no nos atrevemos-, ni siquiera para morir, donde nacimos. Si los que añoramos, sobre todo en verano, el frescor del atardecer, la paz absoluta del campo y el sosiego y filosofía de los pocos que allí quedan, no nos sentimos  llamados por las voces de los pregoneros de la nueva moda ¿a qué éste empeño en buscar gente que no existe?

      El balonmano quizás sea el deporte más admirable no sólo en cómo se practica en la base -nadie espera vivir del noble deporte como ocurre con el fútbol o el baloncesto, disciplinas en las que hay padres que adivinan en sus hijos Raúles o Gasoles-; el de mejor rendimiento en lo profesional -en España, club profesional, profesional el Barça y poco más pero balonmanistas en los mejores clubes europeos, a patadas- y el de mayor nivel en cuanto selección. Nadie discute que cuando en 2005 se conquistó el campeonato del Mundo fue el momento de promocionar y procurar equipos en todas las escuelas no sólo para hacer cantera sino para educar la soberbia y moldear las malas voluntades de los escolares, pero el espíritu fenicio invadió la Federación y en vez de en abierto llevaron el balonmano al pagar por ver con lo que apagaron la euforia desatada en la chiquillería que ni soñaba convencer a los padres para un sacrificio mucho mayor que el que suponía llevarla a los partidos a las tres de la tarde. El entrenador José Urbano y un servidor en dos coches hemos llevado más de una docena de criaturas de 10 años con peligro de multa desde Fátima al parque Azahara, la Salle o la Fuensanta porque la mayoría de padres no entendía los caprichitos del nene.
      
Lo que quiero dejar constancia es de la sana y emocionante alegría  que experimentas en tardes como la de ayer cuando ves a muchachos, y me refiero a los Dujshebaeb por ejemplo, a los que has visto en esos polideportivos de Andalucía y España disputar sensacionales sectores en los que has disfrutado del deporte de verdad. Ese deporte del que todo Cristo habla pero que pocos conocen. Ese deporte que para que dé satisfacciones, exige sacrificios y al que uno ha estado con gusto rendido y comprometido durante diez años. Campeones de Europa otra vez; dos veces campeones del mundo, subcampeones y terceros una porrada de veces...
     
-¿Y qué se puede hacer para enganchar a la gente y al público en el balonmano?, dice Berni.
    
-Pues no se sabe, pero lo más importante es que no llega a la gente y contra eso no se puede luchar. Con lo bien que lo pasamos en Torellano, en Toledo, Granollers, Denia.....¡Qué bueno es el lateral zurdo de Puertosol! Y el pivote es listo, listo...
 
 Eso sí, hoy todo el mundo contento con el título de campeones de Europa pero en verdad la gesta se ve oscurecida por la absurda y desgraciada muerte de Kobe Bryant, estrella de un deporte que, es indiscutible, llama mucho más que el balonmano.

Un pase y una flor

 Robert Kearns, inventor del limpiaparabrisas intermitente



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    En 2008 la Universal llevó al cine “Flash of a genius”, la historia de Robert Kearns, un profesor universitario a quien en los 60 la Ford le levantó su “limpiaparabrisas intermitente”, que solucionaba el problema del limpiaparabrisas continuo, que dificultaba la visión y, al amainar la lluvia, rechinaba sobre el vidrio como la tiza en la pizarra. Ford pidió a Kearns su invento para realizar unas pruebas, pero unos meses más tarde le comunicaron que la marca no estaba interesada en la idea. Caminando por la calle un día de lluvia, Kearns observa en un coche que el limpiaparabrisas se mueve con las pautas de su invento, y llega a la conclusión de que Ford se ha apropiado de su “limpiaparabrisas intermitente”. Se le van los años en la reclamación de sus derechos y finalmente logra llevar a Ford ante la Corte. Sin abogado dispuesto a defender su caso, Kearns decide defenderse solo, asistido por su hijo Dennis. En la Corte, el planteamiento de Ford utiliza es que Robert Kearns no había utilizado utensilios nuevos: simplemente, había acomodado de determinada manera los ya existentes, y por lo tanto el “limpiaparabrisas intermitente” no podía merecer consideración de invento. Kearns contratacó con un argumento maravilloso: con arreglo a la lógica de Ford, su invento era como un libro de Charles Dickens: cada uno de los elementos que componen el “limpiaparabrisas intermitente” sería como cada una de las palabras que componen el libro. Charles Dickens no necesitó inventar palabras nuevas, pues se limitó a acomodarlas de manera que éstas crearan algo nuevo, y nadie le discute a Charles Dickens la autoría de sus obras. De esta misma forma debían reconocer que él había inventado el “limpiaparabrisas intermitente”. Kearns gana el juicio, y Ford debe pagarle 10,1 millones de dólares.
    
Esta historia del “limpiaparabrisas intermitente” podría ser la historia del tiquitaca futbolero, y que cada uno acomode los elementos como mejor le pete. El tiquitaca surge de la cabeza de Luis Aragonés (¡el Sabio de Hortaleza!) procedente de los entrenamientos de Marcel Domingo en el Manzanares, y lo pone en marcha en el Combinado Autonómico que acabó ganando la Eurocopa de Austria-Suiza en 2008, el año de “Destellos de genio”, la película de Marc Abraham sobre el invento de Robert Kearns. En ese 2008 Guardiola, el Gandhi de Sampedor, apadrinado por Roures (con quien había grabado un documental a Zapatero), llega al banquillo del Barcelona, donde Laporta hubiera querido a Mourinho. El Periodismo Patriótico proclama que la Nueva Religión del Estado es el Tiquitaca: Messi pone los goles, bastante caros, y Guardiola, la literatura, bastante barata.
    
El tiquitaca es un laberinto del que no van a poder salir los culés. Todas las huellas a la vista son de entrada. El club pensó que Xavi, el ex cerebro de España y Príncipe de Asturias de la Amistad con Casillas, podía ser su Teseo, pero Xavi anda con la cosa de la democracia orgánica en Catar y se negó a aceptar. El siguiente candidato a Teseo fue Koeman, magníficamente colocado como seleccionador de los Países Bajos, hoy por hoy algo por encima de los “Països Catalans”. Y el tercero, y definitivo, fue el cántabro Setién, cuya modestia no tiene un pase: tiene un millón. En su debut liguero ante el Granada el Barcelona de Setién dio 1002 pases y Messi hizo un gol. Setién no había venido a Barcelona a jugar al fútbol; Setién había venido al Barcelona a hacer “sobaos”. Hasta Messi parece en ese bucle tiquitáquico un “sobao”, próximo a la gracia (¡e igual de insustituible!) de un Lucas Vázquez en el Madrid de Zidane, que ya va como la violetera por la calle de Alcalá.
    
Setién ha metido en el Barcelona la cosa pobre. Contra el Granada culpó al viento del temporal “Gloria” de ralentizar el juego al resecar la hierba del campo, y antes de volar a Ibiza para jugar la Copa se sintió obligado a soltar un discurso churchilliano: “Estas eliminatorias a un partido son trampas. Quizá nos iría mejor a dos partidos”. En Valencia, el Barcelona de Setién regresó al limpiaparabrisas continuo del tiquitaca guardiolés, y la excusa para la derrota fue que los futbolistas no asimilan tantas instrucciones juntas, como si Quique Setién fuera Valeri Lobanovski.
    
Liga, Copa y Champions se van a ventilar, pues, entre los pases hacia atrás del Barcelona de Setién y las flores de atrás del Madrid de Zidane, con los gatillazos de Simeone a la expectativa, aunque muy descolgado. “Atrás un libro, arriba un libro, retoñaba del cadáver”, lo dejó explicado César Vallejo.


Setién. El fútbol es el pase

 Zidane. El fútbol es la flor

GOLES SIN GANAS

    Bale hizo en León el gol importante a la Cultural, pero no le vale, porque, al decir del periodismo deportivo, lo hizo “sin ganas”, un concepto muy de matrimonio de película española de los 70, cuando en la Cultural jugaba de portero Bernardo Aguirregómezcorta Arrizabalaga, que era un nombre que en los cromos impresionaba mucho. El periodismo deportivo prefiere los goles de Lucas Vázquez, por la ilusión que le hace al futbolista, a los goles de Bale, que son de ejecutor profesional. Cuando el otro día le preguntaron qué puede aprender él, a sus 72 años, de Guardiola, Roy Hodgson, entrenador del Crystal Palace en la Premier, respondió: “A perder”. ¿Qué puede aprender Bale de Lucas? Dígalo, Bale: “A retozar”.

Lunes, 27 de Enero


Y al irse la rubia me he sentido extraño

domingo, 26 de enero de 2020

Tarta de obleas. Trucos


La insinceridad triunfante


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Lo último en periodismo es que un periodista holandés que informó de que la policía había mentido en un caso ha ingresado en prisión por no revelar sus fuentes. ¡Qué bárbaro! ¡Acusar de insinceridad a la policía! Antes, con la crisis, ese periodista habría ingresado en el paro, pero ahora, con el pleno empleo, se conoce que únicamente queda sitio en la cárcel. A este paso, dentro de poco no habrá en las celdas más que palabras de honor. Y luego vamos por ahí quejándonos de que nuestra libertad de opinión languidece como las rosas. Al ver lo de Holanda, en otra época refugio europeo del librepensamiento —Descartes, Hobbes, Locke, Bayle y Espinosa pensaron allí—, ya podemos decir que nunca estuvo más lozana nuestra libertad de opinión, a pesar de la invasión de políticos y de inversores, que injustamente pasan por ser los enemigos naturales del periodismo.

Si el viejo periodismo venía a ser siempre una transacción entre la realidad y los ideales, el nuevo periodismo no es más que una transacción entre la política y las finanzas. El ideal periodístico de los políticos suele resumirse en un famoso comentario del general De Gaulle: «Mis enemigos los tengo en la prensa, por lo tanto yo me quedo con la televisión.» Más escueto es el ideal periodístico de los inversores, reducido —en inglés, por supuesto— a la siguiente pregunta: «What is News?» Si se sigue el juego socrático, no hay más que una respuesta: «Noticia sólo es, en efecto, lo que da dinero.» Y en eso estamos. Quiero decir que estamos mejor que nunca, y lo digo, pues en esto consiste la libertad de opinión, es decir, en decir lo que uno quiere. ¿O es que si usted quiere decir que puede decir todo lo que quiere decir no lo puede decir? Otra cosa es el dinero que luego le den por decirlo. Si mucho, enhorabuena: es usted lo que se llama un comunicador. Si poco, pruebe a cambiar de balcones al pasar el sombrero de la colaboración después de haber cantado un poco a la guitarra debajo de ellos, y no olvide que es más fácil descubrir una combinación para jugar a la ruleta que una ley para explicar las oscilaciones de las monedas. ¿Por qué iba a descubrir usted lo que no ha descubierto Wim Duisenberg?

Lo importante, en cualquier caso, es que la libertad de opinión no afecte a la opinión, riesgo, ciertamente, que en España no corremos. Como decía Ortega al hablar de la sinceridad triunfante en su época, «en los países de habla española lo mismo da escribir una gran verdad que una insolente inepcia: nada trae consecuencias». Suya es la teoría según la cual las épocas clásicas, en arte como en política, son épocas esencialmente insinceras, obra de la insinceridad de los hombres que en ellas vivieron: «La vida clásica se compone de tópicos.» Visto así, no seré yo quien niegue la evidencia del nuevo Siglo de Oro. ¿Quién no ha oído hablar, por ejemplo, de la cuestión del déficit cero?

Ahí lo tienen: el déficit cero. A unos les parece una bagatela romántica, y a otros, una muestra de formalidad, pero es palpable la emoción de estos instantes en la vida periodística, donde no se habla de otra cosa. La macroeconomía, como se sabe, no responde a cálculos ni a capacidades, sino a voluntades y decisiones. Por ese lado, las marcas gubernamentales que se establecen en Madrid se mezclan televisivamente con las marcas olímpicas que se establecen en Sidney. Tampoco es para menos. Un déficit cero no constituye en sí mismo ningún ideal político, y. sin embargo, se hace imprescindible para acometer de una vez por todas la reforma del carácter nacional.

A un Estado a cero, igual que a una TVE a cero, por concurso o por subasta, nunca le faltarán pretendientes. En aras de la insinceridad triunfante, quizás esto no debería decirse, puesto que siempre es más fácil gobernar un pueblo ingenuo que se inclina ante lo que ignora, pero tras del déficit cero se esconde la privatización inminente del Estado. Privatizado el Estado, ¿qué quedará de aquella disposición social para la pereza y el rechupeteo de cargos que todos conveníamos en denominar «carácter nacional»?

Wim Duisenberg

El ideal periodístico de los políticos suele resumirse en un famoso comentario del general De Gaulle: «Mis enemigos los tengo en la prensa, por lo tanto yo me quedo con la televisión»

Los 80. Violeta Cela


FARÁNDULA Ignacio Ruiz Quintano

Violeta anda empeñada ahora en hacerse médica, y unos le dicen que está como un cencerro y otros que no le vendría mal una carrera tan cristiana


Si es que no me gusta la gente moderna. Me divierten los Pegamoides, pero no me gustan

Sí, también soy sobrina del académico. Es que tengo la mitad de sangre gallega, y la otra mitad, madrileña


Una vez me mordió una tortuga que tenía en casa. Se llamaba Suárez, porque la compré el día que nombraron presidente a Adolfo Suárez, sólo que la tortuga no prometía nada, ja, ja, ja

Domingo, 26 de Enero

Valle de Esteban

No encuentra al de Buendía en todo el año;
al de Chinchón, sí, ahora; y el invierno
al de Niebla, al de Nieva, al de Lodosa

"-Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres"

DOMINGO, 26 DE ENERO

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló». Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
 
-Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.
 
Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo:
 
-Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres.
 
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

Mateo 4,12-23

sábado, 25 de enero de 2020

Todos al VAR

VAR 1973

F. J. G. I.
 
Esta foto data del 11 de marzo de 1973, en el Campo Municipal de Anduva, de Miranda de Ebro. Partido oficial de Liga, II Grupo de Tercera División. Jornada 27ª. Juegan el Mirandés y el Ejea. El Mirandés con su clásico uniforme, y el equipo aragonés, también: camisola blanquiazul y pantalón azul. Crónica:

MIRANDES, 1; EJEA, 0
Árbitro: Martín Bartolomé. Navarro. Casero
 
MIRANDES: Cerrato; Egüés, Arroyabe, Eguilaz; Andueza, Kaito; Amutio, Rupérez, Pérez Navares, Sanz y Urra.
 
EJEA: Seral; Juan Ramón (Saura), Blesa, Gay; Vilas, Clemente; Cortés, Rojo, Bozal, Asín y Abarca.
 
El Mirandés dominó de manera absoluta, pero de forma infructuosa. Mereció ganar al colista y su triunfo, no obstante, se debió a un penalti muy riguroso que transformó Kaito. Y precisamente del penalti queremos comentar. Según el reglamento no puede estar en el área ningún jugador.  Sólo el árbitro puede estar dentro, amén del que lanza el castigo. Pero en esta ocasión seguro que Martín Bartolomé le diría al guardia civil: "Usted vigileme bien el área y que no se cuele nadie". Dicho y hecho. Podéis ver al guardia civil dentro del área de meta e incluso nos parece que está fumándose un puro (por la postura en cuestión).

Sedición

 August Hamon


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    El código penal es la medida política de un país, y en un país que aprovechó la posmodernidad para hacer de la traición una virtud social es natural despenalizar la sedición.

    –El camarada Vishinski llegó y lo puso todo en orden –se dice en “La facultad de las cosas inútiles”–. No tengan miedo del Derecho, dijo, nos llevaremos bien con él. Lo amputaremos sólo un poco.
    
Aquí, para el ministro de Justicia, que se da un aire a Arévalo, el humorista, sedición y rebelión son delitos del XIX, “de cuando había tanques por las calles”. Se ve que titubea entre la abolición de las prisiones de Kropotkin y el determinismo (todo es “ocasionado”, todo es “necesario”) de August Hamon, para quien la única verdad científica era “la irresponsabilidad de todos”.
    
España es hamoniana (“una rumba bailada alrededor de un jamón”) y sólo los toros la salvan: “No poco han contribuido los combates de toros a mantener un cierto vigor en la nación española”, se dice en “Un Proyecto de Constitución para Polonia”, editado en Londres en 1782, que Azorín halló en el París del 45.
    
De la sedición se ocupó en su día Santo Tomás de Aquino; ahora lo hace Adriana Lastra, cuyo partido protagonizó en el 17 la primera “sedición social”; el relato periodístico de las detenciones parece un homenaje a Terry Jones, “la madre de Brian” que se nos fue esta semana: “En la casa de Gualterio José Ortega sorprendieron a Largo Caballero escondido entre dos colchones de una cama; debajo de ésta, a Saborit; detrás de un armario ropero, a Besteiro; y tras una cortina que dividía la habitación con la cocina, a Anguiano. Virginia González fue detenida detrás de una tinaja en esta última habitación”. Cumplieron un año en Cartagena, de donde salieron para ocupar sus escaños.

    Hoy, para el Código, la sedición va contra el orden público (“la tranquilidad”, ese invento de Napoleón). La rebelión, en cambio, iría contra la Constitución, y eso significa que antes del 78 no existía. Ni la rebelión ni la nación ni... nada.

Hijos de sus padres

Esopo


Martín-Miguel Rubio Esteban
El Imparcial

“Lobo, yo te amo, nunca he dejado de amarte. ¡Oh, me haces cosquillas, me haces daño! Espera, tenemos toda una vida por delante. Toda una vida para que me devores. ¡Aaaah…! ¡Aaayy…!”
 (Caperucita y el otro, de Francisco Nieva )

Las Sras. Celaá y Montero, almas de ménade maoísta, llenas de tentaciones y originales anhelos, caperucitas reivindicativas, rememoran con cierto histerismo la Revolución del 68 afirmando que los hijos no pertenecen a los padres. Sin duda nos recuerdan la autoridad moral y personal de la rana doctora en medicina que aparece en las fábulas de Esopo, versionada en verso por el tracio Fedro, el griego Babrio, Aviano y el francés La Fontaine. Médico, cúrate a ti mismo. Pero debería quedar claro, sin embargo, que la labor educadora primordial reside en la familia, y que en esa tarea el Estado tiene una función ancilar y colaboradora, sin pretender jamás sustituir la responsabilidad familiar. El propio Napoleón lo tenía claro en su Code Civil des Français, de 1804, en su Artículo 321. Ni al propio Emperador se le ocurrió jamás pensar que los franceses no pertenecieran a sus familias. En sentido estricto, la relación de un Estado democrático y liberal con la Educación es de carácter subsidiario y subalterno -en el sentido tomista del término-. El derecho a la educación ha existido siempre en función del “deber” natural que tienen los padres de educar a sus hijos. La familia ha educado siempre a sus jóvenes miembros para facilitarles el “acceso” a la sociedad de la que forman parte como personas responsables y libres. Son derechos del niño todos aquellos deberes a que los padres están obligados a satisfacer para cumplir con su misión de paternidad: alimentación, cariño, cuidados, y también educación.

El Art. 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 afirma que “Toda persona tiene derecho a la educación. (...) Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.”

Inspirándose en esta disposición internacional, el Artículo 27 de nuestra Constitución reza así: “Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza. (...) Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita. (...) Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y gestión de todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que la ley establezca.”

Antes de la Declaración Universal de Derechos Humanos, podemos leer en la Constitución de Irlanda los mismos derechos y deberes paternos sobre la educación de los hijos en su Artículo 42.

El Artículo 30 de la Constitución de la República italiana ( 27 de diciembre de 1947 ) dice expresamente: “È dovere e diritto del genitori mantenere, istruire de educare i filgi, anche se nati fuori del matrimonio”, y su Artículo 34 reza expresa y taxativamente: “La Repubblica rende effettivo questo diritto con borsi di studio, assegni alle famiglie”.

Por su parte, el Artículo 7 de la Constitución de la República Federal de Alemania ( 23 de Mayo de 1949 ) proclama los mismos derechos y vincula las clases de religión a la mundivisión familiar.

El Artículo 67 de la Nueva Constitución Política de Colombia ( 2008 ) afirma que “la familia, el Estado y la sociedad son los responsables de la educación”.

Hasta la Constitución Política anticlerical de los Estados Unidos Mexicanos (firmada por Venustiano Carranza el 5 de febrero de 1917) sostiene en su Artículo 40 que “Los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar el derecho a la educación de los niños”. Podríamos seguir citando Constituciones, como la de Suiza, la de Polonia, Eslovaquia, etc., pero ya nadie continuaría la lectura de este Artículo. En todo caso, parece universal la idea de que las familias tienen algo que decir, como cosa propia que corresponde “naturaliter” a ellas, sobre esto de la educación, y más cuando el gobierno socialcomunista que nos pilota no le interesa tanto la educación como sí la doctrina andrófoba.

Una cosa son los sagrados derechos del niño en una sociedad con los valores y la mirada sucia de los adultos, y otra la perversión de los corazones de los niños en aras del triunfo de una ideología totalitaria, que es lo que pretende este gobierno socialcomunista. Mi maestro Agustín García Calvo defendió durante toda su vida la perspectiva intelectual de los niños frente a los adultos y frente a los padres y una sociedad puericida, respetando el estado metafísico que supone la niñez, porque el estadio de la niñez no es un período de evolución hacia el hombre, el niño no es un hombre in fieri, sino una cara metafísica del propio hombre en sí.

Si ya es problemática la educación o falta de educación que el niño sufre muchas veces en su propia familia, en donde el amor suele ser una buena guía, el adoctrinamiento andrófobo por parte de un gobierno socialcomunista sin compasión supone la mayor profanación contra el hombre en su ser metafísico de niño. No permitamos que las sucias garras del gobierno secuestren la niñez de nuestros compatriotas. Nacer con falo no es un crimen, sino una necesidad de la Naturaleza para preserva la especie, por mucho que disienta la combativa Dña. Beatriz Gimeno.


Agustín García Calvo con su musa Isabel Escudero

Mi maestro Agustín García Calvo defendió durante toda su vida la perspectiva intelectual de los niños frente a los adultos y frente a los padres y una sociedad puericida, respetando el estado metafísico que supone la niñez, porque el estadio de la niñez no es un período de evolución hacia el hombre, el niño no es un hombre in fieri, sino una cara metafísica del propio hombre en sí.

Sábado, 25 de Enero

Valle de Esteban

fórmate, pero en columnas combas;
descríbete atmosférico, ser de humo,
a paso redoblado de esqueleto

viernes, 24 de enero de 2020

El MIR de la nueva Copa

 Nafti en el Rácing de Setién

Aira en el Spórting


Francisco Javir Gómez Izquierdo

       Mañana es el MIR. Ya saben, el único examen que se hace en España como debe mandar Dios, la Naturaleza y los hombres. Igual para todos los graduados en Medicina de todas las comunidades a la misma hora, con las mismas condiciones y las mismas preguntas. Sin trampa de puntos de interino, sin posibilidad de recomendaciones rectorales y sin trucos de idioma (bueno, menos una baranda de las Baleares de acreditada ignorancia que le ha dado por espantar médicos). Durante ste último mes, la totalidad de esos buenos estudiantes andan hirviendo tilas y valerianas a la espera de que la disposición, conocimiento y técnica durante cuatro horas ante la prueba, dé para alcanzar plaza de lo que se quiere ser el resto de su vida: cirujano, cardiólogo, anestesista o médico de familia. Os deseo de corazón ánimo y prosperidad. A  Pepe, sobre todos.

    La Copa de ahora es un poco como el MIR. Lo previsible es que los grandes -los que sacan medias de sobresaliente durante el Curso o juegan en Europa- consigan lo que pretenden y pasen eliminatoria o puedan elegir la especialidad a la que aspiran: cardiología, neurología, cirugía... y si añadimos como grandes, por ser lo procedente, a los de notable y bien en Primera, lo lógico es que eliminen a los de 3ª, 2ªB y 2ª. Pero ni en el MIR ni en la actual Copa, dos pruebas a vida o muerte -y que me perdonen los médicos por lo frívolo de la comparación- la lógica es definitiva. Un estudiante que tiene “revoleás” todas las técnicas y tácticas en los simulacros de preguntas y que está al tanto de todas las noticias de salud que salen en cualquier esquina del periódico puede pisar un puesto de cirujano en Valladolid al alumno más brillante de la Facultad. En el MIR no todo el potencial son los conocimientos como en la Copa no se elimina a un 2ªB por ser de Primera.

      Los auténticos sorpresones coperos aparecieron ayer en León y Badajoz, donde viven dos segundas be que quieren quitarse la B. No sé en qué pensó Simeone, pero es seguro que pensó mal, pues él más que ningún otro debe saber que estos equipos son intensísimos y pegajosos porque cada partido de su liga lo preparan y afrontan como una final -como un MIR- ansiosos de juntar los puntos para ser campeones de grupo. Él, que todo lo basa en la intensidad y la fortaleza defensiva –Héctor Rodas y Aitor parecían Godín y Juanfran-, nos presentó un once, sobre todo en la prórroga, triste, desangelado y como bloqueado por no sospechar las dificultades del examen. Es verdad que el portero de la Cultural, un reserva, salvó al equipo, pero también es cierto que las llegadas leonesas fueron deficientemente defendidas por mucha categoría rematadora que acabaran demostrando Castañeda y Sergio Benito. Para mí que el Atlético está muy rígido, como encorsetado, sin alegría... no sé. No es cosa de un partido. Los síntomas son alarmantes.

      La eliminación del Éibar por el Badajoz parece tener su origen en un “que jueguen los poco habituales porque nos sobra”, pero los habituales del Nuevo Vivero tienen en Nafti, un míster que fue medio bregador, como el Aira de la Cultural, que ante las carencias técnicas exigen carácter y sangre en los ojos. En principio dos entrenadores seguidores de Mendilíbar y el Cholo Simeone, pero a la hora de la verdad han podido con sus maestros. Aquí en Córdoba, los pacenses nos empataron con gol de Santamaría, un delantero vasco que yo creo sería “apañao” para un Segunda, pero el hombre anda dando tumbos por equipos ¡eso sí, punteros! de 2ªB. El central Pablo Vázquez, que destacó en nuestro filial hasta el punto de jugar algún partido en Segunda -“ése es el valenciano bueno”, decíamos los frikis de esto- y que por extraños negocios fue traspasado creo que al Granada, sentenció anoche una eliminatoria histórica en Badajoz en una temporada que puede ser inolvidable si alcanzan el sueño del ascenso.  Decididos a ello acaban de fichar al Toro Aquino, heredero de una estirpe goleadora.
     
Y por último, me estoy enredando mucho, los Segundas Rayo y Mirandés apearon a Betis y Celta. El Mirandés es copero y no pilla de sorpresa que se cargue a un equipo gallego que debe darse prisa en buscar su identidad... ¿pero el Betis? ¿Y este Tello que a mí me pareció a los 17 años un fenómeno culé? Nada, que lo picó mortalmente nuestro Andresillo, en jornada propicia para que jugadores que fueron blanquiverdes marcaran tantos históricos para sus nuevos clubes. Nada, que suerte chicos con el MIR... y Badajoz, Cultural y Mirandés  con Granada, Valencia y  Sevilla. ¡A por ellos!

Campo & Arévalo

 Campo

Arévalo

Servidumbre


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Nos quieren “perinde ac cadaver”, sumisos y silenciosos, y así nos van a tener. Después del alemán, no hay en Europa un pueblo más servil (más hecho a la obediencia ciega de los monjes del desierto, “a la manera de un cadáver”, que ése sería el mensaje de la Profanación de Cuelgamuros) que el español.

    Juana (Concha Velasco) y Francisca (Amparo Soler Leal), las chicas de la comedia de Dibildos que en los 60 tenían que servir en casa de los Stevens en la sierra somos hoy todos en casa de los Iglesias en Galapagar y La Moncloa.
    
No lo vemos en los telediarios (censura a la europea), pero los franceses, al menos, dan malos ratos al Sacarino de “la grandeur”, rescatado el otro día por la policía de un teatro de París donde le patearon su asistencia a la representación de “La Mouche”. Y francés fue el “Rimbaud del pensamiento”, Étienne de La Boétie, que en pleno siglo XVI se planteó el enigma de la servidumbre voluntaria.
    
¿Cómo puede ser que la mayoría obedezca a uno, le sirva y además le guste?
    
–¿Qué monstruoso vicio es éste, que ni siquiera merece el título de cobardía, que no encuentra un nombre suficientemente vil, que la naturaleza niega haber producido, y la lengua se niega a nombrar?
    
Lo que De La Boétie desea comprender es por qué tantos hombres se cuadran ante un tirano que no sabría hacerles mal alguno sino en tanto en cuanto ellos prefieren sufrirle a contradecirle. Su conclusión (como se ve en el caso español) es la costumbre.
    
Igual que Mitrídates se habituó a ingerir veneno, es la costumbre la que consigue hacernos tragar sin repugnancia el amargo veneno de la servidumbre.
    
Los cursis del “ilebarlismo” (?) ignoran que en un Estado liberal sólo es válida la ley que amplía la libertad. Mas el Estado de Derecho (el Derecho que hace el Estado, no la Nación, cosa que aquí no se entiende ni se quiere entender) se centra en legislar contra la libertad, pero con el gusto (¡la servidumbre!), del ciudadano. Así, la arbitrariedad del delito de odio.