jueves, 30 de enero de 2020

El diputado


Las reglas del juego


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    La vía jurídica española tiene dos raíles. Uno es Vishinski: “No tengan miedo del Derecho, nos llevaremos bien con él. Lo amputaremos sólo un poco”. Y el otro es Murphy: “Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos”.

    El presidente de Cataluña debe ser diputado, y a Torra y Pla la ley lo ha retirado del Parlamento. Para interpretar este negocio jurídico, el gobierno de Madrid, que es una banda de jurisperitos, tiene su Emilio Betti, Cristina Narbona, hija de un corresponsal de la TV de Franco en Roma y que se dice economista (observación de Horgren: “entre los economistas, el mundo real es un caso especial”), que ha desatado el nudo marinero del tabarrón catalán:
    
–La condición de parlamentario es preceptiva para ser presidente de la “Generalitat”, pero no lo es para seguir siéndolo.
    
Volvemos así al principio de la salchicha de Bismarck: hay personas a quienes les gustan las salchichas y respetan las leyes debido a que no han visto cómo se elabora ninguna de las dos cosas.

    El único objeto de una Constitución es separar los poderes (Estados Unidos… y Francia, porque De Gaulle lo copió). Incluso en los Derechos del Hombre y del Ciudadano los revolucionarios franceses dicen, tan pichis, que una sociedad con la separación de poderes por determinar carece de Constitución. El juez Lucas del Supremo ahuecó de su tumba a Franco porque aquel hombre “no separó los poderes”, y los tertulianos citan a Montesquieu, del que no han entendido nada, como a Paulo Coelho en una galletita china. Lo más claro que dijo Montesquieu fue:
    
–Si el poder ejecutivo fuera confiado a personas sacadas del cuerpo legislativo, no habría ya libertad, porque los dos poderes estarían unidos.
   
 El “Estatut” (“constitucional, por supuesto”) no determina la separación de poderes; determina su fusión, pero ningún jurista de reconocido prestigio levantó nunca una ceja.

    La gente, según Murphy, se especializa en el campo que menos conoce.