viernes, 31 de diciembre de 2021

Pluma y brea


 

Simón

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    ¿Los no vacunados contagian? Sí. ¿Y los vacunados? También. ¿Entonces? Entonces, para el periódico de las elites, la pregunta ontológica es: “Esta Nochebuena ¿sentaría usted a un no vacunado a su mesa (con dos americanas de Simón y tres capas de calzoncillos de Ferreras)?”


    “Siente un pobre a su mesa”, tituló Berlanga su obra maestra, pero la Censura lo cambió por “Plácido”, un tipo que en el franquismo no podía cenar sin haber abonado la letra del motocarro, igual que en la Democracia nadie puede tener Nochebuena sin haberse pinchado la vacuna de “la Coviz”, ese logro industrial de Trump, cuyo recorrido publicitario resume el tuitero Esaú: “Inmuniza al 95. Inmuniza al 70. Inmuniza al 50. No inmuniza, pero reduce la transmisión. No reduce la transmisión, pero impide las formas graves. No reduce las formas graves, pero impide ir a la Uci. No impide ir a la Uci, pero no mueres. Mueres, pero vas al Paraíso”. ¿Felicidad “in articulo mortis”? ¡Mejor! ¡Felicidad “in articulo Boni”! Porque claro que hay otra vida. ¡Estamos en ella! Escuchemos, dice Muray, el gran fervor con que refunfuñan los que gozan de buena salud. Ha triunfado el proyecto terapéutico. Y asombra pensar cómo ese hombre anunció, y describió, hace treinta años, este Paraíso donde “el linchamiento acompaña al Consenso como la sombra acompaña al hombre”.


    –La “base democrática” de la nueva tiranía permite ya, de entrada, arrojar a los confines de la sociedad a quienquiera que se atreva a considerar problemática tal tiranía.
    

Al contrario que en el salvaje Oeste, hoy los vendedores de pociones milagrosas cubren de brea y pluma a los discrepantes, por lo que Céline aconseja no perder el tiempo buscando las razones de la persecución de que uno es objeto (“al sabio le basta con escapar”).
    

El fanatismo de la Salud –concluye Muray– cuenta con el entusiasmo que sentimos la mayoría de nosotros ante toda nueva perspectiva de servidumbre voluntaria.


    Pensemos en la Nochebuena de Bill Gates, yéndose a la cama sin Melinda y con una hamburguesa sintética.

[Viernes, 24 de Diciembre]

Café de los Artistas


Café de los Artistas 
 
Fin de Año Gente y aparte
 
De izquierda a derecha, de arriba abajo y de pie: 
Ferni Presas, Edi Clavo, Romualdo Maestre (tapado), Violeta Cela, Poli Díaz, Juan Luis Cano, 
Jaime Urrutia y Guillermo Fesser.
Agachados: Joaquín Albaicín, Eduardo Bronchalo, Beatriz Cortázar,
 Guillermo Montesinos, Rossy de Palma, Jorge Berlanga, Rosaura Díez, 
Marta Barroso, Javier Barquín y Marta Madariaga

 

Viernes, 31 de Diciembre


jueves, 30 de diciembre de 2021

Sobre la serenidad


Picasso y Olano

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Iba Casado a Galicia tan contento con su ley de pandemias y Feijóo le cortó serenamente el rollo con el madrigal “Ojos claros, serenos” (“Ollos claros, serenos”) de Gutierre de Cetina.
    

A serenidade é revolucionaria –dijo Feijóo, a quien el eco siempre le responde con un oh, oh de admiración.
.


    Serenidad es una cosa que en la Santa Transición pedían todos los gobiernos después de cada atentado de la Eta. Era como la versión democrática del “no hay mal que por bien no venga” de Franco cuando lo de Carrero. Este no emocionarse y quedarse quietos ante los asuntos del poder político que Feijóo recomienda a Casado viene de entonces, y responde al hábito de obediencia política.
    

La serenidad de alma ciudadana consiste en ese permanente estado de sosiego que los dictadores, careciendo de él, admiran en sus súbditos.
    

A esa conclusión llegó el único estudioso de la servidumbre voluntaria que hubo en España. “¿Por qué el pueblo, pudiendo impedirlo, tolera el despotismo iletrado y la corrupción de la partidocracia?” El enigma de La Boétie sigue sin resolverse, en espera de que la biología y la genética se aclaren con la patología del servilismo político, una vez desmontadas las chácharas filosóficas sobre el contractualismo del hombre-lobo de Hobbes y del hombre-babuino de Freud.
    

La neurofisiología, dice nuestro ensayista, ha descubierto que las tendencias genéticas a la agresividad y a la docilidad son modificadas por el rango social que ocupan los individuos. Vamos, que no es lo mismo mantenerse sereno en el sillón de Feijóo que mantenerse sereno en el cordel de un percebeiro en la Punta del Roncudo, en Corme (Costa de la Muerte), arrancando a la roca los percebes de veinticinco uñas con que Olano agasajaba la Navidad a Picasso en la Costa Azul.
    

Los principales atributos del poder en los monos (mientras ocupan su alto rango disminuyen los niveles de prolactina y cortisol) son la fertilidad… y la serenidad.
    

¿Cómo va a estar tranquilo y a tener críos un mileurista?

[Jueves, 23 de Diciembre]

Jueves, 30 de Diciembre

 


miércoles, 29 de diciembre de 2021

Ternura en tempura


Zemmour

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Ternura era la Navidad cuando había Niño. Pero si al cuadro de San Juan de la Cruz saliendo en Nochebuena al pasillo “como un loquillo de atar, meciendo al Niño en sus brazos”, le quitamos el Niño, ¿qué nos queda?


    –La utopía de un universo donde ya sólo reinarían la ternura y las buenas intenciones –apunta Muraydebería producir escalofríos dorsales: es el más temible de los sueños, porque es realizable. A golpe de leyes y de policía, el programa se impone con rapidez.
    

Nos queda refugiarnos en los autores inteligentes que escribieron por el placer de molestar. Muray ve en las cruzadas filantrópicas la pasión por la persecución. Por arriba, Disney. Por debajo, Moctezuma degustando el muslo derecho de la víctima, su bocado predilecto. “Todo lo reprimible debe ser reprimido, y con tanta más facilidad si el pretexto es científico”. ¿Nos suena? ¿Y quién tiene necesidad de que el Terror del Bien perdure?


    –Excepto yo, todo el mundo.
   

 “Desde los gánsteres del Estado hasta los chantajistas morales de las elites, pasando por las muchedumbres que piden la extensión del Terror por medio de nuevas leyes y de sanciones contra quienes infringieran las primeras”.


    –Leyes nuevas, leyes todo el tiempo, leyes para todo, leyes inéditas a diario, para nuestra comodidad, para nuestra felicidad. ¿Quién se iba a quejar? Queremos esas leyes, no cesamos de pedir más. Todos los días el mismo lloriqueo: “Leyes! ¡Leyes! ¡Más leyes! ¡Leyes nuevas! ¡Leyes-marco! ¡Una nueva legislación! ¡Multas! ¡Castigos!”
    

A la demanda de leyes, esa patología que en el 91 se limitaba sólo a esbozar, llamó Muray “deseo de lo penal”, el grito de éxtasis y de resentimiento de millones de hormigas humanas. Shigalev: “Partiendo de la libertad ilimitada, he ido a parar al despotismo ilimitado”.
    

El 68 (colofón de las revoluciones francesa y soviética) ha vencido y está en el poder, dice Zemmour (“¿Zemmour? ¡Pronto, las sales!”, gritan los liberalios), que es optimista: cree que se está generando la revuelta.

[Miércoles, 22 de Diciembre] 

Miércoles, 29 de Diciembre

 


martes, 28 de diciembre de 2021

Despotismo empalmado


Marqués de Sade

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    No hay hombre que no desee ser un déspota cuando se empalma, nos dejó escrito Sade, y esa idea del marqués me viene cada vez que oigo a los peperos, con su jefe a la cabeza, pedir una ley de pandemias que derogaría (y no diré yo que no sea hora) la Constitución de los partidos que ningún partido respeta.
    

A Casado, que va de “feroche” y barbón como el San Antón de García Pavón, se le hacen bola los apuntes de Icade, pero leyes y Derecho no son la misma cosa. El Derecho (sentido común, en resumidas cuentas) viene del pueblo, pero de las leyes el pueblo sólo se entera cuando le repasan el lomo con ellas.
    

En la legislación estatal rige el principio “la ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento” (fundamental, dice Negro, cuando se trata del Derecho, pues todos tenemos el sentido de lo justo o injusto). Pero la purrela de leyes-ocurrencias es aplicada al súbdito con ese principio, y si los burócratas no saben interpretarlas, lo harán de la manera más favorable al Estado.


    Para Sade nada había más divertido que el montón de leyes que el hombre elabora a diario para ser feliz, “cuando no hay ni una de esas leyes que, por el contrario, no le quite un cacho de felicidad”.


    –La abundancia de leyes es propia de una república muy corrupta (“corruptisima res publica plurima leges”) –tenía dicho Tácito, que no se enteró de la Crucifixión en provincias, pero sí de la corrupción en la capital.
    

En sus apuntes Casado se quedó en Bodino, cuya “soberanía” causó tanto mal como el “homoousios” bizantino, y hace suya la sustancia del Estado Soberano: “Del mismo modo que Dios ha dado leyes al universo, así debe el señor absoluto (en el Estado de Partidos, el jefe del Ejecutivo) dar leyes al Estado”.


    La Legislación, concluye Negro, es revolucionaria: crea inseguridad y suscita incertidumbre. Lenin: “el cálculo por categorías jurídicas no sirve para nada”. Salvo para aumentar el poder. La derecha engorda el poder que luego la izquierda le arrebata para disfrutarlo a solas.

[Martes, 21 de Diciembre]

Martes, 28 de Diciembre

 


lunes, 27 de diciembre de 2021

Algo fue mal con el software


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Vienen mal dadas para el Madrid: encabeza la Liga “jugando a contraestilo” (?), al decir de los Comisarios de Estilo más viejos del lugar, y en la Champions le han metido a capón en el saco del PSG de Ramos y Mbappé (Messi no cuenta), con lo que eso supone.
    

Algo fue mal con el software. La Uefa contactó con su proveedor de software y se decidió que había que repetir el sorteo entero porque no se sabía exactamente cuándo se había producido el error.


  
 “Algo fue mal con el software”
fue la explicación de Ceferino, cuyo nombre nos suena por “Ceferino el Pueblerino”, del historietista Pineda Bono en el “Tío Vivo” de los 60.
    

El “software” de Ceferino en la Champions son los niños de San Ildefonso en la Lotería. Imaginemos que el miércoles, 22, día uefero por excelencia, “algo va mal en los niños” (un niño se equivoca al cantar el Gordo) y el sorteo de la mañana se repite, entero, por la tarde. “¿Cuántos padres se encontrarán sin descendencia cuando resuciten el Día del Juicio?”, se preguntaba, malicioso, Quevedo. ¿Cuántos millonarios mañaneros se encontrarán pobres al echarse el sol el miércoles por repetición de sorteo? Pues eso ha ocurrido con la Champions. El Atlético, que iba a medirse, al fin, con un equipo de su potencial, el Bayern, se encuentra con que ha de acudir al asilo de Old Trafford a ver a Cristiano. Y el Madrid, que se relamía con la “saudade” lisboeta del Benfica, se ve en la necesidad de medir a Vinicius con Mbappé.
    

“Software” es la forma que tiene el siglo XXI de llamar al “pucherazo” del siglo XIX. Si el “software” llevó a la Casa Blanca al fantasma de Sleepy Joe, ¿por qué no iba a poder llevar a la cumbre de la Champion un Real Madrid-PSG en octavos?


    En la Uefa el “software” debe de ser el “yo” de Ceferino. ¿Qué es un yo? Hasta hace veinte años, el yo era ese pequeño argentino (un Cholo de bolsillo) que todos llevábamos dentro. Pero en 2001 un neurocientífico norteamericano, Bruce Miller, de la Universidad de California en San Francisco, descubrió la sede del yo, que, aunque pequeño, no es argentino, y se encuentra en una minúscula región del córtex cerebral (el área de Miller), “más o menos encima de la ceja derecha (la que levanta Ancelotti es la izquierda, qué le vamos a hacer).
    

Soy un tío bastante simple –declaró Mr. Miller nada más descubrir el área de Miller, es decir, la sede cerebral del yo (¡la Uefa de Ceferino!), a cuyas puertas llegó Mr. Miller por experimentos con señores que, por ejemplo, siendo de derechas de toda la vida, se volvían, a la vejez, radicales de izquierdas.
    

Cuando Ceferino justifica el descalzaperros de su sorteo con un “algo fue mal en el software” quiere decirnos que algo fue mal en su yo, pero ¿qué clase de yo es el suyo? ¿El yo de Descartes o el yo de Miller? El yo de Descartes era una falacia: la falacia cartesiana del “fantasma dentro de la máquina” (un yo que cruza el cerebro interpretando y dirigiendo sus operaciones). El yo de Mr. Miller, en cambio, se esconde detrás de una mata del córtex cerebral, pero no es un fantasma, aunque ocasiona, cuando se altera, trastornos en los gustos, en los valores y en la personalidad, hasta el punto de llevarte a votar progre siendo facha, o al revés. De votar a Sleepy Joe o de sacar del bombo achisterado un Sergio Ramos / Benzemá en octavos de Champions.
    

En su día el descubrimiento de Mr. Miller supuso el anuncio del fin de los egos. Fuera introspección, fuera diarios íntimos y fuera autobiografías. Fuera el libre albedrío. Fuera los románticos. La era de la gente “hardware” –gente que abandona sus cerebros y los reemplaza por ordenadores– llegó con Miller: “Ni tout á fait la méme / ni tout a fait une autre.”
    

Si lo que puede ir mal en el software fuera lo que uno se malicia, el Madrid tendría cero posibilidades de pasar la eliminatoria. No olvidemos el entusiasmo de la Disney con la repetición del sorteo y un Cara Huevo haciendo el discurso negrolegendario para mongos: “Ese es el escenario que más le viste a este equipo por su trayectoria. No podemos olvidar que en la época de Francisco Franco el Real Madrid ganaba y quedaba campeón en lo que fuera necesario como un efecto directo de la dictadura”. ¿Por qué decir Di Stéfano, si se puede decir Franco?
    

En la Uefa tenemos a Ceferino, y en la Disney, al Pueblerino.




MALOS TIEMPOS


    Agüero abandona el fútbol a los 33 años (18 de ellos metido en alta competición) por un problema cardíaco, si bien todo el mundo se ha apresurado a aclarar que el problema cardiaco nada tiene que ver con “la Coviz”. Después de todo, quien se mueve no sale en la foto, y ahí tenemos a Eric Clapton, apaleado por la revista “Rolling Stone” por expresar opiniones distintas de las prescritas por la revista. “¡Eric apoya a la Countryside Alliance (institución que promueve los deportes de campo británicos como la caza)!” ¿Adónde iremos a parar? Lo expresó un representante suyo en 2004: “No caza él mismo, pero disfruta de actividades rurales como pescar y disparar. No está de acuerdo con la interferencia del Estado con las actividades privadas de las personas”. Visto lo visto, la época de Galileo y sus ruidos con la Inquisición nos parece Woodstock’69. 

[Lunes, 20 de Diciembre]

Lunes, 27 de Diciembre

 


domingo, 26 de diciembre de 2021

Festividad de San Esteban

 


F.J.G.I.

CAMBA Y EL PERIODISMO ESPAÑOL / LUIS BONAFOUX




Luis Bonafoux, La Víbora de Asnières


LUIS BONAFOUX


Por Julio Camba

Llevaría yo como un par de meses en París cuando un día me tropecé en los grandes bulevares con Manolo Tovar. Me alegré mucho de verle, no sólo por lo mucho que le quería y admiraba —Tovar era un dibujante extraordinario—, sino porque yo estaba deseando encontrarme a alguien recién llegado para presumir con él de viejo parisién y revelarle los secretos de la gran ciudad. Tomé en seguida a Tovar bajo mi protección y le dije:

No habrás visto nada todavía.

–me contestó–. He visto el Moulin Rouge, el Jardín de Plantas y la torre Eiffel.

Y a Bonafoux, ¿lo has visto? –le pregunté.

No.

Pues no tienes más remedio que verlo. Para un español que viene a París, Bonafoux significa tanto como la torre Eiffel. Yo, antes de venir a París, me imaginaba una gran ciudad con una torre muy alta, unos teatros muy elegantes, Montmartre y el barrio Latino, muchas mujeres alegres y un hombre de muy mal genio. Este hombre era Bonafoux. ¿Qué harías tú cuando llegaras a Madrid y los amigos te preguntaran cómo es Bonafoux? Bonafoux es un monumento. Tiene historia, prestigio y antigüedad. Si quieres nos vamos a verle en seguida.

¿Vive lejos?

Muy cerca. En el bar Criterium, gare de Saint-Lazare.

¿Vive en un bar?

Desde hace treinta años, pero algunas noches se va a dormir a una casa que ha alquilado en Asnières para su familia. Bonafoux tiene familia.

¡Es curioso! –exclamó Tovar.

Y nos fuimos a ver a Bonafoux.

Todos los españoles que llegaban a París por aquella época se veían obligados a decir que Bonafoux no era una fiera, un padre desnaturalizado ni un apache, y en su afán de destruir la leyenda que se había formado en torno del gran periodista, no faltaba quien escribiese cosas como ésta: “Es bueno como el pan y tierno como la mantequilla. Cuando ve a un pájaro enjaulado le da tanta pena, que no se puede contener y empieza a llorar...”

¿Es cierto que Bonafoux se echa a llorar cuando ve a un pájaro en una jaula? –me preguntó Tovar camino del bar Criterium.

La verdad, no lo sé; pero si quieres podemos preguntárselo.

No nos lo confesaría –me respondió Tovar–. Lo mejor será que nos limitemos a observarlo sin preguntarle nada.

Lo observamos, pero Bonafoux se tomó aquella tarde su ginebra sin lágrima ninguna y con sólo unas gotitas de bitters. Tovar se sentía un tanto decepcionado.

¿Le gustan a usted los pájaros? –le preguntó de pronto a Bonafoux, sin que esta pregunta viniese ni mucho menos a cuento.

Me encantan –le respondió el ilustre cronista–, pero en ninguna parte los fríen tan bien como en Madrid...

Bonafoux sabía perfectamente la fama que le habían granjeado sus artículos, en los que solía meterse con todo bicho viviente, y hasta creo que la cultivaba un poco. Le divertía mucho el saber que ciertas gentes lo tomaban por un ogro, pero lo cierto es que no era un ogro, ni tampoco un dechado de candor o de ternura. Era un hombre como los otros, aunque más simpático y más inteligente que la mayoría de los otros. Tenía, desde luego, muy mal carácter y se expresaba en un lenguaje pintoresco en el que había algo de chulería madrileña, algo de argot parisién y mucho de acento suramericano.
 
Estuvimos como un par de horas con él, y al marcharnos yo le manifesté que Tovar se iba un poco decepcionado por no haberle visto llorar.

¡Habérmelo dicho! –exclamó Bonafoux–. Pero la verdad es que ahora lloro ya muy poco en público. ¡Qué quiere usted! Las lágrimas me destiñen el bigote...

(Del libro Maneras de ser español, de Luca de Tena Ediciones)

La vida en los puños

 


Alberto Salcedo Ramos con Kid Pambelé
 
Alberto Salcedo Ramos
El Colombiano

Me encanta el boxeo porque estoy habitado por un bárbaro que disfruta viendo cómo dos hombres se muelen la osamenta a puñetazos.

Crecí en un pueblo del Caribe -Arenal, Bolívar- donde pelearse a trompadas era muy común. Se usaba para resolver los conflictos antes de que se tornaran irreparables.

Hasta nuestros propios padres nos preparaban el escenario para que nos aporreáramos cuando veían que estaban surgiendo entre nosotros antagonismos peligrosos.

Jamás hubo un muerto en aquellas reyertas. Tan solo vi pómulos tumefactos y narices enrojecidas. Era el precio que había que pagar para mantener a raya las enemistades.

Después de la pelea, a cada muchacho se le quitaba lo que nuestros tíos llamaban "la rasquiñita".

Sé de otras comunidades donde los chicos resuelven sus diferencias a cuchilladas o a plomo, justamente por no tener los arrestos para darse un buen par de puñetazos.

En los pueblos atrasados del Caribe, las camorras cumplían una función recreativa importante: convertían en una película de acción la vida de las esquinas.

Hasta las mujeres abrían las ventanas para ver aquello. Y cuando dos hombres se encendían a golpes no decíamos que habían peleado sino que habían "alegrado la calle".

Yo me alegro desde niño cuando hay peleas. Todos los que pertenecemos a esta cofradía tenemos, como dice el periodista John Schulian, algo de voyeristas.

Al boxeo le debo ciertas imágenes estupendas: las piernas de Bernardo Caraballo, siempre en trance de levitación; la belleza del gancho zurdo de Joe Frazier, una jabalina que de pronto se convertía en relámpago; el movimiento del tronco de Pernell Whitaker, expresión sublime del engaño, el jab de Kid Pambelé, una mezcla de zarpazo de pantera con luz de bengala.

La egolatría de Mohammad Alí me parece una puesta en escena del Quijote. 

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***

 

El campeón que se volvió paraco

Amancio Castro

Crónica de Alberto Salcedo Ramos sobre Amancio Castro, que se retiró del boxeo en 1994, fue campeón wélter júnior y encontró en la guerra un refugio cuando la gloria lo dejó para siempre

Cuando Amancio Castro anunció que pelearía contra Kid Pambelé, su abuela, Adela Julio, tuvo una crisis nerviosa y se opuso al combate. En principio consideró la posibilidad de que Amancio resultara lastimado; luego esgrimió otra razón conocida de sobra en la familia: Kid Pambelé era su ídolo. En un mundo repleto de boxeadores -protestó-, el bruto de su nieto escogía como rival, precisamente, al que más le gustaba a ella...

__________
 
Y más.

Domingo, 26 de Diciembre

 


"Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres"

 DOMINGO, 26 DE DICIEMBRE



Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:  «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó:

-¿Por qué me buscábais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?
 

Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Lucas 2,41-52

sábado, 25 de diciembre de 2021

Capear el covid


Niña con máscara de muerte

Frida Kahlo

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Yo ya veo “la Coviz”, como la llama Simancas, el Besteiro madrileño, como una capea carpetana en el redondel del mundo, que es China, donde una vez toreó mi paisano José Ignacio Ramos, último matador que en Las Ventas cortó una oreja (como San Pedro a Malco) sólo por la estocada, homérica.


    De chulo de toriles me imagino a Garicano pegando el grito, entre el “¡arriba!” falangero y el “¡apuyá!” marinero , para mandar a los lidiadores (cada toro tiene su lidia, igual que cada variante covidiana) a hacerse cargo del bicho.
    

En las capeas sale el bicho y los mozos lo recortan a cuerpo gentil y luego lo trastean con muletilla de percalina hasta que la fatiga lo rinda, y entonces lo retiran para que salga otro, como ocurre con “la Coviz”, que a los encastes llama variantes e imita al rito de la tauromaquia campera.
    

Como el “bos” es el tótem de la gente española, el tótem de la gente garicana (¡el liberalismo de Guisando!) es “la Coviz”, cuyo peligro está en que sus variantes vienen del laboratorio “toreadas”, como los becerretes pícaros y sabihondos en las capeas del madrileñismo sureño.
    

De la Serna dice que no hay tierra de España que no tenga un mito de toro, y enumera los diversos modos de rito que el español tiene para este dios cruento: come criadillas, usa vergajo, guarda el agua en vasijas tauriformes y lleva el tabaco negro y picante en petacas transparentes de piel de toro bravo.


    No hay tierra de España que no tenga su vacuna de cóvid, con talanqueras (¡distancia de seguridad!) contra los “bebelejías” (no vacunados), igual que el “taurineo” llama “antitaurinos” a los taurinos que exigen toros en puntas. Berhnard recuerda de su habitación de muerte a los del servicio de disección levantando de la cama un cuerpo descarnado para colocarlo en el ataúd de cinc, no sin que sus huesos golpearan dentro tan fuertemente que se despertaron los pacientes que dormían.


    –Todos los novillos de las dehesas están despertando al sueño de la media verónica belmontina.

[Sábado, 18 de Diciembre] 

Sábado, 25 de Diciembre

 


Canción al Niño Jesús


Claudia Ruiz Picot 2009


CANCIÓN AL NIÑO JESÚS

Gerardo Diego

Si la palmera pudiera
volverse tan niña, niña,
como cuando era una niña
con cintura de pulsera.
Para que el Niño la viera...

Si la palmera tuviera
las patas del borriquillo,
las alas de Gabrielillo.
Para cuando el Niño quiera,
correr, volar a su vera...

Si la palmera supiera
que sus palmas algún día...
Si la palmera supiera
por qué la Virgen María
la mira... Si ella tuviera...

Si la palmera pudiera...

... la palmera...

[...]

viernes, 24 de diciembre de 2021

Un año de la llegada de Murf a Brighton


 

En la calle de Gilmour

The Little Drummer Boy (Peace On Earth) Bing Crosby & David Bowie

 

 "The Little Drummer Boy (Peace On Earth)"

Bing Crosby & David Bowie 

CLIC

La piel de zapa


Canet, 1957

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Al ofrecer Madrid para acoger a los niños españoles que en España tienen prohibido estudiar un poco en español, Ayuso está anunciando “urbi et orbi” que en España no hay Constitución, cosa que los de abajo ya sabíamos, pero es la primera política que lo dice, lo cual, para ser la tonta, no está mal.
    

Esto, diría Groucho, lo entiende hasta un niño de cinco años, edad que marca, según Freud, la influencia determinante sobre el resto de la vida.


    –¡Que traigan un niño de cinco años! –pide Otis B. Driftwood en “Una noche en la ópera”.
    

Cinco años tiene el niño de Canet, famoso porque en el cuento de hadas de la Transición que los liberalios cantan como ruiseñores en los pimpollares, grita “el rey va desnudo” (idea que en “El conde Lucanor” nuestro Don Juan Manuel representa con un negro –“yo estoy ciego o vos desnudo vais”– en el papel del niño). Y ha sido un niño de cinco años quien dijera al “viejo y sabio pueblo español”, solo en la escuela, que no hay Constitución, pues si la ley es la defensa de todos contra uno, una Constitución es la defensa de uno contra todos.


    –La única seguridad que puedo darles es que la Constitución será sostenida por mí con todos los recursos legales bajo mi poder –contesta el presidente Eisenhower al gobernador de Arkansas, Orval Faubus, que desafía con la Guardia Nacional la orden de la Corte Suprema de admitir en el distrito escolar de Little Rock a nueve estudiantes negros. Y envía a la 101 División Aerotransportada, cuyos paracaidistas escoltan a los estudiantes en la escuela.


    La llamada Constitución del 78 es como “La piel de zapa” de Balzac, historia de un joven que recibe un retal de cuero mágico que satisface cada uno de sus deseos, a cambio, por cada deseo concedido, de un encogimiento del cuero y de una merma en su vitalidad. Zapa (“chagrin”), piel áspera de selacio o monstruo marino. ¡La piel del Leviatán que con tanto trabajo nos dimos todos! Nuestro Estado de Partidos.
    

¡Azotaría al sol si me insultara! –bramaba Ahab.

[Viernes, 17 de Diciembre]

El valor más preciado de la Nochebuena [Dedicado al cabestro de presidente que con tanto trabajo nos hemos dado]



Salvador de Madariaga

 
Intervención radiofónica de Salvador de Madariaga desde la BBC en 1945 para todo el mundo de habla hispana. 26/27 de Diciembre

WEEKLY REVIEW

Por Salvador de Madariaga

Esta semana celebra todo el orbe cristiano la fiesta de la Navidad...

Observemos, para empezar, que es una fiesta sincera y verdaderamente popular, que no ha menester de propaganda o apoyo oficial para transcurrir cada año en un torbellino de alegría pública y doméstica... Religiosa en unos ambientes, laica y callejera en otros, tiene la Nochebuena una doble calidad que la distingue como fiesta vivaz y vigorosa: es a la vez universal y local...

¿A qué se debe esta universalidad, valiosa cualidad de esta fiesta? En primer lugar, a que la fe que vino a simbolizar es humana y sin fronteras. El Hijo del Hombre vino a llamarse más tarde el Niño aquel día nacido; y con este nombre que escogió para Sí dio al concepto de hombre una universalidad sin igual. Se argüirá que ya existía el concepto universal de hombre en los clásicos griegos y latinos, y se recordará el verso tantas veces citado del poeta latino Terencio:

Hombre soy: nada humano considero ajeno a mí.

Pero va mucho de un concepto pensado a un concepto vivido. Y en la antigüedad en que se pensaba así se negaba toda humanidad a los esclavos. También hubo esclavitud después. Porque el hombre es incorregible. Pero, mientras en la antigüedad era la esclavitud cosa conforme al sistema, en el mundo cristiano fue siempre cosa contraria al sistema, y terminó por desaparecer.

Este sentido humano que no conoce colores ni fronteras es el valor más preciado de la Nochebuena, valor que el pueblo siente en todas partes al celebrarla. Pero hay en su simbolismo otros valores casi tan altos, y que también contribuyen a otorgarle fuerza y universalidad. En primer lugar, el de la dignificación de los humildes y la supeditación de los grandes al conjunto social.

El Niño, el Hijo del Hombre, nace en un pesebre y es el huésped de unos pastores. Y tres reyes -uno de ellos, negro, para que nunca falte el sentido humano- viajan largo tiempo para venir a adorarlo. Todo este simbolismo, tan dramático que ha conservado intacto su vigor original a través de los siglos, ha producido y mantenido una corriente educadora de vigor incalculable en estos últimos dos mil años. Corriente que dice a todos los hombres "respetad al tan humilde como el pastor" y que constantemente recuerda a los poderosos: "Inclinaos ante aquello que está por encima de vosotros, aunque sea un niño, aunque sea una mujer."

Tomos, bibliotecas enteras de filosofía moral, no han ejercido sobre el progreso humano influencia mayor para hacer que se respete a todo hombre, por humilde que sea su ocupación, a toda mujer, a todo niño, por humilde que sea el pesebre en que haya nacido, que esta sencilla escena representada de nuevo cada año en toda la Cristiandad... Importancia política, y no poca, tiene el que se renueve cada año en nuestro mundo el respeto al trabajador, a la mujer-madre y al niño indefenso.

Buena prueba de todo ello nos la viene a dar a contrario el proceso de Nuremberg. Las revelaciones que han venido haciendo los fiscales sobre las órdenes dadas por Himmler y sus secuaces para el exterminio de judíos, de polacos y de rusos, son el mentís más cínico y criminal que jamás se ha dado al espíritu de las fiestas de Nochebuena. Los feroces nazis desencadenaron sobre la triste Europa su guerra cruel tan sólo por haberse aislado del resto de la humanidad; por haber tenido la inaudita pretensión de erigirse en una estirpe de hombres por encima de los demás. Para tomar esta actitud, los nazis tenían primero que abjurar todo el espíritu de solidaridad humana que haya podido penetrar en los hombres de su país en 1940 años de cristianismo. El espíritu cristiano no conoce alemanes, ingleses o turcos; no conoce más que hombres. Por eso Hitler tuvo que empezar por perseguir a todas las confesiones que en Alemania propagaban la fe y las ideas cristianas; la iglesia católica como la protestante; hecho lo cual, se dedicó a la gente joven para arrancarles de raíz todo elemento de cultura cristiana. Así se explica que una muchacha joven, como la desdichada Irma Greese, ahorcada hace quince días por su criminal conducta en Belsen, hubiera perdido a los 22 años hasta los sentimientos más elementales de caridad.

Las revelaciones de Nuremberg, después de los cuadros siniestros de Belsen, Buchenwald y otros infiernos nazis, descubren un abismo infrahumano muy distinto del que a veces la historia ilumina en los tiempos primitivos o en los bárbaros de la humanidad. Los hombres que hoy se sientan en el banquillo de los acusados en Nuremberg pertenecen a uno de los países en donde el pensamiento técnico, científico y hasta filosófico ha logrado resultados más brillantes. Figuran entre ellos gentuza criminal y poco inteligente, como Julios Streicher; pero también hombres de cuya inteligencia general y técnica no cabe dudar; como Goering, Keitel, Sauckel, Jodl y otros más. Todos ellos aparecen comprometidos directamente en crímenes de lesa humanidad concebidos como operaciones políticas o sociológicas con una frialdad y una eficiencia técnica del cinismo más repugnante. Todos ellos, y los millares o cientos de millares de colaboradores que ejecutaron sus planes, son menos que hombres, no por sentencia nuestra, sino por decisión suya; porque ellos fueron los que por querer ser nada más que alemanes, se hicieron menos que hombres.

Pues ésta es la maravillosa enseñanza de Nochebuena, el verdadero regalo espiritual de Navidad: que el hombre no puede negar su humanidad sin caer en lo animal. El hombre no puede elevarse por encima de lo humano. Quiso el alemán hacerlo y cayó en la bestialidad repugnante del nazismo. El Niño que nació en Belén no es ni blanco, ni negro, ni judío, ni ario, ni alemán, ni ruso; es el hijo del Espíritu y de la Virgen, es decir, el hombre sin raza que vive en la Tierra sin fronteras para aprender a padecer. Por eso es la fiesta de Navidad fiesta de todos los hombres y todos los hogares donde una madre inerme protege a un niño más inerme todavía. Fiesta de solidaridad humana y de paz.

Pero -ya lo dice la palabra sagrada- de Paz tan sólo para los hombres de buena voluntad.
 

Irma Grese

Estas fechas


 

Hughes

Abc

Acabo de leer en Twitter la felicitación navideña del presidente Sánchez: “Os deseo en estos días a todas y todos … bla, bla… Celebramos estas fechas de forma diferente…”. Acaba con un “Felices fiestas” y antes con un “cuidémonos”, que no sé por qué me ha sonado desasosegante, como un “que Dios nos pille confesados” socio-laico.

Pero es lo otro lo que me mueve a perpetrar este pequeño ‘abcblog’: Sánchez nos felicita las fiestas en Estasfechas, se dirige a nosotros en Estosdías. Es lo que ha decidido que sustituya a Navidad. ‘Estasfechas’ y ‘Estosdías’. Porque ‘fiestas’ sustituye a Navidad al felicitar, pero para referirse a la festividad recurre a estas fórmulas.
 

¿En qué estamos? En fiestas, claro, pero, ¿qué fiestas? Estamos ‘en estas fechas’, si me apuras en estas fechas tan señaladas…

‘Estosdías’ se refiere más a la Navidad en Navidad, en concreto, y ‘Estasfechas’ a la Navidad como festividad, como concepto. Así que Pedro Sánchez felicita Estasfechas en Estepaís, y dado que en Estosdías se comen polvorones de la Estepa, tan típicos, podría abreviarse y decirse Estasfechas en Estepa.
 

No tengo intenciones guerraculturales (no, no), sé que Obama no decía Navidad, me mueve solo el asombro ante su manejo del lenguaje. Se coge una palabra o un concepto, se vacía de contenido y cuando ya está vacío, se rellena con otra cosa, como corcho, lo que sea, y luego se le aplican palabras-coordenada.

Ya estamos en Estasfechas
Fum, fum, fum
Ya estamos en Estasfechas
Fum, fum, fum…

Felices Estasfechas, queridos lectores (incluso los no Premium). Con mis mejores deseos.

Viernes, 24 de Diciembre

 


jueves, 23 de diciembre de 2021

En la muerte de Ágata Lys


Ágata, felina como su propio nombre indica

(Carlos Galindo, en Abc. Probablemente la mejor greguería del periodismo)

 

Agatha Lys y la túrmix

 
Le llaman Luisito Sanjuán por Antonio Soler, que lo bautizó así en sus novelas. Personaje al cuadrado, ha sido objeto de análisis en un congreso de escritores. Es fácil encontrarlo agarrado a una túrmix, un aparato que se sitúa a medio camino entre la quimera y el paradigma.

-Cuando pase de la literatura al cine, ¿con qué actriz le gustaría estrenarse?

-¿Que no sea Agatha Lys?

-Que no sea Agatha Lys.

-Con Kathleen Turner o Isabelle Adjani. Sharon Stone como actriz secundaria, para escenas esporádicas.

-¿Qué tiene Agatha Lys que no tengan las demás?

-Todo.

-¿Podríamos decir, pues, que la Túrmix es a la ciencia lo que Agatha Lys a las mujeres?

-La Túrmix es el mayor avance de la humanidad después del fuego. Desde niño me maravillaba que en un aparato tan chico metiera algo y saliera triturado. Menos mal que nunca metí los dedos.

LEONES Y CAMALEONES / ALFREDO VALENZUELA
 
***

Ágata Lys: "No quiero participar en política. Respeto muchísimo todo esto, pero por ahora prefiero seguir siendo rubia platino"

 


24 de Abril de 1976