jueves, 2 de diciembre de 2021

Fiestón de fútbol


Agradecimiento final

 


 El sevillismo

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo


       Usted, que es aficionado al fútbol, habrá echado hoy un ojo a los resultados y habrá comprobado que de momento no hay sorpresas en la eliminatoria de Copa. Usted no sabe contra quién jugó el Español o el Villarreal o el Mirandés, que es equipo muy copero, porque estuvo pendiente del Madrid-Athletic, partido de mucha más sustancia que las primeras eliminatorias coperas. Ha constatado que de momento todos los primeras y segundas, menos el Oviedo, han pasado de ronda. De la Copa de ayer sólo le queda que el Córdoba se las hizo pasar canutas al Sevilla porque el encuentro lo daban por la cadena cuatro y se sorprendió por el fiestorro que se veía en un Arcángel casi lleno y con sus aficionados animando y cantando canciones como si fueran ingleses. "Joer la gente de Córdoba, merece estar por lo menos en segunda" diría usted, como dijeron todos los españoles que se encontraron el partido y los hipnotizó el ambientazo.
     

Pues sí, lo venimos diciendo, aquí desde hace unos cuantos años: lo mejor del Córdoba CF es su afición. No es normal que en 4ª División haya 9.000 abonados, más que varios clubes de 2ª, y no creo que haya demasiados ejemplos de comulgar con tanta devoción con el equipo como se comulga aquí. El cordobesista es consciente de que sus penurias vienen por el abuso de indeseables que han ido aterrizando estos últimos años en El Arcángel y han maltratado al club como a suripanta callejera estrujándole hasta el último euro que no tenía... pero sigue con la ilusión de que algún día los aires sean propicios y los desvelos tengan premio.
     

Ayer, los jugadores del Córdoba lucharon, se vaciaron y jugaron como quiere el cordobesismo, que aplaudió en la derrota. Para un servidor, lo de menos fue el fútbol, y eso que no desmereció al que expuso el equipo sevillista, que necesitó recurrir a la furia argentina de Ocampos y el Papu para evitar ya en la prórroga un más que posible descalabro. Lo grande-grande fue el ambiente. Todo quisque emocionándose con los dos himnos más hermosos del fútbol español cantados a capella por los seguidores. Vino mucho personal de Sevilla que ocupó tres sectores de preferencia y que al final entonaron ese ..."sevillista seré hasta la muerte..." que pone los "vellos como escarpias" como los pone el "...y mi voz será siempre tu aliento..." cuando salta el equipo al inicio o en el minuto 54 -impresionante anoche- por aquello de la fundación del club.
     

La Copa tiene mucho de sentimental. Se homenajeó a José Antonio Reyes, el último artistazo en El Arcángel, con verdadero agradecimiento por las dos aficiones. Para servidor Reyes es un segundo Juanito. Menos eléctrico y temperamental, pero con un talento parecido al decir de las musas del fútbol que se los llevaron a la Extramadura para sacrificarlos y convertirlos en lo que son: mitos. "Reyes, Reyes" tronaba El Arcángel ante el padre y aquello era como asistir a una consagración en día grande.
       

La fiesta acabó después de 100 minutos de sufrimiento sevillista y disfrute cordobés con un gol artístico de Ocampos que a nadie molestó. Fue otra gran tarde de fútbol... y sin VAR.