viernes, 16 de mayo de 2025

Un canapé ruso


Marqués de Custine

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


El 78 es un Régimen liberalio de frivolidad satisfecha (lo que une a derecha e izquierda), pero sin cobre en las líneas del Ave (síndrome de Menkes) y con chinches en las terminales aéreas (síndrome de Custine).


Estaba cubierto, devorado por las chinches… Un mozo me ruega que no me siente nunca en un canapé ruso, porque allí duermen siempre los criados, que traen legiones de insectos –anota el marqués de Custine, luego de su siesta de tres minutos envuelto en su abrigo en un sofá de piel, verde botella, en San Petersburgo.


“Situación crítica en el aeropuerto de Madrid”, tuitea una televisora oficial: “Denuncian la presencia de chinches y piojos, especialmente en la Terminal 4”, y uno, con el billete a Londres en la mano, mira a la caza de populistas y putinejos, como ocurre con el pillaje de cobre en el Ave, cuyo lado bueno es que renueva la temática de los Premios del Tren de Poesía y Cuento en nuestro depauperado oficio. Tal que la vida vista por Julio Torri, España se va quedando atrás “como el paisaje que se contempla desde la plataforma trasera de un coche de ferrocarril en marcha, paisaje del cual va uno saliendo”. Ya no tenemos Otamendis (ingeniero que excavó el Metro de Madrid) ni Melis (ingeniero que soterró la M30), pero damos juglares y bufones para TVE y poetas (Prado, Cuenca) y cuentistas (Prado, Molina) para los Premios del Tren. García Calvo: “¡Qué bien se está en esta fonda / de la estación / de Medina del Campo!” Y Nicolás Guillén: “Ya yo em enteré, mulata, / mulata, ya sé que dise / que yo tengo la narise / como nudo de cobbata”. Al bailongo: “Tanto tren con tu cueppo, /tanto tren; / tanto tren con tu boca, / tanto tren; / tanto tren con tu sojo, / tanto tren”.


“¡Falta mantenimiento!”, protestan los liberalios agitando un proviso de Locke. En Méjico, Porfirio Díaz impuso la pena de muerte sumaria por daño al telégrafo; si el criminal no era capturado, respondía el comandante del distrito; si el corte se producía en una hacienda, el propietario que no lo hubiera impedido era colgado del poste de telégrafo más cercano.


España ha pasado de Edgardo en “Eloísa está debajo de un almendro” a Puente, que estudia las responsabilidades de su ministerio en lo del Ave de Sevilla sobre este cuento de Ricardo Bada: “De repente, el tren se mete en un túnel y se oye un guantazo enorme: ¡Plasss! El tren vuelve a la luz y el sevillista se echa mano a la cara. Los cuatro pasajeros se quedan pensando en lo que ha podido ocurrir. La gorda piensa: ‘Seguro que el sevillista le ha metido mano a la rubia. La rubia se ha mosqueado y le ha dado un guantazo’. La rubia piensa: ‘Seguro que el sevillista ha intentado meterme mano, se ha equivocado y la gorda le ha metido una h...’ El sevillista piensa: ‘Seguro que el bético le ha metido mano a la rubia, la rubia se ha equivocado y me ha dado la h... a mí’. El bético piensa: ‘A ver si llega otro túnel y le meto otra h... al sevillista’.”


[Viernes, 9 de Abril] 

Hughes. Hay que fichar a Stiller


Hughes

Pura Golosina Deportiva

 

Qué rápido se recupera la ilusión... Ha sido leer que el Madrid puede fichar a Angelo Stiller y volverme niño, niño otra vez, niño ante el F5 del verano.


Stiller es el fichaje. Hay que fichar a Stiller. No admitiré otra cosa que no sea Stiller, al que recuerdo de su partido contra el Madrid porque pensé: este tío es Karl Malden.


La posibilidad de juntar a Stiller y a Guler sería una cumbre estética del fútbol porque la cara también es parte del futbolista. Son dos jóvenes con cara de mafiosos, con cara de poca broma. Con cara de inteligencia y rasgos extremados. Los ojos de Güler, la napia de Stiller. ¿Se imaginan a los dos mirándose, a los dos combinando? ¿A Stiller pasando a Güler, las miradas de inteligencia entre los dos?


Pero es que, placer visual aparte, Stiller es muy bueno y es lo que el Madrid necesita. Lo ha recomendado Kroos porque juega un poco por donde acabó jugando Kroos. No es un mediapunta, ¡no más mediapuntas! Es un centrocampista, es 100% centrocampista, a lo mejor 98% centrocampista y 2% defensa. Roba, cubre, ocupa la posición de pivote defensivo y sabe pasar la pelota con altísima eficacia y verticalidad. Esa maravillosa estadística del pase progresivo la domina. Domina en realidad en todas. Sólo le veo de malo que es alto. Para ser perfecto debería ser bajito.


Stiller incidiría en un problema del Madrid: el nacimiento de la jugada, donde brota el agua del fútbol. Ahí necesitamos un jugador y Angelo (¡qué evocaciones también futbolísticas en ese nombre!) para colmo es alemán, como Stielike, como Schuster, como Kroos, también como Khedira...


Florentino, fíchalo. Personas con acceso a Florentino, decidle que lo fiche a toda costa. Hágase. Páguese. Que se ponga la zamarra blanca y nos mire con su cara de disgusto. Que se acaben las tonterías y las caritas de satisfacción. Que durante diez años los rivales vean ese gesto torcido. 

Feria de San Isidro. Impresentable frailada charolesa para festejar al Patrón y una pregunta en al aire: ¿Qué le pasa a Ureña? Márquez & Moore



 JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ


En el libro «Haciendo de República» (Luca de Tena ediciones, 2006) la clara inteligencia de Julio Camba nos ilustra con perspicacia y humor sobre los primeros momentos de la llegada a España de aquella abominación. Así nos cuenta cómo habrían resultado agraciados los poseedores de títulos nobiliarios merced al nuevo régimen, de tal manera que el duque de Alba o el del Infantado habían pasado a ser el exduque de Alba o el exduque del Infantado, acrecentándose así la longitud del nombre de su título. Algo así ha debido pasar en el mundo de las(s) familia(s) Fraile, porque hoy nos encontramos con la sorpresa de que la ganadería anunciada para el festejo, antes conocida como «Valdefresno», así a secas, ahora ha pasado a denominarse «José Enrique Fraile de Valdefresno», aumentando su nombre en 12 caracteres. Nos cuenta un paisano de Aldehuela de la Bóveda que esto no es porque quieran darse pisto, sino que es porque han partido aquella en dos. La verdad es que hace años que las cuitas ganaderas de la(s) familia(s) Fraile, excepción hecha de Carolina y sus gracilianos, nos importan un solemne bledo, desde que aprendimos que lo suyo es la casta Lisarnasia, creación propia con «label» de mansedumbre, y que la principal característica del ganado frailuno en la Plaza consiste en que «en la lidia se comporta con frialdad cuando sale, yendo a más a partir del tercio de varas…», que esto lo pone así en el programa oficial.

 

Los toros de José Enrique Fraile de Valdefresno (JEFV) que hoy hemos visto en Madrid se ve que no han llegado a pillar el grado necesario de calentamiento global y se han quedado de principio a fin en lo de la «frialdad» ésa que dice el que escribe en el programa, aunque dicho con otras palabras más propias del léxico taurino podríamos hablar de mansedumbre, descaste, debilidad o sosería, que son términos que reflejan más aquilatadamente lo que ha significado la contemplación de estos seis bueyes de carreta, estos 3.673 kilogramos de carne en seis entregas, que han demostrado sus trazas, más cercanas a las de la raza charolesa que a las propias del toro de lidia. Óptimo homenaje al Santo Isidro, cuyos bueyes araban las tierras de Iván de Vargas mientras él oraba, y ojalá que el Santo labrador hubiera tenido a mano estas tres yuntas que hoy salieron en Las Ventas, para acrecentar su labor.


Baste decir que el mamarracho que defendió el «honor de la divisa» fue el segundo de la tarde, Pomposico, número 22, que, al parecer es el único en que cuajó el calentamiento, y lo que se obtuvo a cambio de esa ardentía fue una colección de embestidas a cuál más tonta, más sin sentido, sin gracia y sin intención. El resto del encierro fue como el de las vacas del pueblo: mansedumbre huidiza o aquerenciada, deslucimiento y cobardía proclamada a los cuatro vientos. Y todo eso aderezado con unas fuerzas tasadas y una ignorancia completa de para qué servían esas dos vainas huecas formadas por epidermis queratinizada que les asomaban a ambos lados de la cabeza. Desde el burladero titulado como «Ganaderos/Empresa» el ganadero observaba las evoluciones del ganado que cría, acompañado de su esposa y sus dos jóvenes hijas. En un momento se acercó a departir con ellos el mayor experto en bueyes que hay en España, el mayoral don Florencio Fernández (Florito), probablemente a dar la enhorabuena o acaso a tratar de adquirir nuevos ejemplares de contrastada mansedumbre para ampliar su manada.


Verdaderamente el mejor consejo que se le podría dar a JEFV es que como seguramente tenga un rifle en la casa, en Tabera de Abajo, mañana mismo, sin esperar más, lo use con las madres, con los padres, con los becerros, con los toros de saca, con los novillos y, si quiere seguir en esto de la ganadería, una vez eliminado en buena hora lo anterior, se plantee un nuevo inicio, que lo mismo a la segunda vez puede que le salga medio bien la cosa. O que se pase al ganado de engorde, que da menos disgustos.


El plan infalible para el día del Patrón en la mente de Plaza1 era éste: los seis lisarnasios de JEFV y, para dar fin de ellos, Paco Ureña, David Galván y Alejandro Chicharro, que confirmaría la alternativa que le dio Talavante en las pasadas Fallas. Todo atado y bien atado.


Por delante salió Chicharro, de oro viejo y oro, a abrir Plaza. El buey huidizo de su confirmación fue Pandereto, número 29, más manso que la oveja Dolly (qDg), que se empeñó en hacer currar al neófito en persecuciones y, aunque su condición no era aviesa, le hizo también tomar precauciones que le llevaron a no estar colocado ni en uno solo de los cites que perpetró. El buey se tragó algún muletazo pero su idea era partir de ese sitio donde se le incomodaba, de ver cómo volver a Salamanca. Enganchones, falta de personalidad definida y largo trasteo de menos a mucho menos fue el resumen de su actuación. En su segundo, el sexto de la tarde, tasadito de fuerzas, volvió a destacar su falta de colocación y además comenzó a llover, con lo que las gentes huyeron de la Plaza sin atender a las razones tan poco convincentes que Chicharro ponía encima de la mesa.


Un «chicharro» en argot bursátil español, es un valor con una baja capitalización y un riesgo muy elevado. Esperemos que no sea una premonición sobre el futuro de este joven diestro, pero como no cambie de registro parece que la cosa va rodada.


Ureña presentó en su primero, Pomposico, las mismas credenciales que hicieron venirse abajo su cotización el pasado día 11 en la corrida de Fuente Ymbro. ¿Qué le está pasando a Ureña? Donde antes ponía verdad ahora pone truco y ventaja. Donde antes se pasaba al toro por la faja ahora lo hace a distancia de seguridad. Donde antes había toreo ahora hay solamente pases. El toro era, como se dijo antes, bobo de solemnidad, un atontado, tontaina, tontera, bobo, estúpido, necio, lelo, alelado, memo, simple, corto, imbécil, idiota, mentecato, majadero, merluzo, tarado, zonzo, sonso, zote, cojudo, dundo, menso, abombado, yegua, maje, desorejado, zapallo, tolete, dundeco, noneco o turro. Ni una mala mirada, ni un pensamiento propio, ni una mala intención que obligasen a Ureña a desconfiar de las intenciones de Pomposico, y sin embargo el hombre se puso a dar pases negando de manera patente lo que ha sido su tauromaquia, la que le ha dado un nombre y por la que se le espera. Encima parece que se mosqueó cuando no le fue concedida la injusta oreja que algunos le pedían. Su segundo fue otro vaco que embestía a cabezazos, cuando embestía y que a la mínima se iba a tablas. Ureña se puso espesísimo y nadie le echó cuentas cuando despenó a la prenda esa al tercer intento.


David Galván puede decirse que no tuvo opciones para decir algo, ni bueno ni malo con los dos espantajos que le tocaron. Se llevó el peor lote sin paliativos. Su primero tenía la misma disposición a embestir que los toros de Guisando y su segundo fue de una mansedumbre franciscana, sin ganas de meterse en líos con nadie. Ya puede mandarle un jamón al ganadero.


En las cuadrillas, Sánchez estuvo muy dispuesto para parear al sesgo y volvieron a brillar otra vez más Juan Carlos Rey e Iván García. Por su parte, Borja Lorente confirmó con su trabajo en varas al sexto sus carencias como picador, explicadas en la reseña de la corrida del día de ayer.





ANDREW MOORE



















FIN

Viernes, 16 de Mayo

 


Porque Jesús vino a buscar y a salvar lo que se había perdido

Lucas 19:10

Morata

jueves, 15 de mayo de 2025

Hughes. Real Madrid, 2; Mallorca, 1. Jacobo Ramón, te lo tienes que creer

@realmadrid

 

Alonso & Jacobo Ramón

@PepeKollins

 Hughes

Pura Golosina Deportiva


 
El Madrid llevaba toda la temporada intentando el minuto 93 y tuvo que ser él, el criticadísimo Jacobo Ramón. Subió a la desesperada y alargó su pataje: gol. Agarró su camiseta, y no sé si besó el escudo. Confieso que la emoción me nubló.



Es un jugador al que se ha condenado quizás demasiado pronto. Esas condenas populares, esos juicios sumarísimos. Alguien dice: éste es un petardo tras veinte minutos en un mal partido y todos deciden que lo es, con la habitual crueldad del español o del ser humano. Si al ver la tele miramos sin piedad, al ver la tele con el móvil somos la leche... Sin embargo, Jacobo, que no es telegénico y además se llamaba Jacobo Ramón, lo que recuerda a Borges, "O Gerardo o Diego", tiene algo, tiene hechuras, tiene potencial. Mide 1'96, creo, y es rápido, con una zancada ágil, ligera, multiplicativa y elástica. Yo creo que las condiciones biomecánicas (perdón) las tiene. Le falta peso físico, le falta agresividad, temple, poso, le faltan muchas cosas, sobre todo le falta creérselo, pero podríamos darle unos partidos al menos... Además, esa timidez, esa poquedad, llevan a simpatizar con él. Tiene que salir al campo pensando que es la Mamá de Tarzán.


Es verdad también que cantó una que paró Courtois, pero en el resto no estuvo mal. Parece que puede tener facilidad para superar línea y tiene buen desplazamiento de balón (el lenguaje del fútbol no es feo).

 

 
 @realmadrid


La cantera necesita paciencia porque de Valdebebas, que no es exactamente la Ciudad Deportiva, es otra época, salen alimentados con pelargón, pero faltos de calle. Hasta Carvajal se tuvo que ir. Antes era raro que regresaran, ahora el canterano ha de descubrir su carácter. Necesitan un Erasmus para encontrar su yo.



Antes había fallado un gol Gonzalo, y temimos por su suerte tras lo de Víctor Muñoz. El gol de Jacobo hace mucho bien al colectivo canterano.



Había antes del partido dos noticias en parte relacionadas: la noticia judicial sobre Asencio y el proyecto de hub tecnológico en los terrenos del Madrid. Comentarlo prolongaría esto mucho...



El partido estaba desprovisto ya de dramatismo y, con ello, de sentido crítico. Hubo momentos en los que el Madrid era un diálogo entre la clase de Güler y la clase de Mbappé, que marcó su gol número 40 en un terreno que quizás no hubiera pisado de estar Vinicius. 40 goles en un año así, con coste de adaptación, es una barbaridad.



El portero del Mallorca tenía una de esas rachas de portero en el Bernabéu, como en las películas cuando el personaje moralmente mejorable va a Las Vegas y todo le sale. El Madrid no jugó mal pero todo se veía sub especie pretemporadis. El Mundialito, ¿es postemporada o pretemporada? Recuerda a esos meses que tuvo Zidane en su regreso a final del año.



El blanco de las camisetas del Madrid se manchaba de verde, un verde oscuro que transmite una sensación de dificultad más que de brega. En especial con Bellingham, que en lugar de llegar parece que ya ha llegado; no tiene estos meses el don de la oportunidad del llegador y parece más el regresador, el que vuelve, el que está viniendo o saliendo de un sitio no óptimo. Una sensación de fuera de juego personal. A los cracks del Madrid les ha ido cayendo encima una gafancia, una nube, les han puesto velas negras.



Vimos a Vallejo unos minutos. Se le coge cariño al futbolista. No es posible mirarlo como a un vividor. Tiene esa cosa de buena persona que tenía Pavón, es Pavón en el cuerpo de Moe, el del bar de los Simpsons. Tiene algo de talismán. ¿Y si se va? ¿Dónde irá? Uno imagina que los niños se pegan por su cromo, que lo consideran una especie de as de oro, de perro verde de los cromos; que gritan de alegría cuando les aparece Vallejo, el inédito, el misterioso, el secretísimo, el que falta para completar la colección. Que por un "Vallejo" se pagan cuatro Cubarsís.



Fran García sacó mucho su motorín, al apretar el esprín el balón se le abre y bota como unos puntos suspensivos, pero como esa gente libérrima que pone cuatro o cinco. La ira se ha transformado en reconocimiento. El hombre al menos se lo curra. Corre con honradez.



¿Es triste resignarse? ¿Nos ha vencido? ¿Nos ha derrotado Fran García? Pues probablemente... Nos hemos acostumbrado.



Y bueno, mucho se podría decir del partido, pero mejor no cansar al improbable lector y amigo que llegó hasta aquí. Son ya muchos partidos este año, mucha lata dada. Apetece más leer sobre el hub de Florentino. El Madrid abre su césped como un averno, trae la NFL y puede crear Silicon Valdebebas. Con este panorama, la verdad, fichar un central era un atraso, cuando no una ordinariez.

 

@realmadrid 

San Isidro. Pedraza de Yeltes presenta a "Brigadier" para toro de la Feria. Márquez & Moore


 

JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ

    
Después de casi tres horas de intemperie, tras la lluvia helada, los truenos, los nubarrones negros, el frío y la desbandada de buena parte del público, ahí estábamos en pie, aplaudiendo, mientras los benhures de la mula arrastraban a Brigadier, número 2, colorado, en su vuelta al ruedo. Ahí, aplaudiendo a ese toro durante el tiempo que duró la vuelta, reconocíamos las virtudes de toro bravo, de toro de lidia, que Brigadier había demostrado durante el tiempo que duró su vida pública.

 
La tablilla anunciaba que Brigadier pesaba 667 kilos, y vive Dios que, cuando salió a la Plaza, todos esos kilos estaban en la anatomía del animal, uno a uno, y eso nos llevó a recordar los 640 kilos que le asignaron, en la primera corrida de la Feria, al toro Ebanista, número 189, de Victoriano del Río, lidiado en quinto lugar por Juan Ortega. Por más vueltas que le dábamos al asunto ahí no había forma de comprender cómo aquel renacuajo de Victoriano se podía llevar tan sólo 27 kilos de diferencia con esta mole, seria, cuajada y musculada de Pedraza de Yeltes que teníamos ante nuestros ojos.


Desde sus primeros correteos por la arena de miga de Las Ventas ya se vio la condición franca y potente de Brigadier, refrendada en su primera entrada al caballo de picar a cuyos mandos estaba Borja Lorente, por la manera clara en la que se emplea, metiendo la cabeza abajo, empujando con energía y no dando facilidades al pica, que andaba un poco despistado. Puesto por segunda vez al caballo, a mayor distancia que la vez anterior, se arranca con alegría y entra a la jurisdicción del varilarguero, humillando y empujando. Aún a mayor distancia se le vuelve a poner, y por tercera vez el toro acude alegre y poderoso al cite empleándose con brío. La labor de Borja Lorente fue aplaudida por las gentes, aunque el desempeño de su misión distó mucho de ser acorde a las normas del arte, por la manera de mover el caballo para ofrecer su grupa a la embestida que se presuponía tremenda, y eso lo hizo en la segunda y la tercera vara, porque lo que tenía que hacer su brazo se lo confió a la anatomía del penco. Se va percibiendo poco a poco que para ver ejecutar la suerte de varas de manera ortodoxa no nos queda más remedio que ir a la Feria del Aficionado del Club 3 Puyazos. Resaltemos, además, la generosidad del matador, Isaac Fonseca, en exhibir al toro y lucirlo.


El segundo tercio ha sido un lujo gracias a Raúl Ruiz, de coral y azabache, que es quien se ocupó de la brega, y de Juan Carlos Rey y «Tito», de corinto y azabache y de azul marino y plata respectivamente, que se lucieron con maestría en el desempeño de sus respectivos cometidos. Y si la brega fue óptima y la manera de llevarse al toro a una mano al burladero del 10 fue tan suave como eficaz, las pasadas de los banderilleros y la forma de cumplir su misión estuvo plena de valor y torería. Palmas sinceras para los tres auxiliadores.
Y luego el último tercio, donde Brigadier exhibe sus modos respecto de la muleta: su clara embestida, su celo y su bravura. Fonseca lo cita de rodillas y le pega cuatro o cinco y después, ya de pie, el torero se da unos paseos de tipo introspectivo en los que probablemente trata de desentrañar la manera de torear ese aluvión de noble bravura antes de atizar unas series de derechazos, tomando al toro siempre por afuera y sin darle el empaque que el animal merecía. El animal humilla y sigue la muleta una y otra vez y, a cambio de su franqueza, recibe pases y más pases y apenas nada de toreo. Con la admiración del público hacia el toro creciendo por momentos, llega la fase en que Fonseca comienza a pegar gritos, uno tras otro, en una especie de incomprensible berrea de muy mal gusto. Tras culminar su «obra» se prepara para la estocada, saliendo trompicado del encuentro; cae al suelo en la cara del toro y este no hace ni intención de atacarle. Hasta en eso es bueno. Aquello ha sido muy largo, pero se ha hecho corto viendo la clase superior de Brigadier. Cuando quiere volver a intentar la estocada, el animal está en tablas y allí es donde Fonseca le mete la estocada baja que acabará con él y que le abre el camino hacia el Olimpo de los buenos toros que hemos visto. Merecida vuelta al ruedo para un toro que lo ha hecho todo bien desde el momento en que salió por la puerta de los chiqueros y que deja ya cerrado el asunto del mejor toro de la Feria, porque no es previsible que salga uno superior a este en el conjunto de los tres tercios en lo que nos resta.


Esto que hemos reseñado ocurrió en el último toro de la tarde. Lo otro bueno ocurrió en el primero, antes de la lluvia y de los truenos, y eso fue la faena de Román a Bello, número 61, otro colorado alto y largo, un pedazo de animal de 630 kilos, es decir diez menos que la sardina de Victoriano del Río. El toro no se había significado por nada especial en su pobre y mansota pelea en varas, de donde acaba huyendo, ni en banderillas donde lo único que hace es poner dificultades. Román va decidido a exprimir al toro y en su primer vis-a-vis el toro le quita limpiamente la muleta. Se pasa Román la muleta a la zurda óptimamente colocado, porque si no el toro no se arranca, y por dos veces el animal trata de huir a la salida del muletazo, desengañado. Se pasa el trapo a la derecha y con esa mano le saca dos series mandonas y técnicas, más larga la primera y más corta la segunda, en las que el toro humilla y sigue la muleta, sin que el matador la aparte de la cara del toro, siempre bien colocado y toreando con gran verdad. La faena, corta e intensa, en la que resalta la gran sinceridad del toreo de Román, merecía que este hubiera llevado el estoque de verdad para haberla culminado sin solución de continuidad, sin paseos, ni idas y venidas. Se embarró con el acero, pinchazo-estocada-descabello, y perdió el triunfo que tenía en la mano. Da una merecida vuelta al ruedo. En su segundo pareció otra persona, como si tras el ejercicio de sinceridad y de buenos modos se hubiera transmutado en un Mr. Hyde Román, que no dejó nada que reseñar en este toro salvo el jarro de agua fría que supuso su segunda actuación.

 
Y Colombo, que es el tercero en discordia de esta tarde, a quien además le tocó el aguacero, estuvo muy en Colombo: apresurado y atlético con las banderillas, superficial y abusando de ventajas en la muleta y un cañón matando. Poco más hay que decir.


La corrida de Pedraza de Yeltes grande, seria, dura de pezuña y de óptima presentación mostró muchos registros del toro de lidia, desde la mansedumbre a la nobleza, pasando por la exigencia y la casta. Es la mejor de este hierro en Las Ventas en años y, además, con el regalo de ese inolvidable Brigadier, de tan alta nota.

 


 

ANDREW MOORE

 


 
 
 

 

 
 







FIN

Provincianismo

Pío Baroja


Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


El provincianismo es el viejo ismo de la nueva vanguardia. Zapatero, por ejemplo, que acaba de comprar tiempo en el poder a cambio de que los vascos rotulen sus pueblos en su idioma de sílex.


¿Usted conoce Vizcaya, Ruano? –pregunta Baroja tratando de concretar el pueblo de uno que hablan.


Claro, don Pío.


Pues en seguida caerá usted en cuál es el pueblo a que me refiero: tiene una plaza con una fuente en medio, ¿cae usted ya?


No, don Pío.


¡Pues, hombre, un pueblo que tiene una plaza con una fuente en medio...!


El precio del poder de Zapatero pasa por llamar “Araba” a Álava, “Guipuzkoa” a Guipúzcoa y “Bizkaia” a Vizcaya. ¿Tiene esto que ver con el ignacismo de Azpeitia o con el enciclopedismo de Azcoitia?


El gallego que no habla en gallego es antigallego –postula el silogismo de ese Joan Joel del galleguismo que es Novoneyra.


El acuerdo de Zapatero con los jefes tribales del Norte o Septentrión para decir “Bizkaia” donde era “Vizcaya” es la culminación de aquellas resoluciones académicas alrededor de la mesa verde en que D’Ors y Pemán, que es quien lo cuenta, sugerían el comentario puramente estético de la palabra, que enviaban, como una pelota, al otro extremo de la mesa, donde Manuel Machado lo recogía con paladeo. A lo ancho de la mesa, se cruzaba el diálogo estrictamente filológico de Casares y González Palencia. Ribera sostenía los fueros etimológicos del latín, Amezúa citaba a los clásicos, Cotarelo intervenía en los asuntos científicos...


Cuando la discusión recae en algún matiz regional, están allí Cotarelo para hablar de Galicia, D’Ors por Cataluña, el Padre Fullana por Valencia, Álvarez Quintero y Machado por Andalucía... Los vascos (Urquijo, Ázcue) suelen faltar: se quedan en sus montañas, defendiendo su idioma de sílex...


Y para una vez que Zapatero los hace bajar, no parece caro el precio de decir “Bizkaia” por “Vizcaya”. 

Jueves, 15 de Mayo

 


Dios mostró su amor por nosotros, que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos
Morata

miércoles, 14 de mayo de 2025

La calle Parras y Rafael en la del Trueque

 


Trueque


Trueque



Trueque



Alfonso XII


Francisco Javier Gómez Izquierdo


Esta mañana, tras andar mis terapéuticos kilómetros, me ha encargado mi doña unos "mandaos" por San Lorenzo. Se asomó por la calle Trueque donde está mi patio favorito. El patio al que llevo a todos los que me visitan por estas fechas y donde me siento honrado y orgulloso de contar con la amistad de Rafael, su cuidador. Mis amistades quedan impresionadas por el pozo central en cuyo brocal, Rafael mimaba sus rosas de pitiminí al tiempo que se giraba a la derecha y decía al burgalés, valenciano, toledano... que nos acompañaba "mirad, mirad qué hermosura..." No está Rafael. El muchacho que controla la entrada me dice que no viene. Que como ya no lo cuida -fuera de concurso es propiedad de la entidad encargada de gestionar el festival- le debe dar pena entrar. (Rafael vive al lado de la iglesia, a veinte metros de la calle Trueque). ¿Cómo es posible? ¿Rafael sin entrar a su patio? Vuelvo con un chasco morrocotudo que supongo me aclarará el propio Rafael cuando lo encuentre en la pescadería comprando sus "cañaíllas". Algo ha tenido que pasar.


Los cuidadores cumplen años y los hay que han dejado de concursar y abrir al público sus casas. Echo mucho de menos los extraordinarios y espectaculares patios de la calle Parras -en uno de ellos se crió el poeta Pablo García Baena-. Voy sin el "mapilla" y cuando he visto que en la calle no había los macetones señaladores me he vuelto a quedar descuadrado. ¡¡Sin actividad en la calle Parras y sin Rafael en la del Trueque!! Siento como que algo falta en este mayo del 25. Mañana me acercaré por la Judería y hasta es posible que a San Basilio, barrio preferido de los forasteros que llegan en autobuses. Allí, junto al puente romano, se apean, rodean caminando los Alcázares y ya están en San Basilio, la mayor concentración de patios y los que suelen poner en los telediarios. Los de Parras y Trueque son más para contemplación cordobesa. El cordobita, como servidor, anda asimilando novedades lamentables.