jueves, 30 de junio de 2016

El espíritu de Weimar

La propaganda política en Alemania
Fotografía curiosa


Muy difícilmente comprendemos aquí, en las latitudes meridionales, el hecho que la fotografía adjunta significa. Se trata de un mitin político que celebran juntos los nacionalistas de Hitler y los comunistas. La cosa es increíble para la patulea fanática a que estamos acostumbrados. Pues esas dos fuerzas políticas representan en la actual Alemania los dos polos de las tendencias más opuestas que allí existen.

Pero ahí están los oradores en la misma mesa presidencial del mitin. En pie, en el uso de la palabra, el caudillo comunista Ullbricht. A su lado, a la izquierda, el lugarteniente de Hitler, Goebbels, que oye impertérrito las razones comunistas. Estos actos políticos, en que hablan representantes de las dos fuerzas irreductibles, ofrecen gran interés espectacular y de eficacia. Suelen realizarse en un teatro, y los partidarios de una y otra fuerzas se sitúan en cada lado del pasillo central de las butacas.

Las masas oyen y aplauden los discursos con una corrección estupenda. Cada sector lateral, naturalmente, a los que pertenecen a su partido. Claro que la cosa no es tan extraña si se considera que, tanto los nazis como los comunistas, tienen un enemigo común: la socialdemocracia, el espíritu de Weimar, el actual Estado.

No obstante, el hecho es sintomático y curioso. Unos hombres, unas masas que probablemente a la salida, a los pocos momentos, se van a acometer con violencia, se reúnen civilmente en un teatro y oyen y respetan los discursos adversos. Así, con ayuda mutua electoral, estos dos partidos son hoy los que dentro del espíritu de Weimar, en la legalidad de los comicios socialdemócratas, presentan unas filas nutridísimas de diputados en el Reichstag.

Nuestra fotografía es, realmente, una cosa bien exótica aquí en España. Nosotros lo sabemos por experiencia. Pues hemos iniciado algún conato de inteligencia con los comunistas, a los que desde luego creemos con tanto derecho a hacer sus propagandas como cualquier partido burgués, y se han mostrado tan zafios e incomprensivos como unos señoritos burguesetes de la izquierda liberal.

La Conquista del Estado
Madrid, 18 de abril de 1931

Venganzas

Mayor Douglas Alexander Henry Graham


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

En Morata de Tajuña, cuna de Rocío Dúrcal, vive un islandés de manera muy ajena al fútbol, y el otro día hizo de Manolo el del Bombo para celebrar la eliminación inglesa de la Eurocopa a manos, o a pies, de su país, el país de los frailecillos.

¿Y tanta alegría?

Mi no olvidar la Guerra del Bacalao en los 70.

La venganza, en efecto, es un plato que en Islandia se sirve frío.

El secretario americano Kerry, ese Sam Malone (Ted Danson) al que una primera edición de “El País” hizo presidente de los Estados Unidos en 2004, ha tenido que viajar al “Cheers” de Bruselas para recordar a “los líderes” (denominación diplomática de “eurócratas”) que no quiere… 
“venganzas” contra los ingleses por el “Brexit”.

¿Qué hace usted aquí? –preguntó en la Eurocámara (frigorífica) el eurócrata Jean-Claude Juncker al eurófobo Nigel Farage.
“Helo, helo, por do viene / el infante vengador”.
Hombre, Jean-Claude: esos c…, en Gold Beach, con el mayor Douglas Alexander Graham desembarcado en Normandía para montar “Puerto Churchill”. O con el De Gaulle del “au revoir” a la Otan.

Y no es que no entendamos a Juncker: es el ordenanza de frau Merkel y defiende su nómina como un tejón (“meles, meles”) su panal de rica miel. Su lema institucional es el galdosiano (“Miau”) “a mí que no me toquen el cocido” (“Noli me tangere cocta mihi”, en el latín de Google).
En esta Europa que de Tarifa a los Urales no tiene otro sueño que el Estado, y donde resultaría bastante difícil matar a nadie que no fuera funcionario, Juncker es un Clint Eastwood de la edad del funcionario-directivo, a medias entre “La Revolución Gerencial” y “El suicidio del Oeste” de James Burnham. Es ese arte de gobernar que, según Voltaire (el “philosophe” en cuyo busto de Houdon los periodistas de fútbol ven, al decir de Hughes, al periodista de coches Lobato), consiste en hacer pagar a los dos tercios de una nación todo lo que es posible obtener de provecho del otro tercio.

Y, además, la Guerra del Bacalao.

Jueves, 30 de junio

Valle de Esteban

-El concepto de "anocracia" en Pepe María Colomer. Ese concepto.

miércoles, 29 de junio de 2016

Kefta hispano


Cameron




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La respuesta del estatalismo socialdemócrata continental al antiestatalismo inglés del “Brexit” es tan deprimente como sus líderes, frau Merkel, con su cara de haber estado llorando toda la tarde, y ese gallo Claudio sin público que es Hollande.
En España, desde luego, ha dolido mucho el “Brexit”. Aquí lo dimos todo (nuestra economía entera) para que Felipe González tuviera su carné de socio de la Unión Europea, que entonces era tan “chic” como tener cartilla en Ibercorp o mesa en el Cielo de Pachá, y ahora van los ingleses, levantan su meñique, apuran su dry martini y se abren.

La reacción de nuestras élites culturales ha sido calarse la boina y, al grito de “Festung Europa!”, que les suena de la División Azul, montarle al primer ministro inglés la escena de las collejas en “Aterriza como puedas”, pues no se puede convocar un referéndum y perderlo. Somos el país de Franco, que ganó los suyos (aunque Pemán afeó a Fraga que los hinchara); de Suárez, que también los ganó (aunque el de Andalucía se perdiera en Almería, ¿y qué?); o de González, que ganó el de la cuadratura del círculo otanista, con Krahe cantando “Cuervo ingenuo” bajo la ventana de La Moncloa. Somos el país que acepta que la nación, asunto de naturaleza indecidible, se pueda romper a mano alzada (“siempre que votemos todos”, matizan los merluzos), mientras reprocha a Cameron dos referéndum sobre asuntos de naturaleza perfectamente decidible: el de la Unión Europea, con su burocracia vampiresca, y el de Escocia, reino de dinastía católica libremente unido a Inglaterra (con lo que libremente puede separarse), mezclándolo con el gamberrismo sedicioso de Cataluña, como acaba de hacer, de balde, Bergoglio, con esa cosa de párroco enredador que lo adorna. Si el Papa no sabe distinguir Cataluña de Escocia, ¿cómo vamos a esperar que distinga “homoousios” de “homoiousios”?

Así se explica que la única voz, hoy, de la Iglesia en España sea la Monja Jartible de Antonio Burgos.

Miércoles, 29 de junio

Valle de Esteban

A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga

martes, 28 de junio de 2016

Minibar de Mou. “Montjoie Saint Denis!”

¿Tadzio o Conte?

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    España se ha hecho un “brexit” en Saint Denis, cuna del gótico, con un gol de Chiellini, que es una gárgola (del francés “gargouille”, garganta).

    “Montjoie Saint Denis!” es el “Santiago y cierra España” de los franceses, pero en Saint Denis, ante Italia, el único español que cerró jacobinamente fue De Gea, que salvó al equipo de una goleada… gótica.

     La diferencia entre Italia y España fue la que puede apreciarse entre la belleza de Conte y Del Bosque: Conte es guapo como un San Luis, el hijo de Blanca de Castilla que transformó Saint Denis en necrópolis real. “Montjoie Saint Denis!”
    
Con el bello Conte en el campo, ¿quién iba a cantar qué bonitos son los goles de Nolito?
   
Nolito aporta esa cosa bizarra, racial, que ya apuntara Güiza, pero que se diluye en estética cani ante la apòstura italianísima de Conte, capaz de acomplejar a Del Bosque, que no se atrevió a salir del banquillo, tal que un marqués de Buñuel.

    España jugó a lo de siempre, que es el futbolín culé, tuya-mía, mía-tuya, rondo y rondón, y ahora me tiro porque lo digo yo, que funciona en el Barcelona de Leo, que cuando leo Leo, leo Poldo, y cuando leo Poldo, leo Leo, Leopoldo, que viene de cumplir con Argentina su última misión… hasta el año que viene. (¡Y todavía se empeñan en la comparación con Maradona, que hizo campeones del mundo a Pumpido y Valdano!)
    
A Italia, con tres centrales y más años que el Coliseo, no se le puede ir a asustar con un rollo tiquitaquero más el cuento mediático de los títulos de Mejor Futbolista del Mundo y Mejor Central de la Historia y Mejor Pivote de la Eurocopa y Qué Laterales, Señores, De Lo Bueno Lo Mejor, De Lo Mejor Lo Superior, y la Roja Siempre Moja, porque eso es como ir a asustar a un notario con un lirio cortado o dar muerte a una monja con un golpe de oreja. Porque, a todo esto, para tiquitaca, el de Conte.

    Con los clásicos en la mano, a España habría que compararla con un hombre que, tras intentar toda la noche conquistar a una belleza enmascarada en un baile, cuando ésta por fin se quita la máscara, descubre que se trataba de su propia mujer.

    Qué pena la España que se va. Y qué pena la Italia que se queda: en los brazos de Conte, pero en el rodillo de lo alemán. “Montjoie Saint Denis!”

Alucinación en Saint-Denis


Hughes
Abc

He sufrido, en la previa del España-Italia, una experiencia de tipo alucinatorio que no sé cómo interpretar a efectos de resultado.

He llegado a Saint-Denis, el estadio de Francia, con prensa en la mano. Tras someterme a los registros sucesivos -refinando mi actitud colaborativa-, y tras evacuar unos trámites, he ojeado mínimamente la prensa. He visto en ella un busto de Voltaire. El busto de Voltaire, cuya foto enlazo, me ha parecido extraordinario, pero al mirarlo se me ha ido apareciendo Antonio Lobato, el periodista deportivo Antonio Lobato. El parecido era creciente, asombroso. El Lobato calvo y maduro actual, claro, digamos que el Lobato post-Alonso. He levantado la foto y la he visto rodeada de voluntarias de la Uefa que iban y venían, y de periodistas deportivos (diciéndose “¡niño!”). La composición de un tumulto alrededor del rostro creciente, alucinatorio, de Lobato-Voltaire se ha ido imponiendo. Quizás ha sido el ayuno, pero he visto claro, muy claro, que el enciclopedismo era eso. ¡Que en Voltaire ya estaba Lobato!
 
He visto una circularidad muy profunda. He visto luego, para mi asombro-terror, que el busto de Voltaire rodeado de personas-esclavos-voluntarios Uefa era un cuadro de Dalí. Mi alucinación coincidía con un esquema daliniano, es decir, que era correcta.
 
Lobato-Voltaire se me ha aparecido en Saint-Denis. El periodismo deportivo se ha hecho brutalmente hegemónico en mi psique.

Pita griego de pollo


Mia Farrow




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Dicen que Snchz anda tras de Errejón como Florentino Pérez tras de Pogba.
    
Si Errejón se fuera con Snchz, ya podría decirse del becario “black” (al que las urnas han puesto cara de cascabel pisado) lo que Ava Gardner dijo de Frank Sinatra cuando “La Voz” se casó con Mia Farrow:

    –Siempre supe que acabaría casándose con un chico.
    
Uno siempre ha sabido que Errejón acabaría de Ludolfo Paramio, mirando por el sextante como un mono por un tubo para determinar la conjunción astral del cambio, que en la filosofía del progreso siempre tiene lugar a 28 de octubre.

    El mundo fue creado el 28 de octubre del 4004 antes de Cristo, según las famosas cuentas de Userio, cardenal mayor de San Patricio, quien, para esquivar el carbono 14 de los geólogos, que le echan al mundo más años, argumentó que Dios dejó signos engañosos de mayor antigüedad a fin de poner a prueba la fe de los hombres.

    El 28 de octubre de 1982 llegó a España el felipismo, que se hospedó en una suite del Palace, a diferencia del perroflautismo, su hijo natural, que se hospedaría en una quéchua en la Puerta del Sol, descendientes de los radicales que el 28 de octubre de 1647, liderados por Freeborn John, presentaron en Londres un “Agreement” con exigencias curiosas que debían establecerse como postulados fundamentales y ser sometidos a la aceptación popular: que el Parlamento dependiese del pueblo; derechos de conciencia y de servicio militar obligatorio; supresión de los Tribunales de excepción; igualdad ante la ley; y seguridad y bienestar del pueblo como base de la legislación. Excluían de semejantes conquistas a los papistas y reservaban el derecho de sufragio sólo para “los bienintencionados” (exactamente igual que, por el “Brexit”, piden nuestros más finos “demócratas de toda la vida”).

    Fueron aplastados por Cromwell, pero a John Carlin le han contado en algún bar que la “democracia representativa” la patentó Inglaterra. Y Disraeli, conde de Beaconsfield, con esos pelos.

Martes, 28 de junio

Valle de Esteban

-Cabe decir de un gobierno que es insolvente cada vez que recurre a la nación para pagar sus atrasos.
Thomas Paine

lunes, 27 de junio de 2016

El centro del dónut

Gusiluz en la noche electoral


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

La sociedad española está políticamente más vista que el TBO, con lo cual no era difícil prever los efectos en ella del susto del “Brexit”, un referéndum, por cierto, que ha dejado en taparrabos a la cultura democrática del “mainstream” mediático.

El “Brexit”, decíamos ayer, pondría un piso a Rajoy y un apartamento a Snchz, que llevaba camino de perder también las consonantes, dejando para Rivera la “Ruperta” de Chicho Ibáñez Serrador, y para la redada de partidos de Pablemos, un manojillo de diputados que puedan servirle para colocar de ministro de Defensa a Rodríguez, un Casio con barba y pinta de sargento de cocina.
La “Ruperta” es el premio para la apoteosis de una calabaza, el centrismo de Ciudadanos, que se ha quedado, a pesar del efecto Felisuco en La Montaña, con el centro del dónut partidocrático. Rivera se presentó en Madrid hace cosa de un año, y su única cita de autoridad fue Sabina. Luego, su estrategia se centró en bailarle con los ojos como Marujita Díaz al póster de Suárez, personaje político con más caras que el gotelé de Bélmez, ignorando dos cosas gordas: una, que la sociedad española vive de la memoria de pez y no sabe quién fue Suárez; y la otra, que Suárez formó un partido ganador desde el poder (todo gobierno está en el centro), y cuando se le acabó el poder, se le acabó el partido. 

Está el nombre, Ciudadanos, montado sobre un mito rusoniano falso: el “citoyen”  recién salido de la ducha no existe. Y su socialdemocracia de viajante de comercio (café sin cafeína, cerveza sin alcohol, leche sin lactosa y democracia sin representación) la ofrecen a su derecha y a su izquierda partidos de marca mayor. Su irrelevancia en el tétrix del sistema arrastra a España a elecciones, las terceras, en Navidad, cena que tengo apostada desde las primeras.

Improvisado concurso de ganaderías y una oreja mulillera de los "Ben-Hur" de LasVentas

El cierre de los colegios
José Ramón Márquez
Hoy, se conoce que con la cosa del Festín de la Democracia, el elemento hispánico ha fallado estrepitosamente en Las Ventas. Hoy eran Las Ventas de la ONU, llenas de esos abnegados turistas que se van a echar la tarde tan ricamente y que, sin ellos saberlo, sostienen nuestra afición mientras que la magra parte de la cátedra que va quedando abdicó de manera ostensible de acercarse a la Plaza de Toros. La verdad es que hoy era un día bien a propósito para ir a los toros, porque lo mismo que nuestros bisabuelos se enteraron del desastre del 98 a la salida de la Plaza, nosotros podríamos enterarnos del desastre premonizado por inútiles encuestadores y apocalípticos Tertulianos.

 Al final tuvimos desastre, si acaso eso es lo que buscábamos, pero no en la cosa electoral, que a fin de cuentas es algo que vemos como quien ve un viejo film de Mack Sennett, sino en el desarrollo del asunto taurino, que es lo que realmente nos había llevado hoy a desembolsar los 4,90 € que costaba la localidad, Andanada 9, Fila 1, número 56. La cosa vino mayormente por cuenta de la ganadería anunciada, que era la de El Sierro. Hay que recordar a la parroquia que esto de El Sierro era de encaste Atanasio hasta que en el 2009 el amo, que se llama don Luis Sánchez, decidió mandar al matadero todo menos unas cuantas vacas que las dejó para echárselas al charolés, y adquirió, con el gran muñidor Toño Matilla mediante, reses juampedreras de García Jiménez, jandillas charros. Así las cosas el bueno de don Luis, quejoso que andaba por no poder vender a nadie sus atanasios, pensó que el Santo Grial del juampedrismo le llevaría al camino deseado, en el que todos los toreros se matarían por poderse ver anunciados con sus sierros, aunque visto lo visto esta tarde tendremos que volver a reafirmarenos en la creencia de que el hombre propone y Dios dispone.

Lo que se anunció como una corrida de El Sierro acabó siendo una corrida concurso de ganaderías en la que se vieron novillos de hasta cinco hierros diferentes: el titular, el de Benjamín Gómez, el de Dolores Rufino, el de Guadajira y el de Vistalegre. Diez toros salieron por la puerta de chiqueros  y de ellos cuatro de El Sierro salieron de la Plaza por su propio pie, creando la mayor confusión en el elemento turista, que no entendía este espectáculo en el cual sale un toro que se desloma antes durante y después del paso por el penco y luego  salen unos bueyes bien criados que se lo llevan por donde salió. La cosa es que, para los amantes de las estadísticas, hoy, el toro, promediando, nos salió a 0,49 €, para que se vea que éste es el espectáculo más extremadamente barato de los que puedan verse en nuestros días. Y si barato nos salió el toro, no veas lo barata que fue la bazofia que mandó a Madrid el buenazo de don Luis, que seguro que sabe un montón de hornazos, pero que de ganadería va de repetidor sin suerte. De los seis pupilos con divisa encarnada y amarilla su condición más significativa fue la blandura y no hubo forma de que nada quedase para dejar mínimamente puesto el pabellón de los Sierro que la constatación de que los dos que se lidiaron eran de capa salpicada.
En los demás del concurso de ganaderías, obsequio inesperado del veedor de Las Verntas a la afición, hubo más cosas de interés: salió el tercero tris a las ocho y veinte de la tarde, Maletero, número 53, un cárdeno de los santacoloma de Benjamín Gómez, feo de cara, largo, alto, avacado, que se hizo el amo del ruedo yendo y viniendo sin que nadie realmente lo fijase; en varas desmontó a José María González sin darse importancia, acometió al caballo cuando quiso, con la cara muy alta,  poniendo los pitones en la rodilla del varilarguero, se dolió contundentemente en banderillas, gazapeó lo que quiso y no consintió en que su matador, el extremeño Juan Carlos Carballo, se arrimase a él para citarle, acudiendo siempre prestamente a la muleta a la distancia que él mismo fijó. Carballo estuvo por allí, siempre muy por debajo de las condiciones del animal, sin rendirse ni saber qué hacer. Le trapaceó de manera harto vulgarísima, demostró su infinita falta de concepción de faerna y el hombre no veía el momento de acabar con aquello. Entre el espadazo más efectivo que ortodoxo, la espectacular muerte del novillo y el tradicional rito de las tardanzas de los Ben-Hur de la mula, don Justo Polo consideró que había motivo para entregarle una oreja barata, devaluada y triste que el muchacho paseó por el anillo como si fuese oro molido, ahora que ha subido su cotización. Oreja mulillera, diríamos.

El siguiente toro de esta especie de Feria del Campo de hoy en Las Ventas fue el que siempre hubiese querido criar don Luis, el de El Sierro. La lástima es que lo habían criado los hijos de doña Dolores Rufino, que ostentan el histórico y venerado hierro de don Anastasio Martín, antigüedad 1844, profanado sobre las ancas juampedreras, esa metástasis del campo bravo. El animal atendía por Manijero, número 3, y era la perfecta máquina de embestir. Bien es cierto que no andaba sobrado de fuerzas, pero el bicho era la cosa más tonta que llevamos vista en toda la temporada, incluido el Cobradiezmos. Era tonto del haba, de baba y de capirote, se iba detrás de las telas como si no hubiese otra cosa en el mundo, se comía el engaño de manera humillada con una embestida tan sin intención, que parecía un perro persiguiendo un trapo. No creo que Andrés Jiménez "Gallo de Córdoba" vuelva a encontrarse en su vida torera con un bicho más tonto, más obediente y más servicial que el don nadie de Manijero, que, cuando le atropelló, porque el torero se puso en medio, y vio al muchacho tirado en el suelo, el novillo le miraba desde arriba y ni se le ocurrió tirar un derrote, simplemente se quedó estupefacto de lo que había hecho sin comprender nada.

El tercer toro reseñable de la tarde fue el quinto, un "castaño" según el programa oficial, más bien colorado e incluso retinto diríamos, pero se ve que hoy dejaron poner lo de las capas al becario, que los veterinarios oficiales estarían con lo del voto, lo mismo que el del cartel que anuncia los toros. Este novillo era de Guadajira, juampedreo extremeño, y atendía por Casiempuja, número 9, que ha tenido chispa y recorrido y una bonita embestida, no siendo la tonta del bote. Casiempuja puso en Las Ventas sus embestidas vibrantes y alegres y pedía a gritos un torero, pero se encontró enfrente con Ricardo Maldonado, de Valladolid, nuevo en esta Plaza, que fue incapaz de plantear frente al falso castaño una labor mínimamente ordenada tendente a armar lo que se dice una faena, por más que fuese jaleado de manera estruendosa por un nutrido grupo de óptimos amigos. En descargo del torero, que venía a Las Ventas con cinco corridas el año pasado y sin apoderado, diremos que tiene una planta elegante y que compone a veces una bonita figura, dones del Señor, pero que en el torero en sí mismo no ha dado un solo pase en el que no se viese a las claras su desmesurada falta de oficio y su poco interés por visitar los terrenos donde mana el toreo puro. Con su figura y mejores trazas toreras habría dejado mejor aroma, pero la verdad es que no dio ni uno.
 
Falta por reseñar el sexto (el décimo), Berreón, número 17 de Vistalegre, Domecq extremeños, que mató Gallo de Córdoba por absurdo percance de Juan Carlos Carballo al recibir al toro a porta gayola, de espaldas y de rodillas. El toro le pisó y se fue a la enfermería, y Gallo, consciente de que su toro se la había ido, no anduvo con fuelle ni ilusión, dejándonos salir de la Plaza a las diez menos cuarto, cuando ya los teléfonos móviles nos anunciaban que ningún Tertuliano había acertado en ninguna de sus predicciones electorales.


Paseo

A ver qué cae

La caló

La suplencia

La asistencia

La cucamona interesada de los Ben-Hur

Lío con las tablillas

La inconsciencia

Lunes, 27 de junio

Valle de Esteban

-Hoy día advertimo en Europa, y particularmente en Inglaterra, el curioso fenómeno de una nación que mira en una dirección y el gobierno en la opuesta.
Thomas Paine


domingo, 26 de junio de 2016

Domingo, 26 de junio

Valle de Esteban
La roca de las tentaciones

"El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios"

DOMINGO, 26 DE JUNIO

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.  Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: «Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?» Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adonde vayas.» Jesús le respondió:

-Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.

A otro le dijo:

 -Sígueme.

Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.» Le contestó:

-Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.

Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.» Jesús le contestó: 

-El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.

Lucas 9,51-62

sábado, 25 de junio de 2016

Reflexit



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Cuando Cameron, el urogallo sin cabeza, planeó viajar a Gibraltar (¡exponiéndose a las iras de Margallo!) para rebañar votos hasta de los monos de Rodin que vigilan la puesta del sol en el Peñón, es que la cosa pintaba fea para el “Bremain”.

Para la socialdemocracia europea (“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”), el triunfo del “Brexit” es el triunfo de “la ultraderecha británica” (?), la única, por cierto, que no se dejó repasar el lomo por los fascismos continentales.

Que a la “ultraderecha británica” quiera seguirle la “ultraderecha francesa” indica que el problema de fondo en Europa es el de la representación política, concepto procedente de la teología y cuya discusión (sólo resuelta en los Estados Unidos de América) entretuvo a filósofos y juristas desde el XV hasta el XIX.

Entre ingleses, precisamente, fue la controversia sobre sistema proporcional, defendido por Stuart Mill, y sistema mayoritario, defendido por Walter Bagheot.
Mill (como tantos cuñados liberales de aquí) pasaba por alto que el voto no mide calidad, sino fuerza (¡la fuerza del demos!), y proponía que el voto de los listos valiera más que el de los tontos, con un sistema proporcional (¡el nuestro!) que impide la representación “un hombre, un voto” y espiga el voto ideológico, sometiendo al “representante” al mandato imperativo de sus jefes.

Bagheot opone el sistema mayoritario, que reúne el voto territorial y somete al representante al mandato imperativo de sus electores.

En Europa, hoy, sólo ingleses (conquista de la tradición) y franceses (regalo de De Gaulle) tienen sistema de representación, y es natural que se reboten contra la burocracia partidocrática de Bruselas, basada en la “integración” del “Estado de partidos” (concepto con que los juristas alemanes sepultaron la “representación”), oligarquía económica que vive de vampirizar a las clases medias, destinatarias, ay, de la democracia representativa.

El “Brexit” sólo es el principio.

Sábado, 25 de junio

Valle de Esteban

-Es notorio que la idea  de los derechos a las libertades individuales procede de Norteamérica.
Carl Schmitt

viernes, 24 de junio de 2016

La firma



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Van de pelanas, pero Errejón, el becario “black”, tiene firma en el Banco.
¿Su firma es conocida aquí? –preguntó el bancario a Fernández Flórez, que iba a cobrar su cheque de ABC.

La modestia me impide contestar.
Por las cinco firmas conocidas de Shakespeare, Errejón ya tiene una al pie de unos “leuros” venezolanos, lo que nos da el otro pie para sostener que Podemos es el principio de otro Siglo de Oro. ¿A qué viene, si no, que la Milla de Oro madrileña esté empapelada con carteles de Garzón? Todos los esnobs de esa zona se tienen por Dánaes tizianescas que recibirán la lluvia dorada de Pablemos sólo con votarle.

No hay un candidato de la talla intelectual de Pablo ni de lejos –tuitea el chico menos dotado de los Espinar, que es senador, como Incitatus, que también era español.

La señal son los artistas sabuesos del poder (“ingenieros de almas”, dice Errejón, citando a Stalin). Así, Juan Goytisolo, epígono de Jacinto Grau y artista de la metonimia, que se pasa del felipismo al paulismo para ser el Romain Rolland de Errejón, su nuevo Gramsci, pero con camiseta de Evita. (La frase más citada de las atribuidas a Gramsci es de Rolland.) Y así Paco Jarauta, artista del pensamiento, que desde su cátedra de filosofía en Murcia intentará poner al alcance del vulgo español la obra inédita de Kant, como esa “Ética de la razón pura” que sólo Pablemos ha leído.

Fridda Kahlo, ¡en el 39!, prefería sentarse a vender tortillas en Toluca a asociarse “a esta m… de ‘artistas’ parisienses que pasan horas calentándose los valiosos traseros en los ‘cafés’ hablando sin cesar de la ‘cultura’, el ‘arte’, la ‘revolución’, etcétera…”

Luego no tienen qué comer porque ninguno trabaja. Viven como parásitos, a costa del montón de viejas ricas que admiran su “genio” de “artistas”. Valió la pena venir sólo para ver por qué Europa se está pudriendo y cómo toda esta gente, que no sirve para nada, provoca el surgimiento de los Hitler y los Mussolini.

Viernes, 24 de junio

Comarca UGT Madrid
Carretera E-901
Noche de San Juan
Mientras se cocía el Brexit...

jueves, 23 de junio de 2016

La jota

Pueblo, Patria
Morata de Tajuña
Madrid

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Me dicen de buena fe que Martín Villa se arrancó el martes con una jota a la Constitución en Madrid.

    Del “hip-hop” de Hamilton, padre de la “democracia representativa”, en Broadway, a la jota de Martín Villa, la “Porra de la Transición”, en el Teatro Calderón:
  
Protege la intimidad, / asegura nuestro honor, / teléfono sin pinchazos, / mis cartas las abro yo.
  
Cantaba a la Constitución del 78, aunque la letra es una cosa entre el himno de la Décima y aquella jota de Sanz Ferrer, el jotero de Jaca, que nos hacían cantar en la mili con Felipe González en La Moncloa: “Quien oyendo Viva España / con un Viva no responde, / si es hombre, no es español, / y si es español, no es hombre”.

    Todas esas conquistas que inspiran a Martín Villa no salen en mi “Teoría de la Constitución” de Carl Schmitt, quien no tenía tan risueño concepto de la Constitución de Weimar (modelo de la nuestra): sus contradicciones le parecían a él el resultado de la combinación de una dictadura soberana con una dictadura comisarial “cuyo desarrollo responde totalmente al embrollo sin salida en que se ha metido”.

    Weimar (no la democracia, como dice Margallo) condujo a Hitler y el 78 no sabemos a dónde nos conducirá, porque, menos Rajoy, que se ve de presidente en funciones hasta Navidad, todos lo quieren cambiar: Snchz, para unos cantones; Rivera, para unos “länder”; y Pablemos, para poder regalar a Vallecas, su barrio, la playa de Gandía o la sierra de Aracena, como otro orate postcomunista, Nikita Jrushchov, regaló Crimea a Ucrania.

    Tocqueville regresó de América asombrado por el hecho de que los responsables de la Constitución del 81 (¡la de la “Unión Perpetua”!), confederal y parlamentaria, admitieran, en el poder, que su obra los llevaba a la ruina y promovieran, a instancia de Hamilton, la Constitución del 87, federal, presidencialista… y definitiva, que ahí sigue, tan terne.

    Pero el “federalismo” de Snchz, Rivera y Pablemos no es el de Hamiltom, Madison y Jay.

Calor carmenitano

Avenida de los Toreros

Jueves, 23 de junio

Noche de San Jorge Juan

(Jorge Juan demostró en vida el achatamiento de los polos de la Tierra, y en muerte, el achatamiento del cerebro de los alcaldes de Madrid)

miércoles, 22 de junio de 2016

Evitable contratiempo

 Perisic

Francisco Javier Gómez Izquierdo

        Está escrito que el elogio debilita y a la selección española, tras el paseo ante Turquía, le han llovido más flores triunfales de las que merecía. Nuestra selección juega bien. A veces, muy bien. La crítica en general considera que España baila la pelota como ningún otro equipo, no sólo europeo, sino mundial. El tiqui-taca quizás sea ya nuestro signo de identidad. Un signo de identidad al parecer irrenunciable, por lo que hemos de aceptar de buen grado la posesión y el magreo del balón como principios, pero ¡ay, amigo! la soberbia del español es infinita y cuando dice “esto está hecho”, échese usted a temblar.

     ¡Mira qué es fácil ver el peligro del tuya-mía en defensa que se traen Piqué, Busquets y Ramos!  Sobre todo, Ramos. La autosuficiencia y,  pongamos desidia, que transmiten, no son actitudes esporádicas, sino repetidas y harto evidentes para el espectador, el aficionado y sobre todo para los rivales, que no son tontos y estudian el modo de buscar las vueltas a nuestra selección. Ramos tiene cosas de caldero roto y se va escapando con bien de las temporadas por meter goles de cabeza que hasta dan títulos, pero sus métodos y habilidades defensivas, dicho sea con perdón, dejan que desear. De lo mucho en que se tiene, mejor no meterme, pero ¿a qué viene esa arrogancia cristianesca, que no cristiana, cogiendo el balón del penalty (inventado)  para que todos entiendan que lo tira él? ¿Acaso dicho asunto no era especialidad de Fábregats? El periodismo no quiere cebarse, creo, en Sergio Ramos, pero para mí es uno de los mayores culpables de la derrota ante Croacia. Si a los despropósitos del capitán añadimos la falta de soluciones del míster -a veces, con el viento a favor no es deshonroso recular y esperar el descuido ajeno-, la poca aplicación del resto de los jugadores y el buen equipo que ha juntado Croacia con un Perisic imponente derrochando casta y clase, no extraña el 1-2.  A mí, este Perisic me parece tan decisivo o más  que Modric, con su poderoso correr, su técnica exquisita y su descaro casi faltón ante la defensa más pintada. Perisic, como buen balcánico es enemigo al que se insulta en el campo. Modric es “contrincante” al que los enemigos de Perisic ayudan a levantarse. Croacia, estoy por asegurar, agradece más el espíritu de Perisic que el del gran Luka.

     De todos modos, Italia ha llegado a Francia con lo puesto y no es selección que deba asustar a los jugadores de Del Bosque. Eso sí, Italia no se va a despistar ni un segundo, y va a prestar especial atención a las dos o tres chiquilladas que acostumbran nuestros defensas. Pues eso, a aplicarse tocan.
     Curiosa la clasificación de Gales, con Bale considerado héroe nacional, adelantando a Inglaterra, que aún no se explica cómo se pueden fallar tantos goles como se fallaron ante Eslovaquia, ese regalo perdido. Alemania también gozó de multitud de oportunidades para golear a Irlanda del Norte, pero sólo valió el tanto de Mario Gómez, el clásico armario alemán que ha recuperado Joaquín Löw para desatascar trincheras a testarazos.

     ¿Y Francia, la favorita?  La veo pasito a pasito, pero más firme de lo que ha dado a entender. Con aparentes dificultades en el centro del campo y sin el olfato goleador que se la suponía... pero me transmite solvencia y muchos indicios de adecuada progresión.
    
      Se acercan los sampedros, a los que hace años no acudo, y la familia nos reclama a los que estamos por “el mundo alante”. En Burgos y la Demanda veremos la auténtica Eurocopa. La que cada partido es una final y en la que el mínimo despiste puede ser definitivo. Una Eurocopa que parecía estar preparada para la selección española, pero en la que ha entrado a disputarla con muchos argumentos la Croacia de Perisic... y  de Modric.

Imasdé

Samuel Hahnemann


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Se lo dijo hace mucho a Erkoreka un empresario de Bilbao:

No te equivoques, Erkoreka: la solución es el imasdé.
Toni Roldán (un Griffin Dunne en el “After Hours” de Scorsese) es el experto en imasdé de Ciudadanos, partido de expertos (cualquiera que no sea de la ciudad) con un jefe que no ha leído una línea de Kant, pero que quiere para España… “el modelo federal alemán”, o sea, que tampoco ha leído una línea del “Juanito”.

¿Están en Ciudadanos a favor de la homeopatía? –preguntan al experto.
Sí, sí que estoy a favor –responde el experto–. De hecho hago acupuntura.
De la teología a la metafísica, de la metafísica a la economía y de la economía a la ciencia.

Pero Rivera es más aficionado a los “länder” (?) que al expresionismo, donde lo suyo es mantener una posición filosófica de vida o muerte, y Ciudadanos en seguida ha salido a decir que el partido está con la ciencia y contra las seudociencias.

Es una pena, porque Sloterdijk, tan alemán como el expresionismo y los “länder”, tiene dicho que la política y la clínica corren en paralelo: igual que para Samuel Hahnemann, fundador del movimiento homeopático, el médico está obligado a intoxicarse a sí mismo con todo lo que él más tarde va a prescribir a los enfermos, el pensador tiene la obligación de pensar peligrosamente.
Un escritor no está para contraer compromisos con la inocuidad (los pensadores importantes son los que se arriesgan) y quien quiera ser médico necesita previamente ser cobaya.

A Rivera, que lo único que sabe es que quiere imitar a Suárez, el del aeropuerto, se le escapa el alcance revolucionario del imasdé homeopático de Toni Roldán. Imaginemos, en fin, a un político dispuesto a ser cobaya de sus propias soluciones, a un Rivera que considerase, como Hahnemann, que los efectos de sus dosis en el contribuyente se reflejan de manera especular.

Pero en España todo el imasdé se reduce a poner una cafetera de George Clooney en el despacho de Albareda en el Csic.

A los toros con Montesquieu

Montesquieu


Jean Palette-Cazajus

Los seguidores del fino torero linarense Curro Díaz anuncian, en Facebook, su presencia en la corrida prevista para el sábado 25 de Junio en el municipio francés de La Brède. Información sin mayor trascendencia aparente. No así para el lector ilustrado que de pronto recuerda que en tal lugar, a unos 25 kms de Burdeos, nació en 1699 Charles Louis de Secondat, Barón de La Brède y de Montesquieu.

Personalmente la noticia me ha producido cierta turbación. He visitado en más de una ocasión el pintoresco, pero adusto castillo medieval donde naciera y se criara el imprescindible autor de «L'Esprit des Lois». Severa y añeja mansión que contrasta con la luminosidad discursiva de su antiguo morador. Jamás sospeché que en tan emblemático marco se diesen festejos taurinos.
De modo que en La Brède van a coincidir el traje de luces y la Filosofía de las Luces. El reto es serio. Como difíciles han sido siempre las relaciones entre la tauromaquia y los ilustrados. Al menos servirá esto para recordar que la corrida de toros es un espectáculo fundamentalmente moderno cuyo ordenamiento actual habría sido imposible sin la intervención de la racionalidad normativa y clasificatoria alumbrada por la Ilustración. Como ilustrada fue la apropiación del espectáculo por los héroes populares que tomaron su Bastilla al irrumpir en los ruedos y proclamar a su manera la igualdad del individuo moderno. En adelante, descabalgado el caballero, las gónadas y la calidad del torero a pie las iría midiendo el toro, ya no el estamento, ni los títulos, ni el amparo de la montura. La revolución fue muy seria. Individualismo sin duda más hormonal que político, se lamentaba Madariaga, pero sano, en el fondo, como higiene social básica.

Porque seguir vindicando la moderna corrida de toros a base de enfangarse en un chapapote indigesto de seudomitología táurica, con paradas turísticas desde el neolítico hasta Roma, pasando por Creta, Sumerio y Persépolis, resulta tan cansino como inapropiado.

No nos engañemos, la Tauromaquia fue una dolorosa piedra en el zapato de los ilustrados y lo sigue siendo para sus herederos actuales cuando son fundamentalistas textuales. Los ilustrados eran artificialistas, pensaban que la maleabilidad social del hombre era total. En su momento, fue una labor tan sana como necesaria frente a la costra espesa de los dogmas heredados. Pero su base científica era inexistente. Alguien tan fundamental como Newton calculaba la edad de la Tierra en unos 5650 años. Si la arcilla es tan fresquita se puede moldear facilmente cualquier cacharro, empezando por el hombre. La Filosofía de las Luces ignoró fundamentalmente el carácter rancio y endurecido del barro humano. El gran Edmund Burke, que era conservador sin ser reaccionario –fórmula incomprensible en España– avisó a los revolucionarios franceses de sus futuras desilusiones: por definición, el hombre nunca se puede empezar desde cero. 

Ésta es la verdadera aportación de la Tauromaquia a la Ilustración: un sano escepticismo sobre la fe en el tiempo como curandero de los males del Hombre. El torero sabe que la muerte siempre se anticipa a cualquier porvenir. El único porvenir deseable es un presente de calidad y no hay presente más absoluto que el del hombre frente al toro.

Frente al toro, en aquellos minutos de presente absoluto, el hombre del traje de luces es también el Individuo de las Luces confrontado al dilema entre apariencia y realidad, trampa y autenticidad. Las leyes del toreo son racionales, cualquier persona de buena voluntad puede acceder a su conocimiento. El torero de la apariencia, el de la trampa, es el primer enemigo de las Luces. Revela la pereza del espectador, su complacencia en la ignorancia, la sumisión al pecado de inautenticidad, de Uneigentlichkeit dijera Heidegger. Quien practique el toreo racional proclama la Eigentlichkeit, la autenticidad y materializa en el ruedo "El Espíritu de las Leyes". Por eso estamos convencidos de que no puede germinar el torero de las Luces si no lo alumbra previamente el vientre fecundo de una afición ilustrada.

La vida del barón de La Brède y de Montesquieu ilustra la transitoriedad entre dos aristocracias. Criado en la de la sangre, que sólo tenía respuestas, despejó el camino para la del saber, que sólo tiene preguntas. La afición ilustrada debe considerarse heredera de la segunda. Pero comprueba día tras día que sus preguntas no encuentran el más mínimo eco entre el graderío de las certezas. Minoritaria y arrogante como toda aristocracia, la afición ilustrada también se sabe simbólicamente crepuscular.

 Curro Díaz

 Castillo de La Brède

 La Brède

Miércoles, 22 de junio

Valle de Esteban

-El poder de perpetuar nuestra propiedad en nuestras familias... hace que nuestras debilidades se pongan al servicio de nuestra virtud.
Edmund Burke

martes, 21 de junio de 2016

Lo nuevo


San Juan

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Se dice que la historia es la política del pasado, y la política, la historia del futuro.

No debes tener miedo nunca: lo que ves se llama historia –dijo a Steiner su padre un día de 1934 en Francia ante una masa antisemita que gritaba “¡Muerte a los judíos!”

La Santa Transición, que va del coche de Carrero a los trenes de Atocha, va quedando atrás, y el español vive la angustia de lo viejo que no acaba de irse y de lo nuevo que no acaba de llegar.

Yo, que soy demócrata de siempre, digo que a veces los votantes se equivocan: es el caso de Hitler –dice el ministro Margallo en La Sexta, nuevo campanario de Manganeses de la Polvorosa, desde donde no dejan de caer cabras sobre el buen nombre de la democracia.

Pero una golondrina no hace verano ni el voto hace la democracia. En el franquismo se votaba, y no era democracia, sino dictadura (“paliada por el incumplimiento”, en agudeza de Gabriel Maura). En Inglaterra se vota, y no es democracia, sino régimen parlamentario de gabinete. Huyendo de ese parlamentarismo, precisamente, contra el que se habían alzado en armas, construyeron los americanos, a tientas, la única “democracia representativa” (definición de Hamilton, el del musical): un sistema de representación con separación de poderes en origen.

Margallo, pues, no ha perdido la cabeza, como dice Pablemos, que sabe que lo de Hitler va por lo suyo; lo que ha perdido son los apuntes.

Hitler y Mussolini (“los dos mariconazos” de Miguel Hernández) son inconcebibles en la “democracia representativa”: ninguna sociedad es lo bastante estúpida para suicidarse como los lémures. Hitler y Mussolini sólo fueron posibles en el “Estado de partidos”, con listas de partido y ese sistema proporcional que impide la representación (el “cul de sac” europeo que nadie quiere ver) y disuelve la unidad nacional.

Lo nuevo es que, sin cambio (¡qué menos!) de ley electoral, el español puede estar votando hasta que San Juan baje el dedo, y seguirá sin gobierno.

Chirac

Sarkozy

Martes, 21 de junio

Valle de Esteban

-Gracias a nuestra marcada resistencia al cambio, gracias a la fría lentitud de nuestro carácter nacional, todavía llevamos el sello de nuestros ancestros.
Edmund Burke

lunes, 20 de junio de 2016

Los valores del fútbol

Urraca





Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    La socialdemocracia es una cultura sin valores (o mejor dicho: de “disvalores”), y sus comisarios políticos no se molestan en ocultarlo. Es el caso de Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, es decir, la alfalfa de los pobres.

 Preguntada por las idas y venidas del “Brexit”, Lagarde ha contestado:

    –Lo que necesitan los europeos es más tiempo para ver el fútbol.
    
Lagarde es la que, al negociar la deuda griega, veía en la reunión al cantamañanas de Varoufakis y decía a los otros griegos: “Hagan el favor de enviar adultos a las reuniones”.
    
Ahora Lagarde nos sale con que lo que necesitan los europeos es “más tiempo para ver el fútbol”, lo que revela el concepto de los europeos que tienen sus dirigentes. Pague los impuestos que yo le administro y váyase a ver el partido.

    En España, cuando Ridruejo se hizo socialdemócrata fue a ver a Franco para pedirle sindicatos, y Franco lo despachó con una “lagarde” cambiada: “Lo que los obreros necesitan –dijo el general– es bicicletas.” Aquel sueño franquista se ha hecho realidad hoy en toda Europa, a cuyos habitantes les es permitido circular por donde se les antoje, siempre que lo hagan en bicicleta.

    Libertad (la bicicleta), igualdad (el fútbol) y fraternidad (los impuestos).

    Entre Christine Lagarde, la sonrisa del Fondo, y Pepe Solís, la sonrisa del Régimen, no hay ninguna diferencia. Solís pidió en las Cortes más fútbol y menos latín, entre otras razones porque… ¿para qué sirve el latín? “Para que a usted, siendo de Cabra, podamos llamarle egabrense”, contestó Muñoz Alonso desde su escaño.

    Ahora mismo, el compendio de todos los “valores” culturales es el fútbol, y quien osara levantar una ceja en señal de desacuerdo sería clasificado como “populista”, uniformado con un sambenito y colocado en la picota como sospechoso de ultraderechismo.

    –Si te fijas en los jugadores –dice Lagarde–, ves un reflejo de Europa, una manifestación de la unión en la diversidad.
    
Como símbolos de la unión, los futbolistas son políticamente intocables, como sabe la socialista Elena Valenciano porque tuiteó que le parecía feo Ribéry.

    Lagarde es parisina, y “diversidad” es un concepto universitario del París medieval (la época mental de Lagarde, más o menos), referido a la enseñanza: un solo centro con diversidad de materias.
 ¡En 2016, la Eurocopa de Francia! En una palabra, el fútbol.

    –¡Qué bonitos son lo goles de Nolito! –canta el pueblo español unido en su diversidad.

    Y Lagarde nos mira sabiéndonos ya maduros para negociar con nosotros, allá por septiembre, las condiciones del ajuste que se nos viene encima. Ella: “Vamos con el déficit”. Y España: “Qué bonitos son los goles de Nolito”.

    Gramsci, libro de cabecera (literalmente, libro sobre el que reposa su cabeza) de Pablo Iglesias, inventó el patriotismo de partido y Camacho ha inventado el patriotismo del instante (“¡Madre mía, cómo está España ahora!”), con los goles de Nolito, qué bonito, y las sienes de Iniesta, qué zapatiesta, con su centrocampismo de “avi” de Albacete (Iniesta viene a ser como el abuelo de Majaelrayo de la nueva generación) en la Francia redicha de la señora Lagarde.

    Con la de veces que a uno le decían “facha” sólo porque te gustaba el fútbol.


Paloma

UNIDOS, PERO DIVERSOS

    Hasta ahora, lo peor de la Eurocopa es la lírica periodística (entre el “provenzalismo” readaccional de Pablo Alborán y la cursilería social de Podemos), y lo mejor, la franqueza de los futbolistas retirados, como Lineker contra Pepe (“Pepe is a gigantic dick”) o Khan contra Cristiano (“Últimamente veo más los abdominales de Cristiano que los pechos de mi mujer”), a quien dispara con postas de folclórica: “Se hace viejo y me aburre”. No tiene suerte Cristiano en París, donde le birlan Balones de Oro y no le escatiman improperios de carácter técnico, por fallar un penalti, ni de carácter psicológico, por menospreciar a los adversarios. “¿Mi camiseta? ¿Quién eres tú?”, dice el “Bild” que dijo Cristiano al islandés Gunnarsson. Y Blatter pregonando por ahí que el fútbol europeo se divide en bolas frías y bolas calientes.



Gallina

Novillada en Madrid. Gatos de Gabriel Rojas por liebres de Castillejo de Huebra, sin otra explicación que el exceso de trapío

El concepto de limpieza de Fernández, el Mochuelo de la Cifu


José Ramón Márquez

Volvemos a Las Ventas, al lugar de los hechos, una vez finalizado el sanisidro. Las Ventas de después son amables, poco pobladas, igual de sucias y dejadas de la mano de Dios; Las Ventas de después es el reencuentro con esos incansables orientales a los que en nuestra ignorancia supina sobre el oriente llamamos chinos y con los tendidos poblados de seguidores de tal o cual torero, ansiosos de ver a su ídolo -muchas veces además de ídolo es pariente- triunfando en la Monumental, con lo que creen que la carrera del ídolo tomará el vuelo tan necesario para estas cosas. Y luego, por la parte de la afición, los de siempre poco más o menos.

Para esta corrida número 41 de la temporada madrileña habían anunciado una de Castillejo de Huebra, ganadería salmantina propiedad de señoras ganaderas, y mira que ha habido buenas ganaderas en la Historia, procedencia Murube/Urquijo, sobre la base de la que fue de Félix Cameno. Hasta ahí todo iba bien, pero como todo aficionado sabe el empresario propone y el veterinario lo descompone... Dada la opacidad absoluta en cuanto al tinglado de los corrales no es posible saber qué mandó a los murubes de Castillejo de vuelta al hogar. Las habladurías dicen que se desechó la corrida por "exceso de trapío", o sea, que los amplios esqueletos murubeños venían bien cubiertos, y cuentan que acaso los cuidadores de los novilleros -en muchos casos es mejor ya hablar de cuidadores que de apoderados- estimaron que el ganado tenía una presencia de demasiado respeto, poco apta para sus pupilos. El hecho es que sin mediar explicación alguna, aunque fuera poco convincente, no se permitió a los Castillejo hollar el arenal de Las Ventas y rápidamente se buscó un sustituto que se adaptase mejor a las exigencias de menos. Así fue como aterrizó Gabriel Rojas en Madrid. 

De Gabriel Rojas me tiene referido mi muy querido Juan Galacho que lidió en Málaga una corrida en la que el extraordinario Presidente don José Luis González Torres obligó a un propio a salir al ruedo portando un cartel en el que se explicaba que el ganado se lidiaba bajo la responsabilidad del ganadero; la corrida la mataba Manzanares (Dolls Abellá) y tras ella el íntegro Presidente mandó analizar las astas, sancionándose al ganadero por evidencia de manipulación fraudulenta de las mismas. Eso queda en el debe de la divisa blanca, grana y verde y, la verdad, no habla lo que se dice bien de ella.

A Madrid mandó don Gabriel desde El Castillo de las Guardas dos lotes de tres toros, tres y tres, con lo que parece que hemos estado en dos corridas distintas. Por delante fueron los tres de la risa, Corneta, Triguerito y Rubialo, números 14, 21 y 18, de encaste entre raspa de sardina y cucaracha, el primero más feo que Joselito Calderón chupando un limón; el segundo, con esa cara de becerrote, era Íñigo Errejón en toro; el tercero, un donnadie sin paliativos. Los tres iban en plan bobo de poca monta, correteando igual que Bambi cuando tenía madre; además, sin aparentar el más mínimo asomo de una mala idea o de un pensamiento impuro. Los tres del segundo lote eran de otra condición, Silbato, Lindero y Trompilla, números 26, 3 y 11, presentaron una  mayor seriedad, esto no quiere decir con más kilos, evidentemente, y eso en seguida se notó por la actitud de los que andaban por el ruedo lo mismo al asunto del capoteo que a lo de las banderillas, se notaba bien que en esta segunda parte la corrida metía más miedo en el cuerpo que la primera. El cuarto, el Silbato, dio el toque de atención cuando se hizo el amo del ruedo, salió entonces a escena la casta (o castita, para los más exigentes) y la corrida tomó otro derrotero bien distinto del que llevaba hasta ahí.
Para no vérselas con los Castillejo de Huebra se anunciaron en los carteles los nombres de Juan Miguel, único "superviviente" de la corrida del domingo anterior, Daniel Crespo, que se venía a Las Ventas con el magro bagaje de tres corridas toreadas en 2015, y el albaceteño Diego Carretero, natural de Hellín y nuevo en esta Plaza.

A Juan Miguel le tocó vérselas con el novillo cubista, el cacho feo de Corneta, deprimente  caricatura del toro de lidia en una Plaza con un mínimo de exigencia; el tal Corneta, brocho, cubeto y bizco era un puro mamarracho que obsequió sus embestidas sin maldad con la innoble finalidad de que Juan Miguel devolviese la oreja que le dieron el domingo anterior. Ante la estética "arte povera" de Corneta, Juan Miguel planteó con plenitud el catecismo del neotoreo, sin llegar a hacer nada digno del más leve aplauso. Como corresponde a estos tiempos le fueron algo jaleados los pases en que el novillo se daba uno detrás del otro en ese movimiento continuo que tanto gusta y excita a los públicos de la hora presente, pero en honor a la verdad debemos decir que los pases se los dio el novillo solo y que el torero rehuyó de manera pertinaz la colocación adecuada y el cite en su sitio. Su segundo era el tal Silbato, que le metió dos soberanas palizas las dos veces que le echó mano, estando en ambas el torero totalmente descubierto y a merced del toro. A resultas de los golpes pasó a la enfermería y no pudo matar a Silbato, tarea que cayó sobre los hombros de Daniel Crespo.

En los de su lote, segundo y sexto, pues se corrió turno tras el quinario de la muerte de Silbato, Daniel Crespo presentó dos caras parecidas, pero algo distintas. A su primero, que iba y venía, lo toreó por las afueras sin pasión, como si le sobrasen los contratos, en su segundo, que era más toro, trató de esbozar una faena armada, no una sucesión de pases sin ton ni son, y por algún momento pareció que podría dar el paso hacia adelante, quedarse en el sitio ofrecer el medio pecho... fue un momento fugaz toreando con la zurda, un natural y se queda bien colocado, en el límite de lo admisible, echa la muleta adelante y el toro se traga el pase... un espejismo, porque en seguid vuelve a las andadas y a partir de ahí ni progresa ni adecuadamente.

Y el nuevo, Diego Carretero, arropado por nutrida parroquia. Es torerito muy pinturero y recogido, le falta concepto y desechar la porquería de ideas que le han metido en la cabeza sobre lo que es torear. En su primero, en el recibo por verónicas puso una vez los pies tan bien plantados en la tierra, la pierna de salida ligeramente adelantada, sin estridencias, que en un segundo -sólo en un segundo- vino como una brisa a Curro Romero. En su segundo, lo mismo, en un pase por bajo al inicio de la faena junto a las rayas, con el torero bien plantado, vertical, clásico. Esos dos fugacísimos apuntes son lo de reseñar, lo otro es no querer ni ver la distancia que le pedía su primero, es un disparate de faena larga que no llega a tomar vuelo, es lo de todos los días a todas horas. En su segundo, por no aburrir, el toro era peor y el torero era el mismo.

Lo mejor de la tarde, sin lugar a dudas, los dos puyazos de Juan Charcos al sexto (originariamente el quinto), dejándose ver, montando estupendamente y con ganas de que el toro se arrancase, recibiendo al toro lanzado a la carrera y agarrando ambos en la yema. 

La brasa de Calderón

 Sol y sombra

 Paseo

Las mulas calderonas de Jose, el único Jose, para quien todos los demás son Joserramón