miércoles, 22 de junio de 2016

Imasdé

Samuel Hahnemann


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Se lo dijo hace mucho a Erkoreka un empresario de Bilbao:

No te equivoques, Erkoreka: la solución es el imasdé.
Toni Roldán (un Griffin Dunne en el “After Hours” de Scorsese) es el experto en imasdé de Ciudadanos, partido de expertos (cualquiera que no sea de la ciudad) con un jefe que no ha leído una línea de Kant, pero que quiere para España… “el modelo federal alemán”, o sea, que tampoco ha leído una línea del “Juanito”.

¿Están en Ciudadanos a favor de la homeopatía? –preguntan al experto.
Sí, sí que estoy a favor –responde el experto–. De hecho hago acupuntura.
De la teología a la metafísica, de la metafísica a la economía y de la economía a la ciencia.

Pero Rivera es más aficionado a los “länder” (?) que al expresionismo, donde lo suyo es mantener una posición filosófica de vida o muerte, y Ciudadanos en seguida ha salido a decir que el partido está con la ciencia y contra las seudociencias.

Es una pena, porque Sloterdijk, tan alemán como el expresionismo y los “länder”, tiene dicho que la política y la clínica corren en paralelo: igual que para Samuel Hahnemann, fundador del movimiento homeopático, el médico está obligado a intoxicarse a sí mismo con todo lo que él más tarde va a prescribir a los enfermos, el pensador tiene la obligación de pensar peligrosamente.
Un escritor no está para contraer compromisos con la inocuidad (los pensadores importantes son los que se arriesgan) y quien quiera ser médico necesita previamente ser cobaya.

A Rivera, que lo único que sabe es que quiere imitar a Suárez, el del aeropuerto, se le escapa el alcance revolucionario del imasdé homeopático de Toni Roldán. Imaginemos, en fin, a un político dispuesto a ser cobaya de sus propias soluciones, a un Rivera que considerase, como Hahnemann, que los efectos de sus dosis en el contribuyente se reflejan de manera especular.

Pero en España todo el imasdé se reduce a poner una cafetera de George Clooney en el despacho de Albareda en el Csic.