domingo, 26 de marzo de 2023

Dragisa Gudelj*

 

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

      Ayer,  a las siete y once de la tarde ,("en el minuto 10 y cuarenta y cinco segundos...", apuntó en el acta arbitral el colegiado principal Miguel Sesma Espinosa, "...el partido fue detenido por el desvanecimiento repentino del jugador nº8 del Córdoba, Dragisa Gudelj..."), un escalofrío sacudió el cemento de El Arcángel y más de veinte mil brazos cordobeses y unos doscientos ferrolanos -se jugaba contra el Rácing de Ferrol- se alzaron a tapar los rostros de un público que temía estar asistiendo a una insólita muerte en directo. Una voz espontánea de preferencia, donde servidor tiene su localidad, pedía una ambulancia con urgencia pero la mayoría mirábamos asustados, rodeados de silencio y paralizados por la desconcertante fatalidad. En tan terrible momento descubres que hay tipos que reaccionan con la entereza, determinación y sobre todo el conocimiento que a tantos nos falta. De tribuna saltó un señor y tras él  otro mas joven; "...es Pepe Segura y su padre..." me dijo mi chico, que es colega y amigo de los dos cardiólogos. Junto al doctor Segura padre veíamos a una médica, Verónica Arroyo, realizando las maniobras de reanimación cardiorrespiratoria  de manera frenética
("el ritmo recomendado es el de la Macarena o una canción en inglés que no recuerdo ahora") y les prometo que sentí una tremenda angustia agrandada por el desplome anímico de varios futbolistas, sobre todo Diarra, apartado del foco donde se atendía al compañero y llorando como una Magdalena y quizás también por una situación que viví muy parecida a ésta con resultado de muerte. La reacción de todos los sanitarios, el doctor Bretones del club y los fisios Álex Rueda y Fran Plaza, rápidos en acercar el desfibrilador del vestuario, así como la inmediata  llegada de la ambulancia consiguieron que Dragisa Gudelj recobrara el pulso y pueda contar de aquí a cuarenta años que el 26 de marzo de 2023 estuvo más "p'allá que p'acá". Hace doce días, el 14 de marzo, servidor brindaba en Gamonal por el 43 cumpleaños de Alberto, el de Villusto, que cayó con un camión de naranjas desde el alto puente de Los Pisones cuando contaba con 22 y del que el Diario de Burgos dio cuenta de su fallecimiento el mismo día que el de Félix Rodríguez de la Fuente allá en Alaska.
    
       *Dragisa Gudelj es hermano de Nemanja Gudelj, jugador del Sevilla que estos días disputa con la selección de Serbia una plaza para la Eurocopa 24 e hijo de Nebojsa Gudelj, un centrocampista que jugó en el Logroñés y el Leganés. Ayer estaba presente en El Arcángel y no quiero imaginar lo que pasaría por su cabeza durante esos alrededor de diez minutos que se vivieron en Córdoba. Vlado Gudelj, delegado del Celta y que jugó en Vigo muchos años, es también de la familia; tío del padre de los dos hermanos en activo.

Hughes. El simbolismo de Trump



Hughes

Podrán detener a Trump, pero no nos quitarán
la alegría de haberle visto reaparecer en las primarias del Partido Republicano. Verle tomar forma de nuevo, salir de Mar-a-Lago. La alegría poco explicable de contemplar su figura en los mítines, de verle charlar con sus compatriotas. Una figura icónica ya con uniforme: el cuerpo algo inclinado, el enorme abrigo negro, la camisa blanca, la corbata roja y su gran tupé dorado.

En 2016 fue una revelación y aprendimos a entender su mensaje nuevo. En 2020 empezó a inspirar una forma de amor ("Trump, we love you") por su soledad y su misión. Pero en 2023 es ya su mera presencia lo que despierta una mezcla de humor, ilusión, confianza y civilización. Es su porte, su caída de hombros, esa silueta reconocible como la del logo de la NBA, y es también el conjunto: el abrigo, la corbata, el tupé doradísimo. Hay algo pictórico, abstracto. Trump mercantilizó antes que nadie su apellido, hizo del Trump un ACME que colocar sobre cualquier cosa, pero ahora ha hecho algo con su figura. Ha desarrollado un motivo icónico poderoso.

Trump era la mercantilización inmediata de una identidad, pero ahora su figura significa...

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El gripaje político


 

Jerónimo Molina

 

Decía Julien Freund que «el uso de la noción de democracia [envuelta por todo tipo de equívocos] oculta en nuestros días una cierta impostura». La mayor de todas es, tal vez, la ideología que hace de ella un régimen óptimo, un reino de la virtud. A un ingenio político como el de Freund, tan aristotélico, le parecía más exacto referirse al «régimen representativo» o «mesocrático». Coincidiendo con la generalización del democratismo, doctrina de la democracia como régimen moral (Dalmacio Negro), casi ha desaparecido, con muy pocas excepciones, la preocupación por la teoría de las formas de gobierno y, dentro de ella, por la hubris o decadencia (inexorable) de toda gobernación, también la de la gobernación democrática. Este es el contexto en el que los «enemigos de la democracia», «demócratas» de todos los partidos, pretenden una refundación de la democracia que consistiría en una depuración de sus impurezas políticas, elitistas, liberales, incluso conservadoras y reaccionarias, en otra época denominadas lacónicamente «procedimientos» o «formalismos». La guerra civil larvada entre los exaltados demócratas de los contenidos y los pragmáticos de las formas, reiterada bajo disfraces cambiantes desde hace al menos dos siglos (eadem sed aliter), nada tiene que ver con una concepción cíclica de la historia o la política. Para los amigos del país real, incapaces de soportar la irracionalidad ética de lo político y los defectos del gobierno bajo el imperio de la ley, las formas democráticas son puro formalismo: no les parecen ni participativas, ni transparentes, ni consensuales, ni auténticamente representativas.

*

Hay en política dos actitudes insensatas, particularmente en los tiempos fuertes, las épocas críticas, caracterizadas por la intensidad y la discontinuidad: por un lado, la desesperación, propia de los espíritus viejunos, por el otro, la indignación, propia de gentes bisoñas. Según las circunstancias y el temple político de cada pueblo, predominan...

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Remembranzas trevijanistas XLVIII




MARTÍN-MIGUEL RUBIO ESTEBAN
Doctor en Filología Clásica


Si como dice George Steiner, “el maestro es verdaderamente un portador y comunicador de verdades que mejoran la vida”, Antonio García-Trevijano fue de estos a los que hay que llamar maestro. Maestro del pensar y maestro de la conducta. Cada conversación, cada conferencia fueron lecciones de libertad. Antonio fue mi amigo al modo aristotélico, esto es, tal como el Estagirita describía la verdadera amistad en el Libro VIII de su Ética a Nicómaco, con algunas actualizaciones, eso sí, que aparecen sobre el mismo tema en la obra de Alberoni. Libre de temor y superstición fue el hombre más libre que he conocido. Eso le llevó a carecer de esa repugnante claque de intelectuales asalariados que escriben en los periódicos ad maiorem gloriam del Partido que paga. Y ello confirma el adagio de Nietzsche: “La verdad habita raramente en los templos que se levantan para darle culto”. ¡Hay tantos mercenarios en España que se emplean fervorosamente en apedreamientos recompensados que nuestra falta de pudor ya hiede! Los cobardes en España tienen mucho prestigio, y a todos ello se les suele llamar “prudentes y precavidos”.

“Nunca la libertad debemos dar por sentado. Es una flor de invernadero, de cultura, que necesita ser cuidada diariamente”. Éste era uno de los pensamientos centrales de Antonio, que nos repetía siempre. Y la libertad sólo se defiende ejerciéndola cada día, y sólo se ejerce con el propósito sagrado de cada uno de no someterse jamás al poder, que siempre necesitará la crítica para no convertirse en instrumento opresor. Se ejerce y, por tanto, se defiende la libertad siempre contra el poder. Lo contrario son ejercicios florales, tipo “¡Viva la madre superiora!”

Soy consciente, como muy bien nos recuerda W. Dilthey, que “las imágenes de la vida de una persona se hallan múltiplemente condicionadas por nuestra relación con ella”. Por lo cual reconozco que lo que he escrito, tratando de ser una representación objetiva, es, sobre todo, una entrañable referencia vital. Tampoco se pueden tomar estas Remembranzas como una biografía, entre otras cosas, porque, como diría Julián Marías, es imposible escribir una biografía de nadie. Él mismo no pudo escribir la biografía de Ortega, el maestro que tan bien conocía. Hasta el mejor biógrafo desconoce más cosas del biografiado que las que conoce. Toda biografía es, en realidad, una obra de ficción, a la que sólo se le pide verosimilitud y coherencia con los datos que se conoce. “Cum fundamento in re”. Pero no más. Yo sólo conozco la vida de Antonio fragmentariamente, bastante bien sobre todo entre sus sesenta y setenta y cinc o años, con grandes zonas de sombra, con ignorancias enormes y que afectan a aspectos esenciales. Pero he leído toda su obra, y creo que lo que nos dice en sus libros lo definen claramente. Su pluma fue su alma. Trevijano resulta único, distinto de todos los pensadores españoles, no es comparable con ninguno, y en cierto modo nos aparece como una discrepancia respecto a las múltiples formas que ha adquirido el pensamiento español en todos los tiempos. Hasta tal punto es así que la idea que usualmente se tiene de la “filosofía española” no parece apta para alojar a Trevijano ni para explicar su posibilidad. Algo que nunca se perdona es la genialidad, y más en España, donde todos los españoles sabemos ya más que los ratones colorados. Antonio albergaba en su alma la fe en la amistad, en el amor y en el honor. No había manchas en su conciencia. Su gran corazón latía siempre con fuerza, pero regularmente, como debe latir el corazón de un hombre honrado.

Sin duda alguna, la experiencia acumulada (y los prejuicios y creencias) de nuestros padres, abuelos y las generaciones precedentes actúa en la vida de cada uno de forma consciente e inconsciente. Además, llegamos a un mundo en el que prevalecen ideas y creencias que desde niños asumimos como si fueran pensamientos nuestros sin serlo. Pero llega un momento en toda inteligencia madura y honesta en que está obligada a plantearse críticamente la verdad de todo lo heredado. Del mismo modo que el adolescente llega un día a descubrir que sus papás no son los seres humanos más listos y guapos que existen, aunque sigan siendo los más queridos. Es un hecho empírico que la mayoría de las cosas en que creemos, la mayoría de las creencias con las que vivimos, no nos las hemos cuestionado nunca, no las hemos pensado por nosotros mismos, no las hemos hecho pasar por el tamiz de nuestra inteligencia. Y sólo cuando topamos con la filosofía, más en su actividad de pura filosofar que en la de memorizar lo descubierto y planteado, ponemos en cuestión el programa de vida que se nos da hecho para seguirlo. Trevijano, intelectual a todas horas y en todos los lugares, puso en cuestión la presunta verdad democrática en la que vivimos, descubriendo las mentiras que fundamentan un régimen que no se corresponde a su nombre, descubriendo el fondo de realidad que transciende al fenómeno. La búsqueda desinteresada de la verdad nunca gustará al poder establecido en cualquier esfera, académica, eclesiástica o política, pero se hace moralmente necesaria. Trevijano, como Sócrates, fue el tábano puesto por el “daímon” inmortal de España en el hoy español para aguijonear y despertar a sus conciudadanos hebetados por un consenso que nos dice que estamos perfectamente representados en el Parlamento y que somos libres. Y tenemos la esperanza de que sus descubrimientos del pensamiento político genuinamente democrático, que responde sin duda a su señera singularidad, se socialicen –ya están propagándose– y ganen la fuerza social que demanda el nuevo tono de la época. Ningún hombre verdaderamente honrado e inteligente hoy en España puede decir que aquí hay libertad política.

Desde el siglo XVII, con la ilustración alemana representada principalmente por Leibniz y Lessing, filósofos tan queridos para Antonio, los destinos de Rusia y la futura Alemania pilotada por Prusia parecían abocados a una colaboración fructífera, cuya realización efectiva hubiera supuesto y un día puede suponer la aparición sobre la Tierra de las dos naciones más poderosas si colaboran juntas. Pero Inglaterra, la Iglesia de Roma, Polonia y los EEUU han sido los tenaces palos en las ruedas a fin de que no se cumpla esta gran destinación, que se abre ya en la correspondencia entre el zar Pedro el Grande y el mayor filósofo alemán, Leibniz. Leibniz asistió como invitado a la boda el 30 de octubre de 1711 de la princesa de Braunschweig, Carlota Cristina Sofía, con el zarevich Alexei. Y a partir de este momento se inicia una correspondencia ininterrumpida hasta la muerte del propio Gottfried Leibniz. A Pedro I le interesaba promover las ciencias en Rusia a través de la idea de Academia universal que tenía Leibniz. Y aseguraba en sus cartas, escritas por él mismo en un perfecto alemán, al filósofo, que tenía al cielo por patria y a cada hombre de buena voluntad por conciudadano, que Rusia también tenía numerosos dones concedidos por la divina providencia de los que podrían beneficiarse los Estados Alemanes.
 

Domingo, 26 de Marzo

 

Valle de Esteban

Gallo en solfa

El que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?

DOMINGO, 26 DE MARZO

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro mandaron recado a Jesús, diciendo: «Señor, tu amigo está enfermo.» Jesús, al oírlo, dijo:

-Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.


Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba. Sólo entonces dice a sus discípulos:

-Vamos otra vez a Judea.


Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.» Jesús le dijo:

-Tu hermano resucitará.


Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús le dice:

-Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?


Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.» Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó:

-¿Dónde lo habéis enterrado?


Le contestaron: «Señor, ven a verlo.» Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!» Pero algunos dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?» Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa. Dice Jesús:

-Quitad la losa.

 
Marta, la hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.»
Jesús le dice:

-¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?


Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:

-Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.


Y dicho esto, gritó con voz potente:

-Lázaro, ven afuera.


El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario.
Jesús les dijo:

-Desatadlo y dejadlo andar.


Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.


Juan 11,3-7.17.20-27.33b-45

sábado, 25 de marzo de 2023

El absurdo de importar a España las obsesiones raciales estadounidenses


Jefferson

Javier Bilbao

 

Hay un pasaje realmente llamativo que uno puede encontrar en el epistolario que se conserva de Thomas Jefferson. Está el principal autor de la Declaración de Independencia y tercer presidente del país desgranando a un amigo el suministro de recursos requerido mensualmente por su plantación hasta que menciona las patatas y la alfalfa que, explica, le sirven «para alimentar a todos los animales de mi granja excepto a mis negros». Esta forma de expresarse hoy día sería inimaginable (por mucho menos al autor de los cómics de Dilbert lo han cancelado de arriba a abajo sin penitencia que lo redima), pero en aquellas palabras solo subyacía la minuciosidad burocrática del administrador que echa cuentas. Para él era mera rutina sin carga emocional. La realidad incuestionada del país que recién fundó. Llegó a poseer doscientos sesenta esclavos, y de ellos no solo le interesó su alimentación y su trabajo forzoso, también sus hábitos sexuales, pues en Notas sobre el Estado de Virginia sostenía que los orangutanes preferían a las negras antes que a las hembras de su propia especie y él mismo llegó a fecundar a una de su propiedad.  

En aquel entonces su buen amigo Benjamin Franklin, coautor del célebre documento que proclamó la soberanía de las trece colonias, dejó establecido que en el mundo los únicos blancos eran los ingleses y sajones, recelaba de los swarthy (morenos) de la Europa continental y para los nativos americanos sólo deseaba su persecución por «grandes, fuertes y feroces perros». Por su parte, el tercer redactor de la Declaración y segundo presidente en la historia del país, John Adams, contó en sus Diarios su impresión acerca de los españoles y…

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Caballero, caballero



 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    El viejo Steiner tenía razón: la fuerza instrumental del concepto de cortesía entró en decadencia. En España el hombre, en vez de señor, es caballero. El mahometano, en cambio, no. Ahí está Ceuta: miles de tiorros llegando en plena pandemia sin que un policía aplicara a ninguno el protocolo:


    –¡Caballero, caballero! La mascarilla.


    ¿Qué es un caballero? Un caballero, contesta Santayana en Inglaterra, es un hombre que tiene criado, si bien tener muchos sirvientes, aunque haga al hombre amo, no lo hace caballero. Para ser un cumplido caballero debiera tener también un caballo, y montarlo con gallardía.


    Yo prefiero que un guardia me diga señor (que viene de “senior”, o sea de “más viejo”) a que me diga “caballero”: después de todo, puedo tener más años, pero en ningún caso un caballo, que siempre me muerden, como el caballo “Morante” de Diego Ventura mordía a los toros (y uno, en Sevilla, junto a la Giralda, me quitó con sus dientazos la cartera, gracia en la que había sido amaestrado).


    Desaparecidos de los ruedos los Peralta, en España no veo de caballero más que a Santiago Abascal, capaz de montar con gallardía, como mandaba Santayana, en el video de Morante donde los liberalios vieron a un señorito de novela de Manuel Halcón, señal de que tampoco se habían leído “Las aventuras de Juan Lucas”.


    –También don Quijote tuvo caballo, además de criado.


    Claro que, tal como está España, más que el caballero de Cervantes, Abascal parece el caballero de Durero visto por Jean Cau:


    –El caballero que cabalga su vida entre la muerte y el diablo. Invencible y vencedor.  ¿Alguien le sigue? No importa. El valor no tiene necesidad de recompensa.
    

En el grabado de Durero, el caballero (“viril, lúcido, sereno y fuerte”) avanza sobre “espectros y fantasmas” sin mirarlos (monta un caballo sacado de los bocetos de Leonardo para el monumento a Sforza), como exige su dignidad caballeresca.


    ¿Qué sabe de caballería un guardia de tráfico, un conductor de taxi o un dependiente de comercio?

 

[Publicado el 27 deMayo de 2021]

La dificultad de ponerse serio



Hughes

 

Aunque no sorprendiera, ha sido comentada la actitud de Pedro Sánchez durante la moción. Atendió el discurso de Abascal con un mohín de divertido desprecio y en sus intervenciones brilló un cinismo jocundo, un jijajá, una tendencia a la bromita, la burla, la risa floja.

Pedro Sánchez es ya también un tono, una jocosidad ante la que es muy difícil, si no imposible, ponerse serio. El ponerse serio parece una proeza porque ¿cabe la seriedad entre dos si uno no quiere? Abascal se quería poner, pero frente a sí tenía a un líder chistoso y gamberrete.

Esto no es algo achacable a Pedro Sánchez, por lograda que sea su ejecución, su cinismo puro. En los días y semanas previos a la moción, el PP y parte de su mundo neuronal y mediático tendió también a la bromita. En esto hay capas. Una cierta derecha rechazaba la moción precisamente por poco seria, como si la seriedad fuera patrimonio del PP y estuviera encerrada en el rostro de Feijoo y antes en el de Rajoy, seres como salidos de un desierto de tedio y ennui.

Pero la bromita estaba también en el centrismo, peperizado de forma progresiva tras el lento final de Cs. La risa alsinesca, la ironía del ubertertuliano Amón (magnífico intérprete de la distensión informal con sus americanas con camiseta) y las bromitas de las plumas recién afrancesadas, en los juegos florales de la frivolidad parlamentaria, extendieron otro tipo de humor, no muy distinto a la ironía de la intelectualidad progresista. Aspiran no tanto a superarla como a ocupar parte de ese espacio. («¿Nos dais, a cambio de corrección, algo del poder de la risa, oh vates prisaicos?»). En cierto modo, la operación centrista es dejar de ser objeto del chiste para convertirse en sujeto chistoso. Escapar de la viñeta. Tratan de salir de la broma y se suman a ella incorporando la ironía. Así, el centro racional ilustrado y moderado hace gala de un característico tono de civilizada superioridad que recibió lo de Tamames con mucho aparato de ocurrencias.

El humor del Régimen ha sido cosa de…

  

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Sábado, 25 de Marzo

 

Valle de Esteban

Gallo en pompa

viernes, 24 de marzo de 2023

Felicidades a Hughes

 

Hughes & Yarvin

 

CLIC

Guerra del pronombre

La Oterita

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Fustel de Coulanges expone la costumbre patricia de ostentar en Roma tres nombres. Ante un Publio Cornelio Escipión, es útil, dice, averiguar cuál de estas tres palabras era el verdadero nombre: Publio sólo era “un nombre puesto delante” (praenomen); Escipión era un “nombre añadido
(agnomen); el verdadero nombre (nomen), era Cornelio, “luego este nombre era al mismo tiempo el de la ‘gens’ entera”. Hubo, pues, Cornelios antes que Escipiones, lo que excluye que la familia de los Escipiones se asociara a otras para formar la “gens” Cornelia, como suele decirse.


    Si un imperio tan práctico y sencillo como el romano cayó podrido como una acacia madrileña regada con agua reciclada, ¿no va a caer podrido un imperio como el americano cuyos militares destinados a contener al imperio chino se desangran en la guerra civil de los pronombres de género?


    –Se ordena a las fuerzas estadounidenses en el Pacífico que dejen de usar pronombres de género para mejorar la “letalidad” –titula un periódico, que cita un correo del mando con la lista de ejemplos “autorizados” (“Él/ella lo hizo”, “Mejor hombre/mujer”, “Más joven/Más viejo” y “Sargento Murray”) y “no autorizados” (“Este sargento”, “Este suboficial” y “Este miembro”) del uso de pronombres.


    Lo de Popper prediciendo la derrota americana en la tercera guerra mundial “porque sus generales son elegidos por su CI” parecía una boutade, y ahí los tenemos ahora, con sus guerreras de cuatro estrellas jugando a los pronombres como Rimbaud con sus versos orientados a la “desorganización de los sentidos”, y lo han conseguido, si oímos a los civiles. En la Casa Blanca: “Soy Kamala Harris. Mis pronombres son ella y ella, y soy una mujer sentada a la mesa con un traje azul”. En Tampa, Ted Cruz: “Mi pronombre es bésame el trasero”. O en Twitter, Elon Musk: “Mis pronombres son Prosecute/Fauci”. No debe sorprendernos que en España, pura “derroición” de ese imperio que fenece, asistamos a “una avalancha de hombres que piden en el Registro el cambio de sexo”.


    Comparada con la guerra de los pronombres, la nuestra de la tilde se queda en guerra de almohadas entre novicias, como la promovida en la Francia del 90 por Mitterrand/Rocard para reformar la ortografía y “acabar con la incoherencia”, aunque Muray los pilló con el carrito del helado:


    –Las incoherencias. Las excepciones. La Excepción en sí. ¡Ah! ¡Eso es! ¡La Excepción! Adversario mortal de la Norma. Obstáculo para la nivelación de la lengua con el fin de “hacer desaparecer el fracaso escolar”.


    Nuestra Academia actual tiene de afrancesada lo que la Oterita, que escribió en París a Bonafoux una carta: “Dispense usted la letra y falta de ortografía; está escrita a las cinco de la mañana, en el restaurante Rat-Mort”.


    Bonafoux no resistió la tentación de admirar a la Oterita, una bailarina-serpentina que creía en la imposibilidad de tener ortografía a las cinco de la mañana en el restaurante Rat-Mort.

 

[Viernes, 17 de Marzo]

Viernes, 24 de Marzo

 

Valle de Esteban

Familia numerosa

jueves, 23 de marzo de 2023

La casta


Cazarrata regresa a Las Ventas


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Los antiguos habían intentado vivir como si el mundo fuera una granja, pero el universo, concede Santayana, es inhumano.

La “pax americana” estableció su granja en Europa con la socialdemocracia, donde todos vivimos como si fuéramos a ser eternos (observación de Jean Clair): un día más, otro, otro, la jubilación…

¡Y ese sinsentido se refleja en el arte!
Que en España es la tauromaquia, espejo stendhaliano de la política. Política y tauromaquia de granja, en las cuales todo es mentira, menos lo malo.

No es la granja useña del “free farmer”, cuando el colono llegaba al Nuevo Mundo dispuesto a ser un “farmer” (el ilustrado Jefferson, demagogo y ateo, opinaba en 1785 que los granjeros eran el pueblo escogido por Dios), sino esta moderna granja europea descrita por Clair, donde imperan, a imitación de las “repúblicas aéreas” que denunciaba Bolívar, las “democracias aéreas”, que presumen de perfección política presuponiendo la perfectibilidad del personal.

Por manera que tuvimos –se quejaba de lo suyo Bolívar– filósofos por jefes, filantropía por legislación, dialéctica por táctica y sofistas por soldados… Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción: la ambición, la intriga, abusan de la credulidad, y hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil, adoptan como realidades meras ilusiones. Toman la licencia por la Libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia
Que estas cosas cavilaba uno el lunes en Las Ventas, cuando la verdad de la casta de Saltillo limpiaba como una ola del campo todas las mentiras de la tauromaquia de granja (ese toreo bufo de las figuras actuales) que nos venden los revistosos del puchero. “Cazarrata” de nuevo en la arena era asomarse al pasado por una ventana y entender que la tauromaquia fue una vez una fiesta seria.

Del marqués de Saltillo a Miura:
Usted, don Eduardo, con sus bueyes bravos y yo con mis toros mansos, nos hemos hecho los amos de la Feria.

 [Publicado el 6 de Junio de 2018]

Manolete y Tamames





Daniel Vázquez Díaz
Abc, 1965

Todas las tardes que toreó en Madrid le vi en condiciones excepcionales para un pintor, desde un asiento del burladero de la Diputación, gentileza de mi buen amigo don Antonio Almagro, entonces presidente de la Excelentísima Corporación. Pude ver perfectamente aquellas sabias y escalofriante faenas a tres o cuatro metros del objetivo de este cine en color que son mis ojos, en donde quedó grabada para siempre la imagen inmortal. Así fue naciendo la idea de pintar el retrato del genial torero. Era necesario ser presentado al diestro; decidido a empezar cuanto antes este retrato que ya tenía fijo en cuanto a la composición y movimiento de la figura, ceñido a un arabesco de luz y sombra, atendiendo principalmente a su valor expresivo.

Un día del verano de 1944 fui presentado al torero por su apoderado Camará en su cuarto del hotel Victoria, y al oír mi nombre un gran amigo suyo allí presente quiso hacer una nueva presentación, más documentada, y de más salero, obligándole a posar, impaciente de ver el Manolete que yo pintara.
 
El traje para el retrato quise que fuera tabaco y oro. Manolete no tenía entre sus muchos vestidos el color deseado, pero fue tan amable que en seguida ordenó al sastre un vestido de ese color, y cuando el traje estuvo terminado me telefoneó Manuel: “Ya tengo el traje tabaco y oro -me dijo- y esta tarde lo estreno en Madrid; venga a verlo”. Fui al hotel para verlo vestir, y pude hacer unas primeras líneas; otro día hice una cabeza, primera de todas que fueron realizándose en busca de la expresión. Me interesó de Manuel su elegancia y señorío, su caballerosidad, su silencio; y del torero, su impresionante psicología.
 
Empecé el retrato con más preocupación que otros; pensaba más que pintaba, hasta aquella mañana que entró mi esposa en el estudio con el retrato de Manolete en la primera página del ABC. “Daniel –dijo- ya no podrás seguir el retrato porque Manolete ha muerto”.

Terrible y dolorosa noticia... ¿Pero cómo ha sido esto posible?, y sobreponiéndome a la trágica impresión di al retrato de Manuel un resplandor y una sombra, un cambio total en la expresión y el movimiento de la cabeza. “Lo seguiré después de muerto”, dije estremecido; y un día tras otro fui añadiendo al retrato la tragedia, la mirada muy lejos..., la frente llena de presagios y el terrible presentimiento.

Mi buen amigo el doctor Tamames fue llamado a Linares con el doctor Jiménez Guinea; él mismo me contó la dolorosa escena de su llegada en la madrugada de la mañana trágica, las tres de la mañana, al Hospital Municipal de Linares, donde le habían llevado desde la enfermería de la Plaza de Toros. Cuando Manolete exhaló su último suspiro, estaba el doctor Guinea a la derecha de su cama.

-Yo -dice el doctor Tamames-, a su izquierda. Le tomé el pulso y la tensión. Tenía una máxima de cuatro. Ya no había nada que hacer. Todo se derrumbaba minuto a minuto. Manolete se moría. Hicimos cuanto humanamente fue posible para salvar su vida, pero fallaba el corazón. Todo fue inútil. Manolete se acordaba de su madre; varias veces dijo: “Madre mía, cuánto estarás  sufriendo”.

Ya casi en su agonía pidió un pitillo; dio tres o cuatro chupadas al cigarro y lo tiró sin ganas; dirigiéndose a Jiménez Guinea, dijo: “Doctor, ya no veo”. Segundos después, y con mayor angustia: “Ya no siento la otra pierna”. Un minuto de silencio y Manuel, con esa voz ronca de los agonizantes, pero llena de energía, como si estuviera en la plaza, gritó: “David, ¿dónde está David?”.

Inconsciente, porque la vida se le marchaba por segundos, continuaba en su cerebro la lidia del toro Islero, el toro negro que le llevó a su isla definitiva... “David, ¿dónde está David?” Apenas se oyó la última palabra.

El año 1947, año de su muerte, sería el último que pensaba torear en España. Hubiera puesto fin a su vida torera el hombre que había enardecido con su arte a las masas como nadie lo hiciera. La envidia de otros se cebó en él y tal vez por esto él quería poner fin a su vida artística, tan llena de triunfos y tan llena también de tristezas y amarguras. “¿Cuándo vendrá octubre?”, decía deseoso de que llegara la fecha de tan ansiado descanso. Y sin que nadie sospechara que la suerte se iba a anticipar, ella le esperaba entre los olivos andaluces aquella tarde funesta del 28 de agosto y él, obediente a su destino, dejaría en las astas de Islero el tesoro de su arte incomparable y el último aliento de su vida.

Muere el genio, de la noche a la mañana, como en un sueño de pesadilla.

¡Ya están contentos los envidiosos! 






 

Todo lo que usted quería saber sobre la crisis del Silicon Valley Bank, pero no se atrevía a preguntar



CRISIS DEL SILICON VALLEY BANK: ES LA GUERRA


Carlos Moliner

Gracias a Dalmacio Negro, que explica que cuando la Cortesía es incapaz de neutralizar los conflictos aparece el Derecho, sabemos por qué la nuestra es su época dorada, pues de la Cortesía hace tiempo que no tenemos noticias.

Lo político, siguiendo con el profesor Negro, sería lo que interviene cuando la intensidad de los conflictos es tal que ni siquiera el Derecho puede neutralizarlos. Por eso, concluye, la política no tiene objeto material concreto, sino que es su intensidad lo que convierte a un fenómeno cualquiera en objeto de la política.

¿Qué ha pasado?

 
El pasado 10 de marzo la política se vio forzada a intervenir en Estados Unidos para intentar neutralizar uno de los mayores pánicos bancarios que se recuerdan desde la quiebra de Lehman Brothers hace ya 15 años.

Silicon Valley Bank (SVB), un banco dentro de los veinte mayores dentro de Estados Unidos con activos por valor de 212.000 millones de dólares, quebró tras cuatro décadas de actividad...

 

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Jueves, 23 de Marzo

 

Valle de Esteban

Mayeo de Marzo

miércoles, 22 de marzo de 2023

Una meditación parlamentaria

 


Hughes

La incomprensión fue aún mayor, rozó lo delirante, cuando Tamames tuvo que escuchar a Yolanda Díaz. «Somos un país movido por la energía emancipatoria de las mujeres». Se le abría la boca a Tamames, se le descolgaba la mandíbula —¡atentos, fotógafos!—, era el 78 boquiabierto ante sus hijos e hijas, nietos y nietas.

Ése fue el gran éxito, que lo fue, de la moción. Tamames recordó un estilo, una forma de ser, y su rechazo general retrata al régimen difunto.

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Indignación


Paco León, el "Manoulo" de Ava

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    España está infartada, esto no habrá liberalio que lo niegue, y en la calle la reacción ante el infarto es la misma que la de Manolo (“Manoulo”, para la condesa descalza), el chófer gallego de Ava Gardner, que contaba su reacción al golpe coronario:
    

Primero recé a Santiago, luego a la Virgen del Carmen, pero cuando la cosa se puso fea… ¡me c… en Dios!
    

Es la indignación recogida por Abascal en su moción de censura en un sistema cerrado de Estado de Partidos cuyo factor de gobierno es el consenso, y aquí está la madre del cordero.
    

El consenso, que sitúa al discrepante ante la alternativa de adherirse o exiliarse, es nostalgia de la unanimidad, aquella edad dorada de Trento cuyos decretos doctrinales requerían eso tan nuestro, la unanimidad, como la que ahora hay en las covachuelas políticas para confinar a España todo diciembre hasta la víspera de Navidad, si queda alguien con ganas de zambomba.
    

El Estado de Partidos, glosado en España por Manuel García Pelayo, no es democracia representativa, sino instrumental, y ya dice Santayana que cuando la democracia instrumental se enamora de sí misma tiende también a exigir unanimidad. De aquí la delirante ladradera mediática contra el juez discrepante de la sentencia de la Manada, o contra la moción de censura de Abascal, que con su discrepancia rompe la unanimidad en el reparto de la túnica federal del territorio (¡aquella ensoñación del segoviano Anselmo Carretero!), unanimidad que desde Zapatero reemplaza la unanimidad inaugural, la del reparto de la túnica franquista del poder. El espectáculo sería fascinante, si no fuera por la necesidad (hambre calagurritana) que nos acarreará.


    –Tengo ante mis ojos un espectáculo que no se ha realizado sin la envidia de los dioses, pero, si esta palabra excita su indignación, la retiro.
    

Palabras de Egisto ante el cadáver de su amante Clitemestra, pero podrían ser de Abascal ante la huesa de España, o incluso de Casado, siendo generosos, ante el raspajo del PP. Una tragedia griega.

 

[Publicado el 22 de Octubre de 2020]

Cómo acabar con el capitalismo woke según… ¿el próximo presidente de EE.UU.?


 

Javier Bilbao

Al igual que Siddartha, Vivek Ramaswamy es descendiente de brahmanes, casta de maestros y sacerdotes entregados a la búsqueda de la sabiduría. Pero a él la iluminación no le sobrevino sentado en el Bosque de la Contemplación, ni ayunando en el desierto junto a los ascetas. Ocurrió mientras trabajaba como becario un verano de 2006 en Goldman Sachs. Por aquel entonces un veterano compañero le puso a prueba preguntándole cuál era la Regla de Oro, a lo que respondió confiado: «No hacer a los demás lo que no quieras que te hagan a ti». «¡Mal!» —le espetó su interlocutor— «la Regla de Oro es que quien tiene el oro hace las reglas».

A esa caída del guindo Ramaswamy pasó a llamarla no «The Golden Rule» sino «The Goldman Rule» y tirando de ese hilo ha podido comprender tiempo después muchos de los males en los que se ve atrapada la sociedad contemporánea. Los diagnosticó en un libro superventas, Woke Inc., y ahora incluso  aspira a arreglarlos, postulándose a encabezar la candidatura republicana para ser el próximo presidente de Estados Unidos. ¿Pero quién es este financiero de apellido impronunciable e inteligencia afiladísima y a dónde nos quiere llevar?

Hijo de inmigrantes indios instalados en Ohio, Vivek fue el número uno de su promoción con los jesuitas...

 

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Miércoles, 22 de Marzo

 


Mirador oriental

martes, 21 de marzo de 2023

Aristófanes en el gimnasio

Un parque de Madrid, hoy


Hughes

 

Quien habite el gimnasio o haya vuelto con el buen tiempo, en ese eterno retorno que es como un cortejo entre el ciclo estacional y la carne blanda o macilenta, habrá podido comprobar algo en la distribución sexual de los ejercicios físicos. Una forma de especialización. Los hombres, como es costumbre, mantienen la fijación en el tren superior. Musculan tronco y brazos. Es un clásico de los gimnasios y da lugar a la complexión ridícula de grandes torsos con piernecitas de alambre, los auténticos croissants humanos. La preferencia por el trabajo pectoral da lugar a una territorialidad muy curiosa alrededor de uno de los aparatos, el banco donde se hace el press de banca. Es el gran fetiche de los aficionados y hay colas por las mañanas para dejar la toalla allí como los bañistas se pegan por extenderla en la primera línea de playa.

Mientras el hombre hipertrofia su tren superior, la mujer tiende a centrarse, preferentemente, en el inferior. El trabajo de glúteos se convierte en obsesión cultural y se les da forma y volumen devolviendo a la actualidad, siglos después, a las venus calipigias.

El resultado de todo esto para el observador cuerpo-escombro o escuchimizado, con sus bracitos de tallarín, es...

 

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Los integrados


 Comunismo o Estado de Partidos

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    El ayusismo no quiere menas devueltos a sus padres en Marruecos; los quiere en Madrid e integrados en el Estado, como manda el Régimen del 78, un Estado de Partidos cuya única razón de ser, según su ideólogo, consiste en realizar “la integración de las masas en el Estado” mediante el antidemocrático sistema proporcional. Si los menas son más (ahí te quiero ver, Van der Rohe), es decir, masa, su destino es el Estado.


    Quien ha impedido la democracia representativa en España (sistema de gobierno de tres elementos: representativo, electivo y divisorio) es la izquierda, que en la Santa Transición impuso el sistema proporcional por lo mismo que se opuso al voto femenino en la República: pánico a perder cacho. A las mujeres del 31 las creían en brazos de los curas, por lo que votarían a las derechas. Y a los españoles del 78 los creían franquistas redomados, por lo que no votarían a las izquierdas. El Consenso, en cambio, les aseguraba a todos una escudilla en la cola del reparto, y sobre todo, la jefatura de la banda.


    –Si hasta el más tonto de los suizos hace un reloj, hasta el más granuja de los españoles puede hacerse jefe de un partido con siglas históricas, si lo dejan designar a los diputados de lista –dijo el coordinador de la Junta Democrática.


    “Apocalípticos e integrados” fue la turra setentera de Umberto Eco, y en la calle muy pocos sospecharon de aquellos jefecillos “apocalípticos e integrados” que nos cayeron encima sin control político. La pepera Cayetana cree que “control político” es reñir al jefe de gobierno sentado en el Banco Azul, como hace (no tanto como nos gustaría) un diputado navarro, y no sabe que la mera existencia del Banco Azul deja sin efecto toda idea de control. El poder sin control es, en efecto, la definición de dictadura.


    ¿Cómo se propone el ayusismo convertir al mena “apocalíptico” en la sociedad en “integrado” en el Estado? Los ayusistas del XIX sostenían con su liberalismo “prêt-à-porter” que “los delitos juveniles son el espíritu de la juventud en las calles de la ciudad”, y en ésas siguen: su modelo es la Alemania de los Pueblos de Merkel (¡que nos parece Bismarck, al lado de Olaf, el canciller con cara de cascabel pisado!).


    El concepto de “integración” fue para los juristas alemanes como el ovillo de lana para los gatos, y el propio Schmitt, fundador de la ciencia constitucional, admite perderse en la oscuridad de la literatura decimonónica sobre el asunto. Pero el ayusismo es providencialista, y da por sentado que, desfogada la juventud, la integración de los menas en el Estado vendrá dada en forma de cargos y subsidios, como la de cualquier militante de base. Después de todo, si España se va a ir al guano, no será por Ayuso: sobre la idea de que curar una enfermedad no es reprimir los síntomas, sino aniquilar las causas, Ortega avisó que desde el año veinte del reinado de Felipe II “la Historia de España es decadente y dispersiva”.

 

[Martes, 14 de Marzo]

Martes, 21 de Marzo

 

Valle de Esteban

Sonata de Primavera

lunes, 20 de marzo de 2023

De Clásicos

 


Diario de Burgos


Francisco Javier Gómez Izquierdo
 
      Tendría que poner algo sobre el "clásico", pero no me apetece. Si el enfrentamiento anual esperado con emoción durante medio siglo ha llegado a moverme menos que un Córdoba/Castilla de 3a categoría, algo está fallando. En el fútbol o en servidor Quizás en los dos.


   Ayer, 19 de marzo, el interés dominical y hasta primaveral apareció en la portada del Diario de Burgos por la devoción que uno tiene por D. Antonio Machado. Rodrigo Pérez Barredo firma un reportaje en el que da cuenta de la aparición de un soneto, al parecer inédito, del gran poeta, entre la documentación de José María Zugazaga, secretario de Manuel Machado y que está depositada en la institución Fernán González.


La cuartilla en que aparece, la caligráfica letra y sobre todo la evocación al leer el poema, de otros que aparecen en Campos de Castilla, "un día cabalgaba por la ancha carretera / que va de Soria a Burgos", nos lleva a "...la venta de Cidones está en la carretera que va de Soria a Burgos..., pareciera, nos dice Rodrigo Pérez Barredo, que éste de "Las viejas de Castilla" lo usara como una especie de apuntes: vamos de "...en la Estepa del Duero, la primavera tarda..." a "... por estos altos llanos la primavera tarda..."


   He puesto alguna vez que a mi abuela Dominica a principios del XX la visitó dos o tres veces un hombre de letras muy reconocido que venía de Soria, pero nunca he sabido quién pudo ser. La abuela analfabeta, de memoria prodigiosa, le cantó y contó muchas canciones y leyendas que fue aprendiendo desde niña y "...el hombre, muy serio, sentado donde tú estás, apuntaba palabras", me decía junto al fuego de la vieja casa. Es poco probable que fuera Don Antonio, pero a mí se me metió en la mollera que pudiera ser que sí, vista su afición a recorrer la Demanda, y tengo la improbable anécdota como cierta.


    Por parecerme mucho más interesante que el repetitivo "clásico futbolero", traslado aquí desde el Diario de Burgos el feliz hallazgo del poeta clásico que servidor más estima. Los habrá más puros y exquisitos, pero uno se ha quedado siempre con la sencillez y la cercanía. Y es que Don Antonio Machado anduvo mucho por nuestros pueblos.

FC Barcelona, ​​2; Real Madrid, 1. Las rayas del VAR curiosamente son azulgranas (Crónica de Hughes)

 


PURA GOLOSINA DEPORTIVA*

 

Hughes

Hacerse mayor es sorprenderse a uno mismo usando expresiones como 'dar árnica'. El Madrid da árnica en Barcelona. Lo hizo deportivamente Ancelotti, del que hay que hablar, y lo hizo institucionalmente el propio club.

El Madrid jugaba un partido contra el Barcelona, con unos árbitros dependientes del CTA, en una competición llamada LFP y en el marco de la RFEF. Todo estaba en entredicho salvo quizás el balón, como dice Quintano (yo no tengo tan claro que el balón sea a estas alturas inocente).

Todo lo que tenía el Madrid alrededor tenía la sospecha profunda de la corrupción, y además se las arreglaron, en tirabuzón de cinismo oportunista, para improvisar una operación de maquillaje antirracista antes del partido. El Madrid hizo gala de esa nobleza que predica su himno original (que quitó Florentino desvalorizando al Madrid). Es "bélico" el Madrid y es "noble adalid", y esa nobleza la desparrama realmente en situaciones así: poniéndose en una foto familiar, mezclando su camiseta con la de un rival manchado de corrupción que sólo ha demostrado odio, inquina, trapacería y deslealtad.

Cuando nos preguntábamos qué hacía el Madrid compareciendo en ese aquelarre, esa timba de cartas trucadas, y justo en el año en que han abusado, maltratado y estigmatizado a Vinicius, van los del Madrid y deciden posar abrazados con el club de Negreira, que es el club del cochinillo, que es el club del nacionalismo oficial, que es el club del 1-O, que es el club del plante a la Copa, que es el club de la vejación al himno, que es el club de las agresiones a árbitros, que es el club de 'juego a las doce porque me sale de los huevos, de los dos, de tiki y de taka', que es el club de las palancas, que es el club de...

Si fuera al revés, el Barcelona hubiera aprovechado la ocasión para herir de muerte la imagen internacional del Madrid. Si fuera al revés, el Barcelona hubiera aprovechado la ocasión para herir de muerte la imagen internacional del Madrid. Hubieran hecho cualquier cosa para explicárselo al mundo.

Pero el Madrid se prestó, participó en la farsa absoluta y ya tampoco parece del todo inocente. ¿Qué centrismos y qué señoríos y qué remilgos buitreros justifican exponer el escudo a semejantes bukakes pseudodeportivas?

Luego está lo de Ancelotti, al que Xavi le ha pintado la cara en Supercopa, Copa y Liga con goles decisivos de Kessié. Aunque gane otra Champions, las performances contra el Barcelona manchan su trayectoria en el Madrid para los restos. No se puede admitir lo que ha provocado Ancelotti. Hay un madridismo (o dicen que hay) ajeno ya a las rivalidades ibéricas que sólo piensa en la Copa de Europa. Pero el derbi es global, y si es global, ¿se puede permitir ser derrotado una y otra vez por un rival, el rival, que es manifiestamente peor?


Ancelotti en eso ha fallado, aunque gane otra Copa de Europa.y aunque sea adorado y adorable, un señor y un gran campeón, no ha llegado del todo a la psique profunda del Madrid, al verdadero madridismo, porque no ha alcanzado, como sí hizo Mourinho, la defensa colérica y política del Madrid, que se produce ante el enemigo. Ganar al Liverpool está bien, pero el madridismo puro, auténtico, iracundo y justo, valiente y mejor es el que defiende lo otro. Eso otro que esta en juego en momentos así.

Vayamos al partido. El Barcelona llevaba la camiseta de Rosalía, catalana famosa en el mundo por hablar español, lengua que maltrata sistemáticamente el tinglado del que el Barcelona es símbolo y, ahora lo sabemos (siempre lo intuimos), epítome.
 

El Madrid jugaba con su blanco 'otra-mejilla' habitual.

Camavinga sabe encontrar a Vinicius


El primer abuso sobre Vinicius habría que aclarar que lo comete el Madrid. Usa de Vinicius, y luego abusa, le deja solo rodeado de defensas y acompañado por un delantero milenario y de nuevo periférico que es Benzema.

El partido empezó con el ardor culé habitual, pero lo detuvo Vinicius forzando el autogol de Araújo, al que además regateó en corto, en largo y con un caño, en lo que quizás fue la la única victoria blanca de la noche.

Vinicius era, como siempre, el primer nervio del Madrid, el que lleva el espasmo eléctrico, y conseguía el gol por su forma 'sucia' de semifallo propio o ajeno.

Hubo después unos minutos de gran juego madridista en los que destacó Camavinga. Ahora mismo, los jugadores del Madrid son o no son en función de cómo buscan o encuentran a Vinicius. Benzema, no hace falta decirlo, está mal, y Camavinga está excelso y encuentra a Vinicius con pases perfectos que abren el juego con una exactitud que producía en el espectador un raro deleite... En la destrozada competición española, indigna y ficticia, pressing catch sin humor, solo se salvan Vinicius y Camavinga, ¡incomprendidos por la canallesca absurda y sus analistas perezosos y aquiescentes! Esos analistas son, para mí, la gran traición al fútbol: someten su juicio, su verbo, su todo de exfutbolistas a los locutores, los Manolos Lamas, los Maldini, los Martínez, los de siempre, los loros de Negreira, ¡las vuvuzelas que quisieron callar a Mou! Ahora sabíamos que no nos equivocábamos: lo de Mourinho era una batalla moral. Mou puso ojos nuevos y limpios, además bellamente 'saudosos', y donde peor le trataron fue en Madrid. O sea: el mal estaba ya en el entorno mismo del club.

Pero esos exfutbolistas, decía, que se adaptan al locutor rinden el fútbol a la gran cháchara antifutbolística que se ha impuesto, ese cóctel de Prisa, Roures, Cope, etc (proporciones variables).

La verdad del fútbol, que desconocemos, estará en los que callen y no entren en ese rondo de chauchau.

Pero me desvío, me desvío (qué me pasa, qué torrente me lleva, ¿es ira? ¿es una risotada lo que sale de mí? ¿es el desparrame ya total del no tener papel?), decía que Camavinga y Vinicius daban sentido a estar ahí el Madrid, a seguir en la competición. Olvidamos por un momento la corrupción, la sensación de amaño permanente, y disfrutamos con Camavinga y con Vinicius, el mejor jugador del campeonato con mucha diferencia que se ha tenido que tirar más de medio ídem pidiendo perdón por reír, por bailar, por regatear y por protestar las faltas que no le pitaban. 'Unity' hubo, sí, pero contra él, y el Madrid (¡membrillos de blandura florentiniana!) se puso en la foto. La campaña contra Vinicius se serenó en cuanto el Barcelona sacó ventaja en puntos. Ahí se suavizó...

Los buenos minutos del Madrid en la primera parte fueron terminando y se perdían en el triángulo honorífico de Kroos, Modric y Benzema, que daban, pese a algún buen pase del croata, una sensación de poca energía y menos velocidad. Lo de Benzema es escandaloso. No hubo nadie en el área, ya nunca hay nadie en el área.

El Barça, con gran tesón y un buen Raphinha se fue creciendo; alguna parada de Courtois y ocasiones sobre todo a balón parado hasta el gol de Sergi Roberto en el 45.

Antes, una cosa observada en Vinicius. Perdió una pelota ante Araújo, en la defensa culé, y volvió sobre sus pasos para quitarle, en falta, a la altura del área del Madrid, y convertido en lateral (él, en lateral él) una pelota a Raphinha. El extremo box to box derrochando una energía que no todos tenían. ¿Cómo era posible que Tchouameni estuviese en el banquillo?

Ir con el Modric-Kroos por la vida es demasiado incluso para Ancelotti. Es curioso; cuando empezaron los cambios, el sistema del Madrid se fue desfigurando: Rodrygo donde Modric y viceversa, cosas así. ¿Por qué no hacerlo antes para incluir a Tchoauméni y Rodrygo en el equipo?

Benzema, lastre ofensivo

 
El Barcelona empezó la segunda parte con gran empeño. Muy bien eso, digno de aplauso. Propició también situaciones divertidas como cuando Carvajal, de forma violenta y quizás hasta alevosa, impactó con sus piños en el codo de Gavi, que casi sale en cabestrillo. "Braceo" decían los comentaristas, los grillos de Negreira, cri cri, cri, los que jamás vieron el humito, el tufillo raro que echaba la cosa, jamás. Dijeron braceo pero entonces debieron decir 'denteo'.

Gavi es un jugador muy importante. En Gavi sobrevive el privilegio culé, el hecho diferencial de La Masia. Ya no está tanto en el toque como en ser capaz de la mayor bravura. Camacho a su lado es un woke de repente. Gavi hace tacklings con la sien, que es algo que no se ha visto nunca, y agrede, empuja, patea, pisa, puntea, zarandea, bracea sin que le saquen tarjeta. Es que es Gavi, saben. Es un querubín gattusesco. ¿Cómo se la van a sacar a Gavi? Él es así, los demás no. Él llega donde los demás no porque está hecho de otra pasta. Sencillamente, es así. En Gavi permanece vivo el privilegio, la bula, la licencia, la excepción, lo propio-distinto y singular. Alguien diría que Gavi es bastante normalito, pero ¿no servirá el arbitraje para hacer de lo común algo diferente? ¿Y si el arbitraje, el CTA, Negreira, los Hernández Hernández y cia sirvieran para, precisamente, hacer de lo idéntico algo distinto? Quizás eso compraba el Barça: hechos diferenciales, diferencia, diferencialismo, cálculo diferencial en los penaltis y las tarjetas...

Todo ese sistema casi étnico de 'diferencia' y particularismo sobrevive en el cuasisalvajismo, que es un 'furia' que de repente ha salido en La Masía como un anacronismo o como un cardo entre petunias, sólo que ahora el cardo es bello y además está riquísimo bien cocinado.

El Madrid fue sufriendo hasta que Modric y Kroos desaparecieron completamente del campo. En ese momento se lanzaron a por el gol y lo marcaron en una acción de habilidad de Vinicius para Rodrygo, en una especie de subcarril, de segundo carril junto al suyo, y con pase de Carvajal (mejor sin dejar de desesperar) para el gol de Asensio, celebrado con gesto  al escudo que no se disfrutó porque podría facilitar su renovación.

Ese gol lo anuló el VAR. Ya lo habían anulado antes los comentaristas televisivos. Hay sospechas poderosísimas de que sobre la realidad que es un partido de fútbol, el barcelonismo o, mejor ya, el antimadridismo, controla a los árbitros, controla la producción de narrativa palabrera y controla lo audiovisual. Insisto: es muy difícil confiar en la circunferencia de la pelota. No me invento nada. El gol fue anulado con la triste justificación gráfica de una doble raya que quería demostrar la distancia milimétrica que separaba a Asensio del defensa. Cada uno tenía asignada una línea y lo curioso es que una era azul y la otra granate o morada. El VAR tiene colores, se vio, y son azulgranas.

Tras la anulación, al Madrid le entraron las prisas, pero todo su atropello cogía por sorpresa a Benzema, más allá que acá. En una contra, sentenció Kessié, la bestia no puedo decir negra de Ancelotti, que así redimensiona y relativiza cómicamente su carrera: el entrenador más laureado de la historia fue dominado por Xavi.

La Liga es del Barça, otra vez. Pero lo deportivo ya no es felicitar sino abandonar la competición. El saludo sonriente y satisfecho entre Xavi y el cuarto árbitro, al final del partido, tenía una familiaridad viscosilla que simbolizaba o simplemente reflejaba la tácita armonía de tantos años entre el 'fúpbol' y 'lo que rodea al fúpbol'.

*Blog futbolero de Hughes