domingo, 23 de octubre de 2022

Fútbol. En Galicia


 Trujillo Sánchez. Colegio canario

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

      Los futbolistas distinguidos individualmente suelen apuntar, se cree que con verdadera sinceridad, a sus compañeros de equipo imprescindibles para sus logros particulares. Benzema o Courtois el otro día lo hicieron a lo grande. A nivel menos glamuroso, Caro, el portero del Burgos, pero no es menos cierto que ellos, los sobresalientes, hacen temibles a sus onces. Al Burgos le marcaron el primer gol en la undécima jornda, pero ganó el partido. Esta tarde ha perdido el primer partido en Lugo, 2/0 sin Caro, que no es disculpa menor. Caro y la dinámica hace fuerte a cualquier alineación de Julián Calero, pero un balón que a todos parece parable, hasta a los comentaristas de la televisión, que llega al sustituto, Dani Barrio, y se le cuela sin la oposición que se le supone, debilita la confianza y trastoca la entereza demostrada durante once jornadas. No ha estado bien el Burgos; fue menos que el Lugo, y ya es ser poco, pero no vamos a dejar de creer en su táctica defensiva. Es más, si en el segundo gol al minuto de comenzar la 2ª parte, acude el árbitro, como así le avisó el VAR, a comprobar cómo el gaditano Cris Ramos se lleva el balón con la mano para golear, el tanto se hubiera anulado y los cambios de Calero hubieran metido el miedo en el cuerpo al equipo lucense. Ésto es lo que me subleva del VAR. Lo único fiable, y no siempre, son los orsay. Las entradas y manos en las áreas consideradas ó no como penaltys, son de categoría adivinatoria y ¡vamos! éso de que te llame el VAR y no vayas es propio de sujetos chulescos con celebérrima soberbia que en primera tienen como mejor representante al señor Mateu Lahoz, en la Segunda corresponde al señor Trujillo Sánchez la distinción.


    En la próxima jornada reaparece Caro y seguro que todo vuelve a su ser. Aunque se pierda. El Córdoba tampoco ha ganado, pero un empate en Ferrol, que es el actual líder de la categoría, no está mal. Lo que no está del todo bien, es que fiados del poderío atacante, se descuide a mi parecer el medio campo y lo que pudiera equilibrar el dúo Diarrá-Bernal tenga que mantenerlo con tan grandes trabajos el negrito que vino de Bilbao. Germán Crespo, un entrenador que no tardará en ejercer en superiores categorías, encarga excesivos quehaceres a Diarrá y a mi modesto parecer alinea demasiados hombres de ataque. Los rivales, como ahora todo se espía y se sabe, le tapan y le buscan las vueltas y como a Fuentes, Casas, Carracedo y Márquez (todos titulares ayer) les cuesta volver con disciplina y Javi Flores además de veterano no es un dechado de forma física, el equipo a veces parece poco consistente y con alarmantes vías de agua. De momento ahí está; segundo y me atrevo a decir que mejor equipo que el primero.


    No. No han sido propicias la jornada gallega de mis dos quereres futboleros.