jueves, 6 de octubre de 2022

Haaland, el nuevo Obélix


 

Francisco Javier Gómez Izquierdo


          Desde hace dos o tres temporadas, hay alguna jornada de la fase de grupos de la Champions que en vez de ver un partido en concreto me quedo en el carrusel donde salen los goles y mejores jugadas que se producen en los seis partidos en juego. Así no se aprecian los detalles que pueden condicionar y trastocar un encuentro -una tarjeta amenazante a un central en los cinco primeros minutos, un cambio estropeador, el mal día del lateral izquierdo, el pasotismo de un árbitro y en fin... las cosas que creemos ver los drogadictos balompédicos-, y hasta me atrevería a decir que es herejía imperdonable que los que nos tenemos por ortodoxos cometamos actos impuros. El caso es que esta semana, en ese tercer partido que remata las presentaciones y que suele clarificar la clasificación en cada grupo, caí en tentación.


     ¿Qué es lo que creo llama la atención a mitad del arroyo que han de cruzar los grandes? Pues mire usted, Haaland. Tengo aquí puesto que al PSG y al City a pesar de sus millonarias plantillas les faltaba algo (un competir que se adquiere con un buen manejo histórico y que no se puede entrenar) para llevarse el trofeo y me da que Guardiola lo ha encontrado. Haaland es joven. Viene de tierras frías y sin título de nobleza pero se ha convertido en una especie de misil nuclear que además de acojonar, te destroza con maniobras que dan la sensación de ser imparables, incontrolables y por supuesto, letales.

 Jugar con Haaland, como lo fué jugar con Messi, ¡qué arte el de Guardiola para quedarse comodines!, es jugar con ventaja. Es como si en tu equipo tuvieras a Obélix, el que se cayó en la marmita de la poción mágica de chico. Hipocresía es recurrir a las coletillas del fútbol "son once contra once" teniendo a Haaland, porque Haaland quizás sea menos virguero que Mbbappé, un poner, pero Indiana Jones demostró que la hermosura del esgrimista se destroza con un disparo de revólver en un decir amén. Difícil va a ser ganar a éste Manchester City. Lo veo máximo favorito. Eso sí, siempre que Haaland no se lesione.


     El Madrid y el Bayern de Múnich ya se sabe que son monedas de fíar y ahí están como señores que son, cumpliendo con su obligación. Pasarán a octavos pero no deja de parecer extraño a pesar de los triunfos de esta jornada los apuros que Liverpool y Chelsea, sobre todo este último, están padeciendo. ¿Y qué decir de Barça y Atleti? A los culés en general y al entrenador Xavi en particular se les va demasiada pólvora en parábolas y en charlas sobre cómo se debe jugar al fútbol. Cualquier día van a proponer multa por marcar al hombre. Creen que juegan muy bien y que perder es culpa de los elementos. ¡Allá ellos! La virtud del cholismo estaba en 0 goles en contra, pero la fórmula se la ha birlado Julián Calero y se la ha llevado a Burgos. Mientras la recupera, el Cholo no sabe cómo apañarse en un grupo donde el Brujas, la sorpresa del año, tiene al Oporto, Leverkusen y Atleti en un sinvivir. Sólo uno de los tres va a conseguir el pase.


   Los demás son el PSG, que sí, que bien, pero bueno.., la Juventus que creo remontará apoyada más que en Vlaovic, en Di María, que ayer dió un recital de pases fantásticos, pero el Benfica está en plan jaquetón. ¡Grupo chungo el H! El Nápoles anda fino; también el Spórting lisboeta; el Milán se la juega con el Salzburgo... y ¡bueno! fatal, fatal, el Sevilla. Parece que Monchi ha gestionado un esperpéntico relevo de Lopetegui que produce vergüenza ajena, pero el mal está en los propietarios y en la guerra que se traen para controlar el club. Una pena, la verdad.