jueves, 30 de septiembre de 2021

Escasa cosecha

Y en septiembre la vendimia

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo


          Este 21, heredero del rotundo 20, sigue siendo año nefasto. Año de pestes, muertes y calamidades. Año refractario a darnos sosiego y hasta en los asuntos del fútbol, a los que un servidor acude para espantar desventuras, se nos muestra caprichoso e impío.
         

El balance de la segunda jornada de Champions del repóker español nos da que en el mes de la vendimia recogen uva los que menos lo han merecido, que el VAR es ya un arma de la televisión para cambiar el final de un partido, como si de una serie se tratara y que es imposible disimular la decrepitud. Ganó de penalti en el 95 el Atleti en Milán con un jugador más durante casi todo el encuentro..., como podía haber perdido, conforme al meritoriaje acumulado. Empató el Sevilla anoche en Alemania también de penalti revisado durante varios minutos. No sé aún dónde encontró el VAR las circunstancias agravantes para convencer al colegiado búlgaro que lo de Guilavogui merece la máxima pena y además ser expulsado con la condena añadida de no poder jugar el próximo partido. Este fútbol no es el de toda la vida y en este fútbol desconcertante, Sevilla y Atleti puntuaron. De lástima, pero puntuaron.
        

Real Madrid y Villarreal debieron sumar los tres puntos, pero ésa máxima que dice que lo que se perdona, al final se paga, se presentó caprichosa tanto en el Bernabéu, materializada en el pie de Sebastián Thill convertido en insospechado rifle de precisión, como en Old Trafford donde se ha ido a vivir Cristiano el de los goles y mediando éste ya se sabe que en cualquier momento te hace un roto. El Madrid va a pasar a octavos y la derrota no le va a trastocar la temporada pero el Villarreal le va a tocar sufrir en un grupo en el que hasta ahora ha demostrado ser el equipo con mejores fundamentos y de juego más vistoso. Sí, le damos palmadas de ánimo en las espaldas pero sólo tiene un punto.
      

Del Barça ya dijimos antes de empezar la 21/22 que era mejor no hablar, que como en el Hamlet todo parece putrefacto, que lo que se ve no necesita candil. Si encima cada cual decide como si el asunto no fuera con él, el desastre puede llegar a acumular trienios. El Barça de hoy deprime al culé desde el minuto uno. Entristece por su vestimenta extravagante, por jugadores que no serían titulares en el Español, porque los buenos parecen lentos y abúlicos, por un entrenador que parece estar loco por que lo echen... y sobre todo porque es inferior a cualquier rival y no sorprendería caer en Copa ante el Tudelano o el Rácing de Ferrol.
       

Hoy también estamos de entierro los de mi peña.