sábado, 11 de septiembre de 2021

En la muerte de Manolo Calvo


 

EL PUENTE

Ignacio Ruiz Quintano

Abc, Mayo, 2005

Aquí se viene a papear. (Papear es eso que no se puede hacer en un restaurante zen: ponerse de cebollas rellenas como el chiquillo del esquilador.) Hablamos del Mesón El Puente (Puente Toledo) en Madrid -calle de Vicenta Parra, 4,-, que es una Casa de dos: dos hermanas que guisan, Conchi y Margarita, casadas con dos hermanos, Enrique y Domingo, que dan conversación. ¿Pues por qué creen ustedes que los griegos -los tatarabuelos de Nikolaidis, para entendernos- decían que la mesa es la alcahueta de la amistad? 

El éxito social de estas dos parejas contradice la idea hispánica de dualidad, según la cual el número dos no significa "uno más uno", sino "uno contra uno". Aquí, todo es sumar. El secreto, según Conchi, es "que somos hermanas, ¡porque si llegamos a ser cuñadas!..." Y no es que no se hable de "uno contra uno". A veces, no se habla de otra cosa, porque en esta Casa son colchoneros convencidos de que el Atleti lo que necesita es más tíos que se atrevan con el "uno contra uno", como Torres. El prefecto de la congregación para la doctrina rojiblanca es el gran Olano de las "Memorias" de elefante -harán temblar a toda la selva-, y su palabra en El Puente es la ley, siempre bajo la severa mirada de El Sabio de Hortaleza colgada en la pared.

¿Cómo describir las cebollas rellenas? "Una cebolla contiene las lágrimas con que es preciso regar este dolor", pone Shakespeare en boca de uno de sus personajes. Pero yo creo que aquí no se ha llorado ni siquiera el día que el Atleti descendió al Infierno.

En este Carabanchel se madruga como en Burgos y se trasnocha como en Hollywood. Para trasnochar o para madrugar, no muy lejos de El Puente, en la calle Pingüino, 10, está el Pub Calvo's, templo de esa religión de hombres honrados que es el boxeo, con Manuel Calvo, bueno y cortés, y Manuel Calvo JR, culto y menudo. Se habla de un amor loco de Valle, carabanchelera y municipal, y de los buñuelos de viento que hacía doña Antonia, la madre de Poli

¿Habrá algo más madrileño que estar en Carabanchel a las dos de la madrugada hablando del "caldo de gallina" que fumaba Paulino Uzcudun, el baserritarra de Régil, que tanto se parecía a Pla?