domingo, 27 de enero de 2019

La Europa de los ocho días

Macron-Júpiter


Hughes
Abc

Vaya por delante que conceder un plazo a Maduro es concederle tiempo para más represión. Es algo decepcionante y que avergüenza. Es también reconocerle legitimidad para convocar elecciones o para participar en una transición, que sería una transición hacia la no democracia. Pero más allá de eso, que está más que comentado, hay algo muy extraño en la forma en que Europa ha manifestado su demorada posición: concediendo un plazo, como si derribar un tirano fuese un procedimiento administrativo.¡Máximo burocratismo!

Hay algo profundamente europeo o más bien europeísta en este plazo. Creo que la palabra europeísta se aplica mejor a lo propio de la UE. Algo de Europa es europeo, algo de la UE es europeísta. Lo europeísta es sólo una forma temporal, institucionalizada, mostrenca y terca de lo europeo. Bien, pues esto del plazo es muy europeísta. Hay algo como imperial en ese “conceder” un plazo al otro. ¿Qué va a hacer Europa? ¿Invadir Venezuela con bailarines de Eurovisión? Es a la vez seudoimperial (más imperial que imperioso) y a la vez arbitrario. ¿Y por qué ocho días?

Al escuchar a Pedro Sánchez me lo pregunté. ¿Ocho como los Ocho días de Oro de El Corte Inglés? Al ver que también lo hacía Macron ya se vio que era algo continental. ¿Pero por qué ocho? Todo lo europeísta es complicado y en letra pequeña. Seguro que hay alguna razón estipulada y fijada en algún sitio, pero así de primeras no se le ve el sentido. ¿Por qué ocho y no diez o siete o tres?

Le han dado a Maduro una semana de ocho días, como la canción de Los Beatles. La semana de 8 días es un ideal, pero realmente hubo semanas de 8 días. Los romanos las tenían así. Al noveno día había mercado, así que medían el tiempo con períodos de 8 días. Esto lo cambió definitivamente el Emperador Constantino, que estableció la semana de siete días (como Dios manda y como el Sol manda) y adoptó el cristianismo. Así que Macron y los demás, esta Europa extraña, al darle a Maduro una semana de 8 días han reinstaurado un paganismo, una unidad temporal de tiempos precristianos para el absoluto mal comunistoide de Maduro. Macron-Júpiter, como le llaman, le ha dado a Maduro la semana pagana, la semana jupiterina del dios romano.

Al hacerlo han asomado la patita. Es una Europa de ocho días, ordenada en función del mercado (hito del noveno día, mandan los mercaderes) y no de Dios o del centro cósmico del Sol. ¡Roma de ocho días! ¡Roma preconstantiniana! No es una nueva Europa carolingia, es una Europa precristiana, jupiterina, económica, paganizada e irreconocible.