jueves, 3 de enero de 2019

Asesinos de mujeres



Francisco Javier Gómez Izquierdo

         Políticos y prensa andan hoy escandalizados y yo diría que hasta mesándose los cabellos como en la Ilíada ante la incorrección política del representante de VOX en Andalucía a cuenta de su interés por fiscalizar los euros que se reparten para ayudar a las mujeres maltratadas y creo que también, no estoy muy seguro,  a las por maltratar. El hombre, que es juez y dictó una sentencia a favor de un niño hijo de padres divorciados que soñaba con salir de nazareno en día que le tocaba ser custodiado por la madre, no para de recibir denuestos de todo tipo no siendo el menor el de maltratador de mujeres, lanzados todos ellos con esa ligereza estadística con la que se arma el moderno feminismo.
       
Soy consciente de que para no mojarse los pies lo mejor es evitar los charcos, pero a punto de jubilarme y harto de que tomen por tonto al personal me da igual la opinión o el dolor de barriga del que leyere, y quiero hacer hincapié en una de esas estadísticas tendenciosas de las que se valen, no sé si para alcanzar puesto en cualquier administración, subvenciones, notoriedad buenista y demás situaciones que vamos descubriendo los que vivimos en ciertos ambientes o por ¡vaya usted a saber! auténtica candidez. 
      
La estadística del 2019 empieza hoy en Laredo donde ha sido asesinada la primera mujer en España. Así dicen en la tele, la radio, los periódicos y así se empieza a indignar el feminismo contra el "machismos de los fascistas" y avergonzarse la condición masculina. Voy a la prensa de Santander y leo que el asesino se llama Tomás, tiene 29 años y es ecuatoriano. A mí, por curiosidad, me gustaría ver si el ecuatoriano tiene tatuajes y de qué tipo, pero dejemos que la policía investigue. Un navarro amigo de Huarte-Araquil se le hinchaban las venas del pescuezo intentando convencer a una psicóloga de que él nada tiene que ver con el ucraniano que el año pasado en verano se llevó  por delante en su pueblo a su esposa; a otro amigo de Bilbao le llevan los demonios cuando le hacen constar una asesinada en Bilbao en 2018 en vez de aclarar que un senegalés degolló a su pareja también senegalesa. Un servidor, acorde con la opinión bilbaína y navarra, también quiere dejar claro que la asesinada en Burgos en la carretera de Poza lo fue a manos de un asesino colombiano. No creo necesario individualizar cada una de las 47 víctimas del pasado 18 -cuentan hasta ancianas con Alzheimer asesinadas por ancianos suicidas- pero no estaría de más que las asociaciones, ¿cuántas y cuántas empleadas con sueldo?, detallaran al final de cada año el número de asesinos españoles, suramericanos, africanos, musulmanes, del Este... y los compararan con el resto de países europeos. Más que nada para hacernos una idea de por dónde caminamos.
      
Lo que más me gustó de la lectura de Patria fue la descomunal presencia en la sociedad norteña -en la que me he criado- de la mujer. Un matriarcado que me ha educado, he disfrutado y dentro del que me apetece seguir viviendo ya de jubilado. Soy, y la inmensa mayoría, somos, respetuosos con las mujeres con las que nos relacionamos, por lo que no puedo admitir esa sospecha permanente  con la que atemorizan interesadas tribus fanáticas de una simpleza de pensamiento que horroriza. Escuchen a doña Calvo, por ejemplo,  esa mujer tan obtusa de entendederas que ve los mismos asesinos de mujeres en Córdoba, Tánger o Caracas.