lunes, 14 de enero de 2019

18 puntos en la primera vuelta

Luso, jugador ascensor
Ex -capitán del Córdoba 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

       Decía el otro día el periodista Jorge Bustos que le está apeteciendo “hacer  un Nerón” ante el panorama político que nos azota y que consistiría -más o menos- en subirse a  un alto y contemplar cómo se va todo a tomar por c... como cuentan que hizo aquel emperador de tan mala fama durante uno de los incendios de Roma. Creo que el hallazgo va a crear tendencia debido al hastío de gran número de “personas normales” entre las que creo contarme ante tantos despropósitos y falsedades  como aparecen en los medios... pero dejemos hoy a los hacedores de buenos y malos retozando en sus charcas enfangadas y recojamos la postura de don Jorge para aplicarla por pintiparada al cordobesismo que padece en El Arcángel la imparable agonía de un equipo que parece abandonar toda intención de sobreponerse a una enfermedad que creemos aún tendría remedio, pero ante la que los responsables demuestran incapacidad.
      
Quizás no haya solución y no lo sepamos y por eso nuestros jugadores están entre indolentes y agarrotados por ser verdad el rumor que corre en la ciudad de que, como el Reus, tenemos una deuda inasumible, como el Reus no podemos contratar, como en el Reus no se cobra, y los dos o tres hombres, digamos más valiosos, están locos por fichar por otros equipos. Quizás ésta sea la triste realidad y como el Reus, estemos condenados a la 2ªB. Repito que Sandoval no debió marcharse nunca. Aunque con él hubiésemos descendido. Curro Torres, nuestro entrenador de ahora, no sabe transmitir la imprescindible intensidad competitiva que se precisa para poner en dificultades al rival y sorprende cada jornada con alineaciones que ya ni molestan al cada domingo más escaso público que soporta en silencio humillantes derrotas ante enemigos a los que con un mínimo de ganas se hubieran llevado al huerto. Don Curro, ¿a qué viene la frivolidad de Erik Espósito de delantero centro? ¿No ve usted que Piovaccari, un jubilado, es lo más incisivo que tenemos? Tal que ayer, donde el empate a uno es otra derrota dolorosa ante el Rayo Majadahonda, un tercera de toda la vida que si se salva es por la escasa calidad de la categoría, cada año más menesterosa, tuvo que saltar el italiano a intentar arreglar el 0-1. Lo consiguió, inventándose un gol  y creo que más no se le puede exigir. 
      
El Majadahonda no tiene casi masa social, ha adecuado su campo a las mínimas exigencias de la Liga y se ha hecho con una plantilla que suple su calidad con esfuerzos estajanovistas, con una fe en lo que hacen que estoy seguro tiene a sus escasos aficionados en un excitante sinvivir que los enloquecerá si se salvan y cuentan además con la presencia en las gradas de Zidane, un tipo con suerte que acude a ver a su hijo Enzo que ayer salió en la segunda parte sin que le detectáramos el mínimo atisbo de las excelencias del padre. El chico estuvo correcto sin más.
   
Yo creía que este Rayo iba a ser un banco de pruebas de jugadores del Atlético de Madrid, pero he visto que no. Que el entrenador Iriondo, ausente hoy por enfermedad, ha emperejilado una defensa veterana, casi matusalénica con Basilio, un portero de 34 años que hoy ha cedido el sitio al joven navarro Ander Cantero, propiedad creo del Villarreal, dos centrales de la quinta del 84, nuestro Luso, ascensor con Gerona, Córdoba y Huesca, y Héctor Verdes curtido durante más de una década en segunda. El tercer central, esa moda que hasta el Madrid ha copiado del soriano Machín, es Galán, también pasada la treintena y que tuvo sus días de gloria en el Español. De lateral juega Varela, un bético sin suerte que ayer también se lesionó, y en la derecha Isaac Carcelén -ex del Zaragoza y Cultural Leonesa- que se aprovechó del día embarullado de nuestro Javi Galán para marcar el gol madrileño y encarecer el sistema de tres centrales y dos carrileros largos. El mediocentro y capitán es Óscar Valentín, de Ajofrín, pueblo de mazapanes, discreto y aseado, pero del que yo temía el picotazo envenenado era de Verza, trotón, añoso y como cansado pero aún con la técnica suficiente para ponerla donde quiere. Ayer salió arriba Aitor Rubial en vez del otro Aitor, el García de Gibraleón, que tanto daño nos hizo cuando jugaba en el Cádiz y del que nada dije por no ser mala sombra cuando saltó al campo tras la expulsión de nuestro Aythami, ese defensa de carácter tan fuerte y arrollador que la mayoría de las veces suma, pero cuando resta, resta con nefastas consecuencias. Yo creo que se ha borrado y no va a volver a vestir la blanquiverde... pero si he de ser sincero, veo al equipo tan sin sustancia que ya hasta me da igual lo que pase. Como a Nerón.
     Se acaba la primera vuelta y tenemos 18 puntos. Si la salvación anda en los 50 -esta temporada va a ser mucho más barata- ya me dirán las perspectivas.