DOMINGO, 21 DE JUNIO
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:
-Vamos a la otra orilla.
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón.
Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:
-¡Silencio, cállate!
El viento cesó y vino una gran calma.
Él les dijo:
Él les dijo:
-¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?
Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»
Marcos 4,35-40