martes, 14 de agosto de 2012

Cajeras

Anita Ekberg y la prensa

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    El día en que “Bambi” cumple 70 años sale a la luz que Zapatero quiso colocarse en Cáritas al abandonar La Moncloa.

    –Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas –aconseja nuestro señor Don Quijote, y que Tamayo, el Lutero de Amusco, Palencia, nos perdone.

    Que dice Tamayo que “Rajoy, Gallardón y la Biblia están contra las mujeres” para llevar adelante una “contrarreforma antifeminista” (?), aunque no ha trascendido que Rajoy o Gallardón pusieran la mano encima a ninguna cajera, oficio que los perroflautas de Gordillo tienen marcado como arco de bóveda de la lucha de clases.

    –Querida trabajadora, lloraste desconsolada después del empujón; sin duda te sentiste sola porque defendiste las propiedades de un millonario–catequiza por carta un “curita” rebelde a la cajera del Mercadona agredida, mientras las feministas de guardia callan como tusos.

    A Elena Valenciano, la Anita Ekberg de nuestro feminismo (porque siempre corre más que los periodistas, como Anita en “La dolce vita”), le faltó tiempo para denunciar que Lebron James metió el dedo en el ojo a Gasol (“Ningún espíritu olímpico estos yanquis. Agresión a Pau”), pero aún no sabemos qué opina de la cajera del Mercadona, que es una firma valenciana, su tierra, aunque el dueño sea religioso, y eso lo convierta en un enemigo de clase.

    De un partido que nos toma a los contribuyentes por sus cajeros automáticos y que cuenta con figuras como Bibiana, ministra sólo con tres meses de cajera en la Caja San Fernando, o Chacón, de quien se dice que fue cajera de unos grandes almacenes en la barcelonesa plaza de Cataluña, la cajera del Mercadona podía esperar más. O menos.